domingo, 31 de julio de 2016

EL HOMBRE DEL FAROL…Y LA MUJER DE BLANCO DETRÁS DE EL


De pronto apareció de la nada por aquél tenebroso callejón por la calle Revolución… la mortecina luz del farol en su mano reflejaba ondulante cuan largo era, la figura en tierra prolongándose hacia la barda… Parecía que caminaba con pasos lentos bajo la pertinaz llovizna... Sorprendida lo miraba desde el balcón de mi ventana, aquella noche de insomnio. El hombre del farol vestía camisa roja a cuadros y pantalón de kaki… es el abuelo , pensé, como en otras ocasiones ya lo había visto sin darle mayor importancia, pero ahora como no tenía sueño me puse a observarlo: llevaba sombrero de palma de alta copa, calzaba sus pies con huaraches de hule de llanta para mi desconocidos… pero al fijar mis ojos a los pies, me quedé aterrada, con los pelos de punta ¡aquel hombre del farol flotaba, no pisaba el suelo¡ se perdió en la distancia cual largo era rumbo al fondo del callejón… los perros aullaban y gemían lastimeramente, y la mortecina luz del farol se fue diluyendo lentamente bajo la lluvia… hasta entonces sentí un terror inenarrable, y temblorosa me acurruqué bajo las sábanas mientras mis padres dormían plácidamente, dijo la hermosa Florencia
Eran como las 11.40 de la noche… aunque arrullada por la lluvia, después de aquello, ya no pude dormir. Continuo diciendo la joven de hermosos ojos verdes y dulce mirar, que ya en otras ocasiones había visto al hombre del farol pero que nunca le había puesto cuidado, porque estaba convencida que era su abuelo, y que también su hermano menor lo había visto caminar con el farol encendido en la mano por aquel tenebroso callejón, y también creía que era su abuelo, que lo único raro era que a esa hora anduviera alumbrando el callejón, sin ponerle él, mayor cuidado.
Dijo la muchacha , todavía muy asustada , que en otra ocasión después de aquella horrible experiencia, se reunieron en su casa seis amigos y ella a realizar un trabajo de equipo; al término de éste, asaron carne y se amanecieron; estaban en el vacile y la broma alrededor de la mesa, y ella de espaldas al callejón del terror, porque ya sabía lo que pasaba en él; no les había contado a sus compañeros de estudios la experiencia vivida aquella noche de pertinaz llovizna, para que no se asustaran...
Eran las 5:15 de la mañana cuando de pronto uno de los jóvenes dijo: ¡¡mira¡¡ ahí va tu abuelo con un farol en la mano , y que raro que a estas horas lleva sombrero; si, contesto otra chica , seguramente no se lo quita ni para dormir; y soltaron la carcajada todo el grupo a mandíbula batiente… y Florencia estaba a la expectativa, con los verdes ojos pelones y muy brillantes como ascuas.. y va una mujer alta con bata blanca, y larga cabellera negra detrás de él, dijo otro chico; y dice otra joven: pues tus abuelos de plano no duermen, se levantan muy temprano a caminar, si, alumbrados por el farol dijo otro joven; esto ya no le gustó a Florencia, se levantó con la piel enchinada y los pelos de punta, pues ella nunca había visto a la mujer de blanco que desde tiempos inmemoriales, se dice sale por allí, y rápido invitó a los muchachos a modo de broma, a seguir con la mirada al hombre del farol y la mujer de blanco detrás de él, para ver para dónde iban..
¡Y se quedaron con los pelos de punta¡ el hombre del farol y la mujer de blanco detrás de él, ¡flotaban¡, la mujer descalza, y el hombre con huaraches muy curados, a decir de los jóvenes, aunque uno de ellos no vio nada , se quedó con ganas de ver al hombre del farol y la mujer detrás de él, que se perdieron cuan largos eran en aquella obscuridad del fondo del callejón… y la mortecina luz del farol reflejaban las fantasmagóricas y ondulantes figuras en tierra y barda.. Y poco a poco se fueron diluyendo en su camino al más allá, de donde provenían...
A los pobres muchachos hasta lo borracho se les quitó; les dio vómito, temblorinas y de todo, quedando jurados a no volver, pero si, si volvieron, pero por las dudas ya no se amanecen ni voltean para aquel obscuro callejón, todos se sientan de espaldas a él, no vaya a ser la de malas, ya no quieren ver otra vez al hombre del farol y la mujer de blanco detrás de él...
…Por las dudas, cuando pases por aquel tenebroso callejón por la calle Revolución… más te vale que te vayas persignado, no valla ser que de pronto te topes con el hombre del farol y la mujer de blanco detrás de él , y alumbren tu caminar…y ¡con los pelos de punta te puedes quedar¡
….Por el placer de escribir…recordar…y compartir…