miércoles, 10 de julio de 2019

!Que tranquilidad en aquel gris y bello atardecer en el estero del arroyo del palo de Santa Rita al sur de la hermosísima Bahía de La Paz! mientras la marea sube ante la mirada contemplativa de la elegante y bella garza que deja volar sus pensamientos mientras el ocaso va tendiendo su manto al igual que yo, en esta hermosa Paz, Paraíso de mis recuerdos, y no puedo evitarlo, y evoco aquel promisorio y bello pasado, y me veo en aquella lejana infancia junto a mi inseparable hermanita María de Jesús, y mi inolvidable amigo el perro, "El Pachuco", cruzando ese lindo estero hacia la izquierda, el perro nadando, María y yo caminando con el agua casi a los hombros, ella con la mano alzada con la ollita del caldo de cocido de aquel que hacía mi madre, del meramente, para que no le fuera a caer agua, y con la otra mano arriando las verde azules y cristalinas aguas del estero rodeado de manglares todavía, y yo con la blanca servilleta de bolsa de manta harinera, bordada artísticamente por mi madre, conteniendo las tortillas hechas a mano , de las de a deveras, a mano alzada (como dice nuestro Presidente de México Andrés Manuel Lopez Obrador), para que éstas no se fueran a mojar..!Peo como no recordar, si es muy grato hacerlo y compartirlo..eran los años aquellos de los 50s, 52, para er exactos, mi hermana mayor Conchita , estaba recién casada con el Señor Luis Novelo Pantoja , quien trabajaba en el telégrafo , y la Receptora estaba precisamente al otro lado del estero, a la izquierda, caminando un largo trecho de blancas arenas bordadas de hemosas plantas de tripas de águra , de hielitos , y amorcitos florecidos de diversos colores, asi como en la tierra salitrosa inundada de chamizales y entre sus zarzas matas de tomatito cherry..!nomas brillaban la nívea arena y la tierra salitrosa!..y nos íbamos quemando los descalzos y pequeños pies. seguidas del noble animal!, quien también se quemaba sus patitas. La Receptora era una casa de piedra sería, era gris, y le llevabámos a mi hermana mayor, la ollita del caldo y las tortillas que mi madre le enviaba y mas al fondo a la izquierda estaban las huertas de Don José Briseño, el primer marchante en La Paz, todo un personaje de leyenda, que ya escribí su historia..!hasta parece que lo estoy viendo entre los surcos, cuan alto era, vestido con overol gris, y sombrero tejido de cogollo de pala, de alta copa...bellos y evocadores recuerdos..
Por el placer de escribir...Recordar...Y.. .Compartir..

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