viernes, 16 de marzo de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
“EDMUNDO ANDRADRE IRIGOYEN...UN FORJADOR EN SUDCALIFORNIA”
• FUNDO EL PRIMER BANCO EN LA PAZ.
• EL Y SU ESPOSA HAYDEÉ LIZARRAGA DE ANDRADE FUNDARON LA PRIMER TINTORERIA “LA AMERICANA, EN LA PAZ”
• PROMOTOR DE LA LUCHA LIBRE Y BOX...CONSTRUYO LA ARENA “CALIFORNIA”.
• FUE DELEGADO REGIONAL DE BONOS DEL AHORRO NACIONAL.
Con el corazón palpitante de la emoción de enfrentarse a lo desconocido... el joven Edmundo Andrade Irigoyen, procedente de la ciudad de Durango, dejaba vagar sus pensamientos perdiendo la mirada contemplativa a la distancia...la embarcación se bamboleaba rítmicamente entre el oleaje, donde distinguía a la orilla del malecón costero como fieles centinelas a las exuberantes palmeras, las que como juncales doncellas con sus cabelleras al viento deleitaba la mirada...en la torre del vigía, en el marco del alegre graznar de gaviotas, al vuelo de la campana, con su largo catalejo prieto, el Güero Gilberto anunciaba el arribo del barco “El araguan”.
Por las callecitas de La Paz de antaño aquel fuereño, el joven Edmundo, con una talega de lona atascada de billetes al hombro, iba pregonando, ofreciendo dinero prestado e invitaba a las gentes a abrir sus cuentas de ahorro o cheques en el Banco mercantil del pacífico que él vino a organizar...y la gente le contestaba “Pa’ que queremos bancos, si allí está el ‘Tanayo’ que no se raja”.
Era aquella Paz de los años cuarenta, gobernaba el territorio Sur el ilustre General y constituyente Don Francisco J. Mújica...hacía poco tiempo que se habían agotado los placeres de madre perla... estaba en su auge la explotación del hígado de tiburón, el que exportaban...NO HABIA BANCOS EN LA PAZ. Don Edmundo Andrade Irigoyen, entre tiros de metralla y al sonar de los machetes, vio la luz primera el 05 de febrero de 1912, en el histórico pueblo “Nombre de Dios, Durango0”...estaba en toda su efervescencia la Revolución Mexicana...sus padres Don Elías Andrade Quintero y Benjamina Irigoyen Ramírez, al fragor de la artillería entre sombreros y rebozos tuvieron que salir huyendo rumbo a Durango, con el niño recién nacido en brazos y su hermanito mayor. En ese panorama revolucionario transcurrió la infancia de Edmundo quien, al cumplir cinco años, el 05 de febrero de 1917, ese mismo día, allá en Querétaro se reunían los constituyentes que convocó en todo el país el jefe de los ejércitos, Don Venustiano Carranza, que después de 60 días de deliberaciones y arduo trabajo firmaban el documento histórico EL ACTA CONSTITUTIVA, la ley, nuestra carta magna. El escenario de aquel día memorable fue en el teatro Iturbide en la Ciudad de Querétaro, y Edmundo a sus escasos años no comprendía tanto revuelo en el país.
Edmundo cursó la primaria en esa misma ciudad de Durango y los estudios superiores en el Instituto Juarez, recibiéndose con altos promedios en la carrera de contador. Ingresó a trabajar en el Banco General de Durango; luego fue a trabajar a Mazatlán al Banco Comercial del Pacífico; y debido a su gran capacidad en el desempeño de su trabajo, lo comisionaron a que viniera a esta ciudad de La Paz a organizar el primer banco comercial del pacífico S.A. fue todo un reto, abrir este banco, dice el señor Andrade pues la gente no confiaba en los bancos, mejor guardaba su dinero enterrado en casa, o lo invertían. Recuerda que salía por las calles de La Paz con una talega de lona llena de dinero al hombro ofreciendo dinero prestado y la gente le decía “para que queremos un banco, si allí está el Tanayo que tiene dinero hasta para tirar pa’ arriba y nos presta el que necesitamos”.
Después de un tiempo, en que el banco comercial del pacífico estaba funcionando ingresó a trabajar como cajera la señorita Haydeé Lizárraga Lizárraga que a él le pareció la mujer más hermosa de La Paz, al instante quedaron prendados uno del otro, iniciándose un bonito noviazgo de acuerdo a la costumbre de la época. Luego, sus jefes los señores Coppel, lo mandaron a Guamúchil, Sinaloa, a abrir otro banco, con el mismo nombre. Y quedando en funciones éste se regresó de inmediato a esta ciudad de La Paz a contraer nupcias con la señorita Haydeé quien previamente le dio ciruelas del mogote y pitahayas para que se quedara detalle que le encantó. Después de la boda, se fueron a radicar a León Guanajuato por un periodo de dos años; donde nació su primer hijo el doctor Edmundo Andrade Lizárraga lamentablemente fallecido hace ya hace años; y una sala del Issste lleva su nombre. Don Edmundo durante ese tiempo en León Guanajuato estuvo trabajando en el banco mercantil del bajío S.A y regresaron a La Paz con el niño de un año con las esperanzas puestas en estas tierras y con muchas ganas de trabajar y superarse por su familia.
Don Edmundo pensó luego luego, en poner un negocio propio de algo que no hubiera aquí, y trajo de aquella ciudad, maquinaria y demás aparatos para fundar la primer tintorería “La americana”, con especialidad de lavado en seco y a vapor; así como también trajo gente capacitada para la instalación de los aparatos pero su sorpresa fue muy grande al darse cuenta que no se podían usar porque no había corriente trifácica, había pura monofácica pero con ingenio pudieron resolver el problema...a unos tanques de fierro le metieron adentro un depósito de madera con agujeros y unas paletas para lavar la ropa, con maniguetas invertidas una empleada le daba para atrás y otra para adelante y esas eran las lavadoras. La novedosa tintorería La americana fue todo un acontecimiento en La Paz...el primer cliente que llevó su ropa a lavar y a planchar...fue el General Agustín Olachea...un peso de aquellos de plata se cobraba por pantalón y prendas finas que la mayoría de los habitantes de la ciudad utilizaban este servicio de lavado y planchado en seco...usaban el gas nafta para lavar y lo compraban en Petróleos Mexicanos.
La tintorería La americana empezó con diez empleados de las que recuerda fueron Concepción Lizárraga Alcaraz, Florita y Juana Gonzalez, Reina, Enriqueta Alvarado, Teresita Mendoza, Guadalupe Sánchez, El maruco y la inolvidable señora Doña María Lizárraga Tiznado quien recorría las empedradas callecitas de La Paz con la ropa en el hombro, tocando de puerta en puerta para hacer la entrega de las prendas perfectamente lavadas y planchada y recoger la que se lavaría nuevamente. En la tintorería La americana también se lavaba la ropa de los barcos mercantes de la época como El corrigan, El providencia, entre otros; así como la ropa de los hoteles el Perla, el Misión y el Calafia...llegaron a tener hasta 25 empleados y varios carros repartidores. Había mucho que hacer en La Paz, en ese tiempo en que él llegó había cuatro taxis frente a la presidencia municipal Alberto Anichino y el Príncipe Azul eran los choferes que recuerda. Promovió asimismo el box y la lucha libre para lo que construyó la arena California; este deporte fue toda una época en La Paz. trajo a los grandes de su tiempo, como al Monzón II, llegó de boxeador y se quedó, así como a Blue Demond, al Santo, al Medico asesino, al Califa, al Cavernario Galindo, a Mario Villa y a Manuel Armenteros entre otros.
Don Edmundo fue el primero en traer los bonos del Ahorro Nacional a La Paz fue delegado regional del mismo, así como fue maestro de inglés en la Academia Salvatierra, e interventor de los cines Juarez y California, además de representante en La Paz de algunos productores de películas. Pero dice, que su mayor logro fue el regalo tan hermoso que Dios le dio en esta tierra tan bondadosa: su bella esposa Haydeé y sus tres hijos los doctores Edmundo, Benjamín Elías y la licenciada Haydeé de la Luz, así como 8 nietecitos, nueras y yernos además del cariño de la gran familia sudcaliforniana.
Don Edmundo a sus 89 años de edad en la tranquilidad de su hogar rodeado de su familia ve transcurrir los días lentamente...muchas felicidades Don Edmundo por cumplir un año más de vida en esta su tierra. … (A la fecha, Don Edmundo, ya hace años acudió al llamado del supremo creador)
…..Y aquel pionero en la Paz, forjador de empresas con una talega de lona en el hombro, atascado de dinero, pregonaba por las empedradas callecitas de la paz aquella ofreciendo préstamos a la gente…. Quienes le contestaban “pa que queremos banco, si allí está el Tanayo y nos presta todo lo que queremos”… Y la brisa del mar y el polvo y el viento perfumado con efluvios de azahares, escarcho sus cabellos, y pago su tributo en La paz, la tierra que tanto le dio y que tanto amo… Rindiendo cuentas al creador….
….. Por el placer de Escribir… Recordar… Y… Compartir….
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