miércoles, 3 de septiembre de 2014

DON JULIO GOMEZ RITCHIE... INVENTO LA FORMULA DEL LICOR DE DAMIANA DE SUDCALIFORNIA.

“Bachimba se llamó antiguamente Cabo San Lucas... era un Venecia... así le puso mi abuelo Don Francisco Gómez Villaescusa en honor de mi abuela, Jem Ritchie de Gómez, y de la provincia  Vascongada de España... a mi querido nieto Julio Gómez Ritchie, le dejo el portón de piedra de Cabo San Lucas, o sea el famoso arco, así dice el testamento de la tía Inés de Ritchie, entre otras cosas heredadas a la familia”. Dijo con infinita nostalgia la respetable y estimada Señora Doña Emma Gómez viuda de Díaz, al recordar su feliz infancia al lado de sus padres en aquellos años dorados de La Paz antigua y Cabo San Lucas. Cuando lo galeones piratas del mundo europeo merodeaban la península, así como los barcos japoneses que venían a matar ballenas, y cuando nuestras tierras peninsulares estaban perfumadas a damiana y orégano, y el rocío y el viento llevaban esos aromas a los pobladores de Sudcalifornia, su padre, Don Julio Gómez Ritchie fue un hombre emprendedor, industrioso, inteligente y muy trabajador... él inventó la fórmula del licor de damiana aquí en La Paz, la que dio fama a nivel nacional a esta entidad, industria que dio trabajo a muchas familias. Continúo diciendo Doña Emma remontándose al pasado.

Que Don Tomas Ritchie fue de los fundadores de Cabo San Lucas a finales del siglo XVlll llegó de Irlanda y quedó extasiado con las bellezas de estas aguas californianas, y le entregó el corazón a esta prodigiosa tierra de Cabo San Lucas y de La Paz. mi padre Don Julio Gómez Ritchie, además de inventar el famoso licor de damiana fue ganadero, comerciante y agricultor, así como fue un esposo y padre ejemplar... fue un hombre que con sus esfuerzo y trabajo contribuyó al desarrollo y engrandecimiento de Baja California Sur, apoyado por el amor y abnegación de su madre doña Enedina Ruibal de Gómez, virtuosa dama española quien le dio nueve hijas en esa hermoso bahía sanlunquence, María Faustina, Emanuela, Enedina, Carmela, Aida, Herminia, Alicia, Anita y Lucia. su padre,  radicó en Guaymas, Sonora por un tiempo; en su juventud trabajo en la casa Zaragoza como tenedor de libros y contrajo nupcias con su madre en 1915. Y por el amor que le tuvo a esta tierra se vinieron a radicar a los Cabos a trabajar y a luchar a brazo partido.

Era un Venecia Cabo San Lucas... su padre compró 320 hectáreas a su abuelo Tomas Ritchie en 500 monedas de oro, y construyó la hacienda “Las Golondrinas”... tenía billares y cantina, así como un tendajón... era el único comerciante en los Cabos. En el muelle viejo estaba una compañía empacadora de atún. Ésta y los negocios de su padre era lo único que le daba vida a Cabo San Lucas. Las Golondrinas, se llamó la casa de piedra, la que era famosa donde llegaban extranjeros que venían en los galeones procedentes de todas partes del mundo. Ahí comían y se abastecían de todo lo necesario. Los juguetes más hermosos tenían... Luis el Austriaco les traía muñecas de las más preciosas de Australia y Noruega... disfrutaban de todas la comodidades a la europea, porque era entradera de barcos de todo el mundo. Los marino que llegaban a las golondrinas también abastecían a su padre de todas aquellas comodidades. Su padre, dice doña Emma,  tenía varios ranchos ganaderos y de tierra de cultivo, donde se daban las verduras vegetales y frutas de la mejor calidad, en tierras de cultivo donde se cosechaban las frutas, vegetales de la mejor calidad así como frijol y maíz. Destacaba el chilacayote, y todo tipo de fruta. En la tierra del “Llano” su padre cultivaba tomate de la mejor calidad el que exportaba a los Estados Unidos en los barcos mercantes, a través de los comisionistas  Don Valero y Manuel González Canseco. Los ranchos que poseía su padre eran; Bachimba, que es ahora Cabo San Lucas, El Cardonal, El Médano Partido, El Tesal, La Laguna y El Llano. Cuando niña se iban a jugar  a las orillas de las playas con los lobos marinos. “cuanto les gustaba que las llevaran a San José del Cabo en el calesín de la abuela Jem”. San José del cabo era un pueblo pujante donde se cosechaban frutas y verduras de exportación de la mejor calidad y sus bellas mujeres hacían dulces de la región entre otras cosas. Los domingos venía a la casa a pasar el día la tía Inés...! Parecía que había fiesta! Era una hermosa convivencia familiar... eran  27 primos casi todos de la misma camada, niños y niñas de doce años para abajo... el día de San juan les podaban el cabello y era el único día del año que les daban permiso de entrar a la huerta del abuelo en donde cortaban toda clase de frutas, principalmente uvas, tunas y guayabas, y si querían  manzanas, nada más pasando el arroyo se daban.

La navidad se festejaba con gran respeto. Doña Emma  nació en el año de la Constitución 1917 y desde el tiempo de su tatarabuela, ya hacían buñuelos en casa y creían en Santo Claus. Era muy bonito y sano esa inocencia que tenían... en una ocasión le amaneció una casita de lámina armable, además de las muñecas noruegas y australianas, juguetes que en esa época ni se conocían aquí en La Paz pero que gracia a la entrada de barcos europeos, pudieron disfrutar. Los mares de Cabo San Lucas se inundaban de ballenas en su tiempo, y retumbaban en sus oídos los cañonazos de los barcos japoneses que hacían una gran matanza de ballenas y explotaban clandestinamente las aguas de california. Desde los barcos japoneses que recuerda es la María Maru. La ruina de su padre y de otras familias fue el cultivo de tomate se le echaron a perder 20 mil cajas de este producto por que no paso el barco a tiempo para transportar la mercancía. Luego, de pilón un gran temporal el más fuerte y devastador de la historia arraso con casi todo Cabo San Lucas, quedando en pie únicamente la casa de piedra Las Golondrinas. No mató mucha gente porque no la había... quedaron  cinco familias  muy humildes. El gobernador de ese tiempo le pidió a su padre que les diera permiso de asentarse en sus tierras a esas familias, lo que acepto con gusto.

Continua diciendo doña Emma que Don Julio Gómez les contaba que su padre Don Francisco Gómez Villaescusa, fue uno de los que fundó Cabo san Lucas... llego en un galeón pirata a acompañado de 4 amigos extranjeros... Ceseña, Green, Ritchie, Collins y Gómez Villaescusa... venían de Irlanda eran aventureros, quienes después de viajar por muchas partes del mundo al llegar a las playas de Cabo San Lu\cas, se enamoraron de la bahía y exclamaron “que bahía tan hermosa” y se quedaron. Luego Tomas Ritchie compro todas las playas de San Lucas y lo tildaban de loco “que para que quería él tantas tierra y tanto mar” y él no más se reía. Fueron los primeros pobladores de Cabo San Lucas quienes Vivian de la pesca la ganadería y la agricultura. Don  Tomas Ritchie fue el primer y mejor herrero y artesano de la época... hacia los frenos para las bestias de pura plata. Don Francisco Gómez Villaescusa, se casó con la señora Jem Ritchie y procrearon  tres hijos... Inés de Sandoval, Carmen de Villarino, y Francisco, quien murió muy joven de diabetes.

Los ojos de doña Emma se rasan de lágrimascontando que después del vendaval que barrio a Bachimba o Cabo San Lucas, a Don Julio Gómez no le asustaba la adversidad. Se trasladó con la familia a este pintoresco pueblo de La Paz y puso una tienda en donde fue “El Ancla”, madero y 16 de septiembre, donde vendía de todo abarrotes en general, telas y mercerías. Compraba cueros de res y los mandaba a vender a Mazatlán. Don Julio se sentía muy orgulloso de sus nueve hijas, que para entonces eran unas hermosas señoritas muy respetadas, por lo que era famoso en el pueblo. Aquí en La Paz su padre inventó el licor de damiana, el que tuvo mucha aceptación y puso una industria dándole trabajo a mucha gente. Después vendió sus ranchos, y a petición de unas de sus hermanas que se casó y se fue a vivir a Guadalajara, invito a sus padres a que se fueran a radicar allá. Ellos con la ilusión de que le iría mejor se fueron a vivir a esa ciudad donde tuvo mucho éxito con su licor de damiana. La gente de aquí cosechaba la damiana, la comprábamos para enviarla a Guadalajara. En 1965 su padre vendió la patente del licor de damiana a un empresario de Tijuana, y tres meses después Don Julio Gómez Ritchie, falleció en Guadalajara el  25 de agosto de 1965.

Cabo San Lucas, Bachimba, era un Venecia... merodeaban los galeones piratas, los barcos europeos y japoneses que mataban las ballenas a cañonazos, termino diciendo Doña Emma, quien acudió al llamado del supremo creador.
    


            

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