viernes, 17 de marzo de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“EL TESORO DEL TORO PRIETO DE LOS SANDOVAL...EN SAN ANTONIO DEL ZACATAL... EN LA HISTORIA DE LA LEYENDA.

Cuentan los mayores que en noches de plenilunio, de entre los pinares salados del bosque de El Zacatal, de repente se escucha un estruendo de cascos como una estampida de bestias con sus jadeos...estertores y gorgoreos y de pronto, sale a la vera del camino a un ladito de la cola de la ballena levantando una polvareda un enorme toro prieto bufando con los ojos encendidos y por si fuera poco lo viene siguiendo un hombre vestido de negro montado en un negro y brioso corcel tirando lazadas al viento como arriándolo, volándole al aire un negro capote; que corren un trecho como de unos cien metros, y desaparecen perdiendo el suelo como por encanto en la entrada rumbo a la polémica planta tratadora de aguas negras, escuchándose un ruido como si vaciaran barras de oro o algo pesado....quienes han vivido esta experiencia y que son muchos, le piensan dos veces para pasar por ahí o de plano, no han vuelto a pasar por esos lugares.

El tesoro del toro prieto de los Sandoval ha dado paso a la historia y a la leyenda, y cuentan que San Antonio del Zacatal fue la primera hacienda de importancia en La Paz, después de  la salida de los padres jesuitas en 1768...que el Zacatal es mas viejo que La Paz, y sus fundadores fueron Don Rosario Sandoval y Doña Josefa Carlón Sosa y Silva, quienes eran dueños casi de toda La Paz...dicen que tenían mucho dinero, era tanto oro y plata el que tenia que hasta en los apersogaderos donde amarraban las bestias, y los horcones en las enramadas lo metían, porque ya no tenían done guardarlo...la gente que allí trabajaba era tan honrada que se acostumbraron a ver el oro y la plata en los palos de la casa a su paso, y nunca robaron nada.

Contaba don Siriano Sandoval, una anécdota de su tatarabuelo, Don Rosario, que le contaba su abuelo...que era tanto el dinero que tenia, que una vez un amigo que tenia, en San Luis Gonzaga que se llamaba Emigdio, muy rico también, con el fin de probarlo, le mando un “propio” pidiéndole dos cargas de plata prestada, y que Don Rosario con mucho gusto le mando cuatro cargas de plata, diciéndole que si quería otras dos tres se las podría prestar también, y que Don Emigdio se quedo asombrado a comprobar la confianza, y la bondad así como de la riqueza de su amigo, además de la honradez del “propio”, ya que le llego con las cuatro mulas cargando la plata en tanates de cuero, de 150 kilos cada uno como se acostumbraba” y continua diciendo que Don Rosario, mando envarillar o disecar un gran toro prieto, y lo metió a su cuarto, allí guardaba el oro y plata en barricas o en doblones en escudías o en greña como le decían antes porque en aquel tiempo no había monedas ni billetes mucho menos bancos y la gente acostumbraba a enterrar sus riquezas. Que la familia  y sus trabajadores se acostumbraron a ver dentro de su cuarto ese toro prieto lleno de oro y plata y a Don Rosario y Doña Josefa contando su riqueza, y que ni cuidados les daba que los viera, así se las gastaban ellos.

Y que una mañana de aquellas de La Paz antigua, de revueltas y todas esas cosas, Don Rosario y Doña Josefa mandaron con cualquier pretexto a toda la gente a La Paz, y se quedaron solos en la hacienda. Cuando estos regresaron, ante su sorpresa, ya no estaba el toro prieto con el tesoro dentro del cuarto de  los señores Sandoval, y se pusieron a especular, ¿Dónde enterrarían los Sandoval el tesoro del toro prieto?, lo cierto es que al paso del tiempo murieron los señores y el tesoro del toro prieto dio paso  a la historia y la leyenda...nunca lo pudieron encontrar...a través de los años los buscadores de tesoros escarbaban todo el panteón, tumbas por tumbas, toda el área del Zacatal un escarbadero dejaban, y hasta derribaron la capilla del Santo San Antonio varias veces, y gentes piadosas la volvían a reconstruir...Y según se dice el famoso tesoro nunca lo han podido encontrar...el tesoro del toro prieto de los Sandoval ha dado paso a la leyenda en toda la comarca...grandes expediciones se realizaban en su busca, así como feas y espeluznantes experiencias que se vivieron estos buscadores de tesoros.

Al paso de los años, al caer la noche, por ese rumbo del zacatal son varios los que se han espantado con los jadeos, ruidos de cascos y bufidos que se escuchan entre los matorrales...dicen los que lo han vivido que hasta parece que los van a alcanzar, que hasta sienten los resollidos muy cerca de sus orejas... los que ya saben de lo que se trata nomas aprietan el paso con el Jesús en la boca y el corazón en la mano musitando oraciones y de plano no voltean para aquel rumbo...y los que no saben la leyenda del toro prieto y del tesoro de los Sandoval pues pasan la amarga experiencia...dijo Don Siriano, que le dijo su abuelo, que decían, que una vez llego a la capilla de San Antonio, un hombre con un plano y una comitiva de gente, y que muy valientes luego  luego se pusieron a escarbar llegando hasta donde pegaba la barra con algo, y de pronto dijo el del plano “Aquí le vamos a parar, porque uno de nosotros tiene envidia, y el tesoro se puede volver carbón y además ya esta anocheciendo y que mejor al día siguiente le seguirían”.

La gente replico, espantada, porque sentían el ambiente muy raro, que no se quedarían allí que mejor otro día vendrían, y el del plano contesto “bola de miedosos, yo si me voy a quedar dentro de la capilla”, que él no tenia miedo porque venia bien protegido, y diciendo esto se desabotono la camisa mostrando en su pecho un tatuaje de la virgen de Guadalupe...¡¡y aquel hombre tatuado se quedo!!....Al día siguiente su abuelo fue a llevarle allí en la capilla un vaso de café, pero cual seria su sorpresa, que todo estaba en silencio, el hombre desapareció sin dejar rastro, que el hueco y la barra estaban igual que la tarde anterior...y los hombres que llevaba al saber esto, se fueron espantados como alma que lleva el diablo, nunca mas se supo del hombre del tatuaje y del plano, que solo aquel hombre y el santo San Antonio supieron lo que paso aquella noche de terror y misterio dentro de la capilla de El Zacatal.

Y así se fue tejiendo la historia y la leyenda del tesoro del toro prieto de los Sandoval, fueron pasando los años, y fueron muchos los espantados al intentar sacar el tesoro del Toro Prieto de los Sandoval....y por la década de los 70, época en que llegaron los hippies, a La Paz, y por consiguiente se desencadenaron los vicios corrompiendo la juventud de ese tiempo iniciando en el vicio de la mariguana, y algunos secundarianos se iban a los panteones a tronárselas y el Zacatal era de su preferencia, por las leyendas de tesoros y aparecidos, fueron muchos los que intentaron encontrar el tesoro del toro prieto, y feas y terroríficas experiencias pasaron...entre las mas espeluznante que se cuentan de esa época, es esta... “el joven Luis y un grupo de amigos, aquella oscura noche de invierno acicateados por las leyenda del tesoro les entro la curiosidad y la ambición, y organizaron su búsqueda. Llegaron al Zacatal con sus implementos para escarbar y cuando estaban mas emocionados escarbando al pie del altar de pronto sintieron que la barra tocaba algo así como un cuero, pero que de repente se les apagaron las luces de las lámparas de mano que llevaban, y escucharon un gran ruido de cascos de bestias y se aventaron sobre el templo y retumbaban en las paredes los jadeos como de muchas bestias enojadas y ellos, salieron espantados dejando todo sus implementos y los iba siguiendo un toro prieto seguido de un jinete vestido de negro tirando lazadas al viento por un trecho de más de cien metros....los jóvenes no volvieron nunca más a ese lugar....Todavía no se explican como salieron de aquella obscuridad con aquel horrible animal casi casi pisándoles los talones.

En otra ocasión, atraídos por la misteriosa leyenda del tesoro del toro prieto vinieron a La Paz de vacaciones tres estudiantes de Cuernavaca y se emocionaron tanto con la historia que ni tardos ni perezosos organizaron la excursión y se fueron al zacatal los tres jóvenes acompañados de otros dos estudiantes...eran como las 8:40 P.M. de aquella noche invernal, tres jóvenes escarbaban al pie del altar, dentro de la capilla, y dos alumbraban con un farol y lámpara de mano...de pronto, sintieron que la barra golpeaba como un cuero duro...la emoción de los jóvenes subió de tono...entre jadeo y jadeo paleaban mas rápido, afuera, en la lejanía aullaban lastimeramente los perros...Dicen que se escuchaban ruidos de cadena alrededor del templo, retumbar de cascos de bestias así como bufidos, luego empezó a relampaguear y tronar...después se soltó una pertinaz llovizna...¡¡Y de pronto, casi se paralizan del susto y la sorpresa...espantados a la tenue luz de la lámpara notaron que se empezó a escuchar el tétrico chirriar de una cuerda amarrada en la nada....era un columpio y en el venia sentada una mujer vestida de blanco volándole al viento la negra y larga cabellera, quien con una macabra sonrisa los miraba y se columpiaba pasando sobre la espalda de los tres jóvenes dentro de la fosa quienes aterrados no lo podían creer, tirándoles tarrascones al vaivén del columpio con su enorme mano de largas uñas como de garra, casi rasgándole la piel, pasando el columpio por en medio de los dos jóvenes que estaban arriba alumbrando...cuentan que éstos alcanzaron a salir huyendo despavoridos del lugar, seguidos del toro prieto pisándoles los talones, con un jinete tirando lazadas al viento, quedando los jóvenes en la fosa dentro de la capilla con aquella macabra aparición de la mujer del columpio....Solo ellos supieron que les hizo, que paso con la macabra dama del columpio en aquella noche infernal en El Zacatal.

Los muchachos fueron por ayuda pero cuando llegaron con ella, encontraron a uno de los jóvenes muerto de un paro cardiaco, otro perdió la razón, y el otro aunque se vio muy grave si pudo sobrevivir para contarlo se dice que fueron los últimos buscadores de tesoros en el zacatal...son muchos los que cuentan sus experiencias a este respecto, pero es muy corto el espacio para narrarlo.

...cuando pases por el Zacatal, por los rumbos de la ballena, más vale que te vayas persignado, no te vayas a espantar con el toro prieto de los Sandoval y su jinete del capote negro.....Además de la mujer de blanco y del relicario.


…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…


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