miércoles, 8 de octubre de 2014


“CONSUMIR AVENA...SANO ALIMENTO...FUE UNA COSTUMBRE EN LA PAZ,  QUE SE PERDIO”.


         ... ¡ Abuelita, abuelita, se está pegando la avena en el fondo del  apaste!, gritaba yo muy contenta, ya casi para irme a la escuela, en aquel añorado hogar lleno de amor y calor humano... ¡y que rico huele a cascarita de naranjo y quemadita como a mi me gusta!....le dije a mi nanita saltando de gusto, al tiempo que me empinaba en las encaladas hornillas entre tizones encendidos y me asomaba al gran apaste de barro, en donde el sano y exquisito alimento en leche bronca hervía; soltando aquellos aromas que golpeaban mi nariz urgiendo a mi estómago, entre humos se miraba satisfecho el sonriente y bello rostro de mi abuela bajo el sombrero de palma de alta copa, nomás verdeaban como ascuas sus ojos, entre las incendiantes llamas mientras movía con gran destreza entre sus manos el molinillo de palo batiendo aquel exquisito manjar...LA AVENA., un tradicional alimento en La Paz, hasta darle el punto deseado, y que acompañaría el desayuno como era la costumbre.

         Parece que aún escucho el ruidito que arrancaba el molinillo al fondo de la cazuela... eran los tiempos aquellos de molinos de viento en La Paz, donde la mayoría de sus habitantes se conocían y eran como una gran familia...todo mundo andaba muy contento, se saludaban a su paso y hasta se andaban riendo solos...pero si como no, traían la barriga llena, y el corazón enchido de alegría y les tintineaban las monedas de plata en la bolsa de aquellas 0720, así como los billetes...el alimento barato, casi regalado, abundaba, así como el trabajo, los pescadores ribereños eran libres y dueños absolutos del producto de su esfuerzo, la pesca, gandería, agricultura, el comercio, eran tiempos de jauja, en La Paz...desde luego, cuando aún era territorio, y el jornal diario alcanzaba para vivir dignamente con tranquilidad...ahora el sueldo mínimo no alcanza para comprar un kilo de carne o pescado...pero hemos progresado...los hechos están a la vista.

         Antes, la mayoría de las familias, aún las más pobres, desayunaban almejas o callo de hacha, comían caguama o brisas tatemadas, y en la cena, machaca, camaroncitos o langosta, entre otras cosas de fácil adquisición ¡que tiempos!....y que rico y completo se desayunaban los niños en el ayer, a veces,  un par de huevos de aquellos cacareados de gallinas contentas criadas en casa, con salsa, o solitos, un pegoste de frijoles refritos, chinitos, acompañados de un birote, tortilla de harina, o de maíz y un tazón de exquisita y aromática avena en leche bronca, acompañada de un plátano, ese era el desayuno del pobre. Ahora, en algunas familias por las prisas, o porque el dinero no alcanza, los niños se van sin desayunar, o a veces comen sabritas con pepsi, si bien les van, huevos con salchichas o jamón que sólo Dios sabe de que serán, entre otras cosas. Pero el consumir avena, es una costumbre que se ha ido perdiendo. Volviendo a aquel ayer, recordando el apazte de hirviente avena de la abuela, le dije “Abuelita, ¿por qué tomamos avena casi todos los días?”, ella bajando el apazte con el rico alimento, la que puso en el petril de las hornillas dijo “porque los niños deben crecer sanos y fuertes; la avena, es un cereal muy nutritivo, es una planta de gran importancia alimenticia y medicinal muy popular, cultivada en casi todo el mundo. Se cree que es originaria de Oriente; cuentan los mayores que en un principio se le utilizaba como pastura para los caballos, pero luego que se conocieron sus propiedades curativas y alimenticias, se destinó la avena para alimentar a la humanidad”.

         Además del almidón, continuó diciendo la dulce muchacha antigua este cereal contiene proteínas, vitaminas y minerales, así como algo de grasa, y especialmente vitaminas B,C, y E,  que el cuerpo necesita, lo cual ayuda al crecimiento de los niños y al desarrollo para adolescentes y adultos. Decían los antiguos que la avena también es medicinal, disminuye la grasa en la sangre, así como la azúcar y controla el sobrepeso, y por su contenido en fibra ayuda a la buena digestión; las personas que consumen avena, siempre estarán sanas; es por eso que principalmente niños adolescentes y ancianos, deben consumir por lo menos una ración diaria de avena. Terminó diciendo mi inolvidable y sabia abuelita, mientras servía un tazón de cremosa avena, la que estaba quemadita, al tiempo que le dije, bueno Abuelita, pero mañana le pone canelita, y pasado, hojitas de naranjo, ahora ya le puso cascarita y me deja la cazuela para rasparle con la cuchara lo quemadito porque está muy sabrosa. Los niños que toman avena, dijo la abuela, siempre andarán con la barriga llena, estarán sanos  y muy contentos, y vaya que si, no había necesidad de comer entre horas, en la escuela, si acaso una melcocha, un heladito, una chupaleta, un cucurucho de pinole o un ponteduro, lo cierto es que en casa, siempre había de aquellas cajotas cuadradas de avena del viejito, que hasta atractivo regalos traía adentro, como tazos, platones, hasta acompletar una vajilla

Pero ahora, todo es diferente, son contados los niños que desayunan en casa, y sobre todo que toman avena...antes, había mamá y abuela en el hogar, ahora hay que salir corriendo a trabajar, son otros tiempos...haga un esfuerzo y dele avena a su familia, se cocina rapidito y es muy saludable y sabrosa.

..y en aquel ayer, tras la encalada hornilla, entre humos, el bello rostro de mi abuelita se miraba bajo el sombrero de palma, mientras con el molinillo de palo batía la hirviente avena en el apazte de barro, hasta que quedaba cremosita.

“…Por el placer de Escribir… Recordar y Compartir…”


Este trabajo fue publicado, hace más de 10 años en el periódico “El sudcaliforniano” revista “Compás” y programa de radio “Contacto directo”






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