LA PAZ QUE SE PERDIO
POR: MANUELITA LIZARRAGA
EL ULTIMO CARRETONERO... DON
JESUS OLACHEA AVILES... TODA SU VIDA FUE
CARRETONERO Y FLETERO
Sentado en su silla de
ruedas en el patio de su casa, don Jesús Olachea Avilés, acompañado de su
esposa Inés Cota Espinoza, contemplan el diario transitar de la gente sumidos
en sus gratos recuerdos vividos en aquella Paz de antaño... con añoranza don Jesús
dijo; que nació en este bello y tranquilo puerto de La Paz un 4 de abril de
1904... Eran tiempos del porfiriato, de terribles epidemias y enfermedades
contagiosas... pero también del auge minero, ganadero y perlero. Sus padres
fueron José Olachea y Josefa Avilés; ambos familiares del general Agustín
Olachea. Don Jesús, continuo
recordando... vagamente dice, el ciclón
del cordonazo que azoto esta entidad el
4 de octubre de 1911, el que fue devastador. Sus padres murieron, dijo,
cuando él apenas tenia diez años y su hermana Lola, 12 añitos, a consecuencia
de las enfermedades de aquella época, y la vida para el pobre era muy difícil,
ya que eran tiempos de revoluciones en todo el
país, y principalmente en este territorio de Baja California Sur con la revolución
de los orteguistas. El, desde los seis años ya manejaba un carretón tirado por
un par de mulas prietas, propiedad e su tío Francisco, en el que acarreaba la leña,
carbón, pastura, y otros productos propios de la región.
...A la
muerte de sus progenitores lo crío una señora muy buena, dona Juanita
Montesano, de la que guarda agradecimiento y un profundo amor como si hubiera sido
su propia madre, así como gratos recuerdos. Don Jesús era carretonero desde niño.
Cualquier cosa le pagaban y la comida. Estudio hasta cuarto ano de primaria,
como era la costumbre; fue su maestro don Domingo Carballo Felix a quien
recuerda con respeto y cariño. La ultima vez que vio a su hermana Lola fue en
la isla San José, ya hace muchos años, donde él trabajaba en las Salinas;
estaba ella embarcando para Santa Rosalia en uno de aquellos barcos mercantes
que hicieron historia en Baja California Sur y ella con su mano le dijo adiós;
desde entonces no ha vuelto a saber de ella.
En su juventud, fue cargador
en el muelle Fiscal... se echaba al hombro sobre un borriquete sacos de arroz,
frijol, azúcar, maíz, café, etcétera, de setenta a ochenta kilogramos... también
fue cargador de carretones de mula y llevaba la carga hasta con Esteban
Talamantes, que era lo mas lejos en la ciudad en ese tiempo. Ya era dueño de su
propio carretón, y cobraba cincuenta centavos cada diez cuadras y le pagaba
diez centavos al ayudante, y durante el ida eran muchas las dejadas que
hacia... recuerda el revuelo que causo en La Paz, Bartolo “el manco”, era un
hombre con poderes, según decían, con poderes sobrenaturales... cuentan que un día
llego a casa Ruffo, y cargo un carretón de provisiones y cuando pidió la
cuenta, pago con hojas de los arboles, y hasta cambio le dieron, el cajero vio
los billetes, pero cuando cayeron a la caja eran puras hojas... pero Bartolo ya
había desaparecido. Esa y muchas otras anécdotas se contaban de Bartolo “el
manco”.
... En aquel tiempo,
continuo diciendo don Jesús, que todo el
movimiento de gente y de carga se hacia en carretones... la carroza funeraria
de los Trasviñas... la carroza de la reina en los carnavales... el servicio
publico... el rastro, etcétera; y había elegantes carruajes y carretelas, y las
familias que tenían un carruaje o una carretela, era como tener un carro del
ano... había mas de cuarenta carretones en La Paz, pero fletero eran de veinticinco
a treinta; de los carretoneros que recuerda, y que la base era en casa de
Ruffo, porque era y es la tienda de tradición en La Paz que surtía y surte
todos los tendajones en esta entidad: Jesús Olachea Avilés, Ramón Angulo, Juan
Carballo, Francisco Olachea, Manuel Ceseña, Inés Gutiérrez, y su chofer era “el
minuto”, Ramón León, Manuel Carballo, Francisco Geraldo, el famoso Chito Romero
y José Lucero, entre otros que escapan a la memoria, hicieron época con sus
servicios del carretón... el servicio publico era muy eficiente... había
cuadrillas de empleados que al paso del carretón iban recogiendo las
defecaciones de los briosos corceles que tiraban de carretones, carruajes y
carretelas... era un deleite para los oídos escuchar los ruidos como castañuelas
que hacían las mismas. Con el tiempo, dio paso al progreso. Los carretones
fueron quedando atrás y entraron los fleteros, los vehículos de motor... los
pick ups, y su base fue siempre La Perla de La Paz.
También, dice don Jesús
Olachea, que le ha tocado vivir todos los ciclones que han azotado nuestra
entidad: el cordonazo del 4 de octubre de 1911, el de las trombas de 1918, en
1926, 1931, el 41, el 43, el 54, el 59, el Liza del 76, el Paul, y ahora el
Juliette. Así como ha vivido todos los aconteceres políticos, económicos en
todas sus épocas y dice, que a todos los gobernantes que han gobernado la
entidad, han hecho un buen trabajo, han puesto su mejor esfuerzo. El Muelle
Fiscal y la Torre del Vigía, continua diciendo don Jesús, fue toda una época de
oro de Baja California Sur... fue el puntal de la economía en la península y el
punto mas importante en el corazón de La Paz, así como todos aquellos barcos
que hicieron época en la Marina Mercante. El como carretonero, y después
fletero, trato gente de todos los niveles sociales, y observador que era, podía
darse cuenta de lo importante que fue y sigue siendo Sudcalifornia. Don Jesús
contrajo matrimonio con la señora Inés Cota Espinoza y procrearon tres hijos: Zacarías,
Eleno y Rosa María... y don Jesús continua en su silla de ruedas bajo el árbol
acompañado de su fiel compañera contemplando el paso de la gente de su pueblo,
y recordando aquellos bellos tiempos ya idos, de carretones, molinos de viento,
barcos mercantes, y aquellos ruidos tan peculiares que inundaban la hermosa
ciudad de La Paz que se perdió.
…y al chasquido de látigo, y
el trotar de las nobles bestias Don Jesús el carretonero tiraba el carretón
cargado de mandado y otras provisiones de “anca Ruffo” para llevarlo hasta las
puertas de los hogares sudcalifornianos de aquella época…
…por el placer de escribir…recordad…y
compartir…
PD. Esta semblanza fue
publicada hace más de 15 años en los medios de comunicación más prestigiados:
el Sudcaliforniano, Revista Compás, y radio y televisión canal 10 en el
programa contacto directo.
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