miércoles, 17 de diciembre de 2014

LAS MISAS DE GALLO...DIERON ORIGEN A LA COSTUMBRE DE LAS POSADAS, QUE PRECEDEN AL NACIMIENTO DE JESUS.


El primero de los profetas hebreos, Isaias, en la antigüedad dijo “ mira, envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino; una voz clama en el desierto; preparad el camino al señor, enderezad sus sendas!. Tal profecía se cumplió mucho tiempo mas tarde ya que Isaias, comenzó a ejercer su misión en Jerusalén en el año 740 a.C. En  Mateo 1.23 dice “he aquí una virgen concebirá y dará  a luz un hijo, y llamaras su nombre Emanuel, que quiere decir Dios con nosotros”.

            María madre de Jesús, era hija de Ana y de Joaquín, y fue sin pecado concebida, San Lucas da detalles de la anunciación a María por el arcángel Gabriel, y del encuentro con su prima Isabel quien daría a luz a San Juan Bautista. San mateo dice que María se desposo con José hombre prudente y seguidor de las leyes de su pueblo, quien al recibirla en cinta decidió secretamente repudiarla. Un ángel vino a aclararle le situación desesperada de José, y le dijo que no temiera tomar a María, porque había concebido por obra del espíritu Santo que daría a luz a un hijo y llamaría su nombre Jesús. Desde entonces, José cuido de ella y de su hijo, viviendo como un solicito hermana a su lado. La virgen María solo tuvo un hijo y permaneció virgen siendo siempre la inmaculada concepción es la mediadora por excelencia entre Jesús y la humanidad.

Los misioneros agustinos trajeron a México, en época de la colonia la costumbre  de las posadas, las que se festejan por nueve días a partir del 16 de diciembre, que simbolizan los nueve meses del embarazo de María, y culminan el 24 de diciembre con el arrullo del niño Jesús. Este festejo lo representan con imágenes de la virgen María, y señor san José, seguido de peregrinaciones, villancicos, pastorelas, piñatas, cantos y colaciones que dan forma y envuelve el anuncio del hecho histórico de navidad....el nacimiento de nuestro señor Jesucristo, el niño Jesús, el regalo más valioso para el ser humano. Las posadas son una costumbre muy latina que se inicio con las misas de aguinaldo que la misión de los agustinos celebraba en el interior de sus conventos en tiempo de la colonia. Se trataba de despertar la expectación hacia el nacimiento de Jesús, por esos se realizan durante nueve días, que según la tradición religiosa representan la petición de abrigo y calor humano que María y José hicieron en la espera del advenimiento de su hijo. En un principio los frailes trataban de evangelizar y ejemplificar el camino de la sagrada familia se trataba de una celebración litúrgica pero al paso de los años se fue enriqueciendo y fue tomando un tinte más coloquial.

            De los templos paso esta celebración a las haciendas y rancherías que contaban con un horatorio, a las mansiones de potentados y finalmente a las vecindades. Adquiriendo su configuración actual a principios del siglo XIX. Desde las celebraciones de antaño, el pedir posada es uno de los aspectos importantes de las festividades navideñas, pues constituyen una penosa jornada de los santos peregrinos desde Nazaret a Belén. Esta se iniciaba cuando los cantores entonaban un himno navideño y da principio la letanía de la virgen. La navidad no es una leyenda es un hecho histórico, es el regalo mas preciado para la humanidad, es el nacimiento de nuestro señor Jesucristo, que se celebra en nuestro país y en otras partes del mundo, porque representa una de las mas profundas expresiones adoptada por el indígena desde el momento en que conmemoro la llegada del niño Jesús. No había familia por pobre que fuera que no se animara a ser anfitriona de una de las nueve posadas. Pero no fue casualidad que los indígenas Mexicanos se entregaran con tanta devoción a un rito religioso que llego a América junto con la conquista Española.


Hay una sorprendente relación con la fiesta ritualistica Azteca,  con la que se rememoraba el nacimiento de su diosa madre Coatlique Tonancin, donde repartían figuritas, dulces y golosinas. De hecho, muchas tradiciones y costumbre de los pueblos prehispanicos fueron retomadas, todo con el propósito de acertar en la evangelización. Además de los cantos, la letanía y la peregrinación, es pieza clave el simbolismo de la piñata que es más religioso que festivo: la olla revestida vistosamente representa a Satanás, o el espíritu del mal que con su apariencia atrae a la humanidad. Santa Claus es una figura popular que al paso del tiempo basada en la leyenda de un antiguo santo cristiano cuyo nombre era Nicolás, era el obispo de Myra en Asia Menor. La leyenda cuenta que fue una persona muy bondadosa con los niños y con los pobres a San Nicolás se le asocio con las fiestas de navidad. Se cuenta que San Nicolás hizo un regalo a tres jovencitas que no se podían casar por que su padre no tenía dinero para la dote.

San Nicolás les dejo tres bolsas de oro a través de la ventana y una de estas bolsas cayo en una media que estaba en la chimenea para secarse. La historia sobre este carismático personaje de santoclos, es conocida por todo el mundo y se hizo popular en nuestro país después del siglo XIX. Al parecer la costumbre del árbol de navidad se origino la Alemania. Antes que el cristianismo fuera introducido, los miembros de muchas religiones adoraban a los arboles como símbolos de sus dioses. Los pueblos nórdicos honraban al árbol el Nogal como símbolo sagrado del dios Odin. El que introdujo el árbol “ Evergreen” en lugar del Nogal, en Alemania fue el misionero Ingles San Bonifacio; así como llevo también a esa ciudad el cristianismo. El evergreen es un símbolo tradicional cristiano de resurrección y de vida permanente. En la edad media se presentaban obras de teatro en navidad, sobre le jardín del paraiso. El árbol del conocimiento se representaba por un árbol donde colgaban manzanas. Algunas leyendas dicen que Martín Lutero fue el primer cristiano en derribar un árbol y traerlo dentro de las casas y decorarlo con temas de navidad las velas simboliza a Cristo como la luz del mundo. Los ornamentos verdes que son muy hermosos, son resultado de antiguas prácticas paganas.

            Se atribuye a San Francisco de Asis, fundador de la orden Franciscana, el inicio de los nacimientos, entre los años 1200 y 1226. Se cuenta que siendo apóstol, recorría la campiña cercana a la pequeña población de Rieti de Italia, en invierno de 1223. La navidad de ese año lo sorprendió en la ermita de greccio, y fue ahí donde tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús. Construyo una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, pidió prestado un buey y un asno e invito a un pequeño grupo de gente a reproducir la escena de la adoración  de los pastores. La idea de reproducir el nacimiento se popularizo rápidamente en el mundo cristiano. De los seres vivos se paso a la utilización de figuras. De estas ultimas se cree que el primer nacimiento se elaboro y monto en Nápoles a finales del siglo XV, con figuras de barro. El Rey Carlos III ordeno que los nacimientos  conocidos entonces como belenes se extendieran y popularizaron en todo el reino Italiano Y Español, así como en otras partes del mundo además de nuestro país hasta nuestros días.      


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lunes, 15 de diciembre de 2014

“LA VELADA DEL AÑO NUEVO...ROBO DE GALLINAS, Y LA PARTIDA DEL HUEVO...UNA COSTUMBRE QUE SE PERDIO. “


            Antaño, en La Paz... la noche del 31 de Diciembre, las familias del ayer, en algunos barrios dormían con la preocupación de ver sus gallineros vacíos el primero de enero, ya que la costumbre era entre algunos jóvenes que formaban grupos y se dedicaban a robar gallinas el fin de año, como un sano esparcimiento, el que era solapado por los mayores. Aunque había casos violentos, y en otros casos algunos muchachos muy formales acudían al día siguiente a disculparse y a pagar las gallinas que se habían llevado, lo que no hacían por necesidad, ni por maldad, sino por divertirse, y algunas personas hasta se hacían de la vista gorda cuando camelaban a los jóvenes en el momento que a hurtadillas llegaban a los gallineros, o se subían arriba de los mezquites a bajar las gordas y cachetonas gallinas y meterlas a los costales, los que cargaban en hombros.

            Los 31 de Diciembre...en el ayer, en la espera del año nuevo el aroma a buñuelos, tamales y pozolada, inundaban las casas, mientras que los niños, jóvenes y adultos jugaban a la lotería, la oca o la baraja entre anécdotas, chistes  y leyendas, a la luz de los faroles, o a la pálida luz del foco. En el marco de hermosas melodías arrancadas a un viejo tocadiscos, las familias estaban a la espera del tañer de las campanas en la iglesia y santuario, anunciando las doce de la noche del año que moría, y del inicio del nuevo año. O cuando don Francisco King fundó la radio pionera de los Sudcalifornianos, la XENT RADIO LA PAZ y que tan dignamente dirige la señora Lupita Lucero como hasta la fecha lo ha hecho, esperar hasta las doce de la noche del 31 de diciembre, quien con gran emoción anuncian el año que termina y el inicio del año nuevo. Y la costumbre era, también a esa hora de las doce de la noche la quiebra del huevo. En un determinado lugar de la casa, en una rinconera muy adornada y sobre de ella ponían un vaso de cristal hasta la mitad de agua, y en una cestita especial ponían un huevo, el que se quebraba a las doce en punto haciéndole rueda las muchachas solteras muy emocionadas, quienes al vaciar el huevo en el vaso con agua, formaba figuras, y creían ver unas torres de iglesia, y si era así, quería decir que pronto habría boda. ¡Y saltaban de gusto!. Si el huevo figuraba una tumba, quería decir que habría muerte, y si figuraba un barco, es que habría viaje. Una vez, a mi abuelita le salió en la quiebra del huevo una tumba, y mi hermana mayor saltaba de gusto gritando “! Abuelita, abuelita a usted le salió una tumba!”...cuánto se enojó mi abuelita esa vez.

            Esa era la emoción del 31 de diciembre para las jovencitas casaderas. Una costumbre tan sencilla pero que las hacían pasar momentos muy agradables, mientras que los jóvenes hacían de las suyas vaciando los gallineros y en los llanos, encendían lumbradas y en  unos tambos  ponían a cocer las aves, y se daban sus buenos atracones de caldo de gallinas desveladas, alrededor de las fogatas entre sanas anécdotas y chistes de travesuras pasadas. Para esto, había señoras que estaban de acuerdo y les hacían el caldo para curarse la cruda. Don Alejandro Murillo Cadena, respetable muchacho antiguo del barrio Pueblo Nuevo, cuenta que en sus tiempos, se formaban grupos de muchachos roba gallinas con sus cabecillas, recuerda una curiosa anécdota. Don Aparicio Yepis, dijo,  tenía el gallinero repleto de aves, y cansado de que durante varios años le robaban las gallinas este grupo de traviesos muchachos, esa noche del 31 de diciembre, se propuso camelarlos, escopeta en mano. Cuando los jóvenes estaban en mera faena echando las gallinas a un costal, de pronto se les apareció el Diablo, era don Aparicio muy enojado, quien les soltó una balacera que los muchachos no lo pudieron creer...con el rostro desencajado aventaron el costal repleto de gallinas, y se fueron reculando,  brincaron la cerca de dos zancadas y ni de las gallinas se acordaron, las dejaron encostaladas. El cabecilla de este grupo era Cornelio Espinoza Geraldo, muy temido en el barrio por su especialidad en el robo de gallinas los 31 de diciembre, vísperas de año nuevo,  y algunos que recuerda que lo acompañaban son: El Mimi Angulo, Celestino y Salomón así como el Tito Geraldo, entre otros.

            Otra anécdota de ésta costumbre que se perdió del robo de gallinas de fin de año, desde luego porque ya no se crían gallinas en los hogares, y que cuenta doña Ramona Rochin Heras, nativa de San Bartolo Baja California Sur, y que habita hace varias décadas en el barrio el “Choyal” dijo que “En San Bartolo aquel 31 de diciembre de aquellos años una familia enterró al pie de una mata de zalate una cabeza de res con gogote y todos sus guegueres para festejar el año nuevo. Esa vez los roba gallinas cambiaron el menú. Decidieron robarse la cabeza enterrada. Al otro día encontraron el hueco vacío y huellas de huaraches y de zapatos. Por las huellas de los huraches, dijeron que fue don ‘Leopoldo’, un señor a toda ley muy respetado en San Bartolo. Los dueños de la cabeza lo denunciaron ante las autoridades, y muy seguros fueron a decirle en su cara ‘don Leopoldo vinimos a que nos regrese la cabeza que teníamos enterrada al pie del salate y que usted se robó por que allí estaban las huellas de sus huaraches’, y el viejito de un salto se levantó sorprendido e indignado diciendo ‘!pos cual cabeza muchacha, si anoche me robaron los huaraches!’, era cierto, Alberto y pepe le robaron los huaraches a don Leopoldo para robarse la cabeza enterrada, y es una curiosa anécdota que todavía recuerdan entre los rancheros entre sorbo y sorbo de té de damiana”.

            En el barrio El Esterito, también asolaban los gallineros los roba gallinas el fin de año, doña Carmelita Geraldo, estimada señora con amplios conocimientos de la medicina herbolarea, cuenta otra anécdota; “Los gallineros en el Esterito, dijo,  amanecían vacíos en el año nuevo, por mucho tiempo los leones del legendario Esterito, creían que, el “teyete” era el causante, pero no lo podían comprobar. Hasta que cansados de que les robaran sus gallinas lámpara en mano decidieron camelarlo. Se unieron varios vecinos, y cuando el “teyete” estaba emocionado en mera faena, echando las gordas gallinas al costal, los vecinos lo agarraron con las manos en la masa, alumbrándole la cara con lámparas de mano, y su sorpresa fue muy grande cuando se dieron cuenta, que el que robaba gallinas no era el “teyete” sino el “chelino”.

            Los manglitenses, del barrio El Manglito, no se quedaban atrás, con el robo de las gallinas. También hacían de las suyas, había grupo de muchachos que no se aguantaban la tentación de robarle las gallinas hasta a los suegros, y mientras estaban en la visita con la novia, con un ojo al gato  y otro al garabato camelaban los gallineros. Y por la noche en grupos  furtivamente venían por las gallinas, y algunos tenían el descaro de invitar al suegro un sabroso caldo de gallina para la cruda. Todavía por la década de los 70, mi gallinero no se escapó de los roba gallinas, tenía 19 gallinas y 3 hermosos gallos, muy cantadores. Aquella noche del 31 de diciembre, nos fuimos a la velada a casa de mi cuñado don Vicente Dominguez Jordán. Al día siguiente, ya en casa, como era mi costumbre, fui al gallinero a llevarles alimento a los animales, ¡y cual sería mi sorpresa!, ¡estaban los gallos solos muy tristes!, los traviesos muchachos se tomaron la molestia de dejar una nota en el gallinero, que decía: “A las doce de la noche quedaron viudos los gallos”, firmaron la nota los roba gallinas del barrio el Manglito. Fue la última vez que tuve gallinas. Costumbres muy sanas que se perdieron al paso del tiempo y del progreso, y que unían a las familias. Quizás recuerden con añoranza algunas personas que ahora ya peinan canas y que participaron en su juventud en el robo de gallinas, o que al igual que a mi le vaciaron el gallinero.

            Mi perro viejo el pachuco, a la hora que quebraban el huevo, tenía la mala costumbre de ponerse a aullar lastimeramente anunciando el año que moría...y mi abuelita decía: “!Ave María Purísima...el perro está viendo la pelona...quítense las chancletas y póngalas boca a bajo, encontradas, para que el perro se calle el hocico, y si resultaba, el perro se callaba como si le pegaran una guantada en el hocico.

            Muchas Gracias.

            ¡Feliz Año Nuevo a la gran familia de Sudcalifornia!.


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lunes, 1 de diciembre de 2014

“UN HERMOSO CUENTO DE NAVIDAD LA LEYENDA DE LA FLOR DE NOCHE BUENA”.


            En un poblado alejado de la ciudad, vivía una linda niña campesina llamada Margarita...era tan dulce, tan noble y buena, que todos quienes la conocían quedaban cautivados con su encanto...Margarita era la más pequeña de una numerosa familia compuesta por ocho hijos.

            Cuenta la leyenda que un día de crudo invierno en que el viento helado de la tarde anunciaba la llegada de noche buena...la cabaña de troncos  techumbre de palmas donde Margarita vivía felizmente con sus padres, abuelos y hermanos, ésta se iba  cubriendo de fina escarcha y dentro de ella la niña y demás hermanos encantados escuchaban de los mayores alrededor de las encaladas hornillas y al calor de los lumbreantes tizones, la historia bíblica del nacimiento del niña Jesús mientras su abuela y su madre freían exquisitos buñuelos como era la costumbre.

Cuentan los mayores que ese día a Margarita le surgió la inquietud por llevar a un presente a ese encantador niño que siempre estaba rodeado de ángeles muy bellos, y que tantas veces embelesada había contemplado en la iglesia de su pueblo. Fue así como la niña decidió asistir a la misa de gallo la cual se realizaría  a la media noche de aquel 24 de Diciembre, día del nacimiento de Jesús en la tierra. Pero de pronto, la niña se puso muy triste viendo sin mirar, los crepitantes tizones encendidos pensando...”pero que obsequio puedo darle al niño si soy tan pobre y mis padres no tienen para comprarle algo”. Sin que la niña se diera cuenta, unos ángeles la observaban y al notar que margarita tenía un deseo muy grande, decidieron ayudarla.

En ese momento, los ángeles decidieron aparecerse ante ella: “hermosa niña, en el campo encontrarás algunas semillas, tómalas, y llévalas inmediatamente a la catedral y entonces notaras algo extraordinario”...la pequeña agradeció a los angelitos su ayuda y sin perder tiempo corrió rumbo al bosque, recogió las semillas y presurosa las llevo a la catedral como los ángeles bienhechores le habían indicado..

Cuando margarita llego a la iglesia pudo notar que todos los habitantes del poblado se habían reunido en el templo llevando sus mejores regalos al niño Jesús, y al voltear a ver lo que la niña llevaba en sus manitas, comenzaron a reírse de ella: pues pensaban que era ridículo ofrecer una simple semilla al niño Dios. Margarita sin tomar en cuenta las burlas, y siguiendo el consejo de los ángeles siguió adelante hasta llegar al altar en donde se encontraba el niño Dios y coloco frente a el las semillas.

Enseguida, todos los vecinos del pueblo que allí se encontraban, y que momentos antes de la niña se burlaban por el humilde regalo que llevaban, dieron gritos de asombro durante la misa de gallo. Pues las semillas empezaron a crecer, le fueron saliendo grandes tallos verdes, de los que comenzaron a brotar hermosas flores rojas y blancas salpicadas de un mágico brillo y esplendor. La misa se suspendió...los fieles se arrodillaron, la niña muy emocionada decidió cortar una de las flores de color blanco, de la cual manó ríos de leche y luego cortó una flor roja de la cual salió sangre. Con ambas flores en sus manos margarita se acerco a las imágenes y ofreció las flores al niño Dios.

De pronto, se le aparecieron los ángeles a la niña y le pidieron que se acercara. Ella así lo hizo sin miedo algún, entonces uno de ellos la alzo y la llevaron al bosque de donde había tomado las semillas...y cuentan la leyenda que al depositar los ángeles a margarita en la tierra, como por arte de magia florecieron una inmensidad de flores blancas y rojas y margaritas las llamo Nochebuena porque nacieron milagrosamente en la noche buena, inundando aquel bosque de hermosura...y fue así como nació la hermosa flor nochebuena que llena de colorido los hogares en estas festividades decembrinas.


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“EL BOTECITO SOBRE EL ARMARIO...ERA LA ALCANCIA PARALA NAVIDAD”.

            Al recordar aquel tintineo que hacían al caer las monedas en el botecito sobre el armario para Santa Claus, en Navidad,  cuanta alegría sentíamos mis hermanos y yo!...hasta mi perro viejo el pachuco, quien se echaba bajo el armario sobre un tapete de costalito tejido de nuditos, pegaba un salto al escuchar aquel inconfundible ruido que lo sacaba de su plácido sueño...monedas que con mucho esfuerzo, mis padres y abuela le iban echando al botecito durante todo el año; ya fueran dos centavos, una jolita, una peseta, un cinco del monito, diez o 20 centavos, un tostón, un pachuco, y cuando era una moneda de a peso, de aquellas de plata, ¡cuánto ruido hacían! “ese ahorro es para la alcancía, es la limosnita de santa Claus que trae regalos a los niños, por el nacimiento del niños Dios”, decía mi madre.

            Ese dinero en aquel bote sobre el armario era sagrado, era intocable...el que era custodiado celosamente por el perro...cuanta ilusión nos daba ver ese bote sobre la vitrina durante todo el año...en aquella época, la costumbre era que, al empezar el año nuevo se iniciaba aquel ahorro y la crianza de un cerdo, cochi o marrano. La crianza del puerco para la Navidad era todo un rito...durante los primeros 3 meses del animal, lo criaban con toda limpieza, y lo alimentaban con quelites, ejotes de mezquite, lavadura y desperdicios. Luego, era capado. Había señores que se dedicaban a ese oficio. Mi suegro, Don Antonio Gutiérrez Jordán, fue uno de ellos con todo arte y sabiduría, con una filosa navaja de hoja cortaba en sus partes nobles al animal...algo le quitaba, luego lo cocía con aguja e hilo común y corriente y le echaba un puño de ceniza  en la herida. Eso era todo, “listo”, decía mi suegro, “ahora si hay que darle maíz, y salvado para que el animal engorde, crezca bonito para la Navidad y ya no apestará a verraco”.

            ¡Que emoción y alegría con la llegada de diciembre!, para ese tiempo el marrano ya estaba grande y el bote sobre la vitrina atascado de monedas y billetes...”se acerca la noche buena, el día de la navidad, el día que nació el niño Jesús y por tal motivo le traerán regalos a todos los niños que se portaron bien durante todo el año y a los que se portaron mal, también les traerán, ya que no hay niños malos, unos son mas traviesos que otros, pero santa Claus sabe qué se merece cada quien”,  decía mi abuelita. El 22 de diciembre, el dinero del botecito sobre la vitrina desaparecía, como por arte de magia, “ya le llevó tu papá la limosna a santa Claus”, decía mi madre; y con que ilusión e inocencia esperábamos aquel día. No se usaba la famosa cartita, eso fue muy comercial hasta que hubo radio, aquí en La Paz. La primer radiodifusora, la XENT de gran prestigio y tradición. Lo niños no pedían, era la ilusión de la sorpresa de acuerdo al comportamiento de aquel año, santa Claus traía lo que él quería, eso era lo emocionante.

            El mismo 22 de diciembre, mataban el puerco. ¡Era un fiestón en casa!...hasta cuatro latas de manteca daba, y había manteca para guisar durante bastante tiempo del año. La sangre del puerco la guisaban con olores, yerbabuena y verduras. Los costillales eran adobados para los tamales de la cena de Navidad...la cabeza, el espinazo y las patitas eran para la pozolada del día 25, donde acudía toda la familia y amigos a desayunar. Los demás huesitos del puerco los guisaban ese día del 22, entomatados o en chile colorado. El día 23 de diciembre, una tronadera de chicharrones y buñuelos traíamos todo el día. También los chicharrones los guisaban entomatados con chile güerito y cilantro. La demás carne del puerco, la hacían chorizo ¡y que chorizo! Todo el día se escuchaba el golpeteo de los cuchillos macheteando la carne, la que después de picada la ponían a reposar en vinagre, para luego ponerle el adobo que la abuela hacia con olores y con los chiles colorados que habían puesto a secar ensartados en cordeles, para esa ocasión. Las tripas del cerdo, eran lavadas y en ellas metían el chorizo , el que se ponía a secar en tenderetes bajo el corredor...!que sabrosos eran los chorizos oreados y asados!...ensartábamos los chorizos en un fierro largo y delgado llamado asador y los asábamos en las brasas. Luego cuando ya estaba el chorizo cocido lo sacábamos y lo recatábamos en un birote...!que cosa tan sabrosa y que olores había en los patios a buñuelos y chorizo en aquel ayer!. ¿los comió alguna vez así estimado radio escucha?.

            Aquellos inolvidables aromas en aquella época de navidad, a fritanga de buñuelos, miel de panocha, canela y clavo, a chile frito colorado para la pozolada, tamales y el chorizo, inundaba los patios en los hogares y el viento los llevaba por todo el barrio mezclándose los olores. En los patios las mesas lucían con manteles blancos llenos de buñuelos secándose al sol, los que guardaban en cajas de cartón y desde el 23 de diciembre empezaba la fritanga y los iban guardando en un cartón para el día 24 y la refusilata de chamacos entrando y saliendo a la cocina pescando los buñuelos al vuelo, ¡tan exquisitos! mientras los mayores hacían los tamales y la pozolada hervía en la encalada hornilla de lumbreantes tizones, la que era para el desayuno del día 25. En aquella época de los 50, no se acostumbraba el arreglo del nacimiento en los hogares, por lo menos en nuestra casa y no recuerdo haber visto en otras, solo en la iglesia y en el santuario. Si acaso, un arbolito ya fuera de palo verde, un brazo de pino o un sirio, el que metíamos en un bote con arena encalado o forrado de papel de china, adornado con bolitas de papel de cajetillas de cigarros, de las que se hacían estrellitas también, le poníamos al árbol monitos de sololoy, cazuelitas y jarritos de barro, en miniatura, los que cambiábamos al “tanayo” por caracolitos pintos y hermosas conchitas que recogíamos en la orilla de la playa para ese fin. Por la tarde de 24 de diciembre, a toda prisa buscábamos en los tendajones del pueblo cajas de cartón de las mas grandes para ponerlas en los pies o cabecera de la cama para que santa claus nos dejara los regalos. ¡con cuanta ilusión esperábamos la noche buena!  Como era la costumbre, cenábamos temprano tamales y buñuelos por que había que acostarse a buena hora, después de rezar el padre nuestro, el acto de contrición, el angelito de la guarda, a San Lázaro Bendito, la oración de “lomita santa lucia”, desde luego junto a la abuelita y hasta el perro también escuchaba por que se salia del cuarto hasta que nos acostábamos. Mientras que los niños dormían, los mayores acudían a la misa de gallo. No se acostumbraba fiesta, ni borrachera.

            La puerta de la casa, tenia un agujerito y decía mi madre “A las doce la noche, hace muchos años nació en Belén el niño Dios, y por ese agujerito va a entrar santa claus. Duérmanse por que no le gusta que lo miren” y nos quedábamos dormidas viendo aquel agujerito, pensando como le iba a hacer santa claus para entrar por eso tan chiquito. Bendita inocencia de los niños de aquel tiempo. Ahora, los niños esperan despiertos hasta las doce de la noche en la gran fiesta, y simplemente toman el regalo del árbol. El 25 de diciembre, amanecen desvelados y sin mucho ánimo de jugar. Antes, ¡que bello amanecer para los niños! Lo primero era ver el contenido de las cajas de cartón que por lo general era un suéter, unas calcetas, unos calzones, unos moños, una cuerda para saltar, un juego de matatena, un monito de sololoy o una muñequita de trapo. También estaba una bolsa de papel estrasa conteniendo cacahuates, galletas abetunadas o de animalitos, un trozo de alfanfor (dulce de coco), huevitos, dulces de anís y menta, de aquellos Larín, adornada la bolsa con una mandarina, una manzana, un chiflo y un espanta suegra. ¡Que felicidad con cosas tan sencillas!, el regalo entre los adultos no se usaba. Decían que la navidad era para los niños. Con que amor y esfuerzo preparaban nuestros padres esas bolsitas que tan felices nos hacían. Ese día del 25 de diciembre, entre pitidos de chiflos y estruendo de petardos lo primero era ir a misa a adorar al niño Dios. El nacimiento lo arreglaban en la iglesia y en el santuario con diablo y todo. Era un encanto para los niños. Y al regresar, nos esperaba un plato de exquisita pozolada bañada de cebollita finamente picada y limón. No se acostumbraba ponerle lechuga ni rábanos, ni acompañarla con pan, que también es sabrosa. Y los niños felices jugábamos con juguetes tan sencillos.

            ...y el bote de la limosna para santa Claus, en Navidad sobre aquel armario...era custodiado celosamente por mi perro viejo el pachuco.


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SANTA MARIA DE GUADALUPE...Y EL PADRE FRANCISCO KINO  EN LA HISTORIA DE BAJA CALIFORNIA SUR”.

         Un antiguo relato en lengua Nahualt dice que a diez años de la conquista azteca, Tenochtitlán, durante el invierno de 1531, cuando ya estaban depuestas las flechas y los escudos un indio caminaba rumbo a Tlatelolco a escuchar misa...al llegar a un cerrito llamado Tepeyac, vio que una doncella reluciente como el sol le llamaba por su nombre...”Juan Diego, Juan Dieguito”...las piedras que la joven pisaba semejaban piedras preciosas...los nopales eran como esmeralda...el follaje como turquesa y las espigas como de oro....en el cerrito llamado Tepeyac, donde efectuó la prodigiosa aparición celestial de Santa María de Guadalupe, se construyó el templo más importante de México erigido sobre los despojos de la diosa autóctona Tonantzin. En la parroquia vieja de los indios se dice que descasan los restos de Juan Diego y de su tío Juan Bernardino, exactamente donde estuvieron las dos primeras ermitas donde estuvo la santísima virgen en la tilma de Juan Diego. De acuerdo al relato Juan Diego cuidó de la ermita durante 16 años después de las apariciones hasta su muerte acaecida en Junio de 1548.

         La Virgen de Guadalupe tenía cuatro años de aparecida en 1531, en el cerro del Tepeyac en México, cuando Hernán Cortés tomó posesión de estas tierras el 03 de Mayo de 1535 y le puso por nombre la Santa Cruz.

         Después varias órdenes religiosas tomaron parte en las empresas por conquistar la California. Los primeros fueron Franciscanos que vinieron en las expediciones de 1536, 1596 y 1668. Los Carmelitas vinieron en la segunda expedición del General Sebastián de Vizcaino en 1596; quien fue quien le dio por nombre La Paz a esta tierra y fundó un fuerte y poblado con el trabajo de más de cien hombres de su comitiva. La compañía de Jesús se presenta por primera vez en 1642 acompañando a los conquistadores en varias expediciones. Comienza la gloriosa historia mariana en Baja California el 25 de marzo de 1683 en la décimo cuarta expedición en orden cronológico.

         La preconquista de la península de Baja California se confió al Almirante Isidro Atondo y Antillón...lo acompañaron en esa empresa los padres jesuitas Francisco Eusebio Kino superior y cosmógrafo mayor; Juan B. Copart y Pedro Matías Goñi así como mas de 100 soldados. Salieron del puerto de Chacala Sinaloa el 18 de Marzo de 1683...el 25 de dicho mes, día de la anunciación fondeaban en La Paz Baja California Sur. El cuatro de abril del año que se menciona, saltaron a tierra; y su primera obra fue levantar una pequeña capilla y un fuerte que llamaron “NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE”. Al día siguiente, llegaron muchos indígenas con gran gritería armados de arcos y flechas, y embijados en señal de guerra. Fueron hacia ellos los padres Kino y Goñi y los aplacaron con regalos. Les enseñaron un santocristo, y una imagen de la santísima Virgen de Guadalupe. Pero nunca dieron señal de haber tenido noticias de tales cosas.

         Los californios, ya  estaban acostumbrados a que venían extranjeros a la pesquería de perlas, pero nunca se quedaban en tierra,  y luego se marchaban, y como ellos no ambicionaban las perlas, esto no les preocupaba, pero al ver que la comitiva del padre Kino y el Almirante Otondo y Antillon estaban construyendo, empezaron a hostilizarlos, causando gran temor entre los soldados. El almirante invito a un festín a 13 de los principales capitanes de las tribus, quienes aceptaron y alevosamente el almirante mató a mansalva a 10 y a los otros 3 se los llevó a Guadalajara. Ya que no convenía continuar en ese lugar, debido a las justas hostilidades de los guaycuras, se volvió la expedición a Sinaloa, para hacerse de bastimentos y buscar más al Norte mejores tierras.

         Salió la segunda expedición el 29 de Septiembre en 1683, llevando también de marinera A LA GUADALUPANA. Cuenta el padre Kino, que al pasar la isla San José, salieron a nado unos naturales mansísimos, y subiendo al barco, el capitanejo de ellos, luego que vio la imagen de Nuestra señora de Guadalupe le hizo una reverencia e hizo la señal de la cruz, diciendo: “SANTA MARIA, ORA PRONOBIS”, y añadió que se llamaba Diego, otro Jacobo y otro Juan. Por lo que constó que aquellos indígenas habían tenido ya, no se sabe de quien, alguna noticia de nuestra fe. El 6 de octubre de 1683 desembarcaron en San Bruno, al Norte de Loreto. Al día siguiente acudieron a ellos muchos nativos mansos a verlos y a ayudarlos en la construcción del fuerte, capillas y casas, encabezados con gran júbilo por el jefe guerrero IBO ELSOL, y su gente. El lunes 18 por la mañana se presentaron 30 mujeres californias con sus niños y solamente dos o tres hombres. Al ver la enramada que sirvió de capilla donde se dice misa, les gustó mucho “EL CUADRO DE LA IMAGEN DE LA SANTISIMA VIRGEN DE GUADALUPE”.



         El sábado 30 de octubre del año que se menciona, se dijo la primer misa en la península, en la capilla aunque no totalmente acabada en cuyo altar estaba muy linda imagen de nuestra señora de Guadalupe, regalo de la liberalidad del S.M. y Reverendo señor Obispo de Oaxaca, Don Isidro Sariñaga. En esta misa hubo muchos indígenas que estuvieron siempre con grandisima modestia, de rodillas como si fueran cristianos. Dos causas motivaron el fracaso de esta expedición que los obligo a abandonar la misión de San Bruno. El levantamiento Gauycura en contra de los españoles por los motivos mencionados con lo que se inicio la guerra abierta entre españoles y californios. Y la segunda causa fue la tremenda sequía en ese tiempo que azotó la tierra, pues no llovió en 18 meses.

         Contra lo que se diga, la misión de San Bruno fue la primera en la península y en su altar estaba la virgen de Guadalupe. El Padre Kino, el Guadalupano y su comitiva estuvo en San Bruno casi 3 años, donde catequizaba a los naturales, llegando a tener mas de 400 catecumenos y  cultivaba la tierra cosechando diversas verduras y hortalizas, así como  aprovechó ese tiempo para aprender la lengua de los naturales y sus costumbres. Las enfermedades y falta de víveres motivaron el abandono de San Bruno al que le puso así por arribar allí el día 6 de octubre. Estos conocimientos adquiridos, el padre Kino se los enseño al padre Salvatierra quien fue el ejecutor de la conquista espiritual en la Península en 1697 fundando la Misión de Nuestra Señora de Loreto.

         En otra época, en los inicios del santuario de Guadalupe, en 1942, en el rancho “El Novillo”, propiedad del señor J. Famanía, cerca de San Pedro Baja California Sur, nació la corte de honor de Santa María de Guadalupe, o sea el movimiento Guadalupano, que fundó el Padre Guadalupe Alvarez, extendiéndose después en toda la península, arrastrando a todo el pueblo católico de La Paz en pos de la morenita del Tepeyac. En 1945, el Guadalupanismo en La Paz estaba en toda su efervescencia y como párroco el padre Agustín Alvarez, quien puso la primera piedra para la construcción del Santuario. Se formaron grupos de damas altruistas, además de la corte de honor, la de “Acción Catolica”, formado por honorables señores y señoras; quienes apoyaron al padre Agustín para sacar recursos para la construcción del santuario, por medio de kermesses, rifas y otras diversiones.




El padre Carlitos Tousini de gratos recuerdos, fue el gran impulsor del Santuario de Santa María de Guadalupe, ya como parroquia y fundador de la ciudad de Los Niños y Niñas y desde entonces el pueblo sudcaliforniano ha continuado con ese fervor guadalupano, apoyando para la construcción del templo de la morenita, recordando siempre a los distintos padres que a través de los años han estado al frente del santuario impulsando su desarrollo material y espiritual.

        
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“LA TRADICION DEL ADVIENTO”.


         El adiviento es una tradición religiosa que comienza cuatro domingos antes de la navidad. Inicia el dos de Diciembre y termina el 24. la costumbre es que cada domingo de adviento se enciende una vela de la corona, de preferencia en familia y se hacen lecturas biblicas y oraciones. El adiviento es una especie de cuaresma. Se celebra tres cosas; la memoria de Cristo que vino encarnado al mundo hace dos mil años; su venida espiritual constante, porque nunca nos ha dejado; y la esperanza de que vendrá gloriosamente una vez más.

         Las fiestas de la Virgen de la Purísima Concepción y de Santa María de Guadalupe están en medio del adviento y se ve a la Virgen María en actitud de espera del nacimiento de su hijo Jesús. Salmo 35 del profeta Isaias.

         Alégrense el desierto y el yermo
         Que al estepa salte de gozo y florezca
         Florezca como el narciso
         Salte de gozo de grite de alegría
         Pues se dará la gloria del líbano,
         El esplendor del carmelo y del sarón;
         Y se verá la gloria de Dios
         ¡fortalecer las manos lánguidas!
         Afianzad las rodillas vacilantes
         Decid a los inquietos:
         ¡Animo, no temais!
         Mirad, es vuestro Dios, ya viene la venganza
         El desquite de Dios
         Viene él mismo a salvaros
         Entonces se abrirán los ojos de los ciegos
         Los oídos de los sordos se abrirán
         Brincará el cojo como un ciervo
         La lengua del mudo gritará de júbilo
         En el desierto saltarán corrientes de agua
         Y arroyos en la estepa
         El suelo reseco, se cambiará en estanque
         La tierra sedienta en manantiales
         Y el cúbil donde se tumbaban los chacales
         Se hará un parque de cañas y juncos
         Habrá alli un camino puro
         Será llamado vía santa
         Ningún impuro pasará por él
         Será solo para los suyos su calzada
         Y ni los simples se desviarán
         No habrá león ahí ni bestia feroz pondrá los pies
         Sólo los redimidos pasarán
         Por él volverán los liberados de Dios
         Entre gritos de júbilo llegarán asión
         Una dicha etera coronará su frente
         La alegría y el júbilo estarán a su lado
         Lejos huirán dolor y llanto.

        
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miércoles, 26 de noviembre de 2014

“AMERITADO MAESTRO...DON ALEJANDRO MEZA LEON...SUDCALIFORNIANIO ILUSTRE”.


            Fue por la década de los 70, en el Teatro Constitución de recuerdos no gratos para los sudcalifornianos...Don Alejandro Meza león interpretaba al piano una hermosa melodía, le acompañaba su inseparable esposa, Doña Concepción Rivadeneyra Diggs, el Teatro parecía que se iba a venir a bajo por los nutridos aplausos...además del público, estaba la plana mayor de funcionarios y en primera fila estaba sentado un señor, embargado por la emoción del momento, quien de pronto, de un salto subió al templete, y la gente gritaba jubilosa...Don Alejandro, discretamente le preguntó a su esposa... ¿Quién es?, contestándole ella susurrante “Es el maestro Peláez”. Su invidencia no fue obstáculo para que el maestro Meza León se levantara del piano, abrazó y tomó a Don Luis Peláez, artista de gran prestigio, compositor  y maestro de música; lo sentó al piano y el maestro Peláez ejecutó magistralmente las obras de los grandes de la música, Chopin, Beethoven, entre otros...el público quedó en silencio, extasiado por la maravillosa ejecución del maestro Peláez que ni el zumbar de una mosca se escuchaba.

            En el pintoresco e histórico pueblo minero de San Antonio, fundado en 1756, por el primer explotador de sus filones de oro y plata, Don Manuel de Ocio, el profesor Alejandro Meza León vio la luz primera el 03 de Noviembre de 1898. Fueron sus padres los señores Don José de La Luz Meza y Doña Victoria León; siendo el menor de trece hijos destacando entre los hermanos de Don Alejandro, Don Carlos Meza León que fue uno de los primeros profesionistas que tuvo el territorio de Baja California Sur; fue abogado y profesor. Así como Don Félix, que ejerció el periodismo en la Ciudad de México durante largos años en el periódico “El nacional”, también fue militar de profesión, alcanzando el grado de Coronel y jefe de la policía de Tabasco. Don Pedro, se distinguió como industrial y Don Ignacio fue un ingeniero de prestigio, quien falleció en 1918 cuando la influenza española, gran epidemia que azotó la península de Baja California Sur y murió mucha gente.

            Con el afán de la superación y de un mejor futuro para su familia, Don José de La Luz y Doña Victoria acompañados de sus hijos, abandonaron  el terruño peninsular y se trasladaron a la Ciudad de México, cuando Alejandro tenía escasos seis meses de edad en ese año del siglo pasado...época de vergonzosas concesiones extranjeras en los tiempos del porfiriato de tristes recuerdos...de la explotación de los recursos de sudcalifornia, devastación de sus mares y sus montes...los pueblos mineros estaban en su auge, como Santa Rosalía, San Antonio y El Triunfo  y todas sus riquezas se iban al extranjero sin pagar impuestos al territorio, quedando sus tierras impregnadas de arsénicos y otros contaminantes hasta la fecha. Establecidos en México, la familia Meza León, la vida siguió su curso y Alejandro sufrió una grave enfermedad virulenta, la meningitis, cuando tenía cinco añitos; y a consecuencia de ésta, perdió la vista, quedando sus ojos completamente quemados.

Por motivo de su ceguera, Alejandro ingresó en la Escuela Nacional de Ciegos donde cursó la primaria, y siendo un adolescente se destacó notablemente en la música, habiéndose graduado como compositor y pianistas bajo la dirección de los prestigiados maestros Manuel Ponce y Manuel M. Bermejo, egresando del Conservatorio Nacional de Música. El invidente, Don Alejandro, fundó y dirigió el Instituto Nacional de Rehabilitación para Ciegos en la capital del país. Fue autor de numerosas piezas musicales y concertista de piano en diversas ciudades de América. Habiendo actuado en el Carneggie Hall de Nueva York y en lugares muy destacados del centro de Sudamérica. Posteriormente dio recitales en la Casa de la UNESCO en París invitado especialmente por el gran literario Don Jaime Torres Bodet cuando era director de ese organismo internacional.

            Sus composiciones musicales fueron sinfónicas y también escribió música popular en 1947. Participó en un concurso convocado por la Educación Pública habiendo obtenido el primer lugar con la marcha sinfónica “Los niños héroes de Chapultepec”. En el año de 1943 Don Alejandro Meza León contrajo nupcias con la Señorita Concepción Rivadeneyra Diggs virtuosa mujer de cualidades extraordinarias, de quién el maestro expresó “Con ella se inició la etapa más brillante de mi vida, fue el factor más decisivo en mi carrera social, profesional y artística. Compuso para la celebración de su boda, su propia marcha nupcial; y su esposa fue fuente de su inspiración a quien le compuso “princesita”, entre otras. Debido a su destacada personalidad y su dedicación, el profesor Alejandro Meza León fue becado para efectuar estudios en el New York Institute For The Blerd sobre los problemas relacionados con la ceguera, ciencia a la que denominó “TRIFLOLOGIA”, como experto en el sistema Braile, en el año de 1953, fue invitado por la UNESCO para participar en la conferencia internacional para la unificación de dicho sistema. Conferencia que dictó magistralmente siendo designado vicepresidente del Consejo Mundial de Ciegos.

            El maestro Meza León impartió la cátedra sobre el sistema Braile desde 1944 hasta 1968 en la Escuela Normal de Urbanización de la Ciudad de México, contándose entre las numerosas generaciones de alumnos que tuvo a su cargo a Don Antonio Martínez Suarez, quien después fue un revolucionario zapatista;  y durante 33 años dio clases de solfeo y canto de piano en la Escuela Nacional para Ciegos. Después de toda una vida dedicada al arte, la enseñanza y la cultura, Don Alejandro Meza León solicitó y obtuvo en el año de 1968 la jubilación. Falleció en la Ciudad de México el 10 de Enero de 1971. Sus restos mortales duermen el sueño eterno en el panteón francés en la colonia Legaria, en la misma Ciudad. En San Antonio, lugar de su nacimiento, en un lugar enclavado en el corazón de la montaña, Cañada de Santa Cruz está la escuela secundaria que honrosamente lleva el nombre de un sudcaliforniano ilustre,  don Alejandro Meza León.

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lunes, 24 de noviembre de 2014

LA DAMIANA ES SUDCALIFORNIANA.....PORTENTOSO REGALO DE LA NATURALEZA.

Es lamentable que esta portentosa planta de la damiana, la estén depredando despiadadamente. Así lo denuncian habitantes de las comunidades rurales, donde crece la damiana en abundancia, así como el orégano. Si no le ponen remedio a esta depredación, corre el riesgo de desaparecer del suelo sudcaliforniano entre una variedad de plantas medicinales, como la gobernadora, la jojoba, entre otras. Ojala que las autoridades competentes tomen las medidas necesarias y orienten a la gente del campo como deben de cortar la damiana, y aprovechar este recurso en su propio beneficio, sin que tengan que acabar con ella.

El exquisito y relajante aroma a damiana en flor acariciaban nuestra nariz a la vera del camino, donde custodiada como reina, por una mata de corcho o colorinas, un casalochuzo, un palo zorrillo, y una mata de lomboy, estaban unas hermosas mata de damiana que nos cautivo con el perfume de sus anaranjadas florecitas salpicadas por la lluvia, aquella preciosa tarde de negros nubarrones camino rumbo al rancho “El Mequital del Coyote”, (San Ramón) propiedad del doctor Benjamin Elías Andrade Lizarraga. Disfrutando de su grata compañía y amena charla, así como de la de su esposa Aurelia e hijos, entre anécdotas del digno ranchero sudcaliforniano y bellos recuerdos  compartidos de nuestras abuelas, enmarcados con el chipi chipi de la pertinaz llovizna, el campo perfumado vestido de verdes y floridos ropajes, al fin llegamos al rancho donde el aguacero se soltó a raudales.

Guarecidos bajo el techumbre de palma de los amplios corredores, del alto edificio de rojo ladrillo  de estructura  estilo californiano, paladeábamos una tasa de aromático té de damiana acompañadas de tortillas de harina con machaca machucada en la piedra, así como de queso de chiva, el tema desde luego entre otras cosas fue la damiana, y recordar las recetas de los antiguos. Los niños con sumo interés escuchaban la conversación, al igual que nosotros cuando fuimos niños.

Los antiguos californios legítimos pobladores de estas tierras, seguramente que dieron buen uso de la afrodisiaca damiana, y conocían sus propiedades curativas, ya que ellos eran incansables caminantes; al venado y al borrego cimarrón lo seguían hasta que lo cazaban, además eran recolectores de raíces y frutos silvestres, así como pescadores, y los nativos del sur tenian varias mujeres, forzosamente debían usar damiana para vigorizarse amen de otras propiedades curativas. En la época de las perlas los buzos de las armadas usaban la damiana como vigorizante y revitalizador, ya que las aguas del golfo entre más profundas son más frías, y  tenían que buscar la madre perla por horas en el fondo del mar. En su equipo no debía faltar el concentrado de damiana para reconstituirse, para los trabajos pesados como la minería, también los mineros se vigorizaban con su té de damiana.

En tiempos de la colonia, así como en Europa usaban el té negro, aquí en los ranchos sudcalifornianos es clásico el té de damiana acompañado con gorditas de masa  de maíz, chimangos  o gorditas de harina con panocha y queso. El té de damiana era una tradición entre las familias paceñas. Al ranchero sudcalirfoniano la esposa lo conciente  con su té de damiana cuando regresaba cansado después de largas caminatas en busca del ganado, el que a veces no estaba bien comido a causa de sequías, y se quedaban pegados los pares; entonces el ranchero tenia que caminar largas jornadas para ayudar al ganado dándole té de epazote para que pudiera parir, y ellos a su vez se tomaban su concentrado de damiana para resistir el cansancio.

En tiempos de secas cuando no existía el mascarrote ni el concentrado y había que mantener al ganado con viznaga, cholla, cardones y con lo que tenían a la mano, el ranchero pasaba un trabajo agotador cortando con todo arte la cholla y la viznaga que no llevara puntas que pudiera afectar el ganado.

Cuando por las noches a veces acompañado por su mujer e hijos con hachones encendidos se alumbraba, serruchaban en el monte para cortar la rama seguida por la manada de animales quienes iban comiendo lo que a su paso les iban cortando. !Que espectáculo tan bonito se vería en aquellas épocas malas del sufrido ranchero sudcaliforniano, pero que contaba con afrodisiaca damiana para fortalecerse.

Como olvidar aquellas tardes lluviosas alrededor de las hornillas entre las naguas de los mayores quienes a la luz de los faroles contaban cosas tan maravillosas de cuentos de piratas, tesoros, espantos  y costumbres familiares, donde siempre hervía el jarro de los remedios de la abuela, y saboreando el té de damiana o café prieto endulzado con panocha acompañado de galletas marineras, decían  que la damiana tiene grandes propiedades curativas para todos los padecimientos originados por debilidad nerviosa, enfermedades de la vejiga y sobre todo de los órganos sexuales, especialmente esterilidad en la mujer, impotencia en el hombre producida por  excesos. Estas plantas decían, es de gran utilidad para combatir  la espermatonea, orquitis, nefritis, diabetes y afecciones cardiacas.

La damiana tonifica el cerebro y posee propiedades afrodiciacas, así decía mi abuelita, la recomiendan a mujeres estériles y hombres impotentes por su gran concentrado de vitamina E, así como evita los efectos nocivos del tabaco sobre el pulmón. Existían viejecitos que llegaban a los cien años, y según ellos, se debe su longevidad a que toda su vida han tomado el te de damiana con panocha.

En el rancho San Ramón, ahora el Mezquital del Coyote, el agua de la lluvia caía a cantaros sobre el techado formando arroyuelos en el suelo, lo relámpagos iluminaban el cielo y los sapos y ranas croaban....en la encalada hornilla crepitaban los tizones encendidos...la niña pregunto ?que es impotencia sexual tía melita? Todo a su tiempo no esta usted para saberlo muchacha preguntona. Así decía mi abuelita.

La damiana la recetaba la abuela para la impotencia sexual y todas las enfermedades mencionadas de la siguiente manera: en el jarro de los remedios ponía un cuarto de litro de agua, y cuando esta estaba en ebullición le ponía una cucharadita de hojas de damiana y otra cucharadita de gobernadora le agregaba cinco hojas de naranjo y la dejaba hervir dos minutos, luego la dejaba entibiar tapando y se tomaba sin endulzar una vez en ayunas y otra al acostarse, por largo tiempo hasta que se vieran los efectos los que eran lentos pero seguros. Decía ella que las mujeres parían muchos hijos porque los órganos estaban vitalizados con damiana. Con razón en aquel tiempo había mujeres que  hasta los cuarenta y cincuenta años todavía parían, tenían de 20, 18, 16, 14, 12, 10 y 9 hijos, las familias eran numerosas porque las parejas tomaban su té de damiana. Eran otros tiempos.

El tradicional té de damiana acostumbrado en la cena, la abuelita lo hacia poniendo un litro de agua en la olla o jarro, y cuando estaba hirviendo, le echaba un puñito de damiana, lo que agarraba con los cinco dedos, lo tapaba, y lo sacaba de la lumbre para que no hirviera la damiana, lo endulzaba con panocha, y lo acompañábamos con tortillas de harina,  machaca de burro cuando había, o con queso.  En el armario de la abuelita siempre tenia un garrafón de cuatro litros de aquellos de vidrio verde con una orejita, con vino de uva de la región, del que hacían por el norte,  retacado de damiana machacada con todo y flor, decía  ella que era eficaz medicina para la impotencia y la esterilidad, que levantaba a un muerto; que  se tomaba una copita en ayunas de ese vino fermentado en damiana,  y sabia exquisito, al tiempo un muchachero tenían las mujeres.

Gracias al industrioso Don Julio Gómez Ritchie, la damiana tiene fama mundial, internacionalmente, es sudcaliforniana. El invento el licor de damiana, daba trabajo a muchas familias, contribuyendo al desarrollo y engrandecimiento de nuestra prodigiosa tierra peninsular.

La lluvia empezó a amainar, y el airecillo arranco el perfume a las flores del campo imponiéndose el de orégano y damiana además de la tierra entre otros aromas, las aguas corrían caudalosas en los arroyos llenos de gozo salimos a disfrutar esos maravillosos momentos de la naturaleza que fortalecen el espíritu. De pronto el perro boxer que también nos acompañaba empezó a ladrar llamando nuestra atención; las aguas arrastraban un indefenso guitlacoche el que los niños restablecieran para luego regresarlo a su hábitat, bajo la lapida celeste tachonada de estrellas iniciamos el regreso a casa entre aquellos aromas a damiana y demás flores del campo, canto de grillos y croar de sapos y ranas.

LA DAMIANA, ES SUDCALIFORNIANA.... no en toda parte abunda; no se debe permitir su extinción. Con la debida orientación de parte de  autoridades competentes en la materia, pudieran hacerse industrias familiares con la damiana, y demás plantas medicinales y beneficiarse la gente del campo.



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miércoles, 22 de octubre de 2014

“LA NIÑA DE BLANCO BAJO LA FRONDA DEL MEZQUITE...EN LA VERA DEL CAMINO ”



¡Miren, miren, que horror!, una niña sin cara bajo el mezquite hace señas pidiendo ayuda!... ¡Pero no puede ser lo que estamos viendo!, el vestido blanco es luminoso y fosforescente, no se le ve la cara y va flotando!...gritaban aterrados con los ojos desorbitados, los niños y adultos dentro del vehículo, el que estuvo a punto de salirse   de la carretera, debido al tremendo impacto que le causo aquella inesperada aparición, no hace muchos días, esa noche de mayo, frente al Rancho Verde, casi casi llegando a San Bartolo, la tierra del mango y del iguano.

Doña Rosita, de noble profesión enfermera, acompañada de su familia, cinco adultos y dos pequeñínes, venían de Santiago, la tierra del rebelde pericú y del padre martir, como es su costumbre de pasar los fines de semana visitando la familia en distintos poblados al sur de la península, esa vez había pasado un día maravilloso con sus familiares y amigos en Santiago y San Bartolo....venían muy contentos platicando de diversos tópicos y cantando...ella, una mujer incrédula de cosas sobrenaturales pero muy respetuosa de la ideología y creencia de los demás, le gusta y está acostumbrada desde niña a escuchar relatos de espantos y aparecidos entre otras cosas de parte de sus mayores y amigos; pero nunca se imaginó Doña Rosita que viviría una experiencia tan esptantosa junto con su familia aquella noche de mayo.

Dijo, que eran como las nueve treinta de aquella tétrica noche, después de despedirse en San Bartolo de sus familiares, el vehículo con su cargamento humano se deslizaba a velocidad prudente por la carretera...el caserío dormido de San bartolo había quedado atrás...en la espesa oscuridad de la noche, a la luz de los fanales del carro, como alma en pena la sombra de los árboles a la vera del camino a gran velocidad iban pasando...dentro del vehículo la alegría se desbordaba ya iban pasando al Rancho Verde, cuando de pronto, a la derecha de la carretera, bajo un gran mezquitón la luz fosforescente rompió aquella oscuridad de la noche...fue cosa de segundos....al unísono los siete pasajeros vieron la terrorifica aparición.

Era una niña como de diez años que pedía auxilio con sus manitas levantadas al cielo, en un gesto desesperado, mirando hacia San bartolo...estaba vestida de ropajes largos, blancos y muy brillante, el cabello largo y rubio lo volaba el viento, y el rostro no se le miraba, sólo se veía una sombra negra....pero lo más raro es que no pisaba el suelo...fueron sólo unos instantes de esa aparición...luego, ante los aterrados ojos de la incrédula Doña Rosita, y quienes la acompañaban, la niña fosforescente, se esfumó, desapareció bajo la fronda del mezquite dejando una estela brillante, la que en segundos también desapareció.

Todos quedaron mudos de espanto, mirándose unos a otros, sin saber que decir, los niños, dice Doña Rosita, todavía no pueden dormir bien a pesar que hace como quince días que sucedió esto y no quieren volver por aquellos rumbos, ni aunque los castiguen, dice. A Ismael, el novio de su sobrina, quien les acompañaba no le preocupó mucho este macabro suceso, pues dice que él ya la ha visto en otras dos ocasiones cuando viajaba acompañado  de su padre, y algunos amigos...que cuenta la leyenda que por el rumbo donde se aparece esta alma en pena, al finalizar el siglo antepasado, existió una niña miuy inteligente con facultades de clarividencia, la que era muy acertada en sus premoniciones, pero que para aquella época, la ignorancia de la gente la calificaba de bruja  y que todo lo malo que sucedía le echaban la culpa a ella, hasta que decidieron lincharla.

Cuentan los que vivieron esta tragedia, que aquella noche, la chusma enardecida, armados de piedras, palos y antorchas encendidas, llegaron al hogar de la niña, la que su unico pecado fue haber tenido poderes extraordinarios y que con lujo de violencia, la sacaron de la casa, la apedrearon, y la arrastraron por brechas y caminos hasta que la mataron y luego, la tiraron bajo el mezquite, que eran como las nueve y treinta de aquella noche fatal. Otro día, sus padres fueron a buscarla para darle cristiana sepultura, pero que para su sorpresa el cuerpo de la niña ya no se encontraba...nunca apareció. Quedó en el misterio, y que a través de los años son muchos los que la han visto y escuchado porque cuentan que para mala suerte del que vaya caminando a esas horas de la noche, pasando el rancho verde, se escuchan aullidos como de coyotes o lobos, luego lastimeros lamentos de agonía, y enseguida se ve la aparición fosforescente bajo el mezquite...son varios los rancheros que andaban campeando que les ha sucedido esta macraba aparición.


Dice la enfermera Doña Rosita, que después de esta espeluznante experiencia, ya se le quitó lo incrédula y que va a pasar mucho tiempo por esos rumbos de Rancho Verde, y que los niños juran y perjuran que no volverán por ahí.

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Este trabajo fue publicado, hace más de 10 años en el periódico “El sudcaliforniano” revista “Compás” y programa de radio “Contacto directo”















viernes, 10 de octubre de 2014

“ECLIPSE DE LUNA...Y AQUELLAS COSTUMBRES DE LA MATERNIDAD”.


            Del 14 al 15 de abril, habrá eclipse total de luna...la compañera de la tierra, estará de nupcias con el sol. Seguramente que será un bonito espectáculo y los invito a contemplar el maravilloso fenómeno en esta hermosa tierra Sudcaliforniana...regalo de la naturaleza para los ojos de todo ser viviente y para recrear el espíritu...u al evocar los eclipses del pasado y aquellas costumbres una sonrisa juguetona se dibuja en mi rostro el que no es ya el de una colegiala y una fina escarcha adorna mis sienes, y me regocijo al recordar la importancia que tenía éste fenómeno para los antiguos y de que manera repercutía en la vida humana, animal, en las plantas y en el mar. Quizás les cause risa al escuchar este artículo,  pero lo que escribo es en serio.

            Los voy a transportar a épocas pasadas, tal vez les tocó vivir aquellos momentos y costumbres de nuestras lindas gentes del ayer, que tienen una gran importancia y estoy segura que los varones también vivieron estas cosas. Cuando las formas del cuerpo de la futura madre se deformaban perdiendo su belleza, adquiriendo otro encanto, el de la maternidad, privilegio bendito con el que Dios dotó a la mujer...el de ser madre. En el abultado vientre palpitaba un nuevo ser el que orgullosa lucía cubriéndolo con la tradicional bata de maternidad, y aquellas emociones que únicamente las mujeres sentimos, y que algunas eran afortunadas y compartidas por el esposo que cariñoso recostaba su cabeza en el vientre de la futura madre para sentir los movimientos de su hijo y gritaba emocionado “éste será pelotero o boxeador”; o de lo contrario “que floja, tarda en moverse, será niña”.

            En la dulce espera del hijo, sublimes y gratos momentos que se viven durante el embarazo. Que si será niño, que si será niña, que ya patea, que se estiró, que se siente como un gusanito que se mueve, que los achaques, que los antojos, que con el cambio de luna se sienten así, que se tiran los calostros que cuando la luna llena el niño nacerá, que salió paño en la cara, que no duerma boca abajo y que al sentarse no cruce las piernas por que se lastima el niño, no usar tacones y en los primeros meses tener cuidado de no subir escalones y trapear los pisos, en fin tantas cosas mientras se espera al nuevo miembro de la familia que vendrá a revolucionarlo todo pero que inundará de felicidad el hogar. La tina con agua de manzanilla calientita para bañar al niño debería de estar lista así como el cordón y el romero para amarrar el ombligo, y el té de rosa de Castilla para que se le limpie el estomago al bebé y no le den cólicos. También debía estar listo, además de la maleta, por lo menos un cambio de ropa por si sale siete mesino. El niño al rasgar el vientre y recibir la primer nalgada por la comadrona o el medico, y lanzar el llanto al cielo, la sonrisa de Dios en la tierra es a través del rostro de la feliz madre que acurruca a su hijo amorosamente después del parto, olvidando todo dolor. ¡Que poco se usaban las cesáreas en ese tiempo, había que parir a grito mexicano y ya!

            Cuanto temor sentíamos las mujeres embarazadas cuando la luna se eclipsaba; los mayores aconsejaban que nos escondiéramos  por que la luna se comería al niño y nacería deforme. Con un colgajo de llaves amarradas alrededor del abultado vientre (por que ya no teníamos cintura) le dábamos nueve vueltas a la casa y si no había llaves, nos poníamos un calzón rojo con alfileres colgados y a darle vueltas 9 a la casa. Se le tapaban todos los hoyos a los techados o si tenían ranuras las paredes de la casa, cerrar puertas y ventanas para que no se filtraran los reflejos de la Luna, por que dañaría al niño. En fin la madre tenía que esconderse de los efectos del eclipse de la Luna; Así como también a los árboles frutales se les tenía que poner un trapo rojo para que no se dañara la fruta.

            Aquellos momentos de la larga espera que se gozaban con las gentes mayores, familias y amistades a la hora del café,  para saber si sería niño o niña quien vendría. La futura madre se escupía la palma de la mano y le echaba en la misma una hormiga colorada dentro de la saliva y si después de muchas peripecias la hormiga salía viva, el bebe sería hombrecito y si la hormiga moría en la mano, nacería una niña. Otra de las cosas que hacían era que acostaban a la embarazada, que se relajara y el niño se movía para todos lados, le cortaban un cabello a la mujer y le colgaba al mismo una argolla matrimonial y se la ponían a la altura del ombligo y si el anillo se quedaba quieto, sería niña, y si el anillo se movía como péndulo hacia un lado y hacia otro, entonces sería varón. Estas costumbres tan sanas se disfrutaban y se usaban antiguamente y generalmente no fallaba. Ahora usan el ultrasonido y como que le quitan la emoción al saber que va a nacer, si niño o niña. Alguna de las mujeres antiguas dominaban la practica para escoger antes de embarazarse si querían tener niña o niño. Había también en aquellos tiempos la “comadrona” que sobaba la barriga para componer al niño en su lugar. Las mujeres trabajaban de otra manera y hacían mucho ejercicio con  el quehacer de la casa que hasta en los últimos momentos antes del parto se estaba trabajando, por que decían las antiguas que el ejercicio agiliza el trabajo de parto.

            Algo debía influir la Luna en la naturaleza por que decían los mayores, los que conocían de la pesca, que las mareas se regían por la Luna; y de niña escuchaba entre los pescadores “que no le vaya a dar la Luna al pescado o a los callos de hacha por que se los come”. Una vez de traviesa, nada mas para comprobar si era cierto eso de que la Luna se come el pescado, en aquella ocasión mi hermano Florencio trajo bastante pescado esa noche, y los andaban cuidando de los reflejos de la Luna, cuando todos se fueron a dormir, me levanté y los quite del lugar de donde los habían escondido y los dejé al aire libre. Pues no me lo va a creer, se los tragó la Luna, estaban manidos o echados a perder y los habían sacado esa noche de invierno. Eran unos pargos colorados, sierras, un merito, un robalo, una cabrilla, y unas bandejas de callos de hacha de aquellos “chinos” grandotes de media Luna a los que les habían puesto un puntito de carbonato para que amanecieran mas gordos, ¡y todo se echo a perder!. La caguama que había traído fue lo único que se logro por que le tuve miedo para moverla, por que aún estaba viva. ¡Que cintariza me metieron en esa ocasión y que nunca la he podido olvidar!, pero jamas lo volví a hacer. Los pescadores, de los barrios el Esterito, y del Manglito, deben  de saber de estos efectos de la Luna sobre el pescado.

            Volviendo a lo del embarazo, después del parto, se acostumbraba que con el pañal orinado del niño, la madre se tallara la cara y se le quitaba el paño, si éste le había salido. Costumbres antiguas. Si el niño se enfermaba del mal de ojo, lo curaban con un chorro de leche de pecho en los ojos y sanaba. No se le debía de dar pecho al bebe estando enojada la madre porque éste se enfermaba del estomago. No se le cortaba el cabello ni las uñas hasta que estaba bautizado, así como no se debía dormir con la luz apagada mientras estaba gentiles, porque según se aparecía la llorona; por lo que obligaba a los padres a bautizarlo luego luego. Cuando la madre amamantaba al bebé ésta no debía estar comiendo por que el niño se ahogaba. Para dar de comer al niño la madre debía de estar llena y tomarse un vaso de agua para que bajara abundante la leche, y decía mi abuela que no debía de darle el sol en la espalda por que la leche se secaba, así como debía de cubrirse la espalda con algún lienzo para que la leche estuviera siempre calientita. El niño no debía llorar en el pecho de la madre por que este se “soplaba” y se tapaban los pezones. ¡Que tierno!, verdad?.

            En el patio, se miraban tan bonitos los tendederos llenos de blancos pañales elaborados por las propias madres, los que con el sol y el aire se les quitaba la manchita de orín si el jabón de barra no lo lograba. Si no había pinzas para la ropa se metían entre el mecate del tendedero las puntas del pañal, y había que recogerlos antes de las tres de la tarde para que conservaran el calor de los rayos solares porque decían las mayores que beneficiaban  la salud y los huesos del bebe. Mientras tomábamos el café en la sana convivencia familiar, los planchábamos con la mano y se acomodaban el altero de pañales a los pies de la cuna del niño, el que se miraba tiernamente dormido o con el piecito metido en la boca o con su zapeta  y sus alfileres artísticamente abrochados o contándose los deditos diciendo “agu”. Mientras en la cocina se escuchaba el golpe de la maceta en la carne seca sobre la piedra y hervía el atole de masa en la olla que seria la cena para la madre y a través de ella para el niño el que dormía  prendido al pecho toda la noche y amanecía sin hambre y no se enfermaban. Por tu salud y la de tu niño cría a tu hijo con leche de pecho; te dará mayor felicidad, y por las dudas si estas embarazada, mañana que abra eclipse total de luna, cúbrete de sus reflejos y cuélgate un puñado de llaves en la cintura y ponte un calzón rojo y le das nueve vueltas a la casa. A los arboles frutales también ponles sus trapos rojos y los pescadores que cubran el pescado de los reflejos de la luna.

            ...Ahora...los tendederos en los patios se ven muy tristes, lucen sin pañales sin chambritas...pero en cambio los botes de la basura están llenos de pañales desechables...una joven madre soltera me decía mientras miraba la novela en el televisor “no tengo trabajo, y ni para comprar pañales desechables ni leche”...suspirando pensé...mejor no lo digo…





“…Por el placer de Escribir… Recordar y Compartir…”


Este trabajo fue publicado, hace más de 10 años en el periódico “El sudcaliforniano” revista “Compás” y programa de radio “Contacto directo”