miércoles, 28 de marzo de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR MANUELITA LIZARRAGA
“DON JESUS MICHEL SALAS….DE LOS FUNDADORES DEL PUERTO ADOLFO LOPEZ MATEOS Y LA PLANTA EMPACADORA”.
“Los que piden de un pensador a toda costa un libro compaginado, no reflexionan en que los fundadores de una época nueva, los grandes apóstoles de una idea, no escriben jamás libros, se ven obligados a mezclar la acción a la palabra”. Ignacio Manuel Altamirano.
• Como un homenaje en su tercer aniversario que nació a la vida eterna el 21 de Marzo en la primavera del 2014.
El Ingeniero Don Jesús Michel Salas, visionario y emprendedor hombre de nuestro México y de nuestro tiempo, llegó a Matancitas, B.C.S., por la década de los sesenta acompañado de un grupo de profesionistas con los mismos atributos que él, con la encomienda de fundar un pueblo y una congeladora y empacadora más, de productos del mar….luego se llamaría “PUERTO ADOLFO LOPEZ MATEOS”.
Su mirada se perdía contemplativa admirando la belleza que les rodeaba……su primera impresión era de asombro deslumbrante…presentábase ante su vista una naturaleza extraña……el viento fresco perfumado a brisa marina les golpeaba el rostro, poniendo pinceladas melancólicas se extendían sobre la inmensidad del cielo y del mar……serpientes y otros animales huyendo de los ardientes rayos del sol, se amparaban a las débiles sombras que proyectaban los implorantes cardones y las ralas pestañas del escaso follaje…todo aquello era una maravillosa soledad, roto el silencio solo por el graznar de gaviotas y otras aves del cielo, así como por el murmurante mar.
Y en ese marco suspirando los ingenieros Don Jesús Michel y Pagán, escogieron aquel lugar para proyectar un pueblo, y construir una congeladora y empacadora de productos del mar, y como muy conocedor en la materia así como por su amplia experiencia y trayectoria en la construcción de congeladoras y empacadoras, el lugar le pareció perfecto para este proyecto, por su amplia y hermosa bahía, muy protegida con entradas para barco de gran calado, por la abundancia de especies marinas, especialmente la sardina y las ballenas; así como por la abundante agua dulce.
Fue así como nació el que se llamó después de terminada la obra, Puerto Adolfo López Mateos, donde antes se llamó Matancitas, y por haber sido inaugurada por el presidente de México del mismo nombre, en el último año de su gobierno en 1963. después de casi cinco décadas, al contemplar el muellecito, la planta empacadora, y aquel pueblo de risueños pescadores y de gente trabajadora que aun prevalece, y que fue diseñada por el ingeniero Pagán y él, y llevada a cabo con el invaluable apoyo del biólogo marino Julio Verdegueé Aznar, y los ingenieros Morel, Mariano Ruíz Junes y Rafael Lacambra Rollo, Don Jesús con profunda satisfacción y merecido orgullo dice que fue toda una odisea el logro de esta empresa; ya que el diseño y las piezas de la planta las hicieron en Culiacán, Sinaloa y fueron trasladadas por vía marítima a La Paz en barcos pesqueros de aquella época, y luego por polvorientos y pedregosos caminos hasta Matancitas, entre grandes extensiones de sembradíos que se perdían a la distancia ante la asombrada mirada.
Era el auge en el Valle de Santo Domingo, con la producción agrícola, de la espiga dorada y de los copos de nieve del algodón y el trigo, tiempos de juaja para todos, grandes extensiones de tierras baratas se vendían a montón…después de terminada la obra, en la que se empacaría y congelaría camarón, langosta, abulón, así como fábrica de 50 ton. Diarias de hielo, se inició la proyección del pueblo alrededor del pozo de abundante agua dulce proveniente de la sierra, que se encontró con el invaluable apoyo de Petróleos Mexicanos a 500 metros de la costa, y 150 metros de profundidad.
La brisa marina le pegaba en el rostro y Don Jesús Michel, perdía la mirada contemplativa dejando vagar su pensamiento y los recuerdos…primero dice, programaron la iglesia, luego la plaza y el kiosco… ¡tenían tantas esperanzas y mucho entusiasmo!, le ponían el corazón a cada acción que realizaban……y las primeras familias del pueblo fueron, el contador de la planta, Rico Castell, los hermanos Eduardo y Room hampp, entre otros que escapan a la memoria. Y así fue creciendo el pueblo con esa fuente de trabajo más, financiada por el gran economista y dueño de más de 80 empacadoras y congeladoras que fundó en toda la costa del pacífico, el doctor Sacristán, a través de la Financiera Mexicana y Crédito Industrial, que él mismo formó en México, y en la que nombró a Don Jesús Michel Ingeniero en Mantenimiento de las 80 empacadoras en toda la República y a quien Don Jesús con las pestañas húmedas, profunda admiración, respeto y agradecimiento lo recuerda con inmenso cariño, así como de manera muy especial al biólogo marino Julio Verdegueé Aznar, ahora un prominente empresario en la rama hotelera, que con su amplia experiencia y trayectoria contribuyen de gran manera al desarrollo de nuestro país; así como demás compañeros pioneros que le acompañaron en esta titánica empresa de fundar un pueblo, Puerto Adolfo López Mateos, con su fuente de trabajo; la empacadora y congeladora Matancitas.
El ingeniero Jesús Michel Salas nació en Guadalajara, Jalisco el 24 de Octubre de 1924, siendo sus padres, el revolucionario y patriota y quien murió defendiendo la causa, el capitán Odilón Michel Méndez, originario de Autlán Jalisco y Doña Isabel Salas Romero, nativa de Escuinapa. Su única hermana, Estela, falleció a temprana edad, quedando hijo único.
Tres añitos tenía Jesús, cuando la familia se trasladó a Hermosillo Sonora, donde cursó la escuela primaria y las vacaciones las pasaba felizmente en Bahía de Kino y Puerto Libertad, lugares, dice, donde se pescaba la totoaba y la enviaban a mercados americanos. Él recuerda que era un pescado que medía un metro y medio de largo y llegaba a pesar 120 kilos. Don Jesús descabezaba y descolaba totoabas a cambio de los hígados y buches y los vendía a peso el kilo, y sacaba en esas vacaciones hasta ¡102 pesos!, de aquellos de plata 0720.
Su señora madre, una mujer, ejemplar, de lucha, acostumbrada a vencer retos. Jesús estudió la primaria y primero de secundaria en Guaymas Sonora, y luego se trasladaron a Topolobampo en el barco de Don Héctor Ferreira quien pescaba camarón y lo enviaban por ferrocarril enhielado en furgones a Estados Unidos. La pesca del camarón la inició dice, una compañía llamada Pan américa y fue desplazada por compañías japonesas quienes lo capturaban con redes de arrastres y usaban barcos de 20 a 40 ton, y contrataban a pescadores mexicanos solamente para seleccionar y lavar el camarón y lo entregaban a un barco planta congelador llamado Mirato Maru. Después el General Abelardo Rodríguez desplazó a los barcos japoneses con permiso del gobierno, y montó plantas congeladoras: en Guaymas, Yavaros, Mazatlán, Escuinapa y Topolobampo, donde Jesús trabajó cuando tenía 15 años.
Doña Isabel puso su tienda y comedor donde abastecía a los pescadores y demás gentes del pueblo, y Jesús la ayudaba, al mismo tiempo que trabajaba y estudiaba por correspondencia en la escuela Nacional de Los Ángeles la carrera de ingeniero en fuerza motriz donde se tituló con altas calificaciones.
El joven Michel fue de los iniciadores de la pesquera de Topolobampo gracias a sus estudios y la experiencia que adquiría en el mismo trabajo, de patrón motorista; venían ingenieros navales de otras partes a enseñar a las gentes de los puertos de la costa del pacifico, y Don Jesús a los 18 años, ya tenia su titulo de motorista de tercera de la marina mercante nacional.
Señala, el que vendría a regalarnos un puerto y un pueblo así como una fuente de trabajo, López Mateos, que para recibir este título de la marina mercante, tuvo que decir que tenía 20 años, porque sólo a esa edad podía obtenerse, pero debido a su amplia capacidad y su experiencia en la materia, pudo obtenerla. ¡Había tanto pescado en ese tiempo!...dice con nostalgia Don Jesús Michel Salas, recordando que entre otros barco en los que navegó por tres años como jefe de máquinas es el San Genaro y el Guaymas I, y que cuando terminó el auge de la totoaba, continuó la pesca del camarón, y él era ayudante de soldador en la construcción de la congeladora Topolobampo.
Durante el gobierno de Abelardo L. Rodríguez se hicieron congeladoras en la que fue pionero, y después el general Lázaro Cárdenas ex presidente de México le dio refugio a los españoles y entre ellos venia niño el empresario de gran prestigio Don Julio Verdegueé Aznar y el doctor Sacristán, un gran visionario y economista que le dio fuerte impulso a la industria en el país, y compró todas las compañías congeladoras que había en ese entonces y fusionó en la Mexicana Crédito Industrial, llegando a fundar 80 en toda la costa pacífico, y al ingeniero Michel lo nombró Ingeniero Supervisor. Puede afirmar sin error a equivocarse que durante el gobierno de Lázaro Cárdenas fue la era del desarrollo en la industria en México, en la que contribuyó en gran manera la llegada de los españoles, a quien con gran acierto, el presidente Lázaro Cárdenas les dio refugio.
Don Jesús Michel Salas, surcaba los cielos y mares de un lugar a otro, fundando y supervisando congeladoras, y en Topolobampo, llegó el amor a su vida, conoció a la señorita Beatriz Jacobo Mendoza con quien después de un breve noviazgo, apegado a las costumbres de la época, contrajo matrimonio, 17 años tenía él y ella 14 y Dios bendijo esa unión con once hijos: Jesús (q.e.p.d.), Olivia, Octavio (q.e.p.d.), Josefina, Estela, Carlos, Isabel, Lidia, José, Carmen y Patricia Beatriz, a quienes con el esfuerzo mutuo e inmenso amor educaron y formaron profesionistas, y quienes han coronado sus plateadas sienes con 34 nietos y 16 bisnietos además de sus hijos políticos nueras y yernos, formando todos una familia muy unida.
Después de un largo periodo de vida, en Topolobampo, se fueron a radicar a Guasave, donde trabajaba en equipo de bombeo para agricultura, y el doctor Sacristán lo mandó a fundar la congeladora a Guaymas Sonora, y la primera que fundó fue en Topolobampo, así como también le dio la encomienda, de fundar un pueblo y su congeladora en Matancitas, la que como ya se dijo, se llamó cuando fue inaugurada, Puerto Adolfo López Mateos, y la planta empacadora se llama en la actualidad “Productos Pesqueros Matancitas, S.A de C.V.”
Por su honestidad y buen desempeño en su trabajo, por tantos años de entrega y lealtad, sus jefes le prestaron capital para que iniciara su propio negocio y fue así como el ingeniero Michel Salas formó su propia empresa, es fabricante de maquinaria agrícola y acuacultura la que inicio como constructora de equipo y maquinaria, y después se llamo Implementos Agrícolas Culiacán, y ahora es Industrias Terramar del Noroeste, S.A. de C.V. de gran prestigio en Culiacán Sinaloa….
………y el ingeniero Jesús Michel Salas, perdía su mirada contemplativa en Matancitas, proyectando lo que luego nos regalaría, la fundación de una planta empacadora y un pueblo, Puerto Adolfo López Mateos.
…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…
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