domingo, 15 de septiembre de 2019

LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR MANUELITA LIZARRAGA.ALARÁZ
“HEROICA MULEGE...2 DE OCTUBRE DE 1847”.
Mientras que en el castillo de Chapultepec, el 13 de Septiembre de 1847 la gesta heroica de los niños héroes caían envueltos en el pendón patrio regando con su sangre la tierra, en defensa de México contra la invasión extranjera, en esta península se libraba una heroica batalla contra la invasión norteamericana, defensa encabezada por hombres valientes como el capitán Manuel Pineda entre otros ilustres sudcalifornianos que demostraron con amor, arrojo y valor patrio como se defiende nuestra soberanía nacional.
El 1 de octubre de 1847, la corbeta “Dale” y la goleta “Libertad” llegaron a las costas de Mulegé y con engaños izaron el pabellón ingles y ya dentro del puerto levantaron la bandera norteamericana, apresaron la goleta Magdalena y exigieron la rendición. La respuesta por el valiente capitán Manuel Pineda no se hizo esperar. “Impuesto de las instrucciones que usted pasó al juez de este pueblo, debo decirle que esta plaza está sostenida por fuerzas mexicanas que tengo el honor de mandar y que jamas será neutral ni verá con indiferencia la guerra injusta de los Estados Unidos a la República Mexicana a la que pertenezco, a más del puerto de La Paz que dentro de cinco o seis días deberá tomar posesión por la fuerza de toda arma que saldrá de este puesto. Protesto contra usted ante las naciones de Europa que no debió tener usted su bote en el agua y fondearlo en este puerto con el pabellón inglés, aunque después mandó izar el de los Estados Unidos de la nación a la que pertenece, por cuyo motivo no pude tener mis fuerzas inmediatas para escarmentar a usted y no concluyendo los tratados de parlamento. Si el ex jefe político Don Francisco Palacios Miranda que por su cobardía se mostró neutral con el gobierno de ustedes, y hoy día de la fecha estarán reunidos con las fuerzas que se hayan en La Paz, esta comandancia Pral. Será todo lo contrario, conservará toda comunicación con su gobierno mexicano, aunque toda la flota de los Estados Unidos quiera impedirlo. ESTA COMANDANCIA CON LOS VALIENTES SOLDADOS QUE TIENE A SUS ORDENES, SE DEFENDERA Y SOSTENDRA SUS ARMAS HASTA DERRAMAR LA ULTIMA GOTA DE SANGRE”. DIOS Y LIBERTAD, Mulegé, Octubre 01 de 1847. Manuel Pineda (rubrica).
Para ejemplo de las juventudes lo que es el valor patrio en defensa de nuestra soberanía nacional, transcribo integro el parte informativo del Capitán Manuel Pineda, de lo que pasó en la heroica Mulegé aquel glorioso 02 de Octubre de 1847. Tomado del libro de Pablo L. Martínez “Historia de Baja California”.
“Comandancia Pral. De Baja California.
Tengo el honor de poner en el superior conocimiento de V.S. lo ocurrido en el puerto: el día 1 del presente se me dio parte que se hallaba una vela grande por el rumbo de La Paz en donde se hallan los enemigos; inmediatamente mandé al Comandante de Caballería don Vicente Mejía con treinta hombres pie a tierra, marchara y formara tres emboscadas en el cerro Amarillo, distante a una milla de este puerto, y dejando las emboscadas se pusiera en la playa con su ayudante, el alférez de guardia Nacional don Francisco Fierro, a observar las operaciones de dicho buque. Y del resultado se impondrá V.S. por la copia que acompaño marcada con el número 1”.
“El día a cubrí el costado derecho del subteniente Jesús Avilés, con la fuerza que se impondrá V.S. por la copia número 2. El costado izquierdo lo cubría el comandante de caballería Don Vicente Mejía con la fuerza que V.S. verá por la copia marcada con el número 3. Como a las ocho, estando revisando las emboscadas, me dio parte el vigía que estaba en una loma, que había venido un bote a la playa con bandera blanca: marché llevando al comandante de las guerrillas de la derecha don Jesús Avilés, al que comisioné se presentara en el Parlamento. Dentro de un momento se presentó con las instrucciones que el comandante de la fragata enemiga mandaba al Juez de este pueblo, de las que remito a V.S. copia marcada con el número 4.
“Impuesto de su contenido, le mande al comandante de dicha corbeta la comunicación que va marcada con el número 5. Serían las nueve de la mañana cuando se me dio parte que habían echado de dicho buque embarcaciones al agua con gente armada: al momento recorrí las guerrillas arreglando la tropa, y me llené de mucho placer de ver el entusiasmo tan grande de los S. Oficiales y tropas para batirse con el enemigo. Entradas las lanchas al punto llamado “El Sombrerito” , desembarcaron cosa de sesenta hombres: dicha fuerza se dirigió por la loma izquierda protegida por una pieza y otra volante, por tierra. Al aproximarse a nuestras guerrillas, rompió la corbeta sus fuegos, la lancha y la pieza de tierra, sobre nuestros valientes soldados, el mismo que se le contesto con mucha viveza. La dicha corbeta tiró 135 tiros de metralla, bala rasa y granadas, y las lanchas treinta y tantas; pero los valientes mejicanos que defendían la emboscada veían con el mas alto desprecio los fuegos de la artillería e infantería del enemigo. Y solo se les oía gritar con semblante muy alegre: “Viva la República Mejicana!”, en fin señor Comandante General, desde que comenzó la acción, que serían las nueve de la mañana los SS. Oficiales y tropa de la Guardia Nacional del heroico pueblo de Mulegé se disputaban a echarse sobre el enemigo. Entre las cuatro y cinco de la tarde corrió el enemigo vergonzosamente con toda su artillería y la fuerza que habían echado a tierra, a pesar de ser una muy superior a la que yo tenía a mis ordenes; por estar muy fatigada la tropa y el terreno no lo permitió, me retire con la fuerza para el cuartel, con la gloriosa satisfacción de haberle dado un escarmiento”.
“Recorría las guerrillas con el pabellón mejicano, que llevaba un dragón que me acompañaba. Son dignos de toda recomendación de V.S. y del Supremo Gobierno. Los comandantes de las emboscadas de la derecha y de la izquierda, por su valiente comportamiento, y el entusiasmo con que se arreglaban la tropa de su mando para que entraran al combate. Igualmente recomiendo a V.S. y al Supremo Gobierno a mis ayudantes alféreces de caballería de la Guardia Nacional don Jesús Ríos y don Matías Flores, que comunicaban mis órdenes a mi entera satisfacción, en medio de los fuegos de la artillería y fusilería del enemigo. Es de mi deber recomendar al capitán de infantería don Trinidad Díaz y a los alféreces de caballería de la Guardia Nacional Don Manuel Castro y don Francisco Fierro. Que no dejó que desear su brillante comportamiento. El alférez de artillería de la Guardia Nacional de este puerto, don Jesús Rodríguez que mandaba la pieza, cumplió con todas mis órdenes. También es digno de consideración el muy I. Ayuntamiento de este pueblo, que no lo desamparó ni un momento, y con mucha serenidad presenció el combate, y auxiliaron en cuanto estaba a su alcance a sus hermanos los mejicanos. El señor Domingo Aguiar regidor 2do estaba presenciando el incendio de su casa que el enemigo había hecho, con la serenidad del valor mejicano, y solo atendía a auxiliar a sus hermanos y numerosas familias, quedándose este buen mejicano y sus deudos con solo la ropa que traían puesta en el cuerpo. El señor Juez de Primera Instancia don Tomás Zúñiga, don José Padilla regidor decano, y don José María Salgado, son los que componen este I. Ayuntamiento. La corbeta permanece a la vista, trayendo a remolque a la goleta nacional “Magdalena”, que con su infame traición hizo prisionera, la que era de la propiedad del alférez de la matrícula don Jesús Avilés, que mandaba la guerrilla por la derecha".
“igualmente recomiendo a V.S. para que se digne hacerlo el supremo Gobierno, al M.R.P. Vicente Sotomayor, que no se separó en ningún momento durante la acción. Esta ocasión me proporciona el ofrecerle a V.S. mi consideración y respeto”.
“Dios y Libertad , Mulegé, octubre 3 de 1847”.
“Manuel Pineda”.- rubrica
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