miércoles, 17 de diciembre de 2014

LAS MISAS DE GALLO...DIERON ORIGEN A LA COSTUMBRE DE LAS POSADAS, QUE PRECEDEN AL NACIMIENTO DE JESUS.


El primero de los profetas hebreos, Isaias, en la antigüedad dijo “ mira, envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino; una voz clama en el desierto; preparad el camino al señor, enderezad sus sendas!. Tal profecía se cumplió mucho tiempo mas tarde ya que Isaias, comenzó a ejercer su misión en Jerusalén en el año 740 a.C. En  Mateo 1.23 dice “he aquí una virgen concebirá y dará  a luz un hijo, y llamaras su nombre Emanuel, que quiere decir Dios con nosotros”.

            María madre de Jesús, era hija de Ana y de Joaquín, y fue sin pecado concebida, San Lucas da detalles de la anunciación a María por el arcángel Gabriel, y del encuentro con su prima Isabel quien daría a luz a San Juan Bautista. San mateo dice que María se desposo con José hombre prudente y seguidor de las leyes de su pueblo, quien al recibirla en cinta decidió secretamente repudiarla. Un ángel vino a aclararle le situación desesperada de José, y le dijo que no temiera tomar a María, porque había concebido por obra del espíritu Santo que daría a luz a un hijo y llamaría su nombre Jesús. Desde entonces, José cuido de ella y de su hijo, viviendo como un solicito hermana a su lado. La virgen María solo tuvo un hijo y permaneció virgen siendo siempre la inmaculada concepción es la mediadora por excelencia entre Jesús y la humanidad.

Los misioneros agustinos trajeron a México, en época de la colonia la costumbre  de las posadas, las que se festejan por nueve días a partir del 16 de diciembre, que simbolizan los nueve meses del embarazo de María, y culminan el 24 de diciembre con el arrullo del niño Jesús. Este festejo lo representan con imágenes de la virgen María, y señor san José, seguido de peregrinaciones, villancicos, pastorelas, piñatas, cantos y colaciones que dan forma y envuelve el anuncio del hecho histórico de navidad....el nacimiento de nuestro señor Jesucristo, el niño Jesús, el regalo más valioso para el ser humano. Las posadas son una costumbre muy latina que se inicio con las misas de aguinaldo que la misión de los agustinos celebraba en el interior de sus conventos en tiempo de la colonia. Se trataba de despertar la expectación hacia el nacimiento de Jesús, por esos se realizan durante nueve días, que según la tradición religiosa representan la petición de abrigo y calor humano que María y José hicieron en la espera del advenimiento de su hijo. En un principio los frailes trataban de evangelizar y ejemplificar el camino de la sagrada familia se trataba de una celebración litúrgica pero al paso de los años se fue enriqueciendo y fue tomando un tinte más coloquial.

            De los templos paso esta celebración a las haciendas y rancherías que contaban con un horatorio, a las mansiones de potentados y finalmente a las vecindades. Adquiriendo su configuración actual a principios del siglo XIX. Desde las celebraciones de antaño, el pedir posada es uno de los aspectos importantes de las festividades navideñas, pues constituyen una penosa jornada de los santos peregrinos desde Nazaret a Belén. Esta se iniciaba cuando los cantores entonaban un himno navideño y da principio la letanía de la virgen. La navidad no es una leyenda es un hecho histórico, es el regalo mas preciado para la humanidad, es el nacimiento de nuestro señor Jesucristo, que se celebra en nuestro país y en otras partes del mundo, porque representa una de las mas profundas expresiones adoptada por el indígena desde el momento en que conmemoro la llegada del niño Jesús. No había familia por pobre que fuera que no se animara a ser anfitriona de una de las nueve posadas. Pero no fue casualidad que los indígenas Mexicanos se entregaran con tanta devoción a un rito religioso que llego a América junto con la conquista Española.


Hay una sorprendente relación con la fiesta ritualistica Azteca,  con la que se rememoraba el nacimiento de su diosa madre Coatlique Tonancin, donde repartían figuritas, dulces y golosinas. De hecho, muchas tradiciones y costumbre de los pueblos prehispanicos fueron retomadas, todo con el propósito de acertar en la evangelización. Además de los cantos, la letanía y la peregrinación, es pieza clave el simbolismo de la piñata que es más religioso que festivo: la olla revestida vistosamente representa a Satanás, o el espíritu del mal que con su apariencia atrae a la humanidad. Santa Claus es una figura popular que al paso del tiempo basada en la leyenda de un antiguo santo cristiano cuyo nombre era Nicolás, era el obispo de Myra en Asia Menor. La leyenda cuenta que fue una persona muy bondadosa con los niños y con los pobres a San Nicolás se le asocio con las fiestas de navidad. Se cuenta que San Nicolás hizo un regalo a tres jovencitas que no se podían casar por que su padre no tenía dinero para la dote.

San Nicolás les dejo tres bolsas de oro a través de la ventana y una de estas bolsas cayo en una media que estaba en la chimenea para secarse. La historia sobre este carismático personaje de santoclos, es conocida por todo el mundo y se hizo popular en nuestro país después del siglo XIX. Al parecer la costumbre del árbol de navidad se origino la Alemania. Antes que el cristianismo fuera introducido, los miembros de muchas religiones adoraban a los arboles como símbolos de sus dioses. Los pueblos nórdicos honraban al árbol el Nogal como símbolo sagrado del dios Odin. El que introdujo el árbol “ Evergreen” en lugar del Nogal, en Alemania fue el misionero Ingles San Bonifacio; así como llevo también a esa ciudad el cristianismo. El evergreen es un símbolo tradicional cristiano de resurrección y de vida permanente. En la edad media se presentaban obras de teatro en navidad, sobre le jardín del paraiso. El árbol del conocimiento se representaba por un árbol donde colgaban manzanas. Algunas leyendas dicen que Martín Lutero fue el primer cristiano en derribar un árbol y traerlo dentro de las casas y decorarlo con temas de navidad las velas simboliza a Cristo como la luz del mundo. Los ornamentos verdes que son muy hermosos, son resultado de antiguas prácticas paganas.

            Se atribuye a San Francisco de Asis, fundador de la orden Franciscana, el inicio de los nacimientos, entre los años 1200 y 1226. Se cuenta que siendo apóstol, recorría la campiña cercana a la pequeña población de Rieti de Italia, en invierno de 1223. La navidad de ese año lo sorprendió en la ermita de greccio, y fue ahí donde tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús. Construyo una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, pidió prestado un buey y un asno e invito a un pequeño grupo de gente a reproducir la escena de la adoración  de los pastores. La idea de reproducir el nacimiento se popularizo rápidamente en el mundo cristiano. De los seres vivos se paso a la utilización de figuras. De estas ultimas se cree que el primer nacimiento se elaboro y monto en Nápoles a finales del siglo XV, con figuras de barro. El Rey Carlos III ordeno que los nacimientos  conocidos entonces como belenes se extendieran y popularizaron en todo el reino Italiano Y Español, así como en otras partes del mundo además de nuestro país hasta nuestros días.      


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lunes, 15 de diciembre de 2014

“LA VELADA DEL AÑO NUEVO...ROBO DE GALLINAS, Y LA PARTIDA DEL HUEVO...UNA COSTUMBRE QUE SE PERDIO. “


            Antaño, en La Paz... la noche del 31 de Diciembre, las familias del ayer, en algunos barrios dormían con la preocupación de ver sus gallineros vacíos el primero de enero, ya que la costumbre era entre algunos jóvenes que formaban grupos y se dedicaban a robar gallinas el fin de año, como un sano esparcimiento, el que era solapado por los mayores. Aunque había casos violentos, y en otros casos algunos muchachos muy formales acudían al día siguiente a disculparse y a pagar las gallinas que se habían llevado, lo que no hacían por necesidad, ni por maldad, sino por divertirse, y algunas personas hasta se hacían de la vista gorda cuando camelaban a los jóvenes en el momento que a hurtadillas llegaban a los gallineros, o se subían arriba de los mezquites a bajar las gordas y cachetonas gallinas y meterlas a los costales, los que cargaban en hombros.

            Los 31 de Diciembre...en el ayer, en la espera del año nuevo el aroma a buñuelos, tamales y pozolada, inundaban las casas, mientras que los niños, jóvenes y adultos jugaban a la lotería, la oca o la baraja entre anécdotas, chistes  y leyendas, a la luz de los faroles, o a la pálida luz del foco. En el marco de hermosas melodías arrancadas a un viejo tocadiscos, las familias estaban a la espera del tañer de las campanas en la iglesia y santuario, anunciando las doce de la noche del año que moría, y del inicio del nuevo año. O cuando don Francisco King fundó la radio pionera de los Sudcalifornianos, la XENT RADIO LA PAZ y que tan dignamente dirige la señora Lupita Lucero como hasta la fecha lo ha hecho, esperar hasta las doce de la noche del 31 de diciembre, quien con gran emoción anuncian el año que termina y el inicio del año nuevo. Y la costumbre era, también a esa hora de las doce de la noche la quiebra del huevo. En un determinado lugar de la casa, en una rinconera muy adornada y sobre de ella ponían un vaso de cristal hasta la mitad de agua, y en una cestita especial ponían un huevo, el que se quebraba a las doce en punto haciéndole rueda las muchachas solteras muy emocionadas, quienes al vaciar el huevo en el vaso con agua, formaba figuras, y creían ver unas torres de iglesia, y si era así, quería decir que pronto habría boda. ¡Y saltaban de gusto!. Si el huevo figuraba una tumba, quería decir que habría muerte, y si figuraba un barco, es que habría viaje. Una vez, a mi abuelita le salió en la quiebra del huevo una tumba, y mi hermana mayor saltaba de gusto gritando “! Abuelita, abuelita a usted le salió una tumba!”...cuánto se enojó mi abuelita esa vez.

            Esa era la emoción del 31 de diciembre para las jovencitas casaderas. Una costumbre tan sencilla pero que las hacían pasar momentos muy agradables, mientras que los jóvenes hacían de las suyas vaciando los gallineros y en los llanos, encendían lumbradas y en  unos tambos  ponían a cocer las aves, y se daban sus buenos atracones de caldo de gallinas desveladas, alrededor de las fogatas entre sanas anécdotas y chistes de travesuras pasadas. Para esto, había señoras que estaban de acuerdo y les hacían el caldo para curarse la cruda. Don Alejandro Murillo Cadena, respetable muchacho antiguo del barrio Pueblo Nuevo, cuenta que en sus tiempos, se formaban grupos de muchachos roba gallinas con sus cabecillas, recuerda una curiosa anécdota. Don Aparicio Yepis, dijo,  tenía el gallinero repleto de aves, y cansado de que durante varios años le robaban las gallinas este grupo de traviesos muchachos, esa noche del 31 de diciembre, se propuso camelarlos, escopeta en mano. Cuando los jóvenes estaban en mera faena echando las gallinas a un costal, de pronto se les apareció el Diablo, era don Aparicio muy enojado, quien les soltó una balacera que los muchachos no lo pudieron creer...con el rostro desencajado aventaron el costal repleto de gallinas, y se fueron reculando,  brincaron la cerca de dos zancadas y ni de las gallinas se acordaron, las dejaron encostaladas. El cabecilla de este grupo era Cornelio Espinoza Geraldo, muy temido en el barrio por su especialidad en el robo de gallinas los 31 de diciembre, vísperas de año nuevo,  y algunos que recuerda que lo acompañaban son: El Mimi Angulo, Celestino y Salomón así como el Tito Geraldo, entre otros.

            Otra anécdota de ésta costumbre que se perdió del robo de gallinas de fin de año, desde luego porque ya no se crían gallinas en los hogares, y que cuenta doña Ramona Rochin Heras, nativa de San Bartolo Baja California Sur, y que habita hace varias décadas en el barrio el “Choyal” dijo que “En San Bartolo aquel 31 de diciembre de aquellos años una familia enterró al pie de una mata de zalate una cabeza de res con gogote y todos sus guegueres para festejar el año nuevo. Esa vez los roba gallinas cambiaron el menú. Decidieron robarse la cabeza enterrada. Al otro día encontraron el hueco vacío y huellas de huaraches y de zapatos. Por las huellas de los huraches, dijeron que fue don ‘Leopoldo’, un señor a toda ley muy respetado en San Bartolo. Los dueños de la cabeza lo denunciaron ante las autoridades, y muy seguros fueron a decirle en su cara ‘don Leopoldo vinimos a que nos regrese la cabeza que teníamos enterrada al pie del salate y que usted se robó por que allí estaban las huellas de sus huaraches’, y el viejito de un salto se levantó sorprendido e indignado diciendo ‘!pos cual cabeza muchacha, si anoche me robaron los huaraches!’, era cierto, Alberto y pepe le robaron los huaraches a don Leopoldo para robarse la cabeza enterrada, y es una curiosa anécdota que todavía recuerdan entre los rancheros entre sorbo y sorbo de té de damiana”.

            En el barrio El Esterito, también asolaban los gallineros los roba gallinas el fin de año, doña Carmelita Geraldo, estimada señora con amplios conocimientos de la medicina herbolarea, cuenta otra anécdota; “Los gallineros en el Esterito, dijo,  amanecían vacíos en el año nuevo, por mucho tiempo los leones del legendario Esterito, creían que, el “teyete” era el causante, pero no lo podían comprobar. Hasta que cansados de que les robaran sus gallinas lámpara en mano decidieron camelarlo. Se unieron varios vecinos, y cuando el “teyete” estaba emocionado en mera faena, echando las gordas gallinas al costal, los vecinos lo agarraron con las manos en la masa, alumbrándole la cara con lámparas de mano, y su sorpresa fue muy grande cuando se dieron cuenta, que el que robaba gallinas no era el “teyete” sino el “chelino”.

            Los manglitenses, del barrio El Manglito, no se quedaban atrás, con el robo de las gallinas. También hacían de las suyas, había grupo de muchachos que no se aguantaban la tentación de robarle las gallinas hasta a los suegros, y mientras estaban en la visita con la novia, con un ojo al gato  y otro al garabato camelaban los gallineros. Y por la noche en grupos  furtivamente venían por las gallinas, y algunos tenían el descaro de invitar al suegro un sabroso caldo de gallina para la cruda. Todavía por la década de los 70, mi gallinero no se escapó de los roba gallinas, tenía 19 gallinas y 3 hermosos gallos, muy cantadores. Aquella noche del 31 de diciembre, nos fuimos a la velada a casa de mi cuñado don Vicente Dominguez Jordán. Al día siguiente, ya en casa, como era mi costumbre, fui al gallinero a llevarles alimento a los animales, ¡y cual sería mi sorpresa!, ¡estaban los gallos solos muy tristes!, los traviesos muchachos se tomaron la molestia de dejar una nota en el gallinero, que decía: “A las doce de la noche quedaron viudos los gallos”, firmaron la nota los roba gallinas del barrio el Manglito. Fue la última vez que tuve gallinas. Costumbres muy sanas que se perdieron al paso del tiempo y del progreso, y que unían a las familias. Quizás recuerden con añoranza algunas personas que ahora ya peinan canas y que participaron en su juventud en el robo de gallinas, o que al igual que a mi le vaciaron el gallinero.

            Mi perro viejo el pachuco, a la hora que quebraban el huevo, tenía la mala costumbre de ponerse a aullar lastimeramente anunciando el año que moría...y mi abuelita decía: “!Ave María Purísima...el perro está viendo la pelona...quítense las chancletas y póngalas boca a bajo, encontradas, para que el perro se calle el hocico, y si resultaba, el perro se callaba como si le pegaran una guantada en el hocico.

            Muchas Gracias.

            ¡Feliz Año Nuevo a la gran familia de Sudcalifornia!.


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lunes, 1 de diciembre de 2014

“UN HERMOSO CUENTO DE NAVIDAD LA LEYENDA DE LA FLOR DE NOCHE BUENA”.


            En un poblado alejado de la ciudad, vivía una linda niña campesina llamada Margarita...era tan dulce, tan noble y buena, que todos quienes la conocían quedaban cautivados con su encanto...Margarita era la más pequeña de una numerosa familia compuesta por ocho hijos.

            Cuenta la leyenda que un día de crudo invierno en que el viento helado de la tarde anunciaba la llegada de noche buena...la cabaña de troncos  techumbre de palmas donde Margarita vivía felizmente con sus padres, abuelos y hermanos, ésta se iba  cubriendo de fina escarcha y dentro de ella la niña y demás hermanos encantados escuchaban de los mayores alrededor de las encaladas hornillas y al calor de los lumbreantes tizones, la historia bíblica del nacimiento del niña Jesús mientras su abuela y su madre freían exquisitos buñuelos como era la costumbre.

Cuentan los mayores que ese día a Margarita le surgió la inquietud por llevar a un presente a ese encantador niño que siempre estaba rodeado de ángeles muy bellos, y que tantas veces embelesada había contemplado en la iglesia de su pueblo. Fue así como la niña decidió asistir a la misa de gallo la cual se realizaría  a la media noche de aquel 24 de Diciembre, día del nacimiento de Jesús en la tierra. Pero de pronto, la niña se puso muy triste viendo sin mirar, los crepitantes tizones encendidos pensando...”pero que obsequio puedo darle al niño si soy tan pobre y mis padres no tienen para comprarle algo”. Sin que la niña se diera cuenta, unos ángeles la observaban y al notar que margarita tenía un deseo muy grande, decidieron ayudarla.

En ese momento, los ángeles decidieron aparecerse ante ella: “hermosa niña, en el campo encontrarás algunas semillas, tómalas, y llévalas inmediatamente a la catedral y entonces notaras algo extraordinario”...la pequeña agradeció a los angelitos su ayuda y sin perder tiempo corrió rumbo al bosque, recogió las semillas y presurosa las llevo a la catedral como los ángeles bienhechores le habían indicado..

Cuando margarita llego a la iglesia pudo notar que todos los habitantes del poblado se habían reunido en el templo llevando sus mejores regalos al niño Jesús, y al voltear a ver lo que la niña llevaba en sus manitas, comenzaron a reírse de ella: pues pensaban que era ridículo ofrecer una simple semilla al niño Dios. Margarita sin tomar en cuenta las burlas, y siguiendo el consejo de los ángeles siguió adelante hasta llegar al altar en donde se encontraba el niño Dios y coloco frente a el las semillas.

Enseguida, todos los vecinos del pueblo que allí se encontraban, y que momentos antes de la niña se burlaban por el humilde regalo que llevaban, dieron gritos de asombro durante la misa de gallo. Pues las semillas empezaron a crecer, le fueron saliendo grandes tallos verdes, de los que comenzaron a brotar hermosas flores rojas y blancas salpicadas de un mágico brillo y esplendor. La misa se suspendió...los fieles se arrodillaron, la niña muy emocionada decidió cortar una de las flores de color blanco, de la cual manó ríos de leche y luego cortó una flor roja de la cual salió sangre. Con ambas flores en sus manos margarita se acerco a las imágenes y ofreció las flores al niño Dios.

De pronto, se le aparecieron los ángeles a la niña y le pidieron que se acercara. Ella así lo hizo sin miedo algún, entonces uno de ellos la alzo y la llevaron al bosque de donde había tomado las semillas...y cuentan la leyenda que al depositar los ángeles a margarita en la tierra, como por arte de magia florecieron una inmensidad de flores blancas y rojas y margaritas las llamo Nochebuena porque nacieron milagrosamente en la noche buena, inundando aquel bosque de hermosura...y fue así como nació la hermosa flor nochebuena que llena de colorido los hogares en estas festividades decembrinas.


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“EL BOTECITO SOBRE EL ARMARIO...ERA LA ALCANCIA PARALA NAVIDAD”.

            Al recordar aquel tintineo que hacían al caer las monedas en el botecito sobre el armario para Santa Claus, en Navidad,  cuanta alegría sentíamos mis hermanos y yo!...hasta mi perro viejo el pachuco, quien se echaba bajo el armario sobre un tapete de costalito tejido de nuditos, pegaba un salto al escuchar aquel inconfundible ruido que lo sacaba de su plácido sueño...monedas que con mucho esfuerzo, mis padres y abuela le iban echando al botecito durante todo el año; ya fueran dos centavos, una jolita, una peseta, un cinco del monito, diez o 20 centavos, un tostón, un pachuco, y cuando era una moneda de a peso, de aquellas de plata, ¡cuánto ruido hacían! “ese ahorro es para la alcancía, es la limosnita de santa Claus que trae regalos a los niños, por el nacimiento del niños Dios”, decía mi madre.

            Ese dinero en aquel bote sobre el armario era sagrado, era intocable...el que era custodiado celosamente por el perro...cuanta ilusión nos daba ver ese bote sobre la vitrina durante todo el año...en aquella época, la costumbre era que, al empezar el año nuevo se iniciaba aquel ahorro y la crianza de un cerdo, cochi o marrano. La crianza del puerco para la Navidad era todo un rito...durante los primeros 3 meses del animal, lo criaban con toda limpieza, y lo alimentaban con quelites, ejotes de mezquite, lavadura y desperdicios. Luego, era capado. Había señores que se dedicaban a ese oficio. Mi suegro, Don Antonio Gutiérrez Jordán, fue uno de ellos con todo arte y sabiduría, con una filosa navaja de hoja cortaba en sus partes nobles al animal...algo le quitaba, luego lo cocía con aguja e hilo común y corriente y le echaba un puño de ceniza  en la herida. Eso era todo, “listo”, decía mi suegro, “ahora si hay que darle maíz, y salvado para que el animal engorde, crezca bonito para la Navidad y ya no apestará a verraco”.

            ¡Que emoción y alegría con la llegada de diciembre!, para ese tiempo el marrano ya estaba grande y el bote sobre la vitrina atascado de monedas y billetes...”se acerca la noche buena, el día de la navidad, el día que nació el niño Jesús y por tal motivo le traerán regalos a todos los niños que se portaron bien durante todo el año y a los que se portaron mal, también les traerán, ya que no hay niños malos, unos son mas traviesos que otros, pero santa Claus sabe qué se merece cada quien”,  decía mi abuelita. El 22 de diciembre, el dinero del botecito sobre la vitrina desaparecía, como por arte de magia, “ya le llevó tu papá la limosna a santa Claus”, decía mi madre; y con que ilusión e inocencia esperábamos aquel día. No se usaba la famosa cartita, eso fue muy comercial hasta que hubo radio, aquí en La Paz. La primer radiodifusora, la XENT de gran prestigio y tradición. Lo niños no pedían, era la ilusión de la sorpresa de acuerdo al comportamiento de aquel año, santa Claus traía lo que él quería, eso era lo emocionante.

            El mismo 22 de diciembre, mataban el puerco. ¡Era un fiestón en casa!...hasta cuatro latas de manteca daba, y había manteca para guisar durante bastante tiempo del año. La sangre del puerco la guisaban con olores, yerbabuena y verduras. Los costillales eran adobados para los tamales de la cena de Navidad...la cabeza, el espinazo y las patitas eran para la pozolada del día 25, donde acudía toda la familia y amigos a desayunar. Los demás huesitos del puerco los guisaban ese día del 22, entomatados o en chile colorado. El día 23 de diciembre, una tronadera de chicharrones y buñuelos traíamos todo el día. También los chicharrones los guisaban entomatados con chile güerito y cilantro. La demás carne del puerco, la hacían chorizo ¡y que chorizo! Todo el día se escuchaba el golpeteo de los cuchillos macheteando la carne, la que después de picada la ponían a reposar en vinagre, para luego ponerle el adobo que la abuela hacia con olores y con los chiles colorados que habían puesto a secar ensartados en cordeles, para esa ocasión. Las tripas del cerdo, eran lavadas y en ellas metían el chorizo , el que se ponía a secar en tenderetes bajo el corredor...!que sabrosos eran los chorizos oreados y asados!...ensartábamos los chorizos en un fierro largo y delgado llamado asador y los asábamos en las brasas. Luego cuando ya estaba el chorizo cocido lo sacábamos y lo recatábamos en un birote...!que cosa tan sabrosa y que olores había en los patios a buñuelos y chorizo en aquel ayer!. ¿los comió alguna vez así estimado radio escucha?.

            Aquellos inolvidables aromas en aquella época de navidad, a fritanga de buñuelos, miel de panocha, canela y clavo, a chile frito colorado para la pozolada, tamales y el chorizo, inundaba los patios en los hogares y el viento los llevaba por todo el barrio mezclándose los olores. En los patios las mesas lucían con manteles blancos llenos de buñuelos secándose al sol, los que guardaban en cajas de cartón y desde el 23 de diciembre empezaba la fritanga y los iban guardando en un cartón para el día 24 y la refusilata de chamacos entrando y saliendo a la cocina pescando los buñuelos al vuelo, ¡tan exquisitos! mientras los mayores hacían los tamales y la pozolada hervía en la encalada hornilla de lumbreantes tizones, la que era para el desayuno del día 25. En aquella época de los 50, no se acostumbraba el arreglo del nacimiento en los hogares, por lo menos en nuestra casa y no recuerdo haber visto en otras, solo en la iglesia y en el santuario. Si acaso, un arbolito ya fuera de palo verde, un brazo de pino o un sirio, el que metíamos en un bote con arena encalado o forrado de papel de china, adornado con bolitas de papel de cajetillas de cigarros, de las que se hacían estrellitas también, le poníamos al árbol monitos de sololoy, cazuelitas y jarritos de barro, en miniatura, los que cambiábamos al “tanayo” por caracolitos pintos y hermosas conchitas que recogíamos en la orilla de la playa para ese fin. Por la tarde de 24 de diciembre, a toda prisa buscábamos en los tendajones del pueblo cajas de cartón de las mas grandes para ponerlas en los pies o cabecera de la cama para que santa claus nos dejara los regalos. ¡con cuanta ilusión esperábamos la noche buena!  Como era la costumbre, cenábamos temprano tamales y buñuelos por que había que acostarse a buena hora, después de rezar el padre nuestro, el acto de contrición, el angelito de la guarda, a San Lázaro Bendito, la oración de “lomita santa lucia”, desde luego junto a la abuelita y hasta el perro también escuchaba por que se salia del cuarto hasta que nos acostábamos. Mientras que los niños dormían, los mayores acudían a la misa de gallo. No se acostumbraba fiesta, ni borrachera.

            La puerta de la casa, tenia un agujerito y decía mi madre “A las doce la noche, hace muchos años nació en Belén el niño Dios, y por ese agujerito va a entrar santa claus. Duérmanse por que no le gusta que lo miren” y nos quedábamos dormidas viendo aquel agujerito, pensando como le iba a hacer santa claus para entrar por eso tan chiquito. Bendita inocencia de los niños de aquel tiempo. Ahora, los niños esperan despiertos hasta las doce de la noche en la gran fiesta, y simplemente toman el regalo del árbol. El 25 de diciembre, amanecen desvelados y sin mucho ánimo de jugar. Antes, ¡que bello amanecer para los niños! Lo primero era ver el contenido de las cajas de cartón que por lo general era un suéter, unas calcetas, unos calzones, unos moños, una cuerda para saltar, un juego de matatena, un monito de sololoy o una muñequita de trapo. También estaba una bolsa de papel estrasa conteniendo cacahuates, galletas abetunadas o de animalitos, un trozo de alfanfor (dulce de coco), huevitos, dulces de anís y menta, de aquellos Larín, adornada la bolsa con una mandarina, una manzana, un chiflo y un espanta suegra. ¡Que felicidad con cosas tan sencillas!, el regalo entre los adultos no se usaba. Decían que la navidad era para los niños. Con que amor y esfuerzo preparaban nuestros padres esas bolsitas que tan felices nos hacían. Ese día del 25 de diciembre, entre pitidos de chiflos y estruendo de petardos lo primero era ir a misa a adorar al niño Dios. El nacimiento lo arreglaban en la iglesia y en el santuario con diablo y todo. Era un encanto para los niños. Y al regresar, nos esperaba un plato de exquisita pozolada bañada de cebollita finamente picada y limón. No se acostumbraba ponerle lechuga ni rábanos, ni acompañarla con pan, que también es sabrosa. Y los niños felices jugábamos con juguetes tan sencillos.

            ...y el bote de la limosna para santa Claus, en Navidad sobre aquel armario...era custodiado celosamente por mi perro viejo el pachuco.


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SANTA MARIA DE GUADALUPE...Y EL PADRE FRANCISCO KINO  EN LA HISTORIA DE BAJA CALIFORNIA SUR”.

         Un antiguo relato en lengua Nahualt dice que a diez años de la conquista azteca, Tenochtitlán, durante el invierno de 1531, cuando ya estaban depuestas las flechas y los escudos un indio caminaba rumbo a Tlatelolco a escuchar misa...al llegar a un cerrito llamado Tepeyac, vio que una doncella reluciente como el sol le llamaba por su nombre...”Juan Diego, Juan Dieguito”...las piedras que la joven pisaba semejaban piedras preciosas...los nopales eran como esmeralda...el follaje como turquesa y las espigas como de oro....en el cerrito llamado Tepeyac, donde efectuó la prodigiosa aparición celestial de Santa María de Guadalupe, se construyó el templo más importante de México erigido sobre los despojos de la diosa autóctona Tonantzin. En la parroquia vieja de los indios se dice que descasan los restos de Juan Diego y de su tío Juan Bernardino, exactamente donde estuvieron las dos primeras ermitas donde estuvo la santísima virgen en la tilma de Juan Diego. De acuerdo al relato Juan Diego cuidó de la ermita durante 16 años después de las apariciones hasta su muerte acaecida en Junio de 1548.

         La Virgen de Guadalupe tenía cuatro años de aparecida en 1531, en el cerro del Tepeyac en México, cuando Hernán Cortés tomó posesión de estas tierras el 03 de Mayo de 1535 y le puso por nombre la Santa Cruz.

         Después varias órdenes religiosas tomaron parte en las empresas por conquistar la California. Los primeros fueron Franciscanos que vinieron en las expediciones de 1536, 1596 y 1668. Los Carmelitas vinieron en la segunda expedición del General Sebastián de Vizcaino en 1596; quien fue quien le dio por nombre La Paz a esta tierra y fundó un fuerte y poblado con el trabajo de más de cien hombres de su comitiva. La compañía de Jesús se presenta por primera vez en 1642 acompañando a los conquistadores en varias expediciones. Comienza la gloriosa historia mariana en Baja California el 25 de marzo de 1683 en la décimo cuarta expedición en orden cronológico.

         La preconquista de la península de Baja California se confió al Almirante Isidro Atondo y Antillón...lo acompañaron en esa empresa los padres jesuitas Francisco Eusebio Kino superior y cosmógrafo mayor; Juan B. Copart y Pedro Matías Goñi así como mas de 100 soldados. Salieron del puerto de Chacala Sinaloa el 18 de Marzo de 1683...el 25 de dicho mes, día de la anunciación fondeaban en La Paz Baja California Sur. El cuatro de abril del año que se menciona, saltaron a tierra; y su primera obra fue levantar una pequeña capilla y un fuerte que llamaron “NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE”. Al día siguiente, llegaron muchos indígenas con gran gritería armados de arcos y flechas, y embijados en señal de guerra. Fueron hacia ellos los padres Kino y Goñi y los aplacaron con regalos. Les enseñaron un santocristo, y una imagen de la santísima Virgen de Guadalupe. Pero nunca dieron señal de haber tenido noticias de tales cosas.

         Los californios, ya  estaban acostumbrados a que venían extranjeros a la pesquería de perlas, pero nunca se quedaban en tierra,  y luego se marchaban, y como ellos no ambicionaban las perlas, esto no les preocupaba, pero al ver que la comitiva del padre Kino y el Almirante Otondo y Antillon estaban construyendo, empezaron a hostilizarlos, causando gran temor entre los soldados. El almirante invito a un festín a 13 de los principales capitanes de las tribus, quienes aceptaron y alevosamente el almirante mató a mansalva a 10 y a los otros 3 se los llevó a Guadalajara. Ya que no convenía continuar en ese lugar, debido a las justas hostilidades de los guaycuras, se volvió la expedición a Sinaloa, para hacerse de bastimentos y buscar más al Norte mejores tierras.

         Salió la segunda expedición el 29 de Septiembre en 1683, llevando también de marinera A LA GUADALUPANA. Cuenta el padre Kino, que al pasar la isla San José, salieron a nado unos naturales mansísimos, y subiendo al barco, el capitanejo de ellos, luego que vio la imagen de Nuestra señora de Guadalupe le hizo una reverencia e hizo la señal de la cruz, diciendo: “SANTA MARIA, ORA PRONOBIS”, y añadió que se llamaba Diego, otro Jacobo y otro Juan. Por lo que constó que aquellos indígenas habían tenido ya, no se sabe de quien, alguna noticia de nuestra fe. El 6 de octubre de 1683 desembarcaron en San Bruno, al Norte de Loreto. Al día siguiente acudieron a ellos muchos nativos mansos a verlos y a ayudarlos en la construcción del fuerte, capillas y casas, encabezados con gran júbilo por el jefe guerrero IBO ELSOL, y su gente. El lunes 18 por la mañana se presentaron 30 mujeres californias con sus niños y solamente dos o tres hombres. Al ver la enramada que sirvió de capilla donde se dice misa, les gustó mucho “EL CUADRO DE LA IMAGEN DE LA SANTISIMA VIRGEN DE GUADALUPE”.



         El sábado 30 de octubre del año que se menciona, se dijo la primer misa en la península, en la capilla aunque no totalmente acabada en cuyo altar estaba muy linda imagen de nuestra señora de Guadalupe, regalo de la liberalidad del S.M. y Reverendo señor Obispo de Oaxaca, Don Isidro Sariñaga. En esta misa hubo muchos indígenas que estuvieron siempre con grandisima modestia, de rodillas como si fueran cristianos. Dos causas motivaron el fracaso de esta expedición que los obligo a abandonar la misión de San Bruno. El levantamiento Gauycura en contra de los españoles por los motivos mencionados con lo que se inicio la guerra abierta entre españoles y californios. Y la segunda causa fue la tremenda sequía en ese tiempo que azotó la tierra, pues no llovió en 18 meses.

         Contra lo que se diga, la misión de San Bruno fue la primera en la península y en su altar estaba la virgen de Guadalupe. El Padre Kino, el Guadalupano y su comitiva estuvo en San Bruno casi 3 años, donde catequizaba a los naturales, llegando a tener mas de 400 catecumenos y  cultivaba la tierra cosechando diversas verduras y hortalizas, así como  aprovechó ese tiempo para aprender la lengua de los naturales y sus costumbres. Las enfermedades y falta de víveres motivaron el abandono de San Bruno al que le puso así por arribar allí el día 6 de octubre. Estos conocimientos adquiridos, el padre Kino se los enseño al padre Salvatierra quien fue el ejecutor de la conquista espiritual en la Península en 1697 fundando la Misión de Nuestra Señora de Loreto.

         En otra época, en los inicios del santuario de Guadalupe, en 1942, en el rancho “El Novillo”, propiedad del señor J. Famanía, cerca de San Pedro Baja California Sur, nació la corte de honor de Santa María de Guadalupe, o sea el movimiento Guadalupano, que fundó el Padre Guadalupe Alvarez, extendiéndose después en toda la península, arrastrando a todo el pueblo católico de La Paz en pos de la morenita del Tepeyac. En 1945, el Guadalupanismo en La Paz estaba en toda su efervescencia y como párroco el padre Agustín Alvarez, quien puso la primera piedra para la construcción del Santuario. Se formaron grupos de damas altruistas, además de la corte de honor, la de “Acción Catolica”, formado por honorables señores y señoras; quienes apoyaron al padre Agustín para sacar recursos para la construcción del santuario, por medio de kermesses, rifas y otras diversiones.




El padre Carlitos Tousini de gratos recuerdos, fue el gran impulsor del Santuario de Santa María de Guadalupe, ya como parroquia y fundador de la ciudad de Los Niños y Niñas y desde entonces el pueblo sudcaliforniano ha continuado con ese fervor guadalupano, apoyando para la construcción del templo de la morenita, recordando siempre a los distintos padres que a través de los años han estado al frente del santuario impulsando su desarrollo material y espiritual.

        
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“LA TRADICION DEL ADVIENTO”.


         El adiviento es una tradición religiosa que comienza cuatro domingos antes de la navidad. Inicia el dos de Diciembre y termina el 24. la costumbre es que cada domingo de adviento se enciende una vela de la corona, de preferencia en familia y se hacen lecturas biblicas y oraciones. El adiviento es una especie de cuaresma. Se celebra tres cosas; la memoria de Cristo que vino encarnado al mundo hace dos mil años; su venida espiritual constante, porque nunca nos ha dejado; y la esperanza de que vendrá gloriosamente una vez más.

         Las fiestas de la Virgen de la Purísima Concepción y de Santa María de Guadalupe están en medio del adviento y se ve a la Virgen María en actitud de espera del nacimiento de su hijo Jesús. Salmo 35 del profeta Isaias.

         Alégrense el desierto y el yermo
         Que al estepa salte de gozo y florezca
         Florezca como el narciso
         Salte de gozo de grite de alegría
         Pues se dará la gloria del líbano,
         El esplendor del carmelo y del sarón;
         Y se verá la gloria de Dios
         ¡fortalecer las manos lánguidas!
         Afianzad las rodillas vacilantes
         Decid a los inquietos:
         ¡Animo, no temais!
         Mirad, es vuestro Dios, ya viene la venganza
         El desquite de Dios
         Viene él mismo a salvaros
         Entonces se abrirán los ojos de los ciegos
         Los oídos de los sordos se abrirán
         Brincará el cojo como un ciervo
         La lengua del mudo gritará de júbilo
         En el desierto saltarán corrientes de agua
         Y arroyos en la estepa
         El suelo reseco, se cambiará en estanque
         La tierra sedienta en manantiales
         Y el cúbil donde se tumbaban los chacales
         Se hará un parque de cañas y juncos
         Habrá alli un camino puro
         Será llamado vía santa
         Ningún impuro pasará por él
         Será solo para los suyos su calzada
         Y ni los simples se desviarán
         No habrá león ahí ni bestia feroz pondrá los pies
         Sólo los redimidos pasarán
         Por él volverán los liberados de Dios
         Entre gritos de júbilo llegarán asión
         Una dicha etera coronará su frente
         La alegría y el júbilo estarán a su lado
         Lejos huirán dolor y llanto.

        
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