martes, 20 de octubre de 2015

CON LOS PELOS DE PUNTA.
POR MANUELITA LIZARRAGA.

LA MANO QUE APRIETA”.

Meeeemoooo… ajjjj ajjjj ¿dónde estás Memo?...los estertores agónicos se escuchaban en el amanecer llamando Memo, mientras me apretaba la mano, y yo se la acariciaba pensando que era la de mi esposo, pero al escuchar esos raros lamentos de una mujer atormentada, voz desconocida para mi en el interior de mi recámara, encendí de pronto la televisión para que hubiera luz…y me quedé ¡Con los pelos de punta!.

Me disculpa estimado lector(a) pero la persona este macabro suceso, me rogó que no escribiera la ubicación de esta mansión porque sus padres se asustarían mucho.

Cuenta la joven señora Dorita que con motivo del reciente huracán que azotó La Paz y parte del Estado de Baja California Sur, se fue con su esposo e hijos a la casa de su suegros, por el barrio del Esterito (nomás el barrio voy a decir) y les asignaron una recámara para todos ellos; una sola noche pasaron ahí, salieron al otro día disparados, jurando no volver a dormir en esa recámara nunca más…

…Eran como las cuatro y media o un poco más de la mañana…abrí los ojos y encendí el televisor, estaba el programa del “Doctor Simi” que me cae muy gordo, por cierto, y apagué el aparato. Quedándome con el control en la mano…tenía mis ojos abiertos en las penumbras, de pronto me agarraron la mano derecha, y yo pensando que era mi esposo se la acaricié, la mano apretó más la mía, y yo también se la apreté…luego se empezó a escuchar estertores agónicos como de alguien que moría con mucho sufrimiento, y yo le apreté más la mano y la mano me tenía bien agarrada, entonces se escuchó una voz de mujer que decía…”ajjjj ajjjjj ¿dónde estás Memo?, ¿Memo dónde estas?”.

Y lo curioso es que yo escuchaba gente ya levantada en la casa, porque ya casi era amanecido y mientras más nos apretábamos las manos, más fuerte y doloroso era el gemido, así como el llamado desesperado a un tal Memo. Todo era muy extraño en aquella recámara en penumbras…desde luego, pensé preguntándome ¿Qué hace esa mujer desconocida en mi recámara? Donde se supone que estábamos nada más mi esposo, mis hijos y yo, creía que la mano que agarraba a la mía, era la de mi esposo, por eso es que no sentía miedo todavía, nada mas extrañeza…entonces me decidí, apreté el botón de encendido del televisor en el control, para que hubiera luz, y ¡ohhhh sorpresa me soltaron la mano y no había nadie en el cuarto!, todo estaba en el más espantoso silencio, roto solo por la luz del televisor sin volume.

Sentí un miedo sepulcral como si se me levantara la piel, y el cuero cabelludo desde la nuca quedándome ¡con los pelos parados! Y para rematar, mi esposo estaba acostado del otro lado, roncando, y mis hijos dormían como santos angelitos, no se dieron cuenta de nada. Comprendí con espanto que la mano que me apretaba era de la mujer moribunda llamando a Memo.


Yo soy una mujer muy incrédula sobre estas cosas, pero después de vivir esta macabra experiencia la verdad no se que pensar, terminó diciendo la señora Dorita.