lunes, 24 de noviembre de 2014

LA DAMIANA ES SUDCALIFORNIANA.....PORTENTOSO REGALO DE LA NATURALEZA.

Es lamentable que esta portentosa planta de la damiana, la estén depredando despiadadamente. Así lo denuncian habitantes de las comunidades rurales, donde crece la damiana en abundancia, así como el orégano. Si no le ponen remedio a esta depredación, corre el riesgo de desaparecer del suelo sudcaliforniano entre una variedad de plantas medicinales, como la gobernadora, la jojoba, entre otras. Ojala que las autoridades competentes tomen las medidas necesarias y orienten a la gente del campo como deben de cortar la damiana, y aprovechar este recurso en su propio beneficio, sin que tengan que acabar con ella.

El exquisito y relajante aroma a damiana en flor acariciaban nuestra nariz a la vera del camino, donde custodiada como reina, por una mata de corcho o colorinas, un casalochuzo, un palo zorrillo, y una mata de lomboy, estaban unas hermosas mata de damiana que nos cautivo con el perfume de sus anaranjadas florecitas salpicadas por la lluvia, aquella preciosa tarde de negros nubarrones camino rumbo al rancho “El Mequital del Coyote”, (San Ramón) propiedad del doctor Benjamin Elías Andrade Lizarraga. Disfrutando de su grata compañía y amena charla, así como de la de su esposa Aurelia e hijos, entre anécdotas del digno ranchero sudcaliforniano y bellos recuerdos  compartidos de nuestras abuelas, enmarcados con el chipi chipi de la pertinaz llovizna, el campo perfumado vestido de verdes y floridos ropajes, al fin llegamos al rancho donde el aguacero se soltó a raudales.

Guarecidos bajo el techumbre de palma de los amplios corredores, del alto edificio de rojo ladrillo  de estructura  estilo californiano, paladeábamos una tasa de aromático té de damiana acompañadas de tortillas de harina con machaca machucada en la piedra, así como de queso de chiva, el tema desde luego entre otras cosas fue la damiana, y recordar las recetas de los antiguos. Los niños con sumo interés escuchaban la conversación, al igual que nosotros cuando fuimos niños.

Los antiguos californios legítimos pobladores de estas tierras, seguramente que dieron buen uso de la afrodisiaca damiana, y conocían sus propiedades curativas, ya que ellos eran incansables caminantes; al venado y al borrego cimarrón lo seguían hasta que lo cazaban, además eran recolectores de raíces y frutos silvestres, así como pescadores, y los nativos del sur tenian varias mujeres, forzosamente debían usar damiana para vigorizarse amen de otras propiedades curativas. En la época de las perlas los buzos de las armadas usaban la damiana como vigorizante y revitalizador, ya que las aguas del golfo entre más profundas son más frías, y  tenían que buscar la madre perla por horas en el fondo del mar. En su equipo no debía faltar el concentrado de damiana para reconstituirse, para los trabajos pesados como la minería, también los mineros se vigorizaban con su té de damiana.

En tiempos de la colonia, así como en Europa usaban el té negro, aquí en los ranchos sudcalifornianos es clásico el té de damiana acompañado con gorditas de masa  de maíz, chimangos  o gorditas de harina con panocha y queso. El té de damiana era una tradición entre las familias paceñas. Al ranchero sudcalirfoniano la esposa lo conciente  con su té de damiana cuando regresaba cansado después de largas caminatas en busca del ganado, el que a veces no estaba bien comido a causa de sequías, y se quedaban pegados los pares; entonces el ranchero tenia que caminar largas jornadas para ayudar al ganado dándole té de epazote para que pudiera parir, y ellos a su vez se tomaban su concentrado de damiana para resistir el cansancio.

En tiempos de secas cuando no existía el mascarrote ni el concentrado y había que mantener al ganado con viznaga, cholla, cardones y con lo que tenían a la mano, el ranchero pasaba un trabajo agotador cortando con todo arte la cholla y la viznaga que no llevara puntas que pudiera afectar el ganado.

Cuando por las noches a veces acompañado por su mujer e hijos con hachones encendidos se alumbraba, serruchaban en el monte para cortar la rama seguida por la manada de animales quienes iban comiendo lo que a su paso les iban cortando. !Que espectáculo tan bonito se vería en aquellas épocas malas del sufrido ranchero sudcaliforniano, pero que contaba con afrodisiaca damiana para fortalecerse.

Como olvidar aquellas tardes lluviosas alrededor de las hornillas entre las naguas de los mayores quienes a la luz de los faroles contaban cosas tan maravillosas de cuentos de piratas, tesoros, espantos  y costumbres familiares, donde siempre hervía el jarro de los remedios de la abuela, y saboreando el té de damiana o café prieto endulzado con panocha acompañado de galletas marineras, decían  que la damiana tiene grandes propiedades curativas para todos los padecimientos originados por debilidad nerviosa, enfermedades de la vejiga y sobre todo de los órganos sexuales, especialmente esterilidad en la mujer, impotencia en el hombre producida por  excesos. Estas plantas decían, es de gran utilidad para combatir  la espermatonea, orquitis, nefritis, diabetes y afecciones cardiacas.

La damiana tonifica el cerebro y posee propiedades afrodiciacas, así decía mi abuelita, la recomiendan a mujeres estériles y hombres impotentes por su gran concentrado de vitamina E, así como evita los efectos nocivos del tabaco sobre el pulmón. Existían viejecitos que llegaban a los cien años, y según ellos, se debe su longevidad a que toda su vida han tomado el te de damiana con panocha.

En el rancho San Ramón, ahora el Mezquital del Coyote, el agua de la lluvia caía a cantaros sobre el techado formando arroyuelos en el suelo, lo relámpagos iluminaban el cielo y los sapos y ranas croaban....en la encalada hornilla crepitaban los tizones encendidos...la niña pregunto ?que es impotencia sexual tía melita? Todo a su tiempo no esta usted para saberlo muchacha preguntona. Así decía mi abuelita.

La damiana la recetaba la abuela para la impotencia sexual y todas las enfermedades mencionadas de la siguiente manera: en el jarro de los remedios ponía un cuarto de litro de agua, y cuando esta estaba en ebullición le ponía una cucharadita de hojas de damiana y otra cucharadita de gobernadora le agregaba cinco hojas de naranjo y la dejaba hervir dos minutos, luego la dejaba entibiar tapando y se tomaba sin endulzar una vez en ayunas y otra al acostarse, por largo tiempo hasta que se vieran los efectos los que eran lentos pero seguros. Decía ella que las mujeres parían muchos hijos porque los órganos estaban vitalizados con damiana. Con razón en aquel tiempo había mujeres que  hasta los cuarenta y cincuenta años todavía parían, tenían de 20, 18, 16, 14, 12, 10 y 9 hijos, las familias eran numerosas porque las parejas tomaban su té de damiana. Eran otros tiempos.

El tradicional té de damiana acostumbrado en la cena, la abuelita lo hacia poniendo un litro de agua en la olla o jarro, y cuando estaba hirviendo, le echaba un puñito de damiana, lo que agarraba con los cinco dedos, lo tapaba, y lo sacaba de la lumbre para que no hirviera la damiana, lo endulzaba con panocha, y lo acompañábamos con tortillas de harina,  machaca de burro cuando había, o con queso.  En el armario de la abuelita siempre tenia un garrafón de cuatro litros de aquellos de vidrio verde con una orejita, con vino de uva de la región, del que hacían por el norte,  retacado de damiana machacada con todo y flor, decía  ella que era eficaz medicina para la impotencia y la esterilidad, que levantaba a un muerto; que  se tomaba una copita en ayunas de ese vino fermentado en damiana,  y sabia exquisito, al tiempo un muchachero tenían las mujeres.

Gracias al industrioso Don Julio Gómez Ritchie, la damiana tiene fama mundial, internacionalmente, es sudcaliforniana. El invento el licor de damiana, daba trabajo a muchas familias, contribuyendo al desarrollo y engrandecimiento de nuestra prodigiosa tierra peninsular.

La lluvia empezó a amainar, y el airecillo arranco el perfume a las flores del campo imponiéndose el de orégano y damiana además de la tierra entre otros aromas, las aguas corrían caudalosas en los arroyos llenos de gozo salimos a disfrutar esos maravillosos momentos de la naturaleza que fortalecen el espíritu. De pronto el perro boxer que también nos acompañaba empezó a ladrar llamando nuestra atención; las aguas arrastraban un indefenso guitlacoche el que los niños restablecieran para luego regresarlo a su hábitat, bajo la lapida celeste tachonada de estrellas iniciamos el regreso a casa entre aquellos aromas a damiana y demás flores del campo, canto de grillos y croar de sapos y ranas.

LA DAMIANA, ES SUDCALIFORNIANA.... no en toda parte abunda; no se debe permitir su extinción. Con la debida orientación de parte de  autoridades competentes en la materia, pudieran hacerse industrias familiares con la damiana, y demás plantas medicinales y beneficiarse la gente del campo.



“…Por el placer de Escribir… Recordar y Compartir…”



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