“CONSUMIR AVENA...SANO
ALIMENTO...FUE UNA COSTUMBRE EN LA PAZ,
QUE SE PERDIO”.
...
¡ Abuelita, abuelita, se está pegando la avena en el fondo del apaste!, gritaba yo muy contenta, ya casi
para irme a la escuela, en aquel añorado hogar lleno de amor y calor humano...
¡y que rico huele a cascarita de naranjo y quemadita como a mi me gusta!....le
dije a mi nanita saltando de gusto, al tiempo que me empinaba en las encaladas
hornillas entre tizones encendidos y me asomaba al gran apaste de barro, en
donde el sano y exquisito alimento en leche bronca hervía; soltando aquellos
aromas que golpeaban mi nariz urgiendo a mi estómago, entre humos se miraba
satisfecho el sonriente y bello rostro de mi abuela bajo el sombrero de palma
de alta copa, nomás verdeaban como ascuas sus ojos, entre las incendiantes
llamas mientras movía con gran destreza entre sus manos el molinillo de palo
batiendo aquel exquisito manjar...LA AVENA., un tradicional alimento en La Paz,
hasta darle el punto deseado, y que acompañaría el desayuno como era la
costumbre.
Parece que aún escucho el ruidito que arrancaba el molinillo
al fondo de la cazuela... eran los tiempos aquellos de molinos de viento en La
Paz, donde la mayoría de sus habitantes se conocían y eran como una gran
familia...todo mundo andaba muy contento, se saludaban a su paso y hasta se
andaban riendo solos...pero si como no, traían la barriga llena, y el corazón
enchido de alegría y les tintineaban las monedas de plata en la bolsa de
aquellas 0720, así como los billetes...el alimento barato, casi regalado,
abundaba, así como el trabajo, los pescadores ribereños eran libres y dueños
absolutos del producto de su esfuerzo, la pesca, gandería, agricultura, el
comercio, eran tiempos de jauja, en La Paz...desde luego, cuando aún era
territorio, y el jornal diario alcanzaba para vivir dignamente con
tranquilidad...ahora el sueldo mínimo no alcanza para comprar un kilo de carne
o pescado...pero hemos progresado...los hechos están a la vista.
Antes, la mayoría de las familias, aún las más pobres,
desayunaban almejas o callo de hacha, comían caguama o brisas tatemadas, y en
la cena, machaca, camaroncitos o langosta, entre otras cosas de fácil
adquisición ¡que tiempos!....y que rico y completo se desayunaban los niños en
el ayer, a veces, un par de huevos de
aquellos cacareados de gallinas contentas criadas en casa, con salsa, o
solitos, un pegoste de frijoles refritos, chinitos, acompañados de un birote,
tortilla de harina, o de maíz y un tazón de exquisita y aromática avena en
leche bronca, acompañada de un plátano, ese era el desayuno del pobre. Ahora,
en algunas familias por las prisas, o porque el dinero no alcanza, los niños se
van sin desayunar, o a veces comen sabritas con pepsi, si bien les van, huevos
con salchichas o jamón que sólo Dios sabe de que serán, entre otras cosas. Pero
el consumir avena, es una costumbre que se ha ido perdiendo. Volviendo a aquel
ayer, recordando el apazte de hirviente avena de la abuela, le dije “Abuelita,
¿por qué tomamos avena casi todos los días?”, ella bajando el apazte con el
rico alimento, la que puso en el petril de las hornillas dijo “porque los niños
deben crecer sanos y fuertes; la avena, es un cereal muy nutritivo, es una
planta de gran importancia alimenticia y medicinal muy popular, cultivada en
casi todo el mundo. Se cree que es originaria de Oriente; cuentan los mayores
que en un principio se le utilizaba como pastura para los caballos, pero luego
que se conocieron sus propiedades curativas y alimenticias, se destinó la avena
para alimentar a la humanidad”.
Además del almidón, continuó diciendo la dulce muchacha
antigua este cereal contiene proteínas, vitaminas y minerales, así como algo de
grasa, y especialmente vitaminas B,C, y E,
que el cuerpo necesita, lo cual ayuda al crecimiento de los niños y al
desarrollo para adolescentes y adultos. Decían los antiguos que la avena
también es medicinal, disminuye la grasa en la sangre, así como la azúcar y
controla el sobrepeso, y por su contenido en fibra ayuda a la buena digestión;
las personas que consumen avena, siempre estarán sanas; es por eso que
principalmente niños adolescentes y ancianos, deben consumir por lo menos una
ración diaria de avena. Terminó diciendo mi inolvidable y sabia abuelita,
mientras servía un tazón de cremosa avena, la que estaba quemadita, al tiempo
que le dije, bueno Abuelita, pero mañana le pone canelita, y pasado, hojitas de
naranjo, ahora ya le puso cascarita y me deja la cazuela para rasparle con la
cuchara lo quemadito porque está muy sabrosa. Los niños que toman avena, dijo
la abuela, siempre andarán con la barriga llena, estarán sanos y muy contentos, y vaya que si, no había
necesidad de comer entre horas, en la escuela, si acaso una melcocha, un
heladito, una chupaleta, un cucurucho de pinole o un ponteduro, lo cierto es
que en casa, siempre había de aquellas cajotas cuadradas de avena del viejito,
que hasta atractivo regalos traía adentro, como tazos, platones, hasta
acompletar una vajilla
Pero ahora, todo
es diferente, son contados los niños que desayunan en casa, y sobre todo que
toman avena...antes, había mamá y abuela en el hogar, ahora hay que salir
corriendo a trabajar, son otros tiempos...haga un esfuerzo y dele avena a su
familia, se cocina rapidito y es muy saludable y sabrosa.
..y en aquel
ayer, tras la encalada hornilla, entre humos, el bello rostro de mi abuelita se
miraba bajo el sombrero de palma, mientras con el molinillo de palo batía la
hirviente avena en el apazte de barro, hasta que quedaba cremosita.
“…Por
el placer de Escribir… Recordar y Compartir…”
Este trabajo fue publicado,
hace más de 10 años en el periódico “El sudcaliforniano” revista “Compás” y
programa de radio “Contacto directo”
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