DON JULIO GOMEZ RITCHIE...
INVENTO LA FORMULA DEL LICOR DE DAMIANA DE SUDCALIFORNIA.
“Bachimba se llamó
antiguamente Cabo San Lucas... era un Venecia... así le puso mi abuelo Don
Francisco Gómez Villaescusa en honor de mi abuela, Jem Ritchie de Gómez, y de
la provincia Vascongada de España... a
mi querido nieto Julio Gómez Ritchie, le dejo el portón de piedra de Cabo San
Lucas, o sea el famoso arco, así dice el testamento de la tía Inés de Ritchie,
entre otras cosas heredadas a la familia”. Dijo con infinita nostalgia la
respetable y estimada Señora Doña Emma Gómez viuda de Díaz, al recordar su
feliz infancia al lado de sus padres en aquellos años dorados de La Paz antigua
y Cabo San Lucas. Cuando lo galeones piratas del mundo europeo merodeaban la península,
así como los barcos japoneses que venían a matar ballenas, y cuando nuestras
tierras peninsulares estaban perfumadas a damiana y orégano, y el rocío y el
viento llevaban esos aromas a los pobladores de Sudcalifornia, su padre, Don
Julio Gómez Ritchie fue un hombre emprendedor, industrioso, inteligente y muy
trabajador... él inventó la fórmula del licor de damiana aquí en La Paz, la que
dio fama a nivel nacional a esta entidad, industria que dio trabajo a muchas
familias. Continúo diciendo Doña Emma remontándose al pasado.
Que Don Tomas Ritchie fue de
los fundadores de Cabo San Lucas a finales del siglo XVlll llegó de Irlanda y
quedó extasiado con las bellezas de estas aguas californianas, y le entregó el
corazón a esta prodigiosa tierra de Cabo San Lucas y de La Paz. mi padre Don
Julio Gómez Ritchie, además de inventar el famoso licor de damiana fue
ganadero, comerciante y agricultor, así como fue un esposo y padre ejemplar...
fue un hombre que con sus esfuerzo y trabajo contribuyó al desarrollo y engrandecimiento
de Baja California Sur, apoyado por el amor y abnegación de su madre doña Enedina
Ruibal de Gómez, virtuosa dama española quien le dio nueve hijas en esa hermoso
bahía sanlunquence, María Faustina, Emanuela, Enedina, Carmela, Aida, Herminia,
Alicia, Anita y Lucia. su padre, radicó
en Guaymas, Sonora por un tiempo; en su juventud trabajo en la casa Zaragoza
como tenedor de libros y contrajo nupcias con su madre en 1915. Y por el amor
que le tuvo a esta tierra se vinieron a radicar a los Cabos a trabajar y a
luchar a brazo partido.
Era un Venecia Cabo San
Lucas... su padre compró 320 hectáreas a su abuelo Tomas Ritchie en 500 monedas
de oro, y construyó la hacienda “Las Golondrinas”... tenía billares y cantina,
así como un tendajón... era el único comerciante en los Cabos. En el muelle
viejo estaba una compañía empacadora de atún. Ésta y los negocios de su padre
era lo único que le daba vida a Cabo San Lucas. Las Golondrinas, se llamó la
casa de piedra, la que era famosa donde llegaban extranjeros que venían en los
galeones procedentes de todas partes del mundo. Ahí comían y se abastecían de
todo lo necesario. Los juguetes más hermosos tenían... Luis el Austriaco les
traía muñecas de las más preciosas de Australia y Noruega... disfrutaban de
todas la comodidades a la europea, porque era entradera de barcos de todo el
mundo. Los marino que llegaban a las golondrinas también abastecían a su padre
de todas aquellas comodidades. Su padre, dice doña Emma, tenía varios ranchos ganaderos y de tierra de
cultivo, donde se daban las verduras vegetales y frutas de la mejor calidad, en
tierras de cultivo donde se cosechaban las frutas, vegetales de la mejor
calidad así como frijol y maíz. Destacaba el chilacayote, y todo tipo de fruta.
En la tierra del “Llano” su padre cultivaba tomate de la mejor calidad el que
exportaba a los Estados Unidos en los barcos mercantes, a través de los
comisionistas Don Valero y Manuel González
Canseco. Los ranchos que poseía su padre eran; Bachimba, que es ahora Cabo San
Lucas, El Cardonal, El Médano Partido, El Tesal, La Laguna y El Llano. Cuando
niña se iban a jugar a las orillas de
las playas con los lobos marinos. “cuanto les gustaba que las llevaran a San José
del Cabo en el calesín de la abuela Jem”. San José del cabo era un pueblo
pujante donde se cosechaban frutas y verduras de exportación de la mejor
calidad y sus bellas mujeres hacían dulces de la región entre otras cosas. Los
domingos venía a la casa a pasar el día la tía Inés...! Parecía que había
fiesta! Era una hermosa convivencia familiar... eran 27 primos casi todos de la misma camada,
niños y niñas de doce años para abajo... el día de San juan les podaban el
cabello y era el único día del año que les daban permiso de entrar a la huerta
del abuelo en donde cortaban toda clase de frutas, principalmente uvas, tunas y
guayabas, y si querían manzanas, nada más
pasando el arroyo se daban.
La navidad se festejaba con
gran respeto. Doña Emma nació en el año
de la Constitución 1917 y desde el tiempo de su tatarabuela, ya hacían buñuelos
en casa y creían en Santo Claus. Era muy bonito y sano esa inocencia que tenían...
en una ocasión le amaneció una casita de lámina armable, además de las muñecas
noruegas y australianas, juguetes que en esa época ni se conocían aquí en La
Paz pero que gracia a la entrada de barcos europeos, pudieron disfrutar. Los
mares de Cabo San Lucas se inundaban de ballenas en su tiempo, y retumbaban en
sus oídos los cañonazos de los barcos japoneses que hacían una gran matanza de
ballenas y explotaban clandestinamente las aguas de california. Desde los
barcos japoneses que recuerda es la María Maru. La ruina de su padre y de otras
familias fue el cultivo de tomate se le echaron a perder 20 mil cajas de este
producto por que no paso el barco a tiempo para transportar la mercancía.
Luego, de pilón un gran temporal el más fuerte y devastador de la historia
arraso con casi todo Cabo San Lucas, quedando en pie únicamente la casa de
piedra Las Golondrinas. No mató mucha gente porque no la había... quedaron cinco familias muy humildes. El gobernador de ese tiempo le pidió
a su padre que les diera permiso de asentarse en sus tierras a esas familias,
lo que acepto con gusto.
Continua diciendo doña Emma
que Don Julio Gómez les contaba que su padre Don Francisco Gómez Villaescusa,
fue uno de los que fundó Cabo san Lucas... llego en un galeón pirata a acompañado
de 4 amigos extranjeros... Ceseña, Green, Ritchie, Collins y Gómez
Villaescusa... venían de Irlanda eran aventureros, quienes después de viajar
por muchas partes del mundo al llegar a las playas de Cabo San Lu\cas, se enamoraron
de la bahía y exclamaron “que bahía tan hermosa” y se quedaron. Luego Tomas
Ritchie compro todas las playas de San Lucas y lo tildaban de loco “que para
que quería él tantas tierra y tanto mar” y él no más se reía. Fueron los
primeros pobladores de Cabo San Lucas quienes Vivian de la pesca la ganadería y
la agricultura. Don Tomas Ritchie fue el
primer y mejor herrero y artesano de la época... hacia los frenos para las
bestias de pura plata. Don Francisco Gómez Villaescusa, se casó con la señora
Jem Ritchie y procrearon tres hijos... Inés
de Sandoval, Carmen de Villarino, y Francisco, quien murió muy joven de
diabetes.
Los ojos de doña Emma se
rasan de lágrimascontando que después del vendaval que barrio a Bachimba o Cabo
San Lucas, a Don Julio Gómez no le asustaba la adversidad. Se trasladó con la
familia a este pintoresco pueblo de La Paz y puso una tienda en donde fue “El
Ancla”, madero y 16 de septiembre, donde vendía de todo abarrotes en general,
telas y mercerías. Compraba cueros de res y los mandaba a vender a Mazatlán.
Don Julio se sentía muy orgulloso de sus nueve hijas, que para entonces eran
unas hermosas señoritas muy respetadas, por lo que era famoso en el pueblo.
Aquí en La Paz su padre inventó el licor de damiana, el que tuvo mucha
aceptación y puso una industria dándole trabajo a mucha gente. Después vendió
sus ranchos, y a petición de unas de sus hermanas que se casó y se fue a vivir
a Guadalajara, invito a sus padres a que se fueran a radicar allá. Ellos con la
ilusión de que le iría mejor se fueron a vivir a esa ciudad donde tuvo mucho
éxito con su licor de damiana. La gente de aquí cosechaba la damiana, la comprábamos
para enviarla a Guadalajara. En 1965 su padre vendió la patente del licor de
damiana a un empresario de Tijuana, y tres meses después Don Julio Gómez
Ritchie, falleció en Guadalajara el 25
de agosto de 1965.
Cabo San Lucas, Bachimba,
era un Venecia... merodeaban los galeones piratas, los barcos europeos y
japoneses que mataban las ballenas a cañonazos, termino diciendo Doña Emma,
quien acudió al llamado del supremo creador.
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