miércoles, 27 de diciembre de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“LA CASA DEL CUCURUCHO”.

            Antaño, cuánto miedo sentía al pasar por esa antigua mansión en mi época de estudiante...la casa del cucurucho...la gente le sacaba la vuelta, tenían mucho temor de pasar por allí, por todo lo que se contaba de ella...estaba envuelta en la leyenda...era motivo de cuentos de los mayores alrededor de las hornillas en épocas de lluvias. Era una casona construida de ladrillo, de techo alto de cuatro aguas, de teja maníl, la que siempre estaba abandonada ubicada en las calles 5 de Febrero y Madero, la mencionada mansión, estaba rodeada además de la leyenda, de un solar baldío, por donde la gente del pueblo se acostumbró a transitar para acortar camino.

            Fueron incontables las personas asustadas en esa casa...se contaban varias leyendas sobre ella. Algunas gentes vieron a una niña de rubios cabellos recargada en el cristal de la ventana con un gesto de dolor en el rostro llorando, haciendo señas con sus manos, con desesperación...otros decían que en la pileta del patio, en la que antiguamente curtían cueros, escuchaban el llanto lastimero de un niño...también decían que miraban a un hombre agachado metido en la tinta, como trabajando en la pileta, con los pantalones arremangados bajo las rodillas y luego desaparecía y otros decían que del solar que rodeaba la casa del cucurucho, salía una alta mujer de largos ropajes blancos de cabellos hasta debajo de las sentaderas, la que se metía entre los demás solares, y el caserío dormido. En esa época, según, pasaba la mujer por donde ahora es la Escuela Rosendo Robles, salía hasta la brecha donde ahora es carretera, y se metía por debajo de la alcantarilla que estaba a la altura de donde está el Yonque el Chepe, por donde pasaban las aguas broncas de un brazo del arroyo de El Palo, y la mujer se iba como flotando por todo el arroyo perdiéndose en la orilla del mar. Fueron varios los osados que la siguieron, pero regresaban espantados porque desaparecía en el mar.

            A falta de radio y televisión, las narrativas de sucesos espeluznantes, de leyendas de viejas mansiones, de la historia de la familia, y de algunos santos contados por los mayores, era motivo de reunión familiar, era parte de nuestras costumbres de antes, que hacían más ameno el transcurrir de la vida cotidiana de los sudcalifornianos. Siempre que paso por donde estuvo aquella antigua casona EL CUCURUCHO viene a mi mente aquella leyenda que la rodeaba, y que nos contaban los abuelos; principalmente la experiencia que les tocó vivir a los señores Enrique, María de Jesús, Carlota y Florencio. Todos  ellos ya fallecidos, y don Florencio contaba este hecho espeluznante que vivieron

            “Por la época de los 40, del siglo pasado, cuando afloraban en ellos las ilusiones, acudieron a un baile que se celebraba como era costumbre, en la escuela Dos; ahora Melchor Ocampo. Y después de disfrutar de una maravillosa noche de fiesta, regresaban caminando a la luz de la luna bajo la lápida celeste tachonada de refulgentes estrellas. Cuando pasaron por la casa del cucurucho, la que siempre estaba abandonada, les llamó la atención que a esas horas de la noche, estuvieran abiertas sus puertas, iluminada únicamente a la luz de las velas, sorprendidos se detuvieron, y con curiosidad se asomaron a la puerta y no podían dar crédito al espectáculo que se ofrecía ante sus ojos, ¡estaba en el centro del cuarto, en un catre, tendido un hombre muerto, rodeado de cuatro sirios encendidos! Tenía las quijadas amarradas a nudo en la cabeza con un paliacate negro y las manos junto al pecho amarradas también con crespón negro, así como los pies amarrados también.

            A los sorprendidos jóvenes, les llamó la atención que no había dolientes por ningún lado, y se les hizo muy feo, seguir su camino sin acompañar aunque sea un ratito al muerto, porque esas costumbres eran muy respetadas en aquel tiempo. En esa noche de plenilunio, parados aún en la puerta, donde el silencio era roto por el aullar de los perros, se pusieron de acuerdo los 4, y decidieron quedarse a velar el cuerpo aunque fueran unos momentos, porque además ya casi iban a ser las doce de la noche, y antes no se acostumbraban los bailes que terminaran tan tarde, y para ellos esa hora ya era muy tarde y temían toparse en el camino con el llanto lastimero de la llorona, o el judío errante Se metieron al fin a la casa del cucurucho y volteando para todos lados buscando los dolientes, sin ver a ninguno, se sentaron en unas rústicas bancas de madera.

            La mortecina luz iluminaba el cadavérico y barbado rostro de aquel hombre, y en medio del silencio sepulcral observaban todo a su alrededor. Llamándoles la atención que la blanca sábana tendida en el catre, donde estaba el difunto en cada esquina tenía bordada artísticamente a punto de cruz unas iniciales “MB”, en color azul así como la funda de la almohada donde descansaba la cabeza del muerto. Además, vieron también que debajo del catre, como era la costumbre, estaba una plasta de ceniza en el suelo marcada con una cruz dentro de un círculo. Los minutos pasaban y se les hacían interminables por que ni por asomo les daba que se tratara de otra cosa sino de un velorio, pero lo más extraño era que estaba solo el cuerpo sin ningún doliente. Don Enrique se levantó y salió a fumarse tranquilamente un cigarro a la enramada que estaba afuera, con ese pretexto buscaba familiares en los patios y todo estaba en penumbras, porque la luna se metía presurosa entre las nubes, quizás no quería ser testigo de lo que iba a suceder.

            Al término del cigarro, los muchachos decidieron retirarse. Temerosos, extrañados, volteando para todos lados salieron de aquel cuarto y caminaron unos cuantos pasos voltearon hacia atrás sin querer, y cual sería su sorpresa ¡estaban cerradas las puertas del cucurucho envuelta en la mas completa obscuridad!, y unas carcajadas se escuchaban que salían de la casa mientras ellos corrían despavoridos sin parar, con el corazón en la mano hasta llegar a su casa, donde vivían por el arroyo del palo.

            Los muchachos, estuvieron enfermos varios días tomando te de palo Brazil con raíz de choya y bola de cilantro para el susto. Y cuando al fin pudieron platicar lo que les había pasado aquella noche en la casa del cucurucho la familia no les creía y decían que estaban locos. Los muchachos insistieron tanto en lo que les pasó, que sus padres los acompañaron a inspeccionar la casa, pero de día, la que estaba en el más completo abandono, con telarañas y todo, pero en la enramada se encontraron la chupita del cigarro que el Tío Enrique se había fumado. Por mucho tiempo a estos muchachos  se les quitó la maña de andar en los bailes.

           


La casa en mención, ya no existe. En su lugar se encuentra una moderna construcción. Antiguamente, la casa del cucurucho, fue habitada por una distinguida familia que venía procedentes de El Triunfo. Después, según vox populi, fue una curtiduría de pieles de don Julio Beltrán fabricante de calzado, y antes de estar esta mansión, era un almacén de sal. Seria verdad, o mentira lo que contaban estos señores, cuando yo era niña, pero la verdad es que me daba mucho miedo pasar por ese rumbo. A don Florencio y Don Enrique  le he preguntado nuevamente sobre esta historia y ratificó su versión, del muerto aparecido en el cucurucho.

…En aquella terrorífica noche invernal el muerto tendido en la cama amarrado de manos y pies, así como de las quijadas, estaba solo sin ningún doliente…



…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…




martes, 26 de diciembre de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“VIKI LA PEREGRINA...LA ENIGMATICA MUJER DE BLANCO DEL CALLEJON TOPETE”.

·        CAMINA LARGAS DISTANCIAS ENVUELTA EN UN MANTON BLANCO
·        DESDE TIEMPOS INMEMORIALES SE APARECE DE REPENTE CRUZANDO SOLARES Y PAREDES, LUEGO SE PIERDE POR LA PANADERIA DE BRISEÑO.
·        QUIENES HAN VISTO ESTA APARICION,  Y LE HAN SEGUIDO SU CAMINO, DICEN QUE ES HERMOSA, DE TEZ BLANCA Y CABELLOS NEGROS, TAN NEGROS COMO LA NOCHE; SUS OJOS ESTAN CARGADOS DE TRISTEZA Y QUE NO PISA EL SUELO, FLOTA
·        UUYY, ERES LA MUJER DE BLANCO...”SI, SOY LA MUJER DE BLANCO Y ME LLAMO VIKI”, LE DIJO A PEDRO EL MECANICO, CUANDO AL ABRIR EL CLOSET DE SU CASA, ESTA IBA ATRAVESANDO PAREDES Y SOLARES CONTINUANDO SU CAMINO.

Viki la peregrina, es una mujer incansable...a través de todos los tiempos se le ha visto caminar largas distancias...quienes se han atrevido a seguirla, dicen que se aparece desde el árbol el Macapul, que aún queda en la esquina del callejón Belisario Domínguez e Hidalgo, pero que al parecer viene de más lejos; sube por la banqueta, de la antigua cuartería de los canalizos; que se pasea como buscando algo volteando para todos lados de punta a punta en la banqueta donde fue el Cinema La Paz, el que antes fue la cárcel pública, y fueron varios los presos que se espantaron al verla que se asomaba por el enrejado y luego bajaba sobre la banqueta del cine Juárez, cruzando calles hasta continuar por la misma Belisario Domínguez...la andariega, va envuelta en un mantón blanco y su larga cabellera negra la vuela el viento tapándole el rostro.

     Don Roberto el carretonero, en sus buenos tiempos la siguió...contaba que cuando él era un jovencito allá por 1921, al salir de un evento del cine Juárez, él venía caminando en la nochecita por toda la calle Belisario Domínguez rumbo a su casa, muy quitado de la pena con las manos en la bolsa; cuando de repente se le emparejó una hermosa mujer como envuelta en un mantón blanco despidiendo un aroma exquisito a flores del campo, como unas tres cuadras camino al parejo de él...luego cuando pasaron donde la fue la escuela Dos en Madero y Degollado, la mujer de aromas exquisitos, se fue de largo con una rapidez asombrosa dio vuelta rumbo a la playa por la calle Ocampo por la tienda del “Chule”; y divisaba la alta figura vestida de blanco por la bajadita rumbo al mar...y él continuó su camino hasta la calle Allende, luego torció a la derecha para tomar nuevamente la calle Belisario Domínguez, que la mujer del mantón blanco salió de repente, no supo ni de donde, por entre los solares, frente a la casa del Tanayo de gratos recuerdos; él no sentía miedo, porque no pensaba que fuera cosa del otro mundo...los perros aullaban a su paso con esa rara mujer por delante.

...De pronto, en un parpadeo, aquella enigmática mujer se le perdió...desapareció; no le dio importancia y continuó sobre sus pasos....pero cuando iban pasando por donde fue la Ticsa, la mujer del mantón blanco salió de pronto por ese solar y se metió por entre el cerco de la familia Jordán....era puro monte todo eso en aquel tiempo, y a la luz de la luna divisaba la alta figura por la vereda de ese solar de las Jordanes y de Don Inés Gutiérrez, sorprendido reculó unos pasos para convencerse que allá iba...y él continuaba su camino por la Belisario Domínguez, pero cuando iba a travesar el arroyo que estaba entre la botica de Doña Lupita Navarro y el Quico Talamantes, salió de repente ésta mujer delante de él y ya de tanto verla, le entró la curiosidad de saber quién era, esta misteriosa mujer, y la siguió.

     Ella continuó su camino por la Belisario Domínguez y se metió por el baldío el que fue el campo del equipo de béisbol, de los famosos “Verdes”, ahora hay por ahí varios negocios luego, la muchacha se metió por donde es ahora el Casino Corona y el Mercadito de Murillo, se fue por el callejón Topete atravesando solares...él iba como a diez metros de distancia de ella, tal parecía que ni cuenta se daba que la iba siguiendo, es más, dice cuando iba al parejo de él, era como si él no existiera, de pronto, se dio cuenta que la mujer no pisaba el suelo, ésta flotaba, y ante sus asombrados ojos traspasó las paredes de las casas rumbo a la panadería del Briseño y ahí se perdió, él  la buscó por todas partes, pero no la encontró...entonces, como si se hubieran puesto de acuerdo todos los perros del barrio empezaron a aullar y la luna se empezó a ocultar....fue una experiencia espantosa, hasta entonces sintió un miedo inenarrable, y el regreso a su casa se le hizo muy difícil y eterno, desde entonces se le quitó la costumbre de seguir a las muchachas por muy guapas que éstas fueras.

     Yo tengo más de cincuenta años Dice Don Rafael, y cuando tenía seis añitos, a su hermanito y a él lo pusieron a cuidar la lumbre para que no se apagara, porque estaba el cazo con agua hirviente para pelar un cochi, puerco o marrano, sería como las cuatro de la mañana, y estaban somnolientos entretenidos aventando piedritas a los tizones encendidos, cuando de pronto como una ráfaga  pasó entre ellos la mujer envuelta en un mantón blanco y no pisaban el suelo, al fin niños, a ellos les pareció que volaba además muy divertido, no sintieron miedo, al contrario, fue muy novedoso, y jubilosos empezaron a saltar y a gritar a sus papás...!pasó una mujer volando atravesando las paredes de la casas de enfrente!...hasta los abuelos se levantaron y muy quitados de la pena, dijeron, “Ah, es la mujer de blanco, la andariega, ya nos contaban nuestros abuelos que desde tiempos ya idos, Viki la peregrina, ha asustado a mucha gente, no se asusten niños, nomás es un alma en pena”; dijo el abuelo, y ellos continuaron cuidando el cazo en la lumbre....

...Y continua diciendo Don Rafael, que a través de los años son muchos los espantados con esta aparición...la han visto su cuñada Ernestina, su comadre Catalina, los muchachos que se reúnen para ponerse de acuerdo sobre las carreras de carro y también la han visto sobre el templete del Casino Corona así como entre la gente que anda bailando, que de repente pasa entre ellos como una ráfaga flotando y atravesando paredes. Otro testimonio de la aparición de Viki la andariega, es el de Doña Juanita por el callejón Topete, dice que aquella noche de verano ella estaba acostada en su catre al aire libre en el patio...y de repente, se apareció en el zaguán de su casa una mujer vestida de blanco quien volteaba para todos lados como buscando algo y que ella creyó que era su hermana Ramona, y le dijo “Oye tú, pues qué esperas que no te metes ya es noche para que estés en la calle viendo lejos”; y que la mujer ni en cuenta la tomó, empezó a caminar alejándose del zaguán, entonces ella se levantó de prisa, para darle alcance,  y se fue detrás de quien creía que era su hermana, y la iba regañando, tenía que apretar el paso porque iba muy recio...”!¨Pues que te pasa mujer estás loca o que, para dónde vas a estas horas de la noche?”, y esta nada le contestaba.




...De pronto, la mujer del mantón blanco cruzó solares y ella se quedó asombrada con lo que vio...la mujer no pisaba el suelo, flotaba, así como sus largos ropajes y cabellos....la tenía como a dos metros de distancia ésta dio la media vuelta y se le quedó viendo con una sonrisa macabra...y con una voz de ultratumba le dijo “Soy Viki “...espantada se llevó las manos al rostros al ver que no era su hermana, y la aparición continuó flotando hasta perderse en la panadería de Briseño, el regreso a su catre, fue muy difícil, entre el silbar del viento y aullar de perros.

     Otra versión en el mismo callejón Topete de Doña Adriana dice que cuando su hijita tenía diez años hace ya muchos años la niña estaba en su cuarto estudiando a la mortecina luz de la lámpara y por la ventana que da a la calle, vio pasar a esta mujer peregrina creyendo que era su tía muy querida, y la niña jubilosa aventó las libretas y salió a la calle a seguir, según a su tía, y la niña le iba diciendo....”Tía espéreme para donde va tan de prisa si ya se pasó de la casa”; y la mujer se fue metiendo por entre los solares y la niña también, pero que cuando ya casi llegaba a la panadería donde desapareció la niña se dio cuenta que la mujer flotaba, no pisaba el suelo, y desde luego no era su tía., esta empezó a gritar, “Me salió un fantasma, es una mujer envuelta en un mantón blanco y no pisa el suelo”, el vecindario no sin muchos temores porque ya sabía de esta aparición, salió a darle auxilio...tardó mucho tiempo de recuperarse de esa mala impresión su hija, cuando era niña.

La mujer de blanco del callejón Topete era el coco para los enamorados, las parejitas tenían que estar temprano en casa, porque podían toparse de repente con Viki la andariega, y los muchachos después de dejar a la novia en su casa, por esos rumbos, apretaban el paso y se llevaban su burrita del tequila muy escondida para darle dos o tres chupetes y darse valor por si  acaso....a Pancho el mecánico, aquella noche se acababa de bañar, y abrió el closet para sacar ropa, pero al abrirlo salió la mujer de dentro del closet, la que venía en su trayectoria atravesando paredes, y espantado éste dijo “Ay Dios es la mujer de Blanco”; y ésta le contestó “Si soy la mujer de blanco y me llamo Viki, y continúo atravesando paredes, por eso se supo desde entonces que se llama Viki esta mujer andariega que quien sabe desde donde sale y desde cuántos siglos.

…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir….

*Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*



LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“EL SAN MIGUEL SE LO TRAGO EL MAR....UN BARCO DE MISTERIO Y LEYENDA”.

·        FUE EN VISPERA DE NAVIDAD...UN 23 DE DICIEMBRE DE 1967. LA MISTERIOSA DESAPARICION DE BARCO DE CARGA EL SAN MIGUEL, QUE NI RASTRO DEJO.
·        “DECIA QUE EL CAPITAN SE COMUNICO A TIERRA AQUELLA TRAGICA NOCHE, “YA VAMOS LLEGANDO, AL AMANECER ESTAREMOS ATRACANDO EN LA PAZ”...PERO NUNCA LLEGARON.
·        UNA TRAGEDIA QUE ENLUTO A MAS DE UNA DECENA DE FAMILIAS EN LA PAZ, QUE LAS HERIDAS NO CIERRAN AUN...Y QUIZAS NUNCA CERRARAN.
·        A 50 AÑOS DE LA DESAPARICION DEL SAN MIGUEL, HASTA LA FECHA NUNCA SE SUPO QUE FUE LO QUE REALMENTE PASO AQUELLA NOCHE DEL 23 DE DICIEMBRE DE 1967...JAMAS ENCONTRARON ALGUN RASTRO, NI DE LA CARGA, NI DEL BARCO, NI DE LA TRIPULACION.
·        TODO QUEDO EN EL MAS ABSOLUTO MISTERIO....EN ESPECULACIONES...EN LÁGRIMAS...EN HISTORIA Y LEYENDA.

El mar estaba embravecido a causa de los fuertes norestes aquella fatídica noche del 23 de Diciembre de los sesenta, en la oscuridad de la noche, como luciérnagas apenas se distinguían unas lucecillas...era el barco El San Miguel el que venía de Mazatlán cargados de cilindros de gas, frijol, láminas, entre otros productos tripulados diestramente por su capitán Don Juan García “El quelele”, y demás tripulación...como una cáscara de nuez se perdía y resurgía entre el oleaje...los experimentados marinos, en su mayoría jóvenes aún, ya estaban acostumbrados a estos vaivenes, pero ahora era diferente...el fuerte viento, furioso, bufaba, aullaba y gemía en la penumbra de la noche ya cercana se destacaban densos nubarrones semejantes a fantásticos monstruos en lucha...el viento y el rumor del mar se confundían...parecían lastimeros lamentos que anunciaban tragedia, las ráfagas y torbellinos agigantaban las olas embravecidas que parecían subir al firmamento...algo grave estaba por suceder; quizás les dio tiempo de pensar, porque de repente, ¡San Miguel se lo tragó el mar con toda su tripulación junto con su capitán Juan García!.

Cuenta Don Manuel Fuerte Sánchez, viejo lobo de mar, de la marina mercante, que aquella noche el Santa Teresa venía a poca distancia delante de ellos, del barco El San Miguel; también vivían aquellos momentos de los fuertes vientos, las coyas que les dicen, y que Feliciano, Chano Sánchez, le gritó desde el barco San Miguel a Raúl Fuerte Jordán, que iba en el Santa Teresa, “Raúl, allá nos vemos en La Paz, ve preparando una botella”...!y nunca llegaron!, no hubo amanecer para ellos...fue una amarga navidad para sus familias.

¡Cuánta tristeza se vivió en La Paz con la fatal noticia aquella navidad de 1967, no se podía creer!, se hundió El San Miguel, se lo tragó el mar y ni rastros dejó...las autoridades lo buscaron por cielo, mar y tierra y ni rastros se encontraron del barco, la carga y la gente...empezaron las especulaciones que dan paso a la leyenda...unos decían que los extraterrestres se lo llevaron...otros que algún submarino, otros que quizás lo secuestraron y que estaba por Japón...o que tal vez hubiera por ahí dónde han desaparecido ya varios barcos, una fuerza extraña como el triángulo de las Bermudas, que estaba en Boga por ese tiempo, en fin todo quedó en el misterio, que era una esperanza para sus familiares el que pudiera estar viva la tripulación en alguna parte del mundo.

Decían también que algunos ya le tocaba...como aquel marinero que ese día que zarpó El San Miguel de La Paz, él estaba pintando su casa y no se fue por ese motivo, pero si se fue otro día en el avión a alcanzar el barco San Miguel...y nunca regresó...recuerdo las noticias cuando la intensa búsqueda del barco desaparecido y que todo fue en vano, entre otras decían:


“Los helicópteros buscaban intensamente en la inmensidad donde casi se juntan cielo y mar, y que les alentó la esperanza al divisar en la lejanía un manchón en el mar, y pensaron que pudiera ser los restos del barco...pero al llegar al mencionado lugar, ¡oh, desilusión!, y a la vez, maravillosa sorpresa, era la copa de un frondoso árbol que salía del fondo del mar, al ras del agua, en aquellas soledades...nunca se me olvidó este dato, porque a través de los años, siempre me he imaginado temerosa y admirada la diversidad de animales que habrían entre el follaje de ese gigantesco árbol que emergía de lo profundo del mar. Tengo presente que fue cuando dieron por terminada la intensa búsqueda del barco El San Miguel, y que siempre vive en mis gratos recuerdo, mi querido primo, Miguelito Castro quien formaba parte de la tripulación del barco El San Miguel y con quien compartía juegos infantiles, junto con su hermano Vicente y otros primos en aquella Paz de antaño.

...La misteriosa desaparición de El San Miguel, un barco de leyenda que quedó en el más absoluto misterio aquel trágico 23 de diciembre de 1967.



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Nostálgico atardecer en La Paz..un regalo para ti..
.Através de los milenios ..la sangre del aguerrido Guaycura tiñó tus límpidas aguas..hermosa bahía de La Paz..
..Mar y cielo de color plata...en la perla mas bella y codiciada..La Paz..
..Aquel viejo pescador..