martes, 11 de abril de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“LAS SIRENAS...CUENTO CAURESMAL”.


¡Que no te metas al mar porque te convertirás en sirena!... ¿Qué no ves que es viernes santo?...era la consabida amenaza para los inquietos niños de aquellos tiempos...de alguna manera, para obligarlos a la obediencia y a respetar las costumbres aquellos viernes santos, viernes de silencio...cuando nomás se escuchaba el alegre trino de los pájaros y el silbar del viento. Entre aquellos aromas a capirotadas, torrejas, tortitas de camarón, de pescado y leche cocida, entre otros ricos manjares alrededor de las encaladas hornillas contaba la abuela que “Hubo una vez una familia que tenía su hogar frente a la playa bajo la sombra de un frondoso palmar quienes tenían tres lindas niñas y un varoncito, Juanita, Perlita, Margarita y Gabriel, muy inquietos por cierto los niños...que en un viernes santo de aquellos, después de escuchar las siete palabras, como es la costumbre, sus padres le recomendaron una vez más...queridos hijos, ya saben que hoy es viernes santo, viernes de guardar, es de luto para toda la humanidad, porque es el día en que fue crucificado en la tierra nuestro señor Jesucristo; nosotros, nos vamos a descansar y ustedes pueden leer, o jugar, pero sin pelear y todo en silencio”.

            ¿Podemos bañarnos en el mar?, preguntó Juanita muy entusiasmada, y su madre persignándose muy preocupada les dijo, ¡de ninguna manera!, es viernes santo y no pueden ni deben meterse al mar porque se convertirían en sirenas! Pero inquietas y desobedientes que eran las niñas, esperaron a que sus padres se durmieran y felices, se encaminaron a la playa acompañadas de Gabrielito, quien era el más pequeño. El niño rehusó meterse al agua, porque era obediente y además tenía temor de convertirse en un pez como decían los mayores. Temeroso Gabrielito se sentó sobre una barca que estaba en la arena boca abajo a observar a sus hermanas y a aventar conchitas y caracoles al agua mientras que Juanita, Perlita y Margarita, las tres niñas desobedientes corrieron encantadas y se metieron al mar.

            ...Era un viernes santo, viernes de silencio...las niñas jubilosas nadaban y nadaban en el agua, la que estaba muy fría, cortando con sus manitas las olas... y cuentan los mayores que cuando las niñas nadaban escuchaban raros murmullos en el agua, las que se pusieron más turbulentas, y de pronto todo se oscureció por unos instantes y sentían una rara transformación en sus cuerpos, luego espantadas vieron que de la cintura para abajo tenían la figura de un enorme pez y empezaron a rodearlas una gran cantidad de peces, las niñas desesperadas querían salir del agua, pero la corriente las jalaban mar adentro seguida de sus compañeros los peces, y ante los asombrados ojos del niño quien gritaba asustado, y las llamaba llorando, levantando sus manitas con impotencia al aire, pegando saltos sobre la panga, pero las niñas se alejaban más y más diciéndole a Dios con sus manitas.

            Por su desobediencia las niñas se habían convertido en tres hermosas sirenitas quedando sus padres y hermano sumidos en la tristeza. Y contaban los ancianos que los padres de las niñas desobedientes, salían todos los días hasta el anochecer, a recorrer las orillas del mar con la esperanza de ver a sus hijas aunque sean convertidas en sirenas...pero que nomás ondeaban sus escamosas colitas de pescado entre las hermosas olas confundiéndose con los murmullos del viento y el mar las voces plañideras de este triste y bello canto de las desobedientes niñas que un viernes santo se metieron al mar.

            “Nuestros padres y hermano, ¿dónde estarán? Al vaivén de las olas nos alejamos más  y más. Cómo olvidar, fue un viernes santo las niñas se metieron al mar, por ser desobedientes son sirenas de la mar”.

            Aquel viernes santo, viernes de silencio alrededor de las hornillas inundadas de aromas, todos estábamos en suspenso escuchando a la abuela, hasta mi viejo perro el pachuco estaba tirado a mis pies emocionado, y continuó diciendo mi nanita, y cuentan que sus padres ya viejitos, seguidos de muchos niños, buscaban a las sirenitas por toda la orilla del mar, para escuchar su triste canto, que un día, a sus padres, ya no le vieron nunca más...terminó diciendo la abuela añadiendo que el viernes santo es el día más grande para toda la humanidad y desde entonces se hizo la conseja popular que los mayores aconsejan a sus hijos que el viernes santo se debe de guardar y sobre todo, no meterse al mar porque se convertirían en sirenas.



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LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“VIERNES SANTO…VIERNES DE SILENCIO.”


            El domingo de Ramos antecede a la semana santa...es la conmemoración de la entrada triunfal en Jerusalén de nuestro señor Jesucristo  montado en un burrito blanco entre aclamaciones y palmas de la multitud...fue el sexto domingo de cuaresma, cumpliéndose así lo anunciado siglos antes, por el profeta Isaías...hoy empieza la semana Santa, la semana mayor, última de la cuaresma que precede a la Pascua. Es la más importante, porque es cuando tuvieron lugar los misterios más grandes de la redención del hombre: la última cena, en que el señor Jesús instituyó la sagrada eucaristía y el sacerdocio; su pasión y muerte sobre la cruz y su resurrección después de la muerte.

            Recordando aquellos viernes santos, viernes de silencio de La Paz de antaño y aquella costumbre, entre exquisitos aromas a capirotada, torrejas y otros platillos elaborados a base de productos del mar, mi madre decía: “Que la carne que no se debía de comer es la humana, o sea, hablar de mal de nuestro prójimo; y que hace más de 1900 años hubo un hombre que nació contrario a las leyes naturales de la vida. Este hombre vivió en la pobreza y fue criado en la oscuridad; no viajó extensamente, solamente una vez cruzó las fronteras del país en que vivía; eso fue cuando siendo niño, estuvo un tiempo exiliado de Egipto. No poseía ni influencia ni dinero. Sus familiares no eran prominentes y carecían de todo entrenamiento y de educación formal. Durante su infancia atemorizó a un rey; durante su niñez impresionó a los doctores; ya siendo hombre dominó la naturaleza, camino sobre las olas como si fuese el suelo y silenció los vientos y la mar. Sanó a las multitudes sin medicina y no cobró por sus servicios. Nunca escribió un libro; sin embargo, los libros que han escrito sobre él podrían llenar bibliotecas enormes. Nunca escribió un canto, sin embargo se ha provisto tema para más cantos que los que han producido todos los compositores juntos nunca fundó una universidad, pero todas las universidades y escuelas juntas no tienen mas discípulos que él. Nunca dirigió un ejército, o enlistó a un soldado, o disparó un arma de fuego; sin embargo, ningún líder ha tenido mas voluntarios a sus órdenes que hayan hecho que tantos rebeldes entreguen sus armas y se rindan sin disparar un solo tiro.
           
Nunca practicó la medicina, pero ha sanado mayor número de corazones quebrantados que todos los doctores juntos.

            Cada séptimo día la actividad humana cesa, y las multitudes van a adorarle. Los nombres de los grandes estadistas de Grecia y Roma florecieron y han quedado relegados al olvido. Pero aunque el tiempo ha colocado más de 1900 años entre este hombre y nuestros días, EL SIEMPRE VIVE. Herodes no le pudo destruir, y el sepulcro no le pudo retener EL está sobre el mayor pináculo de la gloria celestial, proclamado por Dios, reconocido por los ángeles, adorados por santos y temido por demonios, como el viviente personal Cristo, nuestro señor y salvador.

            De acuerdo con la liturgia el próximo viernes es el día de Dolores, se dice que en punto de las 3 de la tarde, el hijo de Dios redimió a los hombres con su sangre, después del viacrucis durante el cual fue azotado, escarnecido, por una clase social, explotadora de una fe de siglos hasta que el redentor había de venir a trazar caminos diferentes. El viernes santo, es viernes de silencio, es el día más grande de la liturgia, es el día que un velo negro cubre por minutos la faz de la humanidad porque dicen los entendidos que en ese momento quedó inerme el mundo y se desatan las fuerzas del mal. Su estoicismo, la aceptación del cáliz de la amargura, la plena consciencia de la traición de Iscariote, no lo hicieron desistir para proseguir con su doctrina de amor y de igualdad. Madre, preguntó mi hermanita mayor, cuéntenos otra vez la del pez que no tiene un lado y por qué se llama Cuaresma. Mi madre preparaba el agua fresca de lechuga, y continuó diciendo que “andando Jesús en la barca con sus discípulos, uno de ellos dijo que tenía hambre, y el señor metió sus manos al mar y sacó un pescado, le cortó un lado y comieron todos de él, luego, vivo aún el pez lo echo al agua nuevamente. Según dicen los mayores que es el lenguado, y que quizás por eso es la costumbre de comer pescado en cuaresma.

            La cuaresma se conmemora la muerte y resurrección de Jesús y tiene su origen desde tiempos inmemoriales, el número 40 tiene mucho significado en la historia de Israel.  Cuarenta años duró la peregrinación de los israelitas por el desierto purificándose, escuchando a Dios por medio de Moisés y luchando contra sus enemigos sólo entonces pudieron entrar a la tierra prometida. 40 días estuvo Moisés en el Monte Sinaí para hablar con Dios y recibir las tablas de la ley. 40 días caminó el Profeta Elías por el desierto sin probar alimento hasta el monte Oreb, donde pudo vislumbrar a Dios. 40 días estuvo orando en ayuno Jesús en el desierto, donde venció las tentaciones del placer, del poder, del aparecer y de la autonomía frente a Dios, sólo entonces pudo hacer el bien a todos. Dijo mi adorada madre, empezando a batir huevo nuevamente, para capear las semitas previamente tostadas y rebanadas a la mitad, y echarlas al jarro de miel hirviente preparada con panocha, canela, y clavo, las exquisitas torrejas.

            El viernes santo...era viernes de silencio...era luto para toda la humanidad... sólo se escuchaba el rumor del viento, y el canto de los pájaros rompiendo el silencio...mujeres de rostros condolidos, con ropajes y tápalos negros...silencio en todos los hogares...ni radio, ni cine y televisión no había...sólo se escuchaba el cacareo de gallinas, y se percibían los aromas que salían de la cocina...y hasta el perico que pendía su jaula en el emparrado el flor, estaba en silencio...el hacha en los leñeros, cuchillos y machetes quedaban en silencio...imágenes y espejos cubiertos de crespones púrpura o negros. No se decían malas palabras. Mi madre, con una mirada de aquellas que enchinaban la piel, nos guardaban las travesuras para el sábado de gloria y nos levantaban con una cintariza “para que crezcan derechitos” nos decía, y luego nos daban un vaso de agua endulzada para el susto.

            Aquellos viernes santos, las mujeres en la cocina andaban en silencio, hablaban lo indispensable; y los niños en los rincones jugaban en silencio, escuchando a los mayores las cosas de otros tiempos...prohibido bañarse en la playa, porque decían que se convertirían en sirenas; y las embarcaciones de los pescadores quedaban inactivas y en silencio...era viernes santo, viernes de guardar, viernes de silencio....sólo se escuchaba el canto de los pájaros y el rumor del viento...después de escuchar las siete palabras, y adorar al señor,  todo mundo estaba en casa...y en silencio… Eran otras costumbres y otros tiempos.

Por el placer de escribir…Recordar...Y compartir…  


LA PAZ  QUE SE PERDIO.
POR: MANUELITA LIZARRAGA.


LA  CREACION DEL H. CUERPO DE BOMBEROS.... LO MOTIVO EL INCENDIO DE LA TENERIA SUELA VIOSCA....NORBET HANNEL HOFFMAN....FUE SU PROMOTOR.

  • FUE UN SABADO DE GLORIA DE 1959.

Fue por la década de los sesenta... el primer incendio de gran magnitud en La Paz, conmovió a toda la población al quemarse la tenería suela Viosca, terminando así toda una época de historia industrial y comercial, que dio fama mundial a Sudcalifornia por la calidad de la vaqueta que procesaba y exportaba a Estados Unidos y Japón, así como  al interior de la República...las lenguas de fuego se alzaban decenas de metros de altura iluminando toda La Paz...tibores con químicos y combustibles volaban al cielo...maderas y láminas del techo de la tenería suela Viosca crujían por el intenso fuego, rompiendo el silencio de aquella tranquila noche de verano sábado de gloria de 1959...la gente aterrorizada gritaba !se quema La Paz!...!se quema La Paz!... ¡Y NO HABIA BOMBEROS EN LA PAZ!... el incendio duro varios días...las brasas crepitaban... y con el viento se volvía a encender aquello. Fue toda una odisea apagarlo....sus habitantes estaban acostumbrados a que nunca pasaba nada extraordinario... época de la música, el romance, y molinos de viento... fue así como el señor Norbet Hannel Hoffman se propuso crear el H. Cuerpo de Bomberos por primera vez en La Paz.

Los bomberos fundadores aquel 27 de agosto de 1959, fueron además del señor Norbet Hannel Hoffman: Alfredo Fisher Montaño, Carlos de los reyes Rodríguez, Carlos Benton Moyron, Mario Cosío, Rafael salgado Castro, José María Romero Geraldo, Raúl Montaño, Luis Lara, Gabriel Salorio Martínez, Eduardo Hannel Cortez y Ramón García Araiza; siendo su instructor y entrenador el comandante Guillermo Velazco. Entusiastas jóvenes voluntarios que pusieron los pilares de la honorable corporación de bomberos, recibiendo en ese mismo año la primera máquina extinguidor marca mark, la que causo admiración a los habitantes de la época. El primer domicilio del H. Cuerpo de Bomberos fue el viejo garaje del policía municipal que estaba en el antiguo sobarzo; ahora es una biblioteca pública. En 1960, se instalan en Guillermo Prieto entre 5 de mayo Y Constitución; edificio proporcionado por el señor Kino y sus hijos. Toma el cargo de primer comandante el bombero Carlos de los Reyes Rodríguez; y Don Norbet Hannel Hoffman entrega el mando del patronato de bomberos a Don Alberto Alvarado Arámburo (Q.P.D.).

El primer domingo de enero de 1960, se incorporaron al H. Cuerpo de Bomberos la segunda generación de entusiastas jóvenes voluntarios, conscriptos todos ellos; Pedro Arias Venegas, Pedro Ceseña Osuna, Renato Campos Ochoa, Pablo López Zumaya, Carlos Domínguez Tapia, Eduardo y Manuel Benoit, Carlos Navarro, Eduardo Olachea Martínez, Rubén Castro Hirales, Manuel Ayón Higuera, Mario Enrique Ruiz Cota y Martin Cadena Hirales. Gracias a las gestiones de la inolvidable profesora Julia García de Ojeda, el H. Cuerpo de Bomberos se trasladó a un nuevo domicilio, a un aula de la escuela  Raúl A. Carrillo, sumándose la tercera generación de jóvenes voluntarios: Adán Enrique Ruffo Velarde, Alfredo Ríos Flores, Agustín Avena González, Ignacio Moyron Verdugo, Ignacio Flores Romero, Raúl Manríquez Zumaya, Jorge Ríos, Manuel García Martínez, Heber Alarcón, Rene Amador Moyron, Humberto Ramón y Cirilo Zumaya, así como José Rosario Verdugo entre otros.

En aquellos tiempos en que el hospital Salvatierra no contaba con ambulancia ni había cruz roja, el H. Cuerpo de Bomberos prestaba auxilio trasladando enfermos con una ambulancia tipo Cadillac. Los traga humos no solamente apagaban incendios, sino que son incontables las veces que han puesto su brazo para donar sangre, y así salvar vidas. Incontables también son las veces que nacían niños a bordo de la ambulancia y ellos ayudaban a traerlos al mundo. El bombero está preparado para todas esas emergencias. Han sido muchos los incendios de gran magnitud en que han intervenido a través de los años, desde su  creación en 1959; pero el más peligroso lo fue quizás el incendio de la planta termoeléctrica que estaba ubicada en Ramírez y Melchor Ocampo. En 1965 explotó la gasolinera de Don Chale Arámburo Mendoza, así como el 12 de julio de 1967, a la 7:30 de la mañana, se desplomo un avión DC3 de Aeroméxico sobre el hogar  de una familia atrás de la escuela Et-1 donde hubo varios muertos. La explosión del barco don Lorenzo en 1972, el que estaba atracado en el muelle fiscal cargado de combustible y también hubo varios muertos y como no recordar el gran incendio del C.C.C. palacio en 1980; labor infatigable sin duda alguna lo fue cuando el ciclón liza toco tierra aquel 30 de septiembre de 1976 a las 3:10 de la tarde, un hecho sin precedentes que enlutó a miles de familias destacando el altruismo de los bomberos, hechos que han quedado marcados en el recuerdo de los Sudcalifornianos.

Raúl Sánchez Castro, comandante de esa honorable corporación desde hace 22 años y delegado de la asociación de Jefes de Bomberos profesionales de la República Mexicana, A.C., dijo con justa satisfacción; que aún quedan muchas metas por lograr, y que gracias al invaluable apoyo de la comunidad, autoridades de gobierno, y donaciones de “LAS CIUDADES HERMANAS” actualmente el H. Cuerpo de Bomberos cuenta con55 elementos activos, 7 motobombas, camiones, extinguidores, 2 carros bomberas cisternas, 2 ambulancias, 1 camión escalera, 2 carros para rescate, 2 pick up como apoyo, 1 patrulla, así como equipo hidráulico pesado para extracción; añadiendo el comandante que, constantemente tiene gente joven que con gran entusiasmo se están preparando como voluntarios para bomberos, así como estudiantes del Conalep que prestan su servicio social en esa corporación y se inclinan por la vocación de servir a su comunidad, se les dan cursos de capacitación para bombero en México, así como en el extranjero. Termino diciendo el Señor Sánchez.












!Muchas felicidades al H. Cuerpo de bomberos!, que el 27 de agosto de 1959 fue fundado, y cumplen un aniversario más...41 años de su creación; así como felicidades también a los traga humo ya fallecidos los que se recuerdan:  Norbet Hannel Hoffman, Pablo López, Carlos Domínguez Tapia, Ignacio Moyron, Juan Manuel Verdugo, Rene Amador Moyron, Juan Manuel Meza Betancourt, Ignacio Flores Romero, Salvador Cadena Carballo, Mario Enrique Ruiz Cota, Jesús Jorge Morales, Salvador Ruiz y Carlos Cota Downy, (Don Chalito Cota).

¿Qué es un Bombero?

Es un hombre como tú y como yo,                                  Un Bombero no guarda rencores
Es el que vive en aquella casa,                                         Ni agita banderas
Con la mente despierta de un niño,                                  Ni vocifera obscenidades
El que nunca se recuperó de la emoción                          Pero si honrará
Que provocan las sirenas, fuegos y peligros                      La memoria du sus compañeros 
Con defectos, preocupaciones                                         Caídos
Y sueños no realizados                                                    El Bombero no habla de la
Pero con más bondad que la mayoría de nosotros.          Hermandad de los hombres
                                                                                          ¡LA VIVE!,
¡Eso es un Bombero!                                                      ¡Eso es un Bombero!

El que brinda su mejor esfuerzo                                        Es un hombre que responde 
Cada vez que suena la alarma                                            A la sonrisa de los niños
El que es a la vez el mas, y el menos                                 Por que ha tenido en sus manos
Afortunado de los hombres                                               A pequeños cuerpos 
El que sabe el valor de la vida                                           Que nunca volverán a sonreír
Porque ha sentido el poder                                                Es un hombre que disfruta los
De las fuerzas violentas sin control.                                  Placeres sencillos de la vida
                                                                                           Como un saludo tuyo
¡Eso es un Bombero!                                                         O una taza de café caliente
                                                                                           Para el conjunto de huesos y
                                                                                           Músculos, exigidos más allá
                                                                                           Del deber.

                                                                                          ¡Eso es un Bombero!



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viernes, 7 de abril de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
“LA CAPIROTADA Y LAS TORREJAS”

Recordar aquel añorado ayer, aquellos olores y sabores de la cocina de mi madre, es un verdadero placer compartirlo…
¡María, María!... ¡Mi mamá ya sacó la cazuela para la capirotada y el jarro para las torrejas!..- con cuánto regocijo le dije a mi adorada hermana, al ver aquellos utensilios de barro sobre el pretil de la hornilla, y tan apreciados por mi madre y que nos llenaba de contento.
Nos agarramos de las manos las dos y nos pusimos a saltar y cantar de contentas alrededor de las hormillas ¡vamos a comer capirotada y torrejas!... vamos a pelar cacahuates, vamos!
Era viernes santo. Viernes de silencio.
Al crepitar de los ardientes tizones, el bello rostro de mi madre se vislumbraba tras aquella encalada hornilla de evocadores recuerdos entre humos y olores, preparando la miel para ambos manjares y tostando el pan virote y semitas, que mi abuela rebanaba y le alcanzaba, mientras María y yo, pelábamos los cacahuates, que eran más los que nos comíamos que los que quedaban para la capirotada… -¡Que no se coman los cacahuates! - decía mi madre-, ¡Es María! – decía yo - ¡Y no! es la Mela…- decía mi hermana de diez años.
¡Cuánto nos gustaba ver como se preparaba la capirotada y las torrejas mi madre! Sobre la mesa ponía la gran cazuela de barro embarrada de mantequilla y en el fondo le ponía una cama de tortillas de maíz duras de preferencia, para esto, ya estaban todos los ingredientes en sus respectivos trastes: el pan birote rebanado y tostado, queso oreado picado en cuadritos, cacahuates pelados, nueces peladas, plátano macho pelado y rebanado frito en mantequilla de rancho o del venadito, porque no había de otra o no la conocíamos, manzana picada, naranja en rodajas con todo y cáscara, tomate del grande (no muy maduro cortado en rodajas) cebolla en rodajas (morada, porque no conocíamos de otra), ciruelas negras (pasa) y pasas… la miel ya estaba preparada con panocha , clavo, canela y las cascaras del plátano macho…¡Eran unos olores que inundaban todo el patio!... arrímense para que vean y aprendan decía mi madre. Ponía en la cazuela una tanda de pan y una tanda de todos los ingredientes.
Les ponía miel que cubriera esa tanda y luego le ponía otra tanda de pan y de todo aquello hasta terminar y la bañaba de la exquisita miel, luego la tapaba y le ponía masa de nixtamal alrededor para que no se saliera el vapor y sentaba la cazuela en una cama de brazas sobre el pretil de aquella añorada y encalada hormilla, y le ponía brazas también sobre la tapadera.
¡Pero parece que la estoy viendo, oliendo y saboreando!, era la locura aquella cocina tan llena de cazuelas rebosantes en viernes santo, viernes de silencio…
El jarro hirviente con la misma miel ya estaba listo para echarle las torrejas. Con semitas partidas a la mitad, tostadas al comal, se capeaban, o sea se metían al huevo batido y se freían luego se echaban dentro de la miel y era todo, quedaban exquisitas, todo un MANJAR. Desde luego que todo tenía que cocinarse antes de las 12 del viernes santo, viernes de silencio.
Chiles rellenos de queso o verduras, tortitas de pescado seco, mero, garropa, estacuda o cabrilla y desde luego arroz colorado en cazuela de barro, frito con manteca de puerco de aquellos criados en casa, agua fresca de lechuga con panocha y limón y el postre leche cocida o arroz con leche, capirotada y torrejas… QUE TIEMPOS AQUELLOS…


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LA PAZ QUE SE PERDIO[U1] 
POR MANUELITA LIZARRAGA
“LA COCINA DE MI MADRE…EN CUARESMA”

·         TENIAMOS TANTA ABUNDANCIA DE PRODUCTO MARINO, QUE LA CUARESMA EN CASA ERA ESPECIAL.
·         GRACIAS A POLENCHO, MI HERMANO EL PESCADOR DEL LEGENDARIO BARRIO EL MANGLITO, DISFRUTABAMOS TODO AQUELLO.
·         AL VER MI CAZUELITA DE BARRO, HONDA Y OREJONA, ME HIZO RECORDAR AQUEL CALDITO DE CALLO DE HACHA CON ARROZ, Y DE ALMEJA CON TODO Y OLANES, ENTRE OTROS GUISADOS ¡SABROSISIMOS Y SENCILLOS!


El humo de aquella inolvidable cocina de evocadores y gratos recuerdos, olores y sabores, no empañaban la hermosa faz de mi madre tras la encalada hornilla de lumbreantes tizones encendidos y cazuelas de barro llenas de exquisitos guisados sobre el pretil de la hornilla. Ella siempre estaba sonriente, a veces cantando, como los jilgueros, pendiente de que su familia disfrutara de aquellos manjares por ella preparados. “La comida hecha en cazuela de barro decía ella es muy sana y sabrosa”…El frijol lo cocía en hoya de barro y se guisaba también en cazuela de barro con manteca de puerco de aquello criados en casa; el café, el trigo para el atole, se tostaba en apaste de barro, antes, se acostumbraba que parte del desayuno era pinole con leche; el que también se tostaba el maíz y se molía en el molino donde se molía el nixtamal para las tortillas; así como la avena hecha también en apaste de barro. Los postres como el arroz con leche bronca, los dulces en almíbar, de mango, tomate, guayaba, limón, camote, toronja, calabaza, entre otras, también los hacían en apaste de barro; y que sabrosos y saludables.
Al ver mi cazuelita honda y orejona me hizo recordar aquellas cazuelas de mi madre con aquellos guisados tan exquisitos, en especial el caldito de callo con arroz, o con chile colorado, o secos en machaca; había tantos y tantos en nuestra hermosa bahía de La Paz, casi casi en la orilla, es para no creerse; para que hubiera unos cuantos enriquecidos se acabó el alimento diario de la mayoría de los sudcalifornianos y el disfrute familiar de las delicias de nuestras playas de blancas arenas y cristalinas aguas, que con los calores que se avecinan, se añoran aún más y más de los que menos tenemos y con el encarecimiento de la vida, también se añora la abundancia de alimento marino que teníamos a la mano.
La cocina de mi madre estaba inundada de amor, de olores y sabores. La cuaresma en casa era especial ¡qué sabrosos guisados cada viernes de cuaresma! Como el pescado de los mejores y de todo tipo, callo de hacha, almejas, ¡y que callos de almejas!, y caguama, la teníamos a placer diariamente, el viernes tenía que ser especial. Chiles rellenos de queso y de verduras sencillamente, porque el atún de lata ni se conocía, es más ni lo recuerdo que lo comiéramos en esa época, si acaso empezaba a salir al mercado la sardina y el salmón enlatado, el que era una novedad por su sabrosura; también hacían enchiladas, sencillas rellenas de queso, con tomate y cebollita morada porque la cebolla blanca no la recuerdo en aquellos tiempos, acompañadas de arroz blanco y frijoles caldudos bañados de queso; eso era un platillo, pero estoy hablando de tortillas hechas a mano con masa de nixtamal y fritas en manteca de puerco de aquellos, de postre de cada viernes las torrejas al estilo de mi madre, arroz con leche bronca, o leche cocida estilo Sinaloa, porque debo aclarar que mi madre era nativa del Rosario Sinaloa; el agua fresca era de lechuga picada con piloncillo y limón, y para el des empance café de grano colado con talega de manta, con pan calientito horneado en leña, que a las cuatro de la tarde el panadero tocaba puertas con su inmensa canasta tejida de cojoyo de palma por las muchachas Jordanes, atascada de aromático pan de tan variadas formas.
Pero cuantos recuerdos me ha hecho evocar mi cazuelita de barro. Lo que más nos gustaba a todos en casa era el viernes santo; ese día tan grande era especial, era de guardar, era de silencio, no se hacía ningún trabajo en casa ni los niños jugábamos siquiera, los adultos andaban en silencio pelando los ojos con la ceja alzada, y a señas, eran las llamadas de atención, no se decían malas palabras, las travesuras que hacíamos nos las guardaban para el sábado de gloria…Nos levantaban a cintarazos si la debíamos ¡para que crezcan y aprendan a portarse bien!, decían los mayores…¡y zas canijo va un cintarazo!...Esa era la costumbre en casa, del viernes santo viernes de silencio, y sábado de gloria.
El jueves santo se hacía todo lo que se iba a comer el viernes, quehaceres y todo, ¡y los guisados eran todo un manjar!...Tortitas de langosta seca, porque aunque usted no lo crea, estimado lector, de tanta que había las vendían seca en los tendejones de antaño como vender papas y cebolla; o tortitas de pescado seco, de garropa o mero seco, así como de chopas secas, ¡qué sabrosas!
La mantarraya, el tiburón, el cochito, el perico, aunque no lo crean lo tiraban a la orilla de las playas, y las gaviotas, pelicanos y tijeretas no podían levantar el vuelo de las hartadas que se daban…Las grandes jaibas inundaban las orillas de las playas y los cangrejos pues ni se diga, arenas atascadas de una diversidad de conchitas y caracoles que ahora los niños ni las conocen…En casa era costumbre que la capirotada se hacía el viernes santo ¡y qué capirotada!
Aquellos jueves santos en la noche, la cocina estaba llena de olores, mi madre con todo cuidado dejaba en las encaladas hornillas unas brazas encendidas y las tapaba con ceniza y láminas para que no se apagaran, para prender la lumbre al día siguiente, o sea, el viernes santo, y en el pretil de la hornilla calentándose en las brazas lucían las grandes cazuelas de barro la comida: chiles rellenos, tortitas de langosta, pescado y camarón seco, arroz colorad, y la cazuela reina, atascada de exquisita capirotada; y el agua de lechuga con piloncillo, que no debía faltar, ah pero algo muy importante, antes de comer todo aquello, había que ir a la iglesia a las siete palabras, a adorar al señor, eso sí, con la cabeza tapada con mantilla, pañoleta o tápalo…todos en silencio.
…cuantos recuerdos me trae esa cazuelita de barro, que no acabaría de escribir tantas y tantas cosas y desde luego guiso en ella imitando la costumbre y los guisados de mi madre, los que eran más sabrosos que los míos, desde luego…    

…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…





 [U1]

miércoles, 5 de abril de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“DON VICENTE DOMINGUEZ JORDAN...PIONERO EN EL AUTOTRANSPORTE...CABALGA EN LAS BRUMAS DEL TIEMPO”

  • NACIO A LA VIDA TERRENA EL 5 DE ABRIL DE 1931.

  • COMO UN SENTIDO HOMENAJE AL EXCELENTE SER HUMANO QUE ME DIO SU APOYO MORAL Y FORTALEZA CUANDO MAS LO NECESITE…DIOS LO TENGA EN LA GLORIA.


            Esa cálida tarde del domingo 02 de Julio del año 2000, en el panteón de Los San Juanes, el sol inclemente golpeaba los afligidos rostros de la familia Dominguez Cota y demás familiares y amigos, quienes acompañaron el cortejo fúnebre en el último adiós en ese viaje sin retorno...en el corazón de su esposa e hijos y de todos los ahí presentes, retumbaban las últimas paletadas de tierra que caían sin misericordia sobre el tétrico féretro conteniendo los restos mortales de su señor padre y esposo, don Vicente Dominguez Jordán, en el marco de hermosos arreglos florales, de rezos, música, llantos y varias decenas de taxis del sitio Triángulo Verde quienes hicieron sonar los claxons de sus vehículos en señal de despedida, al amigo y compañero, quien fue de los pioneros de la fundación de este sitio, y que falleció el 01 de Julio del año que corre, a la edad de 69 años, después de una penosa enfermedad, adelantándose en el camino a rendir cuentas al creador.

            A través de una cortina de lágrimas, danzaban multitud de flores, de rostros y recuerdos...bellos recuerdos sobre mi cuñado y compadre Don Vicente Dominguez Jordán, un hombre cabal, a toda ley, ejemplar esposo y padre de familia, honrado y trabajador, y que perteneció a la legión de “María Santísima” en la capilla de San Martín de Porres, siendo muy apreciado por todos los legionarios. Don Vicente Dominguez es descendiente de honorable y conocida familia, originarios de San Juan de la Costa: Los Jordanes. En 1840, el francés don Pedro Jordán Fay, tatarabuelo de don Vicente, por azares del destino, llegó en un galeón pirata a San Juan de la Costa, rancho que era propiedad de la familia Orantes. Venía moribundo, motivado por el amotinamiento de la tripulación sucedido en el galeón; don Pedro se arrojó al agua, y después de intensa búsqueda por los piratas, lo dieron por muerto. Metido en el hueco del tronco de un gran árbol lo encontró la señorita Joaquina Orantes, quedando prendados uno del otro. Ella le brindó su ayuda salvándole la vida, y al tiempo, después de un bonito romance se unieron en matrimonio. Bendijo el creador su hogar con seis hijos, Serapio, Lino, Ramón, Rosalía, Manuel y Teresa.

            La vida cotidiana en San Juan de La Costa, era muy hermosa y tranquila; estaba plagada de gratas experiencias y anécdotas. Don Pedro Jordán, nunca habló el español. A los 105 años falleció, lanzándose al mar, el tenía la ilusión de volver a Francia, su tierra natal. Está sepultado en San Juan de arriba. Don Vicente Dominguez Jordán desciende de don Lino Jordán Orantes, quien contrajo nupcias con la señorita Sacramento Camacho Espinosa, nativa del pintoresco e histórico pueblo minero San Antonio, quienes procrearon doce hijos: Francisca, Magdalena, Santana, María, Lucía, Cristina, Paula, Serapia, Luz, Antonio, José y Eugenio. Por aquella época, en San Juan de la Costa el hogar de la familia de las Jordanes, era una escuela de las artes manuales donde destacaba el arrojo e ingenio de la familia, a quienes no se les ataba las manos para realizar todo tipo de labores que cubrían las necesidades de ese tiempo.



            Pasaron los años, y una tarde de verano del año de 1920, los tizones quedaron encendidos en las hornillas allá en San Juan de la Costa, toda la familia tuvo que salir de urgencia porque su anciano padre, don Lino Jordán le atacó una rara enfermedad, embolia, y se trasladaron a esta ciudad de La Paz en el barco el Mavari, de los Abaroa. Fue así como la familia Jordán Camacho llegaron a esta ciudad de La Paz. Trabajadoras, como fueron las Jordanes, se dedicaban a la costura, tejido de palma, en lo que era especialistas, así como un sinfín de cosas. Al paso del tiempo, doña Serapia Jordán se unió a don Luis Dominguez Gómez quienes procrearon dos hijos: Vicente y Magdalena, y al fallecer la esposa de su sobrino Antonio Gutiérrez Jordán, doña Trinidad Alvarez  Murillo, quien dejó tres hijos en la orfandad: Paz, Carlos y Rosita de escasos seis, cinco y dos años. Doña Serapia los crió al calor de su hogar y de sus demás hermanas, creciendo los cinco niños como hermanos.

            Vicente Dominguez Jordán nació en La Paz, BCS el 5 de abril de 1931 en Belisario Dominguez #870. La feliz infancia de Vicente transcurrió en aquella Paz de ensueño...época de las perlas, de la pesca del tiburón, entre tantas otras cosas...La Paz era como un rancho grande...cursó su primaria en la Escuela Número 27 ahora Ignacio Allende, luego a falta de secundaria fue a la escuela Industrial donde aprendió diferentes oficios muy útiles para la formación de los jóvenes y para las necesidades de la época...Vicente practicaba el deporte, cruzaba a nado hasta el mogote, en competencia con sus hermanos y amigos y le encantaba la pesca. Fue un magnifico remero de los botes de vela. Hacían competencia de partir leña y de jalar agua para hacer “lagarto”, ya que los muchachos de aquel tiempo eran muy fornidos y les gustaba lucir con orgullo a las muchachas las musculaturas. Vicente en su sana juventud fue capitán del equipo de beisbol “Los Verdes”, y siempre tuvo la inquietud de tener un vehículo de su propiedad lo que logró al fin con el esfuerzo de su trabajo siendo de los fundadores del sitio Triángulo Verde en el que llegó a ocupar importantes cargos en la mesa directiva.

            Era época de bonanza en La Paz, los pregoneros los pitidos del barco de cabotaje así como de la Industrial y de la tenería Suela Viosca dando la hora, inundaban aquel ambiente tan familiar donde todos los habitantes de La Paz éramos como una gran familia, todos nos conocíamos y andábamos muy contentos. En 1942 fue el primer intento de fundar el Valle de Santo Domingo con más de trescientas familias sinarquistas procedentes de Acambáro Michoacán, encabezado por Salvador Abascal. Proyecto que después de un año de muchas penalidades y esfuerzos no prosperó regresando a su lugar de origen la mayoría de las familias  y quedando algunos en esta hermosa tierra, como don Julián Rivera, Don Jesús Martínez, Familia Caballero, Castañeda, Ramírez, Villegas, entre otros, gente productiva que se unieron al desarrollo de Baja California Sur con sus amplios conocimientos en agricultura, herrería, tejido de lana y de hilados, etc., y Vicente contaba con once años cuando los sinarquistas vendían por las callecitas de La Paz cobijas de lana terciadas en los hombros elaboradas por ellos mismos en rudimentarios telares y Vicente al igual que otros niños de su edad trabajaban en las piscas de las huertas sembradas por estos laboriosos señores y que fueron famosas en La Paz.

           



En 1947, diez familias procedentes del interior de la República fundaron por segunda vez María Auxiliadora quienes con su esfuerzo y amor a la tierra le arrancaron de sus entrañas el fruto, inundando de copos de algodón y de espigas doradas el Valle de Santo Domingo, iniciando toda una época de bonanza en la década de los 50. Y don Vicente Dominguez fue de los pioneros en el acarreo del trigo, algodón, mascarrote, fertilizante, cártamo y otros productos, así como de los primeros socios fundadoras de la línea de carga de Baja California Sur, siendo secretaria doña Margarita Chávez, la Bache, de una gran trayectoria y gratos recuerdos. También fueron secretarias la señoritas María de La Paz Lizárraga y posteriormente Chuyita Tapiz, quienes con su eficiencia, estos señores del transporte tenían listos en tiempos y forma las guías y facturas para el traslado de la carga en camiones de redilas de cuatro llantas, cuando era brecha la Transpeninsular y solamente cabía un vehículo rabón y tardaban de tres a cuatro días para llegar a su destino y tenían que llevar de repuesto bidones de gasolina para el camino. La carga la movían, desde el crucero colonia de La toba, santo Domingo y Comondú hasta la INALAPA aquí en La Paz donde dejaban el algodón en greña y ahí era procesado en las modernas despepitadoras y convertidos en pacas de algodón, así como el trigo lo dejaban en los almacenes de depósito en la aceitera, de donde luego era transportado al muelle fiscal para ser embarcado en los históricos barcos mercantes del ayer, con destino al macizo continental y al interior de la república. ¡Había tanto trabajo!, circulaba el dinero por todos lados, pachucos y monedas de plata ley 0720, eran tiempos buenos en La Paz y todavía no había tanta delincuencia, ni tantos divorcios, ni tanta violencia.

Con la llegada del primer transbordador La Paz, un legado para el pueblo, en el año de 1964, se abrió “UN CAMINO SOBRE EL MAR AL SERVICIO DE LA PENINSULA DE BAJA CALIFORNIA”, siendo presidente de la República Mexicana el  Licenciado Adolfo López Mateos y gobernador del entonces territorio de Baja California Sur, el general Bonifacio Salinas Leal;  estrenándolo los transportistas, llevando el primer viaje de pacas de algodón producida en el Valle de Santo Domingo, conducidas con muchos esfuerzos por aquellas pedregosas brechas por choferes  de la primer línea de carga que hubo en La Paz, entre otros, don Vicente Dominguez y su hermano Carlos Gutiérrez Alvarez, fue así como dio inicio otro tipo de  desarrollo de nuestra entidad porque empezaron a llegar camiones y trailers con mercadería y turistas del macizo continental, los resultados están a la vista. Posteriormente llegaron los transbordadores: azteca, Puerto Vallarta y Coromuel para incrementar la flota y mejorar el servicio, siendo también legados al pueblo sudcaliforniano por el entonces presidente Lic. Gustavo Díaz Ordaz; cambiando totalmente el panorama en la península, en lo económico, político y social. Si se hubiera formado un comité entre pueblo y gobierno para la administración de estos barcos, que eran de los sudcalifornianos, otra cosa sería.

Quedó en silencio para siempre la torre del vigía y el histórico muelle fiscal que fue el puntal de progreso y desarrollo en Baja California Sur desde la segunda década del siglo 18, hasta 1964 con la llegada del transbordador, quedando mucha gente sin trabajo, quienes buscaron otras opciones, entre ellos don Vicente Dominguez en el ramo de servicios de taxis en el triángulo verde. Por esos años afloraron el amor y las ilusiones en el joven corazón de don Vicente y contrajo matrimonio con la señorita María Cota bendijo esa unión el creador con 9  hijos: Rigoberto, Carmelita, Magdalena, Francisco Javier, Francisco Antonio, Vicente, Ángela Patricia, Luis y Oscar, a quienes con el invaluable apoyo de su esposa educaron bajo las normas mas estrictas dentro de la religión católica cristiana haciendo de ellos ciudadanos profesionistas que contribuyen al desarrollo de nuestra entidad y quienes les dieron la alegría de incontables nietos, y bisnietos así como nueras y yernos siguiendo el buen ejemplo de sus padres don Vicente y María.

…Y por las pedregosas brechas y polvorientos caminos del valle de Santo Domingo y lugares agrícolas aledaños…transitaban los antiguos camiones de redilas cargados del oro blanco y la espiga dorada (algodón y trigo) con destino a La Paz para ser embarcados en el muelle fiscal rumbo al macizo continental en los legendarios barcos mercantes que hicieron historia en sudcalifornia…



…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…





LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“LA AHORCADITA DE TODOS SANTOS...EN LA HISTORIA Y LA LEYENDA”

·        SU TUMBA A LA VERA DEL CAMINO BAJO EL PALO BLANCO, ES UN PUNTO DE REFERENCIA Y DE FE...NO TIENE EPITAFIO, SOLO UN LETRERO CON EL NOMBRE...LA AHORCADITA.
·        ENTRE OTROS DONES, SEGÚN SE DICE, EL PRINCIPAL QUE CONCEDE ES QUE LAS MUJERES ESTERILES PUEDAN TENER HIJOS.
·        MATILDE MARTINEZ FUE SU NOMBRE
·        SUCEDIÓ EN TODOS SANTOS, EN LA ULTIMA DECADA DEL SIGLO XVIII...CON LA MANO DEL METATE LE DIO MUERTE SU SUEGRA, Y ESTABA EMBARAZADA
·        SON MUCHOS LOS TESTIMONIOS QUE PORSU MARTIRIO LA GENTE LE ATRIBUYE MILAGROS
·        PERO PARA LOGRAR UNA PETICION, SE TIENE QUE CAMINAR REZANDO, PIDIENDO POR EL NIÑO QUE NUNCA NACIO,  POR DONDE LA ARRASTRARON EN UN CUERO DE VACA, DESDE EL LUGAR DE LOS HECHOS HASTA DONDE ESTA EL ARBOL DONDE LA COLGARON
·        JUNTO A LA TUMBA NACIERON CUATRO BROTOS HACE MAS DE CIEN AÑOS, NUNCA CRECIERON Y SIEMPRE ESTAN VERDES, LA GENTE DICEN QUE SIMBOLIZAN LOS CUATRO MESES DE EMBARAZO DE MATILDE LA AHORCADITA


Doña Clotilde Monteverde, nativa de Todos Santos, hermosa y tierna muchacha antigua de 90 años de edad, cuenta la historia de La ahorcadita....Dice que su mamá Doña Rosario Cota de Monteverde le contaba que eran aquellos años de abundancia en la tierra de cañaverales, trapiches y molinos de caña movidos por bestias; tierra perfumada a mango maduro y limoneros...en la huerta “La diabla”, vivió Matilde Martínez con su esposo y su suegra y un hermano de su esposo que estaba mongolito; Matilde estaba recién casada, y era una agraciada joven de 18 años quien se dice, tenía cuatro meses de embarazo. Su suegra, era muy celosa.

Que aquella mañana de la fatal tragedia, el esposo de Matilde se fue a la labor a los cañaverales, como era su costumbre. Matilde tenía un sembradío de calabazas, entre otras hortalizas, y las calabazas se dieron muy grandes y hermosas en esa temporada de cosecha...que aquella mañana Matilde extasiada contemplaba su huerta, fruto de su esfuerzo mientras paladeaba una taza de aromático café. La celosa suegra, quien cuidaba todos sus movimientos, la camelaba; y quiso la mala suerte que en ese momento, montando en brioso corcel  iba pasando el joven Adolfo Monteverde, saludó a Matilde y le dijo “!Que chulas están tus calabazas Matilde!”, y el joven siguió su camino, pero la suegra que escuchaba, quien estaba moliendo nixtamal en el metate, muy airada le dijo a Matilde “!Eres una coqueta!”, y empezaron a discutir, y al calor de las palabras, la mala mujer se lanzó sobre Matilde  y la golpeó en la cabeza con la mano del metate, hasta que la pobre muchacha quedó inerte tendida en el suelo junto a las hornillas, de las que según se dice, quedan sus ruinas, dijo Doña Cloty.

Con tristeza, la tierna viejecita  añadió que la suegra estaba muy asustada por la magnitud de lo que había hecho, ante la presencia de su hijo menor, retrasado mental, quien sin comprender los hechos, aterrado, miraba la escena...a la pobre muchacha con su pancita al cielo, tirada en el suelo, con el cráneo desbaratado, escurriendo la sangre, la que el perro lamía...luego la mala mujer, en su desesperación trató de simular un accidente; tumbó la ramada y la dejó caer sobre Matilde...y así transcurrió todo el día en la huerta La diabla, la que estaba envuelta en la tragedia, hasta que al caer la tarde llegó el esposo de la muchacha y se encontró con esa fatalidad. Su mamá intentó desvirtuar las cosas, pero todo era muy obvio. El hijo, ante los hechos, no le quedó más remedio que apoyar a su madre.

Y cuentan que madre e hijo, pusieron el cuerpo de la ahorcadita en un cuero de vaca, y que lo arrastraron por todo el monte a altas horas de la noche, alumbrándose con palmas encendidas mientras toda la gente del pueblo de Todos Santos dormía. Entre aullidos de perros, caminaron como cinco kilómetros, desde la huerta La diabla, lugar de los hechos, hasta el gran arbolón de Palo Blanco, perdido en el monte en aquel tiempo, luego la colgaron, para que creyeran que ella se había suicidado, o que quizás otra persona lo hizo. Nadie se dio cuenta en aquel tiempo de lo que estas malas personas andaban haciendo con aquella pobre mujer embarazada.

Fue hasta después de ocho días que un niño encontró el cadáver colgado en el árbol ya en estado de descomposición, otros dicen que fue el hijo de Porfirio el que la encontró. Los habitantes de Todos Santos de  aquel tiempo quedaron consternados por el brutal asesinato. Luego fueron las autoridades a ver los hechos, y bajaron el cuerpo de la ahorcadita del árbol, y ahí mismo la sepultaron. En las investigaciones, el muchacho retrasado mental descubrió a la asesina, o sea, a su propia madre, horrorizado a señas señalaba a su madre y decía que con la mano del metate, así y asá, la había golpeado y lo demás ya fue todo fácil. Cuentan, que madre e hijo los mandaron a la cárcel de Santa Rosalía donde la mujer murió después de un tiempo, y el esposo de Matilde cumplió su condena, salió y se perdió en el tiempo y el olvido.

Al tiempo, continua diciendo Doña Cloty, que la ahorcadita salía vestida de blanco por esos caminos reales lamentándose y llorando un niño...la gente piadosa, le llevaba flores a su tumba, la que era un promontorio de tierra sin nombre ni fecha, le rezaban para que su alma descansara, y así, le fueron haciendo peticiones y ella concediéndole; principalmente a las mujeres que no se podían preñar, dijo, pero que al pedir el deseo, tienen que hacerlo pidiendo por el niño que nunca nació, por su martirio, y rezando, caminando por todo la brecha por donde arrastraron a la ahorcadita, hasta llegar al árbol donde está sepultada, y hacerle una promesa, una ofrenda, algo para bebé, y cumplirle, porque también se dice, si no le cumplen, se cobra. Que son muchos los testimonio de mujeres que no podían tener hijos, le pidieron a la ahorcadita para que interviniera ante Dios y la Virgen y ahora tienen varios muchachos.

Don Adolfo Monteverde, el que chuleó las calabazas de Matilde, y que sin proponérselo ocasionó esta tragedia que dio paso a la historia y la leyenda en Todos Santos era su abuelo, termino diciendo Doña Cloty, añadiendo que ahora es ejido, por esos lugares y están desmontando para poblar esos terrenos, que ojalá que no quiten esa tumba de la ahorcadita, porque es una tradición y leyenda de los Todosanteños.  Casualmente, esa mañana iba llegando a la tumba de la ahorcadita una numerosa familia a dejarle una ofrenda, la señora Rosa Isela Morales dijo que ella tenía más de diez años de casada y no podía tener hijos a pesar de todas las luchas y tratamientos que se hizo, y que le pidió a la ahorcadita el que pudiera concebir y que ya tiene dos hijos gracias a Dios, que le consta que son muchas las mujeres que han recibido este beneficio; que un señor de Todos Santos tenía un apuro muy grande de vida o muerte, y que dijo que solo encontrándose un tesoro, o sacándose la lotería podría salir de este pendiente; le pidió a la ahorcadita y se sacó la lotería y fue él quien le mandó hacer la tumba. Terminó diciendo la joven señora con su hijo en brazos, Rosa Isela Morales...dice Doña Cloty que a través de los años, son muchos los espantados, que han escuchado en noches oscuras, como que arrastran un cuero por el camino, y que casualmente, pasan junto a su casa...y que algunos valientes se han atrevido a investigar el origen de esos ruidos, y sólo ven como una visión, una procesión de palmas encendidas.

La ahorcadita...es una tradición y leyenda todosanteña.


…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…




*Esta leyenda fue publicada en los prestigiados medios de comunicación: periódico el sudcaliforniano, revista el compás y centro de radio y televisión hace más de 15 años.*