jueves, 8 de enero de 2015

LOS MAGOS DE ORIENTE....MAESTROS DE HUMANIDAD”.


         Hoy seis de Enero se conmemora el día de los magos de Oriente, después de un largo viaje, y sin pertenecer al pueblo elegido, llegaron a Israel para adorar al Rey que había nacido, tiene su origen en la Iglesia de Oriente.

         Así como en a iglesia latina se eligió el 25 de Diciembre para conmemorar el nacimiento del Salvador, inculturando así el día que los paganos celebraran el nacimiento del sol, en la región de Egipto y Arabia se eligió el seis de Enero, día del solsticio de Invierno. El tema de la luz domina las solemnidades de la Navidad y de la epifanía. Nuestro Señor Jesucristo es “Luz de los pueblos”. Es el “sol que nace de lo alto” (Lc 1, 78) “La luz verdadera, que viniendo a este mundo, ilumina todo hombre” (Jn. 1, 19). Es el sol que vino al mundo para disipar las tinieblas del mal e inundarlo con el esplendor del amor divino.

Los magos eran un grupo de hombres sabios, por que su cultura y espiritualidad trataban de mantener un contacto más profundo con Dios. En su investigación, se percataron del surgimiento de una estrella que por sus características parecía indicar un acontecimiento extraordinario, y se pusieron a seguirla.

         Del pasaje bíblico sabemos que como regalo trajeron incienso para el Dios, oro para el Rey y mirra como homenaje al que moriría por nosotros; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios, llamados Melchor, Gaspar y Baltasar. Se dice que hasa el año 474 sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante de Oriente; luegon fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia), y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.

         El hacer regalos a los niños el día 6 de Enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que “lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis” (Mt. 25, 40). La epifanía es la fiesta de la revelación de Nuestro Señor Jesucristo al mundo pagano. Los magos representan a todos los que, sin pertenecer al pueblo elegido, hemos aceptado por la fe que Jesús es Hijo de Dios y salvador del mundo. El seis de enero es una de las fiestas más entrañables, los santos reyes son maestros de la humanidad. La celebración de los magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltazar, es además el testimonio de unos sabios que vivieron los tiempos en que nació nuestro Señor jesucristo  y que supieron reconocer que era Dios gracias a sus concimietnos y a todas las cualidades que pusieron e juego para poderlo encontrar, para responder al llamado que recibieron en sus corazones a través del signo extraordinario que apareció en el cielo “La estrella”, la estrella de la esperanza, la estrella de los ideales y del amor, la que enseña que puede encontrarse lo que aún no se puede ver.

         Tan importantes son los santos reyes que gracias a ellos se dio la manifestación , la epifanía de Jesús, Dios y hombre a todos los pueblos de la tierra. Su generosidad, su apertura permitió que el mensaje cristiano fuera para todos los hombres de los los países, de todas las razas, de toda edad. Los magos son la unidad de todos, en la verdad  y en el amor. Los sabios que salieron de Oriente para buscar a Cristo que nacería, eran personas socialmente reconocidas dedicados al estudio , a desentrañar los conocimientos de entonces, y a darles un sentido; estudiaban astrología, historia, ciencias naturales, matemáticas y religión, por eso conocían las profecías que anunciaban el advenimiento de Dios.

         Eran sabios no solo por estudiosos, sino por la sencillez con que aceptaron lo sobrenatural y por la profundidad para darse cuenta de que buscar  a Dios y encontrarlo era lo más imporante, y que tenían que ponerse en camino sin pensar en lo que dejaban atrás. Los magos eran sabios, pues no se rindieron a la pereza ni a la comodidad que tenían en su casa, y porque además eran valientes, audaces, para no atermorizarse ante los riesgos de un viaje largo en aquellos tiempos en que difícilmente se e contraban posadas y alimentos. Su perseverancia es también asombrosa, no se desaniman cuando pierden de vista la estrella que los guiaba y matenía su esperanza de encontrar a Jesús, ni cuando Herodes los engaña, ni cuando encuentran a un pequeño niño al que su madre cuidaba en una casa sencilla, en condicione que dificilmente permiten descubrir nada divino, ni siquiera humanamente grande o poderoso.




         La sabiduria de los santos reyes les permite postrarse humildemente ante el pesebre, y poner sus riquezas al servicio de Dios, sus riquezas ya está dicho, en sabiduría y en humildad. Maestros de la humanidad, y por lo mismo, personas bienaventuradas, felices, porque hacen  suyo todos los bienes, primero el sumo bien, al todo poderoso y a su mensaje de amor y de vida. EL se les revela a los reyes y a sus ángeles, les habla en sueños. Maestros de sabiduría para las generaciones que las han seguido y se inspiran en ellos y tambien siguen recibiendo de ellos, no solo los regalos de los niños, sino el inmenso don de hacerse niños y mantener viva la esperanza de esa esperanza que no solo se sustenta en la bondad humana tan frágil y limitada sino en la luz del amor de Dios, inmensa, infinita, permanente, fiel y que está tan real como la estrella que iluminó a quienes buscaron y encontraron el amor, tan real como la que puede iluminarnos a cada uno de nosotros si nos dejaramos amar por Dios y elegimos como EL nos pidió el amor, la comprensión, la justicia, el perseverante anhelo de encontrarnos con la verdad y con el bien.


         

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