jueves, 22 de marzo de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA ÁLCARAZ

“LAS SIRENAS...CUENTO CAURESMAL”.


¡Que no te metas al mar porque te convertirás en sirena!... ¿Qué no ves que es viernes santo?...era la consabida amenaza para los inquietos niños de aquellos tiempos...de alguna manera, para obligarlos a la obediencia y a respetar las costumbres aquellos viernes santos, viernes de silencio...cuando nomás se escuchaba el alegre trino de los pájaros y el silbar del viento. Entre aquellos aromas a capirotadas, torrejas, tortitas de camarón, de pescado y leche cocida, entre otros ricos manjares alrededor de las encaladas hornillas contaba la abuela que “Hubo una vez una familia que tenía su hogar frente a la playa bajo la sombra de un frondoso palmar quienes tenían tres lindas niñas y un varoncito, Juanita, Perlita, Margarita y Gabriel, muy inquietos por cierto los niños...que en un viernes santo de aquellos, después de escuchar las siete palabras, como es la costumbre, sus padres le recomendaron una vez más...queridos hijos, ya saben que hoy es viernes santo, viernes de guardar, es de luto para toda la humanidad, porque es el día en que fue crucificado en la tierra nuestro señor Jesucristo; nosotros, nos vamos a descansar y ustedes pueden leer, o jugar, pero sin pelear y todo en silencio”.

¿Podemos bañarnos en el mar?, preguntó Juanita muy entusiasmada, y su madre persignándose muy preocupada les dijo, ¡de ninguna manera!, es viernes santo y no pueden ni deben meterse al mar porque se convertirían en sirenas! Pero inquietas y desobedientes que eran las niñas, esperaron a que sus padres se durmieran y felices, se encaminaron a la playa acompañadas de Gabrielito, quien era el más pequeño. El niño rehusó meterse al agua, porque era obediente y además tenía temor de convertirse en un pez como decían los mayores. Temeroso Gabrielito se sentó sobre una barca que estaba en la arena boca abajo a observar a sus hermanas y a aventar conchitas y caracoles al agua mientras que Juanita, Perlita y Margarita, las tres niñas desobedientes corrieron encantadas y se metieron al mar.

...Era un viernes santo, viernes de silencio...las niñas jubilosas nadaban y nadaban en el agua, la que estaba muy fría, cortando con sus manitas las olas... y cuentan los mayores que cuando las niñas nadaban escuchaban raros murmullos en el agua, las que se pusieron más turbulentas, y de pronto todo se oscureció por unos instantes y sentían una rara transformación en sus cuerpos, luego espantadas vieron que de la cintura para abajo tenían la figura de un enorme pez y empezaron a rodearlas una gran cantidad de peces, las niñas desesperadas querían salir del agua, pero la corriente las jalaban mar adentro seguida de sus compañeros los peces, y ante los asombrados ojos del niño quien gritaba asustado, y las llamaba llorando, levantando sus manitas con impotencia al aire, pegando saltos sobre la panga, pero las niñas se alejaban más y más diciéndole a Dios con sus manitas.

Por su desobediencia las niñas se habían convertido en tres hermosas sirenitas quedando sus padres y hermano sumidos en la tristeza. Y contaban los ancianos que los padres de las niñas desobedientes, salían todos los días hasta el anochecer, a recorrer las orillas del mar con la esperanza de ver a sus hijas aunque sean convertidas en sirenas...pero que nomás ondeaban sus escamosas colitas de pescado entre las hermosas olas confundiéndose con los murmullos del viento y el mar las voces plañideras de este triste y bello canto de las desobedientes niñas que un viernes santo se metieron al mar.

“Nuestros padres y hermano, ¿dónde estarán? Al vaivén de las olas nos alejamos más y más. Cómo olvidar, fue un viernes santo las niñas se metieron al mar, por ser desobedientes son sirenas de la mar”.

Aquel viernes santo, viernes de silencio alrededor de las hornillas inundadas de aromas, todos estábamos en suspenso escuchando a la abuela, hasta mi viejo perro el pachuco estaba tirado a mis pies emocionado, temeroso de volverse sireno y continuó diciendo mi nanita, y cuentan que sus padres ya viejitos, seguidos de muchos niños, buscaban a las sirenitas por toda la orilla del mar, para escuchar su triste canto, que un día, a sus padres, ya no le vieron nunca más...terminó diciendo la abuela añadiendo que el viernes santo es el día más grande para toda la humanidad y desde entonces se hizo la conseja popular que los mayores aconsejan a sus hijos que el viernes santo se debe de guardar y sobre todo, no meterse al mar porque se convertirían en sirenas.


…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir
LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA ÁLCARAZ

“LAS SIRENAS...CUENTO CAURESMAL”.


¡Que no te metas al mar porque te convertirás en sirena!... ¿Qué no ves que es viernes santo?...era la consabida amenaza para los inquietos niños de aquellos tiempos...de alguna manera, para obligarlos a la obediencia y a respetar las costumbres aquellos viernes santos, viernes de silencio...cuando nomás se escuchaba el alegre trino de los pájaros y el silbar del viento. Entre aquellos aromas a capirotadas, torrejas, tortitas de camarón, de pescado y leche cocida, entre otros ricos manjares alrededor de las encaladas hornillas contaba la abuela que “Hubo una vez una familia que tenía su hogar frente a la playa bajo la sombra de un frondoso palmar quienes tenían tres lindas niñas y un varoncito, Juanita, Perlita, Margarita y Gabriel, muy inquietos por cierto los niños...que en un viernes santo de aquellos, después de escuchar las siete palabras, como es la costumbre, sus padres le recomendaron una vez más...queridos hijos, ya saben que hoy es viernes santo, viernes de guardar, es de luto para toda la humanidad, porque es el día en que fue crucificado en la tierra nuestro señor Jesucristo; nosotros, nos vamos a descansar y ustedes pueden leer, o jugar, pero sin pelear y todo en silencio”.

¿Podemos bañarnos en el mar?, preguntó Juanita muy entusiasmada, y su madre persignándose muy preocupada les dijo, ¡de ninguna manera!, es viernes santo y no pueden ni deben meterse al mar porque se convertirían en sirenas! Pero inquietas y desobedientes que eran las niñas, esperaron a que sus padres se durmieran y felices, se encaminaron a la playa acompañadas de Gabrielito, quien era el más pequeño. El niño rehusó meterse al agua, porque era obediente y además tenía temor de convertirse en un pez como decían los mayores. Temeroso Gabrielito se sentó sobre una barca que estaba en la arena boca abajo a observar a sus hermanas y a aventar conchitas y caracoles al agua mientras que Juanita, Perlita y Margarita, las tres niñas desobedientes corrieron encantadas y se metieron al mar.

...Era un viernes santo, viernes de silencio...las niñas jubilosas nadaban y nadaban en el agua, la que estaba muy fría, cortando con sus manitas las olas... y cuentan los mayores que cuando las niñas nadaban escuchaban raros murmullos en el agua, las que se pusieron más turbulentas, y de pronto todo se oscureció por unos instantes y sentían una rara transformación en sus cuerpos, luego espantadas vieron que de la cintura para abajo tenían la figura de un enorme pez y empezaron a rodearlas una gran cantidad de peces, las niñas desesperadas querían salir del agua, pero la corriente las jalaban mar adentro seguida de sus compañeros los peces, y ante los asombrados ojos del niño quien gritaba asustado, y las llamaba llorando, levantando sus manitas con impotencia al aire, pegando saltos sobre la panga, pero las niñas se alejaban más y más diciéndole a Dios con sus manitas.

Por su desobediencia las niñas se habían convertido en tres hermosas sirenitas quedando sus padres y hermano sumidos en la tristeza. Y contaban los ancianos que los padres de las niñas desobedientes, salían todos los días hasta el anochecer, a recorrer las orillas del mar con la esperanza de ver a sus hijas aunque sean convertidas en sirenas...pero que nomás ondeaban sus escamosas colitas de pescado entre las hermosas olas confundiéndose con los murmullos del viento y el mar las voces plañideras de este triste y bello canto de las desobedientes niñas que un viernes santo se metieron al mar.

“Nuestros padres y hermano, ¿dónde estarán? Al vaivén de las olas nos alejamos más y más. Cómo olvidar, fue un viernes santo las niñas se metieron al mar, por ser desobedientes son sirenas de la mar”.

Aquel viernes santo, viernes de silencio alrededor de las hornillas inundadas de aromas, todos estábamos en suspenso escuchando a la abuela, hasta mi viejo perro el pachuco estaba tirado a mis pies emocionado, temeroso de volverse sireno y continuó diciendo mi nanita, y cuentan que sus padres ya viejitos, seguidos de muchos niños, buscaban a las sirenitas por toda la orilla del mar, para escuchar su triste canto, que un día, a sus padres, ya no le vieron nunca más...terminó diciendo la abuela añadiendo que el viernes santo es el día más grande para toda la humanidad y desde entonces se hizo la conseja popular que los mayores aconsejan a sus hijos que el viernes santo se debe de guardar y sobre todo, no meterse al mar porque se convertirían en sirenas.


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POR MANUELITA LIZARRAGA ÁLCARAZ

“LAS SIRENAS...CUENTO CAURESMAL”.


¡Que no te metas al mar porque te convertirás en sirena!... ¿Qué no ves que es viernes santo?...era la consabida amenaza para los inquietos niños de aquellos tiempos...de alguna manera, para obligarlos a la obediencia y a respetar las costumbres aquellos viernes santos, viernes de silencio...cuando nomás se escuchaba el alegre trino de los pájaros y el silbar del viento. Entre aquellos aromas a capirotadas, torrejas, tortitas de camarón, de pescado y leche cocida, entre otros ricos manjares alrededor de las encaladas hornillas contaba la abuela que “Hubo una vez una familia que tenía su hogar frente a la playa bajo la sombra de un frondoso palmar quienes tenían tres lindas niñas y un varoncito, Juanita, Perlita, Margarita y Gabriel, muy inquietos por cierto los niños...que en un viernes santo de aquellos, después de escuchar las siete palabras, como es la costumbre, sus padres le recomendaron una vez más...queridos hijos, ya saben que hoy es viernes santo, viernes de guardar, es de luto para toda la humanidad, porque es el día en que fue crucificado en la tierra nuestro señor Jesucristo; nosotros, nos vamos a descansar y ustedes pueden leer, o jugar, pero sin pelear y todo en silencio”.

¿Podemos bañarnos en el mar?, preguntó Juanita muy entusiasmada, y su madre persignándose muy preocupada les dijo, ¡de ninguna manera!, es viernes santo y no pueden ni deben meterse al mar porque se convertirían en sirenas! Pero inquietas y desobedientes que eran las niñas, esperaron a que sus padres se durmieran y felices, se encaminaron a la playa acompañadas de Gabrielito, quien era el más pequeño. El niño rehusó meterse al agua, porque era obediente y además tenía temor de convertirse en un pez como decían los mayores. Temeroso Gabrielito se sentó sobre una barca que estaba en la arena boca abajo a observar a sus hermanas y a aventar conchitas y caracoles al agua mientras que Juanita, Perlita y Margarita, las tres niñas desobedientes corrieron encantadas y se metieron al mar.

...Era un viernes santo, viernes de silencio...las niñas jubilosas nadaban y nadaban en el agua, la que estaba muy fría, cortando con sus manitas las olas... y cuentan los mayores que cuando las niñas nadaban escuchaban raros murmullos en el agua, las que se pusieron más turbulentas, y de pronto todo se oscureció por unos instantes y sentían una rara transformación en sus cuerpos, luego espantadas vieron que de la cintura para abajo tenían la figura de un enorme pez y empezaron a rodearlas una gran cantidad de peces, las niñas desesperadas querían salir del agua, pero la corriente las jalaban mar adentro seguida de sus compañeros los peces, y ante los asombrados ojos del niño quien gritaba asustado, y las llamaba llorando, levantando sus manitas con impotencia al aire, pegando saltos sobre la panga, pero las niñas se alejaban más y más diciéndole a Dios con sus manitas.

Por su desobediencia las niñas se habían convertido en tres hermosas sirenitas quedando sus padres y hermano sumidos en la tristeza. Y contaban los ancianos que los padres de las niñas desobedientes, salían todos los días hasta el anochecer, a recorrer las orillas del mar con la esperanza de ver a sus hijas aunque sean convertidas en sirenas...pero que nomás ondeaban sus escamosas colitas de pescado entre las hermosas olas confundiéndose con los murmullos del viento y el mar las voces plañideras de este triste y bello canto de las desobedientes niñas que un viernes santo se metieron al mar.

“Nuestros padres y hermano, ¿dónde estarán? Al vaivén de las olas nos alejamos más y más. Cómo olvidar, fue un viernes santo las niñas se metieron al mar, por ser desobedientes son sirenas de la mar”.

Aquel viernes santo, viernes de silencio alrededor de las hornillas inundadas de aromas, todos estábamos en suspenso escuchando a la abuela, hasta mi viejo perro el pachuco estaba tirado a mis pies emocionado, temeroso de volverse sireno y continuó diciendo mi nanita, y cuentan que sus padres ya viejitos, seguidos de muchos niños, buscaban a las sirenitas por toda la orilla del mar, para escuchar su triste canto, que un día, a sus padres, ya no le vieron nunca más...terminó diciendo la abuela añadiendo que el viernes santo es el día más grande para toda la humanidad y desde entonces se hizo la conseja popular que los mayores aconsejan a sus hijos que el viernes santo se debe de guardar y sobre todo, no meterse al mar porque se convertirían en sirenas.


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viernes, 16 de marzo de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
“GRACIAS AL GENERAL LAZARO CARDENAS DEL RIO...FUE LA RECUPERACION ECONOMICA DEL PAIS.”
• 80 aniversarios de la histórica expropiación petrolera… ¿Cuáles fueron sus beneficios, en la actualidad?
El día 18 de Marzo de 1938, será notable en la historia de México por haberse realizado en esa fecha la expropiación, por causa de utilidad pública, de las empresas petroleras extranjeras que se habían declarado en rebeldía en contra de las leyes mexicanas, que estaban obligadas y se habían comprometido solemnemente a respetar. Dicho acto histórico lo ejecutó el gobierno revolucionario presidido por el señor General Don Lázaro Cárdenas del Río, con apoyo en la Constitución, en las leyes dimanadas de ella, y con el aplauso unánime del pueblo mexicano; produciendo un efecto positivo en el mundo tal acontecimiento de expropiación petrolera y defensa de la soberanía nacional.
El petróleo es una sustancia mineral depositada en grandes yacimientos en el subsuelo de algunos estados, especialmente en los del litoral del Golfo de México, Tamaulipas y Veracruz. Esta sustancia tan indispensable en la vida moderna fue conocida primeramente por los indígenas, antes de la conquista española y la utilizaban como medicamento o en sus ritos primitivos. Tampoco fue desconocida por los españoles, pues en las “Leyes de Indias” y en las ordenanzas de minería se hace mención de los betunes y jugos de la tierra, cuya propiedad decía el Rey de España, juntamente con las minas es de mi real corona.
Consumada nuestra emancipación política del trono español, la propiedad del suelo y del subsuelo de México pasó nuevamente a ser del dominio de la nación; representada ésta por su legítimo gobierno. Así lo comprendieron los gobernantes anteriores, a Don Porfirio Díaz, y así lo practicaron; pero este nefasto presidente en su afán de proteger a las empresas extranjeras quienes lo llenaban de adulaciones, otorgó concesiones y ventas vergonzosas y concedió y excenciones a empresas cuya presencia en México, lejos de serle favorable, tenía que acarrear muy serios conflictos a la economía, al bienestar, y a la tranquilidad nacionales. Causa de guerras, de males y conflictos diversos fueron las compañías extranjeras que en mala hora solapadas por un pésimo presidente como Porfirio Díaz que aborrecía a los indios mexicanos, y quien decía “QUE EL MEJOR INDIO, ERA EL INDIO MUERTO”, siendo que ellos eran legítimos propietarios del suelo mexicano, y que Porfirio Díaz permitió que se apoderaran de nuestra riqueza petrolera, entre otras cosas, con el alcaguetaje de la inversión extranjera y tal parece que en la actualidad estamos viviendo lo mismo, o vamos a vivir lo mismo, porque amenazan privatizarla.
Nuestros visionarios constituyentes que forjaron la carta magna de 1917, con Carranza a la cabeza, y que el costo fue muy alto, el suelo de México fue regado con la sangre de millones de mexicanos, tuvieron buen cuidado de declarar el artículo 27, en el que se respaldó Lázaro Cárdenas para hacer valer la ley aquel histórico 18 de Marzo de 1938, pero antes, el seis de octubre de 1936, PROMULGO LA LEY DE EXPROPIACION POR CAUSA DE UTILIDAD PUBLICA, sin la cual la expropiación petrolera no hubiera tenido base legal. No fue expropiación petrolera la que realizó, puesto que esa riqueza ya era propiedad de la nación. Expropió los bienes de los extranjeros pagando en su justo precio como lo marca la ley. En ese día memorable, el pueblo de México y otras naciones se volcaron dando su apoyo al presidente en defensa de la soberanía nacional. Las compañías extranjeras que se dedicaban a la explotación del petróleo en México, no tenían sobre él, derecho de propiedad, sino meras concesiones que les permitieron explotar los yacimientos mexicanos. En tal virtud, México no expropió el petróleo, únicamente recuperó su propiedad, que temporalmente estaba en manos extranjeras.
Aquel memorable 18 de marzo de 1938 el zócalo se vio invadido de miles de mexicanos...enternecía ver a los niños con sus alcancías, la gente más humilde pasaban y se iban quitando anillos, aretes, cadenas, medallas y toda clase de alhajas, dejándole al Tata de Jiquilpan los montoncitos que iban creciendo, para pagar la deuda...hubo lesionados que dejaban sus muletas, bicicletas, puercos, gallinas, señoras elegantes que entregaban sus abrigos de mink y sus medias de seda...era la respuesta del pueblo de México a su presidente. La historia de México registra numerosos hechos gloriosos, pero entre ellos, hay cinco cuya enorme significación ha sido trascendentes a través de los años quedando impreso de panera perenne en la memoria de todo mexicano:
El 16 de Septiembre de 1810, que marcó la independencia de México teniendo como guías a Don Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y pavón, además de otros gloriosos insurgentes. El 15 de Julio de 1867, en que fue restaurada la República después de la tenaz lucha que el benemérito de las Américas Don Benito Juarez sostuvo contra los invasores franceses, y trajo como resultado la caída del impero de Don Maximiliano. El 20 de Noviembre de 1910 en que Don Francisco I. Madero, el mártir de la democracia dio principio a la revolución social mexicana. El 05 de Febrero de 1917, en que se promulgó nuestra carta magna, LA CONSTITUCION; la que según ha sido reformada más de 300 veces de acuerdo a los intereses del gobierno en turno, que tal parece que la reforman para despojar de su riqueza al país, como sucedió con el artículo 27 por citar alguno. Y el 18 de Marzo de 1938, en que no sólo se realiza un acto de ingente justicia, sino que se sientan las bases de una patria independiente en su vida económica que a partir de entonces luchara porque México y los mexicanos seamos dueños de la riqueza que el país posee, y cuya explotación esté orientada hacia el fortalecimiento de la Nación y hacia el logro de un imperecedero anhelo: LOGRAR LA FELICIDAD DEL PUEBLO MEXICANO.
La expropiación petrolera es en el calendario cívico una fecha gloriosa. 18 de Marzo de 1938, pero en la sucesión de los acontecimientos históricos de México, viene a ser la culminación de una serie de hechos que para la mayoría de las personas han pasado inadvertidos. El primero de ellos se sitúa en 1925, cuando el Joven General Lázaro Cárdenas de solamente 30 años de edad, que había madurado en las filas de la revolución se hizo cargo de la comandancia militar de las Huastecas, que comprendía región petrolera. Esto permitió a quien con el tiempo había de ser presidente de la República se diera cuenta directa de forma inicua trataban a los trabajadores, de los ilegales procedimientos que empleaban para adueñarse de las tierras donde estaban los pozos productores del petróleo y de la soberbia con que los magnates petroleros extranjeros se comportaban respecto a nuestras leyes, lesionando en repetidas ocasiones la dignidad nacional. También la oportunidad fue propicia para demostrar que nuestro presidente “EL TATA LAZARO”, era insobornable, porque al contrario de Porfirio Díaz, no cedió ante los halagos ni ante los cuantiosos obsequios de los empresarios extranjeros (de estos hombres que no les importa las adulaciones ni los halagos necesita la patria hoy en día). Otro hecho histórico, fue la expedición de la Ley Cardenista, “LEY DE EXPROPIACON POR UTILIDAD PUBLICA PROMULGADA EL 06 DE OCTUBRE DE 1936”, esta ley tiene como fundamentos la defensa de los intereses nacionales y la aplicación de un criterio de justicia social. El General Lázaro Cárdenas basó su gobierno en la acción revolucionaria de las masas y en la fiel interpretación de la Ley. Fue un presidente que unió la sinceridad de la promesa con la realidad de la ejecución.
Lázaro Cárdenas, a la edad de 40 años fue elegido presidente de la República Mexicana por la voluntad de la mayoría don 2 millones 268,567 votos, siendo éste una de las votaciones mas copiosas que registra la historia democrática de México. El Tata Lázaro, nació en la ciudad de Jiquilpan de Juarez, Michoacán, en mayo de 1885, procede familia muy modesta pero muy honorable. Quedó huérfano a temprana edad, apenas terminó la primaria, cuarto en ese tiempo (lo que demuestra, que tal parece que entre más estudios y licenciados son los presidentes, más despojan al país de sus bienes). Lázaro Cárdenas tuvo que trabajar de muy niño para ayudar a su familia y se dedicó a aprender tipografía. En 1913, cuando apenas tenía 18 años, después del asesinato de Don Francisco I. Madero y Pino Suarez, se lanzó a la revolución. Las operaciones de su vida militar están en su hoja de servicio que acusan 20 años ininterrumpidos al servicio a favor de la revolución. Su obra como gobernador de Michoacán está grabada en la gratitud de su pueblo, y su labor como presidente de México ha trascendido y seguirá trascendiendo en la historia para ocupar en ellas numerosísimas páginas pendientes de escribirse.
Después de Cuauhtémoc, de Morelos, de Juarez y de Madero, no ha tenido México un presidente de espíritu más equilibrado y perfecto; un ser con todas las características del hombre, que ese soldado del pueblo, paladín y defensor de sus derechos, que se llama Lázaro Cárdenas del Río. Cárdenas heredó del primer héroe y mártir mexicano, Cuauhtémoc, el estoicismo ante los grandes peligros y problemas de sus patria; de Morelos, posee la visión exacta del porvenir de sus hermanos los desheredados; de Don Benito Juarez, la constancia, el tesón y la fuerza en una labor que requiere no abandonarse un instante; y de Madero recogió ese fuego que arrebata a su corazón exaltados ímpetus, y que lo hizo ir de lugar en lugar viviendo con los pobres alentando sus anhelos y sembrando entre ellos la semilla de un mañana más próspero y feliz.
En un momento de ardor los estrategas publicitarios de los norteamericanos, tratando de subestimar la decisión del presidente Cárdenas, en sus medios de comunicación dijeron que el petróleo se había expropiado de acuerdo con el Presidente Wilson. La respuesta de aquí para allá, fue muy contundente. Los encargados de responder las pedradas externas, comisionaron a una conocida dama especialmente para que en una cena formal que se dio en una de las embajadas, dejara caer por allí que el gobierno, había recibido mensajes del alto comando alemán, en el sentido de que si les daban paso los mexicanos por aquí para invadir a los norteamericanos, nos devolverían las tierras que nos robaron en 1847: Arizona, Nuevo México, Texas y Alta California. Esto bastó para que los cerebros de la guerra fría y de quienes pretendían menospreciar el gesto heroico de Cárdenas del Río se pusieran en paz.
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LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA ÁLCARAZ
…CON LOS PELOS DE PUNTA…
“LA MISTERIOSA MUJER DE LOS 20 PESOS”
Los largos y misteriosos ropajes, se los volaba e viento, la negra y ondulada cabellera le brillaba aún más con el reflejo de la luna, proyectándose en el pavimento la figura de una alta y delgada mujer parada en la esquina de Guillermo Prieto y Reforma, exactamente donde alguna vez fue panteón… Esta, estaba haciendo señas para que se detuviera el vehículo que hacia ella se aproximaba.
Este macabro hecho sucedió una noche Otoño cuando de los arboles las hojas caen…. Ramón el taxista, dice que al ver a la mujer haciendo señas desesperadas, detuvo la unidad, y la dama de larga y brillante cabellera negra, de un salto ya estaba en la parte trasera; y el pregunto que si hacia donde la llevaba, y ella le contesto con una voz profunda, cavernosa “LLEVEME A LA ESCUELA NORMAL”; el tomo rumbo hacia la 5 de mayo para bajar por la Félix Ortega, hacia la dirección indicada.
Eran como las 11 de la noche, noche fatal para él, y la mujer rompió aquel silencio sepulcral, casi casi susurrándole al oído y le pregunto con voz trémula, “¿Cuánto me va a cobrar por llevarme hasta la normal?”; “Son $20 pesos” le dijo el- y la muchacha saco un billete de aquellos colorado de $20 pesos y le pago de una vez; y Ramón se metió a la bolsa del pantalón aquel viejo billete de 20 pesos.
El taxi circulaba por la Félix Ortega con su macabra y misteriosa pasajera, rumbo a la normal, y por el retrovisor el chofer miraba de vez en vez a la dama, lo que podía ver de su rostro, dice Ramón de no feas facciones, sus ojos eran grandes y profundos cargados de tristeza, y miraban como perdidos a la distancia, como sin ver, venia el embelesado contemplando aquel rostro, y cuando iban por la Chevrolet y Bravo, todavía llevaba a su pasajera quien iba en el más completo silencio… ¡¡POBRE MUJER!!, pensaba el, contemplando esa mirada perdida en la nada… Se nota que tiene un gran sufrimiento- se dijo…. El chofer desvió sus ojos de los de ella para continuar viendo de frente, rumbo donde se le había indicado, pero luego paso lo inenarrable.
¡NO PODIA DAR CREDITO A LO QUE ESTABA VIVIENDO!... Freno el vehículo de golpe, quedándose pasmado, con el corazón palpitante, con la mano sobre el volante, sin comprender que estaba pasando, porque faltando una cuadra por llegar a la benemérita escuela normal urbana, exactamente donde fue alguna vez la nevería blanca nieves, dirigió su mirada al retrovisor para ver aquel rostro y aquellos ojos cargados de tristeza, pero para su sorpresa, LA PASAJERA HABIA DESAPARECIDO, NO IBA NADIE EN EL ASIENTO TRASERO…. SE ESFUMO EN LA NADA CON EL VEHICULO EN MARCHA.
Ramón nunca había sentido miedo, incluso hasta se reía, cuando escuchaba algún relato misterioso, porque él era muy incrédulo para estas cosas, pero después de vivir esta espantosa experiencia, no sabía ni que pensar, porque lo cierto era, ¡¡QUE EL BILLETE DE 20 PESOS ESTABA EN LA BOLSA DEL PANTALÓN!! Y según lo guardo de recuerdo, aunque no fue muy grato este recuerdo.
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LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
“EDMUNDO ANDRADRE IRIGOYEN...UN FORJADOR EN SUDCALIFORNIA”
• FUNDO EL PRIMER BANCO EN LA PAZ.
• EL Y SU ESPOSA HAYDEÉ LIZARRAGA DE ANDRADE FUNDARON LA PRIMER TINTORERIA “LA AMERICANA, EN LA PAZ”
• PROMOTOR DE LA LUCHA LIBRE Y BOX...CONSTRUYO LA ARENA “CALIFORNIA”.
• FUE DELEGADO REGIONAL DE BONOS DEL AHORRO NACIONAL.
Con el corazón palpitante de la emoción de enfrentarse a lo desconocido... el joven Edmundo Andrade Irigoyen, procedente de la ciudad de Durango, dejaba vagar sus pensamientos perdiendo la mirada contemplativa a la distancia...la embarcación se bamboleaba rítmicamente entre el oleaje, donde distinguía a la orilla del malecón costero como fieles centinelas a las exuberantes palmeras, las que como juncales doncellas con sus cabelleras al viento deleitaba la mirada...en la torre del vigía, en el marco del alegre graznar de gaviotas, al vuelo de la campana, con su largo catalejo prieto, el Güero Gilberto anunciaba el arribo del barco “El araguan”.
Por las callecitas de La Paz de antaño aquel fuereño, el joven Edmundo, con una talega de lona atascada de billetes al hombro, iba pregonando, ofreciendo dinero prestado e invitaba a las gentes a abrir sus cuentas de ahorro o cheques en el Banco mercantil del pacífico que él vino a organizar...y la gente le contestaba “Pa’ que queremos bancos, si allí está el ‘Tanayo’ que no se raja”.
Era aquella Paz de los años cuarenta, gobernaba el territorio Sur el ilustre General y constituyente Don Francisco J. Mújica...hacía poco tiempo que se habían agotado los placeres de madre perla... estaba en su auge la explotación del hígado de tiburón, el que exportaban...NO HABIA BANCOS EN LA PAZ. Don Edmundo Andrade Irigoyen, entre tiros de metralla y al sonar de los machetes, vio la luz primera el 05 de febrero de 1912, en el histórico pueblo “Nombre de Dios, Durango0”...estaba en toda su efervescencia la Revolución Mexicana...sus padres Don Elías Andrade Quintero y Benjamina Irigoyen Ramírez, al fragor de la artillería entre sombreros y rebozos tuvieron que salir huyendo rumbo a Durango, con el niño recién nacido en brazos y su hermanito mayor. En ese panorama revolucionario transcurrió la infancia de Edmundo quien, al cumplir cinco años, el 05 de febrero de 1917, ese mismo día, allá en Querétaro se reunían los constituyentes que convocó en todo el país el jefe de los ejércitos, Don Venustiano Carranza, que después de 60 días de deliberaciones y arduo trabajo firmaban el documento histórico EL ACTA CONSTITUTIVA, la ley, nuestra carta magna. El escenario de aquel día memorable fue en el teatro Iturbide en la Ciudad de Querétaro, y Edmundo a sus escasos años no comprendía tanto revuelo en el país.
Edmundo cursó la primaria en esa misma ciudad de Durango y los estudios superiores en el Instituto Juarez, recibiéndose con altos promedios en la carrera de contador. Ingresó a trabajar en el Banco General de Durango; luego fue a trabajar a Mazatlán al Banco Comercial del Pacífico; y debido a su gran capacidad en el desempeño de su trabajo, lo comisionaron a que viniera a esta ciudad de La Paz a organizar el primer banco comercial del pacífico S.A. fue todo un reto, abrir este banco, dice el señor Andrade pues la gente no confiaba en los bancos, mejor guardaba su dinero enterrado en casa, o lo invertían. Recuerda que salía por las calles de La Paz con una talega de lona llena de dinero al hombro ofreciendo dinero prestado y la gente le decía “para que queremos un banco, si allí está el Tanayo que tiene dinero hasta para tirar pa’ arriba y nos presta el que necesitamos”.
Después de un tiempo, en que el banco comercial del pacífico estaba funcionando ingresó a trabajar como cajera la señorita Haydeé Lizárraga Lizárraga que a él le pareció la mujer más hermosa de La Paz, al instante quedaron prendados uno del otro, iniciándose un bonito noviazgo de acuerdo a la costumbre de la época. Luego, sus jefes los señores Coppel, lo mandaron a Guamúchil, Sinaloa, a abrir otro banco, con el mismo nombre. Y quedando en funciones éste se regresó de inmediato a esta ciudad de La Paz a contraer nupcias con la señorita Haydeé quien previamente le dio ciruelas del mogote y pitahayas para que se quedara detalle que le encantó. Después de la boda, se fueron a radicar a León Guanajuato por un periodo de dos años; donde nació su primer hijo el doctor Edmundo Andrade Lizárraga lamentablemente fallecido hace ya hace años; y una sala del Issste lleva su nombre. Don Edmundo durante ese tiempo en León Guanajuato estuvo trabajando en el banco mercantil del bajío S.A y regresaron a La Paz con el niño de un año con las esperanzas puestas en estas tierras y con muchas ganas de trabajar y superarse por su familia.
Don Edmundo pensó luego luego, en poner un negocio propio de algo que no hubiera aquí, y trajo de aquella ciudad, maquinaria y demás aparatos para fundar la primer tintorería “La americana”, con especialidad de lavado en seco y a vapor; así como también trajo gente capacitada para la instalación de los aparatos pero su sorpresa fue muy grande al darse cuenta que no se podían usar porque no había corriente trifácica, había pura monofácica pero con ingenio pudieron resolver el problema...a unos tanques de fierro le metieron adentro un depósito de madera con agujeros y unas paletas para lavar la ropa, con maniguetas invertidas una empleada le daba para atrás y otra para adelante y esas eran las lavadoras. La novedosa tintorería La americana fue todo un acontecimiento en La Paz...el primer cliente que llevó su ropa a lavar y a planchar...fue el General Agustín Olachea...un peso de aquellos de plata se cobraba por pantalón y prendas finas que la mayoría de los habitantes de la ciudad utilizaban este servicio de lavado y planchado en seco...usaban el gas nafta para lavar y lo compraban en Petróleos Mexicanos.
La tintorería La americana empezó con diez empleados de las que recuerda fueron Concepción Lizárraga Alcaraz, Florita y Juana Gonzalez, Reina, Enriqueta Alvarado, Teresita Mendoza, Guadalupe Sánchez, El maruco y la inolvidable señora Doña María Lizárraga Tiznado quien recorría las empedradas callecitas de La Paz con la ropa en el hombro, tocando de puerta en puerta para hacer la entrega de las prendas perfectamente lavadas y planchada y recoger la que se lavaría nuevamente. En la tintorería La americana también se lavaba la ropa de los barcos mercantes de la época como El corrigan, El providencia, entre otros; así como la ropa de los hoteles el Perla, el Misión y el Calafia...llegaron a tener hasta 25 empleados y varios carros repartidores. Había mucho que hacer en La Paz, en ese tiempo en que él llegó había cuatro taxis frente a la presidencia municipal Alberto Anichino y el Príncipe Azul eran los choferes que recuerda. Promovió asimismo el box y la lucha libre para lo que construyó la arena California; este deporte fue toda una época en La Paz. trajo a los grandes de su tiempo, como al Monzón II, llegó de boxeador y se quedó, así como a Blue Demond, al Santo, al Medico asesino, al Califa, al Cavernario Galindo, a Mario Villa y a Manuel Armenteros entre otros.
Don Edmundo fue el primero en traer los bonos del Ahorro Nacional a La Paz fue delegado regional del mismo, así como fue maestro de inglés en la Academia Salvatierra, e interventor de los cines Juarez y California, además de representante en La Paz de algunos productores de películas. Pero dice, que su mayor logro fue el regalo tan hermoso que Dios le dio en esta tierra tan bondadosa: su bella esposa Haydeé y sus tres hijos los doctores Edmundo, Benjamín Elías y la licenciada Haydeé de la Luz, así como 8 nietecitos, nueras y yernos además del cariño de la gran familia sudcaliforniana.
Don Edmundo a sus 89 años de edad en la tranquilidad de su hogar rodeado de su familia ve transcurrir los días lentamente...muchas felicidades Don Edmundo por cumplir un año más de vida en esta su tierra. … (A la fecha, Don Edmundo, ya hace años acudió al llamado del supremo creador)
…..Y aquel pionero en la Paz, forjador de empresas con una talega de lona en el hombro, atascado de dinero, pregonaba por las empedradas callecitas de la paz aquella ofreciendo préstamos a la gente…. Quienes le contestaban “pa que queremos banco, si allí está el Tanayo y nos presta todo lo que queremos”… Y la brisa del mar y el polvo y el viento perfumado con efluvios de azahares, escarcho sus cabellos, y pago su tributo en La paz, la tierra que tanto le dio y que tanto amo… Rindiendo cuentas al creador….
….. Por el placer de Escribir… Recordar… Y… Compartir….
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Publicado por Manuela Lizarraga Alcaraz4 min
LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
“...SALUD SEÑOR PRESIDENTE...BENEMERITO DE LAS AMERICAS...LIC. BENITO JUAREZ GARCIA”.
• 21 de Marzo… 212 aniversario del natalicio del hombre más gigantesco que produjo nuestra historia de México…y que aún prevalecen sus beneficios.
Don Benito Juarez, con su gobierno contribuyó a formar el espíritu de la nación mexicana. Es el símbolo de las leyes de reforma de 1857, y el alma de la resistencia durante la intervención francesa en México, logrando la victoria definitiva de los republicanos contra los imperialistas, conjurando todo peligro de amenaza europea. Don Benito Juarez García fue toda una institución de las leyes. El hombre de las luchas y las tempestades políticas, el hombre cumbre, que produjo el mundo después de nuestro señor Jesucristo, nació el 21 de marzo de 1806...exactamente durante el equinoccio de primavera, en el pueblo de Guelatao Oaxaca. Benito fue un humilde pastorcito que mientras cuidaba el rebaño hacía vibrar su flauta de carrizo inundando de notas musicales, montes y serranías de la Mixteca, templando su espíritu...debido a un incidente con las ovejas que estaban a su cuidado, se dirigió a Guanajuato y gracias y a la nobleza y apoyo de Don Antonio Zalanueva, a los doce años empezó a conocer el alfabeto. Su esfuerzo fructificó hasta recibirse como abogado...debido a su dedicación llegó a ser presidente del Tribunal Superior de Justicia de su Estado...posteriormente, fue gobernador, y luego presidente de la República. Su honestidad se comprobó, pues su fortuna consistía en 2,500 pesos cuando el falleció. En una ocasión, durante una visita que hizo Benito Juarez al gobernador de Guanajuato, al otro día, muy temprano, solicitó a una sirvienta que le alcanzara un recipiente con agua para asearse la cara, y como ésta lo vio prietito de color firme y humilde, le contestó majaderamente voz tronante, ¡si quiere agua vaya y sáquela usted del pozo!...el presidente Benito Juárez con la sencillez humildad que le caracterizaban se dirigió a donde se le mandó, sacó agua del pozo y se fue a su recamara y se aseó. Ya en la mesa, a la hora del desayuno, debido a su alta investidura le cedieron la cabecera de la mesa, y la sorpresa de la sirvienta fue mayúscula cuando el gobernador le ordenó que le sirviera primero al señor presidente. Ésta se soltó llorando pidiéndole disculpas y Juárez sin darle la menor importancia le dijo que no tuviera cuidado.
Don Benito Juarez falleció el 18 de julio de 1872. Ante la tumba que se acababa de abrir todas las pasiones enmudecieron. El Ayuntamiento decretó un luto de siete días, la prensa guardó silencio. Al fondo del salón de embajadores, en un catafalco con su frac inevitable y la banda tricolor en el pecho, colocaron el cadáver del indio incansable que luchó por dejarnos las leyes de reforma, y reconstruyó el país poco a poco. La personalidad política del señor Juarez pertenece a la historia cuyo buril severo le asignará el lugar que de derecho le corresponde, siendo incuestionable que su recuerdo vivirá siempre en todos los mexicanos, por hallarse ligado con los de las épocas más importante de nuestra vida pública. No se vale que gente ignorante de nuestra historia de México, que van llegando al poder traten de manchar su memoria. Como buenos mexicanos, para gobernar el país se necesita tenerle mucho amor a la patria, para no dar pesos por centavos.

LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR MANUELITA LIZARRAGA.
• 1806 - 2018, AÑO DE JUAREZ… 212 AÑOS DE SU NATALICIO.
Poema escrito al festejar el bicentenario de su natalicio. Se respeta el texto original.
Por: Alfredo Cardona Peña.
Excelentísimo Señor Presidente,
Del carácter insobornable, de la fuerza en el día,
Prefecto del rigor, edecán de los limpios,
Gran caballero de la orden de los humildes;
Condecorado por el sol, que dio a tus facciones,
Una adusta grandeza de piedra resurgida.
Excelentísimo señor embajador,
Del espíritu de las leyes,
Que entregaste tus credenciales en las manos del pueblo
Y vigilaste el cumplimiento de lo que parecía intocable
Por los decretos que firmó la consciencia,
Por los mandatos que inspiró la mañana
SEÑOR MINISTRO DE LA RESTITUCION PÚBLICA,
Que pusiste en tu pecho la lágrima del pobre
Y no medallas fundidas en latín y amuletos marchitos.
Rector de la universidad de los dignos,
Que desconoces los nombramientos honoríficos
Cuando estos se fabrican de espaldas al decoro.
HONORABLE CUERPO DEMOCRATICO,
Señoras y señores en la fe de la historia:
Henos aquí celebrando el nacimiento
De quien no tiene muerte,
A los 200 años exactos
De su producción en la primavera,
Por que, señor presidente, según lo han confirmado
Horóscopos maduros y pájaros triunfales,
Naciste con la maduración de los frutos, y es simbólico
Tal advenimiento en la estación de las flores,
Cuando la tierra derrama su corazón a los humanos.
Haz que cierta poesía solitaria,
Maestra en la oscuridad,
Experta en el sutil enredo de la frase,
Abandone sus trajes de sombra,
Sus voces como gotas fríamente perfectas,
Y poniéndose el casco reservado a los himnos,
Cante llena de sol en el estadio
Donde la juventud eleva a tu memoria
Su competencia musical.
Naciste, como he dicho, en el día de primavera,
Más fue tu infancia un triste invierno sin vestido
En donde muchas veces, para subsistir en el cuerpo
Tuviste que llamar a las puertas más altas
Como los ciervos hacen con las últimas ramas.
De niño recibiste el beso de los crepúsculos
El orto fue tu ayo, tu madrina la tarde,
Pues como algunos reyes, que aparecen en el amarillo testamento,
Iniciados en las fuerzas Purísima de la soledad, fuiste pastor en los días risueños de la infancia,
Y es la primera imagen de tu historia una égloga
Que guarda entre la brisa su armonía inicial.
Como una comida que han enfriado las penas,
Fue tu primera juventud, a la sombra de la perseverancia.
Repetiste el drama del estudiante misérrimo,
Santificaste la voluntad cuando en la noche
Leías quemándote los ojos,
Leías buscando una luz que la vela te hurtaba,
Leías mientras otros compraban o reían.
Ah, señor presidente, nosotros no podemos olvidar
Aquellas horas de estudio sin fiesta,
En las que poco a poco fuiste viendo a tu patria
Como un dolor tendido extensamente,
O acaso como una doncella amenazada,
O un lindo cuento solo para algunos.
Te preocupaban los libros caros y la mesa,
La novia te dolía,
Por que eras una raíz envuelta en polvo
Y muchos años de desprecio subían como hiedras,
Por los duros reinados de tu sangre.
Eras el último de la calle,
Un indio, un gran silencio hecho de llama.
Pero,
Fuiste preparando con lentitud de alfarero una idea,
Fuiste profundizando en hombres y palabras
Y te casaste venciendo murallas,
Dejaste la provincia, madre caudal y sola
Y un día ciudadano, un día altivo,
Un día en un gran árbol transformado se abrió tu obra, al fin como una puerta,
De justicia labrada. Por ella entró la luz
Y la tiniebla huyó con su murciélago.
¿Cuál fue tu arma, padre desarmado?
Una más grande que la luz del día,
Más poderosa que las acechanzas,
A cuyo nombre tiemblan los culpables,
Enmudecen puñales, torna el fiel a su punto:
LA LEY. Y EN ELLA EL PUEBLO.
El pueblo que fue escudo de tu brazo,
Rosa en tu fe sembrada.
Apretada en el puño, como un látigo de fulgores
La ley viajó contigo,
Ardió, fue construyendo su reforma,
Y a tal punto se hizo sustancial a tu alma
Que era tu ser, oh Juarez, LA LEY MISMA,
Vestida severísima y actuante.
En esa ley -o roca- en que vivías
Fue a estrellarse el imperio: sus espumas
Salpicaron las páginas de Europa.
Pero había pequeñas miserias,
Conspiraban hisopos y sortijas,
Y se lanzaron, Juarez incorrupto,
Sobre tu ideal innovador. No pudo
Aquella tempestad herir tu frente,
Por que eras un producto de muchos siglos,
Un fuego que apagado quemaba tu silencio.
El suelo estaba lleno de hojas podridas, de basuras crueles,
Y había que barrer el ancho piso
De tierra de tu patria,
Limpiar los miedos, pintar las paredes,
Con un color que ya no fuera el negro;
Había que escribir constituciones,
Frases con sellos de águila, anti dogmas,
Y sobre todo, no cejar: herir el rayo y dominar la hora.
Entonces comenzó aquel largo viaje
De tu celo, y rodaste en un carruaje
Del que tiraba la jurisprudencia.
Atravesaste la noche de México,
Fuiste vigilia, gestión, esperanza
Y cuando el invasor se derrumbó, cuando tus normas
Fueron decoro público y las flores
Habitaron de nuevo las escuelas,
Surgió tu nombre como una alta cumbre,
Se hizo muchedumbre tu soledad
Y para siempre quedaste viviendo
En las festividades de tu pueblo.
Oh roca apasionada, estatua viva.
Oh impasibilidad sobre los montes.
Así te vemos hoy, y mientras pasa, la hora fugitiva, permaneces,
Y arde el silencio como un ángel puro,
En tu silla de bronce.
Desde esa silla, Juarez inmutable, vences, caminas, logras y construyes.
¡Salud excelentísimo señor!
Al pie de tu onomástico
Mares y lejanías te contemplan
Viendo como has crecido y cuanto has hecho. Te entregamos las llaves de América.
Te nombramos
Huésped de honor de las auroras libres.
Ven y preside el fallo de la historia
Como una encina un bosque de laureles.
Respetaremos como mexicanos,
La histórica y celebre frase que nos legaste
“QUE EL PUEBLO Y EL GOBIERNO RESPETEN LOS DERECHOS DE TODOS. ENTRE LOS INDIVIDUOS, COMO ENTRE LAS NACIONES, EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ.”.
¡Salud señor presidente!...benemérito de las Américas.
…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…
*Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*