miércoles, 4 de abril de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR: MANUELITA LIZARRAGA ALCARAZ.
SANTIAGO...TIERRA DE AMAZONAS....TIERRA DEL PRADRE MARTIR....TIERRA DEL ANTIGUO PERICU.
*TRES FUNDACIONES TUVO LA MISION DE SANTIAGO...PRIMERA 1721, SEGUNDA 1723 Y TERCERA 1724; ASI COMO VARIAS REMODELACIONES.
Testimonio del padre Napoli al tiempo de su entrada en la tierra del rebelde pericú, en Santiago, en l721…No he visto gente más alta que esta, de cuerpo bien proporcionado, gordos, y muy blancos y bermejos, particularmente los muchachos parecen ingleses o flamencos por la blancura y colorados. Juzgo que algunos notablemente diferentes de los otros sean hijos de ingleses, porque en este Cabo San Lucas, han pasado y se han detenido varias embarcaciones inglesas por aguardar la nao de china, que es donde vienen a reconocer, y como estos desdichados tienen por estilo de cortesía ofrecer sus mujeres, no me parece, sospecho sin fundamento en gente herética…
Santiago...tierra del rebelde pericú, fue gobernada por mujeres, según crónicas del padre Napoli, fundador de la misión de ese lugar y con el propósito de ponerla a salvo de posibles ataques de los isleños de espíritu Santo y Serralvo, cambio la misión tierra adentro en virtud de que se contaría con mayores ventajas tanto en situación como amplitud de tierras de cultivo y abundancia de agua, siendo su localización frente a un espeso palmar entre el rancho La Misión Vieja y el predio el “Cantil”. A este respecto el padre Venegas nos dice: “en el año de 1723 levanto en otro sitio algo más distante del mar, la iglesia para mudar la cabecera; pero todo se malogro por una fatalidad imposible de prever....estaba ya cargado el nuevo edificio de madera para techarle y ausente el padre con un enfermo, cuando sobrevino un furioso huracán y aguacero de los muchos que azotan aquella infeliz lengua de tierra. Acogieron se a la iglesia los indios cercanos para guarecerse, y la fuerza del huracán no solo derribo la mal techada techumbre, sino también las paredes no bien secas y poco fuertes.
...desplomado el edificio cogió debajo a los pobres indios, mato a algunos, estropeo y lleno de horror a todos; al ruido ocurrió el padre Nápoli que socorrió a muchos oprimidos; dio el bautizo a los mal heridos por ser todos catecúmenos, y atendió a los demás cuidadosamente. Levantándose luego una conjura entre los parientes de los muertos de las muchas que luego solían hacerse y deshacerse por menores motivos, enojándose con el padre, como si él hubiera sido el causante de la muerte de todos. Sosegose presto la inquietud por que los vivos hicieron saber que nadie los mando meterse allí, y que ellos por su voluntad se metieron pero de cualquier manera se eligió la iglesia en un nuevo y mejor paraje. En el segundo cambio de la misión de Santiago Apóstol fue en ese lugar actual en 1724. El joven misionero Nápoli eligió un nuevo sitio para levantar la misión y este fue en un lugar cercano al interior y en una de las lomas que rodean un hermoso valle, en cuyo extremo se encontraba un hermoso y tupido palmar y una gran laguna donde habitaban muchas aves acuáticas, así como tortugas y peces de agua dulce. Así mismo se establecieron como “visitas”, San José de Caduaño, San Jorge, Santa María del Surgidero posteriormente llamada los mártires y el surgidero. Fueron muchas las penalidades que enfrento el padre Napoli para evangelizar a los rebeldes pericú, y someterlos al cambio de costumbres y cultura; luego de un tiempo, lo cambiaron a Sonora y vino a sustituirlo el padre Jesuita Lorenzo Carranco, Mexicano, hijo de padres españoles y natural de Cholula Puebla.
Santiago, tierra del padre mártir, tierra del rebelde pericú, tierra que fue gobernada por mujeres...tres fundaciones tuvo la misión de Santiago....1721,1723 y1724, así como varias remodelaciones a través de los años. Tomando en cuenta el carácter rebelde de los pericues no fue fácil para el padre Lorenzo Carranco cumplir con su noble misión evangelizadora ya que los californios se oponían a la nueva cultura y ellos querían volver sus costumbre s de libertad a la que habían sobrevivido por milenio; Por eso, fraguaron la gran rebelión general, y muerte de los misioneros, y el primero de octubre de 1734, empezaron el Santiago con el padre Lorenzo Carranco. En su crónica, el padre Venegas dice sobre este lamentable suceso.
“.....Llegaron ala cabecera de la misión viernes primero de octubre de 1734 entre 6 y 7 horas de la mañana, tiempo en que el venerable padre Lorenzo Carranco acababa de decir devota mente misa y se había retirado a dar las gracias y rezar el oficio divino a su aposento. Informáronse si estaban en el pueblo dos mestizos que escoltaban al padre y supieron que poco antes, oída la misa, habían salido al monte a traer dos reses para el gasto ordinario de la misión, catecúmenos, niños, viejos, etc., quedando fuera de la pequeña casa los conjurados forasteros, medrosos aun contra el solo padre, mientras entraron en ella algunos de los mensajeros vecinos de la misión con pretexto de darle cuenta de su jornada. Levantose del suelo el padre a quien encontraron de rodillas, recibiéndolos con gran cariño, extrañado que no viniera con ellos el padre Tamaral, pregunto si traían carta: dieronsela, abriola, y empezó a leerla atentamente. Pero cuando más embebecido esta en su lectura calentándose a lo que es de creer el fuego del amor divino y espíritu apostólico en que ella venia, entro de repente en la casa y cuarto el tropel de los conjurados, asieron de él y en brazos lo sacaron fuera entre la puerta de la casa y la iglesia, donde teniéndole dos asidos de la ropa le cargaron los demás de flechas.
Clamaba el venerable padre enfervorosas jaculatorias al cielo, ofreciendo a Dios por sus culpas y las de los indios el sacrificio inocente de su vida hasta que cayo a tierra invocando sin cesar los dulcisismos nombres de Jesús María y José. Entonces le procuraron acabar de matar agolpes de palos y piedras, encarnizándose aquellos cobardes bárbaros contra el moribundo padre, cuando ya vieron que no tenían que temer. Entre tanto uno de ellos volvió los ojos hacia la casa y vio al indio chicuelo que asistía en ella llorando amargamente por lo que veía hacer con su amado padre. Díjole por que lloras? Anda ahora y cuéntale al padre lo que hacemos en las rancherías!...y otro mas atrevido añadió... pues tanto lo quiere mejor que vaya a acompañarlo, asieron al muchacho por los pies y mataronle a golpes contra la pared de la casa, piedras y suelo; le arrojaron muerto al lugar donde aun estaba los demás golpeando el cuerpo frío del venerable mártir de Cristo...después de consumado este acto, enardecidos los aborígenes echaron a la hoguera alhajas y vestiduras sagradas, así como libros imágenes y todo lo concerniente al culto.
Al poco tiempo regresaban del campo los dos guardias del padre, quienes fueron obligados a desollar las reses que traían para dar de comer a la turba, ya destasadas éstas, con una lluvia de flechas fueron muertos e incinerados también. Acto continuo acordaron los cabecillas trasladarse a San José del Cabo para dar muerte al padre Nicolás Tamaral, como aconteció el 02 de Octubre de 1734. También fue destruida la Iglesia de Santiago por segunda vez después de su instalación en la costa, y ahora por insurrectos a los que se sumaron los que ya estaban catequizados azuzados por los cabecillas de la rebelión; Cristóbal e Ignacio Garananga, Chicori y el mismo gobernador nativo cruzado de mulato, llamado Botón, que junto con otros atizaban la rebelión. Después de dos años de encontrarse la Iglesia sin misionero y en estado de franca insurrección en marzo de 1736, llegó a Santiago el Gobernador de Sinaloa General Manuel Bernardo Hirdorbro, quien fue comisionado para apaciguar la rebelión, lo que logró con muchos esfuerzos con el apoyo de una gran número de indios y Yaquis que trajo de la otra costa.
También el padre Napoli vino nuevamente a la península acompañando al gobernador de Sinaloa para ayudar en la pacificación de los Pericues, y organizó una intensa búsqueda de los restos de los padres mártires Carranco y Tamaral, encontrando en Santiago un pequeño libro y un zapato que pertenecieron al padre Carranco. También rescató de la laguna que estaba allí cerca una de las campanas pertenecientes a la misión, ya que la otra fue destrozada por los naturales. Luego el padre Napoli se trasladó a San José del Cabo y encontró los huesos calcinados del padre Tamaral, los que condujo a Santiago donde se ofició una misa de réquiem por las almas de los dos mártires. Los restos fueron sepultados en el lugar denominado “Los mártires” que desde entonces lleva ese nombre. Luego el padre Nápoli fue comisionado a Guaymas, Sonora, donde murió en el año de 1745.
En 1762, la misión de Santiago estaba a cargo del padre Tirsch, cuando azotó la península una terrible plaga de langosta, o chapulines gigantes, lo que produjo mayores daños en esa comunidad de Santiago. El padre Tirsch, fue el primero en enterarse de la expulsión de los jesuitas la que se llevó a cabo en Febrero de 1768, ya que en San José del Cabo arribó, debido a un mal tiempo el nuevo Gobernador de California, Don Gaspar de Portolá, quien traía la misión de llevar a cabo la expulsión de los misioneros jesuitas, quienes por un periodo de 70 años estuvieron en la península de Baja California Sur, lográndose durante su estancia la extinción de la mayoría de los californios ya que según crónicas había alrededor de 50,000 indios, y a su salida quedaban alrededor de 4,000 en toda la región, según se dice a causa de las epidemias. Después de la expulsión de los jesuitas, la misión de Santiago quedó en el abandono. En 1795 el gobierno español otorgó para su usufructo los terrenos y bienes que pertenecieron a la misión al señor Salvador Castro, nativo de Loreto, e hijo del militar María Joseph de Castro, quien fue padre de José María Castro y a su vez, lo fue del héroe sudcaliforniano Don Mauricio Castro. Cercana a la iglesia está la casona con antigüedad de más de doscientos años que fue de la familia Castro, luego fueron oficinas públicas.
Por aquella época en la misión de Santiago se producían abundante alimento, frutas, verduras, granos reses de todas las clases, y se abastecía el galeón de Manila en su tiempo y por la escasez que reinaba en las otras regiones, aunado a las enfermedades, ésta fue refugio de una considerable cantidad de indios traídos aquí de los diferentes puntos de California: Dolores del Sur, Todos Santos, San José del Cabo y otros. En la misión de Santiago sucedieron muchos hechos históricos. Además de que fue refugio de los navegantes y náufragos, se levantó el primer reclamo agrario por los inquietos pericues, así como la primer fuga de indios a la otra costa, en una canoa robada en el surgidero; lugar de resguardo de la misma. En septiembre de 1870 azotó un fuerte huracán en la región de Santiago, y derribó el techo; el que estaba construido de gruesas vigas de palma colorada y una mezcla de cal y arena. Los vecinos lo reconstruyeron con muros de adobe y techos de teja maníl. En Septiembre de 1887 falleció en la misión el padre Guadalupe Díaz, quedando sepultado en ella junto al padre Tempis. Durante la Revolución de 1913 y 1914, la iglesia fue ocupada por fuerzas huertistas sirviendo de cuartel y parapeto en las encarnizada escaramuzas que en este lugar y sus alrededores se libraba; y las huestes criminales del usurpador Huerta incendiaron el pueblo de Santiago así como los archivos eclesiásticos y civil con la historia del mismo. En septiembre de 1918 con motivo del azote de uno de los más fuertes ciclones en la península, voló el techo de la iglesia y se derrumbaron parte de las paredes; por lo que los vecinos optaron por arrasar lo que quedaba e iniciaron nueva obra de dimensiones más reducidas que la anterior, de ladrillo y techo de teja maníl, la que fue terminada por los años de 1924 y 1925 .
Durante el gobierno del General Francisco J. Mújica, en 1942 ordenó que demolieran la misión por el mal estado en que se encontraba. Abrieron un corte en la loma donde esta asentada, de más de dos metros por abajo del piso rebajando la loma donde estaba cimentada. Con ello desapareció también el viejo cementerio anexo, por lo que los restos humanos que aparecieron se desintegraron, mezclados con los escombros de las paredes, sirvieron para arreglo de las calles de la población. Fue así como se esparcieron los polvos de aquel santo varón el padre Antonio Tempis, desapareciendo así la antigua misión de Santiago Apóstol.
Durante la etapa que no hubo iglesia en Santiago, los padres que acudían ocasionalmente, oficiaban misa en casas particulares, o bajo la fronda de los árboles. El santo patrono Santiago Apóstol traído aquí por el padre Tempis en 1737, permaneció en su altar hasta el último momento, nadie se atrevía a tocarlo, y menos los vecinos creyentes, hasta que el representante de bienes nacionales para depositarlo en el corral de su domicilio; así como cerca del lugar donde había estado la iglesia quedaron un par de campanas agrietadas por el tiempo, donde se leía en la falda de una de ellas: “Fecha 1723”, y algunos ilegibles. Esta campana es la que padre Napoli rescató de la laguna después de la insurrección de los pericues. Los demás utensilios del culto se acostumbraba a guardarlos en domicilios particulares.
En 1947, se inicia la actual iglesia por los padres Combonianos, distinguiéndose por su tenacidad los padres Luis Riguera y Mario Menghini Pecci. Debido al ciclón Lisa en 1976 la iglesia sufrió graves daños, a tal grado que hubo necesidad de remodelar la nave, reconstruyéndose la misión de Santiago en 1979.
Santiago, tierra del rebelde pericú, fue gobernada por mujeres, según crónicas.
…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…
*Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*

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