miércoles, 28 de marzo de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR MANUELITA LIZARRAGA ÁLCARAZ
…. “RAUL TAPIZ, JOSE RIVERA Y EL YOFO ROMERO, CAPITANES DE LOS BARCOS MERCANTES DEL AYER”….
Después de que el campanero en la torre del vigía señalaba con sus banderolas la presencia de las embarcaciones a la vista, el alegre trinar de las gaviotas les daba la bienvenida… tuj…tuj…tuj; y los prolongados e inconfundibles pitidos de los barcos mercantes se escuchaban tripulados por Don Raúl Tapiz, José Rivera y el Yofo Romero, entre otros anunciaban su arribo o su partida… Y aquellos recios hombres de la estiba y el cabotaje en el muelle fiscal se aprestaban para atenderlos en la carga y descarga de las mercancías que traían del macizo continental, y de las que llevaban de la región, así como de los pasajeros que iban y venían. Turismo del interior de la república y algunos extranjeros, atraídos por la pesca del agujón, y los del interior de la república por los platillos regionales como la exquisita caguama, la machaca con tortillas de harina, queso, mantequilla de rancho, lisas tatemadas, y los mariscos especialmente la almeja, pata de mula, ostión y el callo de hacha, las que comían en botanas, cortesía de los bares de la época, entre otras cosas.
En aquella época, en los albores de la primera década de los 50`s los maderos del antiguo muelle fiscal crujían de tanto movimiento que había…. Estaba en reconstrucción… Medio muelle, era de madera, y en la otra mitad estaban las puras columnas del concreto… El mar azuleaba de profundo y rompía su oleaje rugiente entre aquellos muros…Mi hermanita mayor y yo, hacíamos circo, maroma y teatro para sortear los peligros… costales y huacales por todos lados… gentes… camiones de redilas… mercancías y ganado…. Los ganchos de las grúas de los barcos nos pasaban por la cabeza, y los albañiles a paladas vaciaban el concreto haciendo la otra parte del muelle fiscal… mucho movimiento había… para pasar del muelle al barco atravesaban unos tablones y montada en el patín del diablo nos pasábamos a la estrella costera, el viosca, el Arturo, el corrigan o el salvador, y cuanto nos gustaba ver a nuestro padre de crianza Don Raúl Tapiz en la cabina del barco, pues él era el timonel y mi otro padre Don Bernardo Lizárraga Tiznado (Por qué tuve la fortuna de contar con dos padres, uno era comerciante y el otro era lobo de mar), Don Bernardo Lizárraga era comerciante, mayorista en frutas, semillas y verduras diversas, y esa era la razón por la cual no salíamos del muelle; escuchábamos pitar los barcos, y arrancábamos a esperar a que atracaran en el muelle, y que espectáculo tan bonito se presentaba ante nuestros ojos cuando a las vacas las enganchaban por los cuernos para embarcarlas, como pataleaban y que bonita se veía la carga de mi padre tirada en el muelle!!, sacos de repollo, naranja, plátano macho porta limón y manzano, piña, cebolla morada, papa, dulce de membrillo, jícamas, manzana mexicana de aquellas rayadas y macizas, entre tantas cosas: y hacíamos cálculos par ano caernos al agua, pues el muelle estaba en construcción , y con algunos tablones arriba de los muros en de concreto ; y marianita siempre tan perfumada pulcra y elegante, con sus sombreros y turbantes embellecía aquel ambiente que a mis pocos años me parecía excepcional; y aquella frase muy de ella “Listo güerito son tres pesitos” . Marianita fue muy apreciada y respetada en el medio en el que ella se desenvolvía, pues parecía que estaba mal de sus facultades mentales por algún problema que padeció y por eso la respetaban. Guardo muy buen concepto de ella.
El Yofo Romero, Don Raúl Tapiz y José Rivera, así como otros capitanes como Don José Petit, Manuel Casillas, Alberto Higuera, Gumersindo Robinson, Tomasito Murillo, Don Salomón Flores y Pedro Petit, entre otros surcaban a brújula los mares en los barquitos del ayer, algunos de motores diésel, y otros de vela como el Raúl que, a pura vela le gano a llegar a Guaymas al corrigan, que era de motor diésel, así lo escuche entre aquellas gentes del muelle…. Una escandalera traían los estibadores en el muelle porque el velero le gano al corrigan; y los ganchos nos volaban por la cabeza buscando la caga que llevarían; sandia, reces, mango, chivos, mulas, pacas de algodón, semilla de algodón, trigo, pacas de carne de caguama, pescado, cueros, y carne seca de res y de venado; hígado y aleta de tiburón, baqueta que procesaban en la tenería; guacales de panocha y guacales de queso, que quesotes tan grandes hacían antes, queso macho le decían y pesaban 30 kilos!!, el mineral del triunfo , oro y plata, calabazas, conchas de abulón, aguacates, concha nácar, para las cremas, para los botones, cachas de los cuchillos, chile pasilla, y pasaje…. Y el conono, el chunique…. El guilo…. Y el popocha así como marianita hacían el folclore en la paz que se perdió; y la charanguita de don Lencho Sánchez, además de la recua de ganado y mulas dentro del mar en espera para ser embarcadas, le daban el toque alegre y sabrosón de aquellos momentos.. Cuanta gente… había mucho trabajo... Don Lencho y su puesto la mariposa de chocomiles y campesinos (hoy tortas)… y que movimiento del muelle a la perla de la paz, por el malecón costero y el corazón de la paz de antaño, la zona comercial.
Los barcos mercantes se atracaban en el muelle y desembarcaban las mercancías que atraían del macizo continental; arroz, frijol azufrado (no conocíamos el pinto, a ese le llamábamos garrapata y no nos gustaba), maíz, café caracolillo, azúcar morena, azúcar de terrón, medicamentos, harina, latas de manteca, pieles para ser procesadas en la tenería, ropa, calzado, latas de dulce Larín, y la suiza, así como una gran diversidad de cosas, que cubrían las necesidades de los antiguos sudcalifornianos. Las rutas que cubrían los barcos mercantes del ayer y que capitaneaban los señores, Raúl Tapiz, Yofo Romero, y tantos hombres aguerrido de los siete mares eran, Guaymas, Santa Rosalía, Topolobampo, Manzanillo, Mazatlán, Puerto Vallarta, San José del Cabo y Cabo San Lucas.
El pitido de los barcos irrumpía en toda la paz y los distinguíamos a cada cual por el pitido precisamente cuando arribaban o cuando se marchaban; estrella costera, el corrigan, el Raúl, que era velero y viajaba a Topolobampo, Mazatlán, manzanillo, y hasta puerto Vallarta a pura vela, el progreso el que acarreaba el cascalote de la costa para el curtido de pieles, el Edna rosa, alias la señorita y el blanco eran el correo, así como de carga y pasaje; el María Teresa, el salvador, el Arturo, el Anita, el spruce y el Ensenada, entre los que recuerdo. Que bonitos eran estos barcos y que cómodos!, a mí me toco viajar en la mayoría de ellos y que sabroso guisaban los cocineros hasta los camarotes llegaban aquellos aromas que salían de la cocina y hasta en cubierta se sentían.
En aquel ayer los trabajadores de la carga y descarga recogían los productos que se salían de los costales rotos; generalmente era frijol, café arroz, y maíz. Lo echaban en sus paliacates o en las bolsas de sus pantalones y cansados pero felices retornaban a sus hogares a las 6 de la tarde después que terminaba la jornada, con el jornal diario un tambachi de aquellas cosas, un trozo de agujón ensartado en un cogollo de palma, que le daban los pescadores frente al hotel los arcos, donde los turistas se tomaban la foto con los agujones y luego lo repartían entre la gente del pueblo.
Que bella se veía la bahía con sus barcos mercantes… Tuj… tuj… tuj…, pangas y canoas de velas y canaletes de los pescadores… pero un nefasto diciembre de 1964 se inauguró el primer transbordador, el ferri la paz, en el muelle de Pichilingue…. Se abrió la carretera al norte… se acabó el cabotaje, y todas esas gentes quedaron sin trabajo, fue cambiando la vida en la paz… Ya no dormíamos en las banquetas al aire libre… Ni con las puertas y ventanas abiertas…Y nada bueno nos ha dejado; si, hemos progresado, hemos crecido; pero que alto ha sido el costo, ya que hemos pagado pesos por centavos y los resultados están a la vista.… La educación escolar ya no es la misma, jóvenes drogadictos, delincuencia juvenil con una población de más de 500 presos, antes había solamente cuatro, la bahía contaminada, se desplomo la pesca, la ganadería, agricultura, el desplome de Comondú, el mineral, quedando pueblos fantasmas y CONTAMINADOS como el triunfo, el rosario, el valle perdido, entre otros. Para variar se desplomo el auge comercial, se han perdido valores morales, económicos, cívicos y sociales.
….. Y aquellos aguerridos hombres, lobos de mar surcaban los siete mares en los barcos mercantes contribuyendo al desarrollo y engrandecimiento de Sudcalifornia….
Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en los medios de comunicación de mayor prestigio en la paz, el sudcaliforniano, revista compas, y programa de radio y televisión contacto directo canal 10.
….Por el placer de Escribir…..Recordar…Y… Compartir…

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