martes, 27 de enero de 2015

“MUJER EJEMPLAR...LA SUDCALIFORNIANA DOÑA RAFAELA VERDUGO DE GONZALEZ...Y LA CASITA DE MIS RECUERDOS”.



            Mis pasos me llevan continuamente por esa callecita donde se pierden en el polvo y el pasado las huellas de mi vida...al ver la casita desentablada que amenaza derrumbarse por el paso del tiempo, y que albergó parte de mi feliz infancia...como corceles desbocados galoparon en mi mente los recuerdos transportándome a aquella época en que alguna vez también yo fui niña y tenía apenas seis añitos...y embargada de gran emoción me encaminé al hogar de la distinguida y muy querida señora Doña Rafaela Verdugo Verdugo, viuda de Gonzalez, tan unida a mis recuerdos que forman parte de mi vida y que al paso de los años tengo la fortuna del reencuentro del pasado con el presente, regalándome gratos momentos en el ocaso de su vida, y cuando mis pasos también ya van siendo lentos, que disfrutamos mutuamente.

            Su rostro está como una sonreida margarita...en el invierno de su vida, en su cabeza florecieron los lirios...sus ojos son como una fuente de cristalinas aguas que reflejan la dulzura de su alma...su pequeña figura, encorvada por el paso de los años, encierran un espíritu bondadoso y fuerte, de proporciones inmensas...esa mañana de Otoño en que los árboles se deshojan, y los pájaros canores cambian su hermoso plumaje, al rítmico vaivén de la rechinadora y cómoda poltrona, en el amplio corredor inundado de pájaros y custodiada por dos enormes perros, el “Rocky” y el “Duque”, sus fieles guardianes, Doña Rafaela Verdugo Verdugo dijo que nació un 24 de Octubre de 1911 en el pintoresco pueblo minero de Santa Rosalía, cuando la explotación del cobre y otros minerales estaban en su auge. Su padre, Don Vicente Verdugo fue un aguerrido capitán de los siete mares, que tripuló barcos mercantes guiados por la brújula y las estrellas; entre los barcos que recuerda que conducía son los Korrigans, El Mavari, El Precurso, El Matilde, El Edna rosa, El Raúl, El blanco, entre otros muchos que hicieron historia en la navegación en la península; y su señora madre fue una industriosa y gran mujer, Doña Catalina Verdugo, nativa del rancho ‘El romerrillal”.

            Debido al trabajo que desempeñaba su padre, el capitán Don Vicente Verdugo, un tiempo vivieron en Santa Rosalía y otro tiempo en Guaymas, Sonora, hasta que finalmente cuando ella tenía siete años se vinieron a vivir a La Paz; concretamente por el palmar del barrio El manglito, por la mojonera, cerca del gran estero del arroyo del palo, el que estaba tan hermoso todo eso inundado de manglares y pájaros canores y felices jugaban todos su hermanos: Francisca, Dora, Socorro, Mariana, Josefa, Rosario, Catalina, Justino y Daniel a quienes recuerda con gran cariño. Eran tiempos de Jauja en La Paz...estaba en su auge la explotación de la perla, la minería, la ganadería y la pesca...había muchos molinos de viento y huertos inundados de árboles frutales, que hasta se echaban a perder, así como del alegre trino de los pájaros que alegraban aquel ambiente provinciano.

            Los recuerdos iluminaron la mirada de la dulce y tierna muchacha antigua, Doña Rafaelita, quien arrellanándose en su poltrona, continuo diciendo “En 1918, el 15 de septiembre azotó un devastador ciclón en La Paz, el más grande de todos los tiempos que se recuerda, y que gracias a que su padre, marinero y previsor que era, construyó de fuertes troncos la casita bajo las palmeras, y sobrevivieron sin ningún percance, a este gran huracán. Su mamá Doña Catalina Verdugo, fue una mujer muy industriosa y trabajadora, hacía sombreros de lona y de palma para vender a los pescadores, así como era una diestra cazadora de liebres y pájaros, los que abundaban por ese manglar. Hacía trampeadoras y atrapaba los pájaros, los que mandaba a sus hermanos  y a ella a venderlos por las casas, ya que era una costumbre tener pájaros en cada hogar, porque decían los mayores que el tener pájaros, era una buena terapia para los nervios. Doña Rafaelita, cursó su primaria en la Escuela Número 48, la que estaba ubicada en la casa de la familia Amao, en Juarez y Revolución. Antes dijo se estudiaba hasta cuarto año y los alumnos salían muy bien preparados para ser maestros, pero ella se dedicó a las labores del hogar, que era una escuela de oficios y artes al lado de sus padres.

            Así, transcurrieron los años y de la infancia pasó a la adolescencia en las orillas del mar, entre peces y pájaros, y las ilusiones afloraron en su joven corazón. Una soleada mañana que andaba revisando las trampeadoras de pájaros en los manglares del arroyo, el que era un gran estero, en su barca caracola, llegó a su casa buscando un sombrero de lona Pancho el pescador; el joven Francisco Gonzalez, quien era toda una leyenda este muchacho por su valentía y dominio en las artes de la pesca. Ese día se conocieron, naciendo un profundo amor entre ambos, que culminó en el altar. Bendijo el creador su hogar con 8 hijos: Aurelia, Rafela, Marianita, Dolores, María de los Angeles, Socorro, Francisco y Ramón; así como creció a los hijos de su hermana Josefa, quien muy joven falleció, dejando tres niños en la orfandad, Yolanda, Enrique y Xóchitl.

            Doña Rafaela Verdugo y Don Francisco Gonzalez fueron padres ejemplares quienes durante toda su vida demostraron el alto espíritu de servicio, y formaron una bonita familia muy unida educada a las normas y las costumbres de su época. En la casita de mis recuerdos, a un lado de la casa de ellos, vivimos muy felices mis padres, hermanos, mi abuela y el perro el pachuco. Cinco décadas atrás, todos éramos como una gran familia. Las grandes hornillas de Doña Rafaela  y las de mi madre, siempre estaban encendidas llenas de cazuelas rebosantes de exquisitos y aromáticos guisados que jubilosos compartíamos. ¡Una guazanga se  hacía con aquel montón de chamacos!, y Don Panchito siempre se preocupaba porque todos comiéramos juntos. Cómo olvidar, cuando el hacíamos guardia a la gran olla de cocido que Doña Rafaela, ponía en unas improvisadas hornillas en el patio, y nos mandaba a atizar la lumbre o a despumar el caldo al primer hervor, is hasta le bailábamos alrededor de la olla de cocido con todas sus verduras, y aquella cazuelona de arroz coloradito que tan sabroso hacía,  mientras que en la cocina se escuchaba palmear haciendo las tortillas de maíz. Era un alboroto en la gran meza con su hule floreado y su blanco mantel de lindos bordados. ¡que tiempos!.

            Al término de aquel banquete,  después de lavar los trastes, por que en esa casa cada quien tenía su quehacer, con la toalla en el hombro, nos íbamos todo el muchachero y hasta el perro, a bañar a la playa; allí nomás a la bajadita, en el palmar de Abaroa. Antes de que se pusiera el sol, ya estábamos en casa y la cena ya estaba lista. Que felicidad! Después de la cena y de hacer las tareas jugábamos a las escondidas a la cuerda, a los colores, al matarile, el cani cani, y  rematábamos con la lotería a la luz de los candiles, hasta mi abuelita participaba en el juego. Esa casita de mis recuerdos al lado de la familia Gonzalez Verdugo, la que ya está a punto de derrumbarse, 50 años atrás fue muy hermosa. Allí vivieron antes que nosotros, la mamá y la abuelita de Doña Rafaela. Así eran las casa de los que menos tenían en aquellos tiempos.

            Los domingos, después de ir a misa, las muchachas Gonzalez Verdugo y mis hermanas mayores rentaban una panga con don Rafaelito frente al malecón y nos llevaban a pasear a canalete y vela tendida por la hermosa bahía de La Paz. Les encantaba pasar por debajo de los pilares del muelle fiscal,  y por todo el canal. Mientras le daban al canalete las jóvenes iban cantando y los chamacos chiquitos íbamos con los ojos muy pelones, muy contentos contemplando aquellas maravillas bajo las cristalinas aguas y las blancas arenas. Con su alto espíritu de servicio, Don panchito y Doña Rafaela fueron los de los pioneros, entre muchos otros ciudadanos, que impulsaron la fundación del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y la Ciudad de Los Niños. Trabajaron tenazmente para lograr su desarrollo desde la primera piedra del templo. Hacían kermes, rifas y tantas cosas para recaudar fondos, así como ayudaban en las labores de atención de los niños internos. Fueron Guadalupanos distinguidos. Fue época de mucho trabajo; estos guadalupanos dejaron su mayor esfuerzo en la construcción del santuario de Nuestra señora de Guadalupe y en mí un bello recuerdo de una familia maravillosa, gran amiga de mi madre que compartió el pan y la sal con nosotros así como gran parte de su vida cotidiana. Donde abundaron las vivencias y cómicas travesuras y anécdotas de aquellos tiempos.

            ¡Muchas felicidades Doña Rafaela Verdugo de Gonzalez!. Gracias por concederme el privilegio de su amistad...Dios la guarde por muchos años más y a mí, para seguirla disfrutando… Doña Rafaelita cabalga en las brumas del tiempo… “Tienen tus ojos un raro encanto…tus ojos tristes”…

            ...Esa casita de madera a punto de derrumbarse...mudo testigo del pasado...guarda gratos recuerdos familiares en aquella Paz de Antaño y de la familia González Verdugo…


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lunes, 19 de enero de 2015

“!MATARON AL ZAPATERO!...GRITABA EL PERICO...FUE UN SUCESO QUE CONMOVIO A LA POBLACION ”



            Cuentan los mayores, que gracias al perico se descubrió este alevoso crimen del zapatero y su esposa...otros dicen que la niña al ver entrar a los asesinos, asustada se metió dentro de un barril y se cubrió de trapos la cabeza...fue la única que se salvó de las manos de los asesinos...corría el año de 1915...tiempos de movimientos políticos y revolucionarios en La Paz...Don Miguel Armenta Ramos era el talabartero, zapatero y remendón de aquella Paz de antaño...su hogar y taller estaba ubicado en las calles Revolución y Juarez...era una casona de madera con techo de tejamanil de 4 aguas...tenía un gran patio con muchos mezquitales, donde bajo su fronda la niña Cristina jugaba... y en el corredor junto al tinajero estaba la jaula con el perico...Don Miguel y su esposa Agustina Martínez fueron personas muy apreciadas por las gentes del ayer...la calidad de los trabajos que realizada, así como con su trato amable, se había ganado la preferencia y simpatía del público consumidor.

            Era tanta la demanda de calzado y de trabajos de reparación, que el zapatero se vio en la necesidad de contratar dos empleados...cuentan los que saben mucho, que éstos eran de Colima y la gente los bautizó como “los colimitas”. Los jóvenes trabajaban bien y poco a poco se iban ganado la confianza del zapatero y su esposa, así como de la gente del pueblo. Nadie se imaginaba que estos hombres que vinieron de fuera eran de mala entraña. Aquella cálida mañana del mes de Agosto, la muerte rondaba por la zapatería...una noche antes, los empleados del zapatero se habían emborrachado y eran de los que la “agarraban y la seguían”...y dicen que los perros del barrio habían aullado lastimeramente anunciando desgracia...esa mañana, Don Miguelito Armenta abrió como de costumbre la zapatería...las horas pasaban y los empleados no llegaban; lo que extrañó al zapatero...de pronto, éstos hicieron su aparición en el marco de la puerta del negocio, pero venían cayéndose  de borrachos.

            Los colimitas le pidieron dinero prestado al zapatero para seguir tomando, y naturalmente que el señor se negó. Les reprendió y les dijo que se fueran a dormir a su casa para que se les pasara la borrachera y se presentaran a trabajar al día siguiente. Aquellos hombres eran de mal corazón...tenían negras las entrañas...se fueron renegando profiriendo maldiciones...durante aquel aciago día del mes de Agosto, en la zapatería de Don Miguel Armenta, rompía el silencio el golpe del martillito sobre los clavitos...nadie se imaginaba la desgracia que se gestaba...cuentan que los vecinos en el barrio andaban espantados porque días antes habían escuchado cantar las gallinas como cantan los gallos y eso, según se creía anunciaba muerte. La niña Cristina de 8 años jugaba tranquilamente en el patio con su muñeca de trapo, mientras que de la cocina escapaban aquellos olores de exquisitos guisados elaborados por Doña Agustina.



            Llegó la tarde, y nada importante ocurrió...cerraron el negocio a la hora de costumbre, y se fue cubriendo aquel ambiente de penumbras...como era la costumbre debido al intenso calor del mes de Agosto la gente dormía afuera de sus habitaciones, en los patios y banquetas al aire libre...y Don Miguel, su esposa y su hija, no eran la excepción...eran altas horas de la noche...todo estaba en silencio...los señores dormían plácidamente en el patio de su hogar cubiertos apenas por una blanca sábana...amparados por la sombra de la noche, y ante los asombrados ojos del perico, los asesinos penetraron a aquel hogar...tomaron las hachas del taller y sin remordimiento alguno, no se tocaron el corazón para matar a hachazos al zapatero y su esposa.

            Una versión cuenta que la niña se salvó de milagro, porque estaba al fondo del patio durmiendo en un catre bajo los mezquitales...otros dicen, que la niña al escuchar ruidos de alguien que se metía a su casa y al ver que sus padres dormían, sintió miedo y se metió en un barril echándose ropa encima para que no la vieran; por eso, fue la única que se salvó. La hermana de Doña Agustina acostumbraba visitar la casa del zapatero muy de mañana para tomar el café con ellos, y estaba impuesta a que lo primero que miraba a esa hora de la madrugadita, era a su hermana barriendo la calle y banqueta. Pero esa mañana le extrañó sobre manera que no andaba afuera la esposa del zapatero...alarmada, presintiendo que estuviera enferma, o que algo malo le hubiera pasado, presurosa se metió a la casa. Y lo primero que escuchó fue al perico que decía: “LOS COLIMITAS MATARON AL ZAPATERO!...!MATARON AL ZAPATERO!”...que era una cantaleta del perico como si le hubieran dado cuerda, pero cuando entró al patio su sorpresa fue muy grande...el cuadro que estaba ante sus ojos era desgarrador...en el camastro estaban los dos cuerpos, el zapatero y su esposa con las cabezas destrozadas cubiertos con la sábana que ya no era blanca si no tinta en sangre.

            El grito que emitió la pobre mujer se escuchó varias cuadras a la redonda...enloquecida buscó a la niña, que unos dicen que estaba dormida en un barril, otros dicen que dormía plácidamente en su catre al fondo del patio, y que por fortuna los asesinos no la vieron, sino, también hubiera corrido con la misma suerte. Lo cierto es que la niña se salvó de la masacre y creció al amaro de sus tías, la niña es la señora madre del famoso artista Manuel Ojeda. La vox populi decía que gracias al perico se descubrió a los asesinos y que luego luego los agarraron las autoridades de la época y los mandaron a la cárcel de Mulegé donde según se dice murieron enfermos de lepra. Don Miguel Armenta Ramos, el zapatero fue casado por primera vez con la señora Tomasa Mendoza con quien procreó 8 hijos: María Elena, María de Jesús, Socorro, Juanita, Rodolfo, Enriqueta, Raúl y Rosalía. El zapatero quedó viudo y en su segundo matrimonio con la señora Agustina Martínez procreó una niña, Cristina.

            Cuenta Doña Rosalía Toledo Armenta, viuda de Araiza, nieta del zapatero asesinado cruelmente, que su mamá Doña Juanita Armenta de Toledo le contaba esta triste historia de si abuelo a quien no tuvo el gusto de conocer ya que esta desgracia sucedió en los primeros días en que se casó su mamá en el año de 1915. Doña Rosalía es una hermosa muchacha antigua que nació en Septiembre de 1918 y que tiene dos hijos; Gustavo y Carlota, un saludo afectuoso para ellos. La casa del zapatero, como es lógico se cerró...al tiempo, su dueño la rentó a un señor Domínguez quien puso una cantina, donde se suscitaban pleitos; y en uno de tantos pleitos, mataron a otra persona de un balazo, allí donde fue la casa del zapatero...cuentan que intervino la autoridad y la casa del zapatero quedó abandonada por mucho tiempo...se dice que la gente que pasaba por allí escuchaban estertores de agonía...estos sucesos se perdieron en el tiempo y en el olvido...a través de los años los que han tenido la mala suerte de pasar por allí y que escuchan estos estertores agónicos ignoran que allí murieron trágicamente tres personas.

            ...”!LOS COLIMITAS MATARON AL ZAPATERO...MATARON AL ZAPATERO!”, gritaba el perico.


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jueves, 15 de enero de 2015

“EL SORDO CAMACHO Y SU TROCA...FUE EL HERRERO DEL PUEBLO”.

           
            Sordo Camacho!...!hace mucho ruido la troca!...gritaban los niños en el ayer, al paso de la negra troca, que se tambaleaba toda, llena de tiliches, del herrero del pueblo...y el sordo Camacho les contestaba “!No hace ruido, no oigo nada!”...y es que, era cierto, él no escuchaba por que estaba sordo.

            De la alta copa de su peculiar sombrero de palma, atascado hasta los ojos, sobresalía la larga nariz, contrastando sus grandes y anchas orejas con su pequeña boca. Así era el sordo Camacho, refunfuñón y buena gente especialmente con los niños...era todo un personaje en La Paz que se perdió...alto, de complexión delgada enfundado siempre en un overól de mezclilla, el que por su mismo oficio generalmente estaba sucio...y sus pies calzados con botas tipo minero de las que fabricaba don Julio Beltrán, el zapatero del pueblo...los dientes le blanqueaban en el rostro lleno de hollín...era un hombre de piel blanca pero parecía de ébano, por el mismo tizne generado por su trabajo en la forja y la fragua...apenas cabía en la larga y negra troca de pedal de encendido de “cran” modelo t-28, de aquellas...la que siempre traía llena de fierros y cosas propias de su quehacer...era el mejor herrero del pueblo...fue el personaje popular de los niños del ayer, por su actuar, su troca llena de  ruidos y su manera de vestir...quizás a los niños les llamaba la atención su rostro lleno de hollín en el que contrastaba la blancura de sus dientes y la tierna mirada. Antes, don Antonio Camacho tuvo un carretón tirado por mulas, en el que acarreaba barricas de agua, y todo los utensilios de su trabajo.

            Antonio Camacho fue su nombre...vivió en Aquiles Serdan y Legaspi, allí tenia su taller de herrería...era originario de El Carrizal Baja California...a la luz del fogón se vislumbraba entre las llamas y humos la sonriente y tiznada faz...!Cuánto les gustaba a los niños ver cuando le daba con un palo a la fragua o forja para encender el fogón para realizar su labor!...enllantaba carretas y carretones, así como carruajes, hacia los camones y rayos de madera para las carretas, era el único en su época, que arreglaba las bombas de los molinos de papalote...hacia barras, cuñas, puntas de arado, herraduras para los caballos y todo tipo de herrajes, cuando no había soldadura ni luz eléctrica aquí en La Paz, era un hombre muy competente, un maestro en la rama de la herrería, se las sabía de todas todas, era un mil usos, le hacia ingeniosos aditamentos inventados por él a la fragua así como a su troca, la que traía llena de tilichis que hacia mucho ruido el que se escuchaba por todo el pueblo en aquellas callecitas empedradas de La Paz de antaño.

            ¡Ahí viene el Sordo Camacho!, gritaban con alegría los chamacos del ayer...y el Sordo Camacho se bajaba de la troca cual largo era, y le decían los niños gritando “!Sordo Camacho cuanto ruido hace la troca!”...”!No es verdad, no hace ruido, no oigo nada!”, decía él, pero a los niños les gustaba gritarle a su paso, y el sordo camacho gozoso les seguía el juego, haciendo un ademan con desenfado, diciendoles “yo no oigo nada”. Al Sordo Camacho la gente le había hecho una leyenda...a la luz de los candiles contaban los mayores que el herrero del pueblo tenia mucho dinero...que barras de oro y doblones, perlas, también monedas de plata y quizás era cierto pues fue muy trabajador y al parecer vivía solo. Era el único que arreglaba los molinos de viento y había mas de 1250 molinos en La Paz, por lo que le decían “La Ciudad de Los Molinos de Vientos”...en cada casa había hermosos jardines, inundados de coloridas y perfumadas flores...árboles cargados de frutos, verduras y hortalizas...y la casa que no tenia molino de viento, tenia su propio pozo de agua a cielo abierto,  y se sacaba el vital liquido, a través de una rondanilla con un tambo o balde amarrado con un mecate...también se sacaba el agua con una cigüeña.

            En tiempos de lluvia las familias sudcalifornianas “maneaban” los molinos de viento, y el que no lo hacia sufría serios problemas, y es cuando el sordo Camacho tenían mucho trabajo en su herrería con su fragua. Y la troca llena de tilichis y ruido circulaba por toda La Paz enmarcada con los gritos de los niños “!Sordo Camacho hace mucho ruido la troca!”.

            La brisa del mar, y las cenizas de su fragua, escarcharon sus cabellos...y una aciaga tarde de invierno, la población de La Paz se consterno con la terrible noticia...el Sordo Camacho, tan estimado por los niños y demás gente del pueblo, fue asesinado...encontraron su cuerpo inerte al pie de su fragua...la leyenda que lo rodeaba de que tenia mucho dinero, y un tesoro enterrado, provocó la codicia de unos mozalbetes, y según se cuenta nunca encontraron los malhechores su dinero...este crimen nunca se esclareció...cuenta la leyenda que se cree que su familia encontró el tesoro enterrado al pie de la forja.

            El Sordo Camacho fue un personaje del folklor en La Paz de antaño, muy querido por los niños...”!Sordo Camacho hace mucho ruido la troca!”...”!No es verdad, no hace ruido, no oigo nada!”.


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martes, 13 de enero de 2015

“DEL JARRO DE LOS REMEDIOS DE LA ABUELA...LAS BONDADES DE LA ALBAHACAR”.


         En las encaladas hornillas los tizones crepitaban aquella fresca mañana de primavera y el jarro de los remedios de la abuela...hervía inundando la cocina de agradables aromas a yerbas medicinales, entre aquellos humos donde se miraba el bello rostro de mi abuelita tras el petril de la hornilla, en aquel añorado hogar... ¡ Abuelita, abuelita, pero que bonitos olores salen del jarro de los remedios!, estoy cociendo albahacar, dijo ella, ¿y para qué es buena la albahacar abuelita?, y sacándose el cigarro de su boca, lanzando despreocupadamente unas fumarolas al aire, dijo la albahacar es una planta muy bondadosa que sirve además de condimento en la cocina, para curar muchas enfermedades. Su uso data de miles de años; a través de generaciones se han pasado los conocimientos sobre las bondades de las plantas medicinales, pero ahora estamos hablando de esta aromática y maravillosa planta tan popular y que no deben de faltar en los jardines de la casa y de las que se usan las flores más altas, las hojas y sus semillas para curar diferentes males.

         Con las plantas medicinales, sobre todo la albahacar, se benefician las personas de escasos recursos y las acaudaladas también, pero para que de resultado curarse con yerbas naturales, que en su  mayoría  son la base de la otra medicina, es muy importante la alimentación sana y las buenas costumbres de vivir. Contaban los mayores que la albahacar es una planta de leyenda, que en otras partes del mundo aha sido venerada como yerba sagrada, considerándole con poderes protectores en la vida y en la muerte; y que en algunas partes del mundo rociaban en sus casas o negocios con agua del albahacar para alejar las malas vibras y atraer la prosperidad...decían también que el naturista romano Plinio y los medicos árabes defendieron la albahacar como gran curandera. Y los chinos la usaban en la antigüedad para los males del estómago, riñones y trastornos de la sangre, en fin, la albahacar se usa casi para curar cualquier dolencia imaginable, recuperación del parto, resfriados, estreñimientos, convulsiones, calambres, sordera, depresión, delirio, diarrea y disentería, entre otras.

         Los tizones seguían crepitando, y del jarro salían aquellos olores y la abuelita continuó diciendo que la albahacar, por ejemplo, si es cierto que no cura la sordera, pero es maravillosa para aliviar la inflamación y dolor de oído, de la siguiente manera: compuesta con ajo y ruda,  se calienta un sartén, luego se apaga, se pone una hojita de albahacar, un dientito de ajo machado y una ramita de ruda; las tres cosas se envuelven en un algodón y así calientito se pone dentro del oído como tapón y obra maravillas. La albahacar sirve también para los trastornos intestinales y para expulsar aire y parásitos, así como para regular la menstruación en las mujeres. El aceite de albahacar es excelente para expulsar los parásitos; los indios decían que la albahacar aplicada a la piel destruye bacterias y que usaban el aceite para tratar los granos en la cara, como el acné; y es estimulante del sistema inmunológico; para irritaciones en la garganta, se hacen gargarismos de la infusión; la que se prepara de la siguiente manera: se pone en una taza veinte gramos de hojas secas o frescas del albahacar y se le agrega agua hirviendo, se tapa y se deja reposar por diez o veinte minutos para que suelte las propiedades medicinales y se toman tres tazas al día.

         El sabor de la albahacar, continuó diciendo la linda muchacha antigua, es exquisito, aromático, sabe a menta y ligeramente apimientado. La semilla de la planta son como navajas, se usan para limpiar los ojos y hasta las cataratas quitan, según dicen. Este cocimiento que estoy haciendo en el jarro de los remedios, añadió mi abuelita contiene un puñado de albahacar y yerbabuena, otro puñado de cojollitos de nicle, y guayabo, y una pizca del yerba del indio; es para tu Tío Lao que está enfermo de diarrea con fuerte dolor de estómago, que hasta se dobla, por eso le agregué yerba del indio. Tu Tío se va a tomar tres tazas en el día por tres días y quedará curado, desde luego no tiene que tomar grasas ni picantes, solo dieta blanda. Terminó diciendo mi inolvidable y sabia abuelita...mi perro viejo, el pachuco, nos quedamos pasmados, con todo lo que sabía mi comunicativa abuelita y muy serios nos fuimos saliendo de la cocina, quedando atrás aquellos aromas a plantas medicinales confundiéndose con los humos de los tizones, del cigarro, de mi nanita.


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viernes, 9 de enero de 2015

“DON IDELFONSO GREEN CESEÑA...SUDCALIFORNIANO ILUSTRE...DEFENSOR DE LA SOBERANIA NACIONAL”.

  • NACIO EL 23 DE ENRO DE 1830...FALLECIO EL 27 DE MARZO DE 1932...SUS RESTOS ESTAN SEPULTADOS EN LA ROTONDA DE LOS SUDCALIFORNIANOS ILUSTRES.
  • FUE EL PRIMER SUDCALIFORNIANO QUE SE CASO DE ACUERDO AL ORDENAMIENTO CIVIL, DURANTE LAS LEYES DE REFORMA.
  • SU CONSIGNA FUE: CONSTITUCION O MUERTE, ES DECIR, ESTADO Y SOCIEDAD CIVIL, PROGRESO Y DEMOCRACIA.
  • COMANDO LA COMPAÑÍA LIBERAL DE RANCHEROS DEL SUR, A LOS QUE LLAMO “RIFLEROS DE SAN LUCAS”.
  • EL CAPITAN DE LA GUARDIA NACIONAL Y SUS RIFLEROS DE SAN  LUCAS ILDEFONSO GREEN RECORRIAN VIGILANTES BRECHAS Y LAS ORILLAS DE LAS PLAYAS DEL SUR, EN DEFENSA DE LA SOBERANIA NACIONAL.
  • DEFENDIO LA PENINSULA DE BAJA CALIFORNIA SUR DEL PIRATA WILLIAM WALKER EN 1856


Nació en Cabo San Lucas, y sus padres fueron Don Esteban Ruffino Green de origen ruso y nacionalizado mexicano, uno de los fundadores de Cabo San Lucas y sus mamá fue Doña Jesús Ceseña Ojeda. Don Ildefonso quedó huérfano de padre a los cinco años de edad, y empezó sus primeros estudios con el profesor Miguel Canseco. Según contaba Don Ildefonso que estando en la escuela hubo un gran temblor y quedó muy impresionado al ver que al Cerro de San Lázaro se le desprendía un gran picacho, el cual hasta la fecha se le nota mutilado.

Doña Jesús contrajo nupcias nuevamente con Don Salvador Castro, y llevó a toda la familia a la Alta California y el Güero Green como se le conoció por cariño continuó sus estudios en Nueva York adquiriendo amplia cultura y dominando a la perfección el idioma inglés. A Don Ildefonso Green le tocó presenciar la invasión norteamericana de 1847 al mando del comodoro Estoctón, por lo que cuando viajaban a pasar por San José del Cabo, lugar ya tomado por los invasores, fueron detenidos un tiempo y fue a visitar el sepulcro del capitán Don Antonio Mijares muerto en combate recientemente en defensa de la soberanía nacional contra la invasión extranjera, quizás esos momentos encendieron en el corazón del joven Ildefonso Green la llama ardiente de la justicia y su amor a la patria. Después de un tiempo, volvieron a embarcarse, tocando el puerto de Mazatlán y presenció cuando los norteamericanos embarcaban rumbo a Estados Unidos varios heridos. Siguieron tocando varios puertos de la América del Sur y en Chile hicieron varias reparaciones a la fragata en la que viajaban y por esas costas les azotó un huracán que los puso en gran peligro. Luego pasaron a Cabo de Hornos, y llegaron a Argentina y luego a Rio de Janeiro y de ahí a alta mar donde les azotó otro huracán del que salieron bien librados, y después de muchas peripecias al fin llegaron a Nueva York, hospedándose en casa del capitán, su protector.

En esa época, se descubrió el famoso placer de oro y nuestro héroe sudcaliforniano empezó a trabajar en un almacén en donde pasaba el oro que la empresa compraba y pudo darse cuenta de las luchas que se libraban entre los americanos y las gavillas que se levantaban en defensa todavía de la tierra y su oro, siendo las más aguerrida la encabezada por Joaquín Murrieta quien mató muchos americanos en unión de Salomón Picco hijo del último gobernador de California, cuando esta pertenecía a México. Fue Ildefonso desde muy joven un  magnífico tirador y era amante de la caza llegando a ser temido y de fama, tanto en California como en el territorio sur, teniendo también sus aventuras de cazador. Cuenta Doña Dominga de Amao, que en una ocasión salió el güero Green en compañía de unos señores y en el bosque le salió al paso un enorme oso, y montando su brioso corcel Ildefonso de dio a la tarea de cazarlo sin tomar en cuenta lo peligroso que era, pero por los nervios del caballo, erro el tiro, y el animal se enfureció echándosele encima y dando rápidamente la vuelta se quiso poner a salvo, pero la silla se salió de su lugar y el güero fue a da r al suelo ya penas pudo salir bien librado de este lance.

En aquella época, hubo una epidemia de cólera morbo que sembró la desolación y mato mucha gente,  tuvieron que salir de aquel lugar muchas familias, entre ellas la de Ildefonso Green Ceseña dirigiéndose a Cabo San Lucas, donde tenían sus intereses, pero al llegar no pudieron desembarcar porque allí también había este terrible mal, por lo que se dirigieron a punta palmilla internándose en la sierra hasta que pudiera pasar. Corría el año de 1853...las cosas estaban turbias por la reciente invasión del terrible pirata William Walker...Ildefonso Green Ceseña. Hombre de fecunda y productiva vida dedicada a la defensa y de los mas altos ideales  de la democracia y de la sudcalifornidad, junto con sus seguidores fue de la generación de los liberales mexicanos que defendieron en todo momento a   Baja California Sur como un territorio integrante de la Nación Mexicana. En aquel tiempo la península estaba en el más completo abandono después de la guerra de intervención norteamericana en 1847 1848, la que fué defendida por los héroes muleginos. Surge entonces la violenta generación sudcaliforniana encabezada por Don Ildenfonso Green que fué la responsable de realizar el destino histórico de sudcalifornia en la segunda mitad del siglo pasado, cuando el pirata William Walker pretendió en 1853 constituir en todo el noreste mexicanos la república de sonora, sucedió que luego de tomar La Paz llegó a Cabo San Lucas el barco donde venía el filibustero William Walker y un montón de piratas los que ocultando sus propósitos de pillaje estuvieron varios días cultivando amistades trayendo licores a tierra y jugando pocker y habiendo bebido de más la familia Green les brindó hospedaje, fué así como se descubrieron sus perversos propósitos y quienes era, Ildefonso siempre vigilante y nada confiado, pudo escuchar que algo tramaban pués mencionaban al gobernador del territorio sur Rafael Espinoza y planeaban atentar contra las jovencitas que más les gustara y descubrió también el güero Green que llevaban a bordo secuestrado a Juan Climaco. Al escuchar esto Don Ildefonso luego luego se puso en actividad armando a la gente, pero algo maliciaron los piratas porque luego luego se hicieron a la mar. El güero Green dió aviso a San José del Cabo y luego a La Paz, siendo llamado para darle instrucciones de formar la Guardia Nacional siendo nombrado capitán. Se le dio parque, armas y reclutar gente en San José del Cabo, desplegó una actividad y organización sorprendente de mando despertando respeto y simpatía y la gente se le unió dispuestos a todo, ya que estaban hartos de pasadas invasiones. Armó 300 hombres, y los domingos los reunía para darles instrucción militar, nombrándolos “RIFLEROS DE SAN LUCAS”, no contaban con sueldo alguno.

 Ildefonso Green y su equipo de valientes, los rifleros de San Lucas con el arrojo del hombre sudcaliforniano defendieron esta tierra de la nefastas intenciones del feroz pirata filibustero. Desde ese entonces los sudcalifornianos asumieron como propias el proyecto de nación libre y soberano que se realizaban en el resto del país. Con la derrota de William Walker en 1853 los pocos habitantes que había en la península desde Cabo san Lucas hasta la frontera recibieron con gran júbilo la confirmación de la nacionalidad que todos ellos los rancheros, mineros, y pescadores de perlas habían elegido de manera irrenunciable. Después de estos actos de confirmación nacional Don Ildefonso Green en compañía de Mauricio Castro se levanto en armas para defender la causa liberal.



Durante la guerra de Reforma Green se caracterizó por mantener la vigencia de la constitución de 1857, la cual había terminado con los privilegios de la iglesia y el ejército. Cuando el gobernador arribista Diego Castilla se hizo cargo del poder local a través de un cuartelazo, el güero Green comando una compañía liberal de rancheros del sur a la que bautizo con el nombre de rifleros de San Lucas, triunfando el movimiento y restableciéndose la legalidad constitucional. Los rifleros de San Lucas apoyaron a Teodoro Riberoll para que gobernara la península. Durante este gobierno liberal cuando los sudcalifornianos discutieron por primera vez la manera que debía elegirse el gobierno interno, se constituyo una asamblea legislativa compuesta por un representante de cada municipalidad y expidió un estatuto orgánico que reglamento sus funciones.

 Esta experiencia local de autogobierno coloca a los liberales sudcaliforianos de ese tiempo como precursores de los movimientos políticos nativistas que habían de manifestarse en el siglo XX. Siendo Ildenfonso Green y sus seguidores denfensores de las causas de la democracia y la sudcalifornidad. Durante el gobierno de Juárez el estadounidense Robert Mclane a través de Melchor Ocampo, Secretario de Relaciones Exteriores, hizo la insultante propuesta del gobierno norteamericano al mexicano de comprar la península mexicana, imponiéndose el derecho histórico de las voluntades sudcalifornianas y del espíritu patriótico que habrían expresado los muleginos y josefinos durante la guerra de 1847 y de las invasiones filibusteras defendidas por Ildefonso Green y sus rifleros, asimismo, don Ildefonso con el general Manuel Márquez de León y sus Rifleros de Cabo San Lucas destituyeron al jefe político Gerónimo Amador en 1860 quien debido a sus arbitrariedades propicio un difícil sistema político y social. Recorrían las polvorientas brechas don Ildefonso Con su batallón los cazadores de california Clodomiro Cota, Victoriano Legaspi, Emilio Mendoza, Loreto Manríquez, Francisco Romero, Antonio Piñuelas, Rafael Manríquez, Isabel González y José Gutiérrez, entre otros preparados para la defensa de la península, cuando los franceses amenazaban invadirla;Ildenfonso Green en 1866 organizó el levantamiento popular de sus cazadores y rifileros de san lucas, para destituir a los malos e ilegales gobernantes como Pedro Magaña Navarrete jefe político quien se negaba a entregarle el mando a Don Antonio Pedrín, quien fue nombrado por el presidente Benito Juárez; Ildefonso Green sitiaron en Santiago durante 9 días impidiéndoles a la gente de Navarrete al paso, saliendo estos derrotados.

Ildefonso Green fue el primer sudcaliforniano que se caso de acuerdo al ordenamiento civil que para tal efecto se expidió durante la reforma. Acto muy significativo en las circunstancias de una sociedad regional que desde su colonización había sido controlada por la iglesia. La sociedad privada y urbana coloca a Ildefonso Green como uno de los liberales sudcalifornianos más consecuente con los principios que practico y que se expresaba en la consigna de Constitución o muerte, es decir, estado y sociedad civil, progreso y democracia.  Durante el gobierno de Emilano Dávalos ocurrió otro levantamiento en 1874 encabezado por Ramon Valdez, quien avanzó al sur perdiendo la vida en un enfrentamiento contra el güero Green y sus rifleros. Green recibió orden de fusilar a los vencidos, pero rehusó a hacerlo sosteniendo que los jóvenes habían sido arrastrado con engaños al movimiento demostrando con este gesto su nobleza y generosidad. Ildefonso Green estaba presente en todos los momentos en que los sudcalifornianos requerían de sus servicios....aquel riflero de cabo san Lucas irrumpe siempre al lado de Manuel Márquez de León, Clodomiro Cota y los rancheros como defensores de la legalidad y el orden.

El guero Green el terror del sur, derrotó a fuerzas federales que lo acosaban por defender el plan del triunfo presentado por Manuel Márquez de León a finales de 1879. Con el surgimiento del Maderismo fué entusiasta propagandista de la causa revolucionaria. A la caída de Don Porfirio Díaz Green fue electo presidente municipal de San José del cabo. A los 85 años de edad, en 1915, el güero Green se colocó al lado del constitucionalismo a las órdenes del teniente coronel Don Urbano Angulo con un gran contingente de hombres caballos y armas como sudcaliforniano mexicano que representó la corriente del liberalismo politico mexicano siguió en la revolución en busca del sufragio efectivo y la no reeleción coincido con los revolucionarios sudcalifornianos de su tiempo en el carácter social y antiimperialista que debía tener aquel movimiento, destacando la nacionalidad histórica de que los recursos naturales concesionados a pontencias extranjeras regresaran a manos de los mexicanos, particularmente a los sudcalifornianos.

Al triunfo del constitucionalismo don Ildefonso Green recibió el grado de mayor sirviendo al ejército durante dos años, luego pido su baja dedicándose al reclamo de tierra para los campesinos, al mismo tiempo que pugnaba porque se ofreciera a nuestros pueblos mejores oportunidades de educación a la que consideraba uno de los objetivos revolucionarios más importantes que debía alcanzar el México moderno. Don Ildefonso Green nació en Cabo San Lucas el 23 de Enero de 1830 y falleció en su rancho Santa Gertrudis el 27 de Marzo de 1932 a la edad de 102 años, sus restos descansan en la Rotonda de los hombres ilustres.




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jueves, 8 de enero de 2015

LOS MAGOS DE ORIENTE....MAESTROS DE HUMANIDAD”.


         Hoy seis de Enero se conmemora el día de los magos de Oriente, después de un largo viaje, y sin pertenecer al pueblo elegido, llegaron a Israel para adorar al Rey que había nacido, tiene su origen en la Iglesia de Oriente.

         Así como en a iglesia latina se eligió el 25 de Diciembre para conmemorar el nacimiento del Salvador, inculturando así el día que los paganos celebraran el nacimiento del sol, en la región de Egipto y Arabia se eligió el seis de Enero, día del solsticio de Invierno. El tema de la luz domina las solemnidades de la Navidad y de la epifanía. Nuestro Señor Jesucristo es “Luz de los pueblos”. Es el “sol que nace de lo alto” (Lc 1, 78) “La luz verdadera, que viniendo a este mundo, ilumina todo hombre” (Jn. 1, 19). Es el sol que vino al mundo para disipar las tinieblas del mal e inundarlo con el esplendor del amor divino.

Los magos eran un grupo de hombres sabios, por que su cultura y espiritualidad trataban de mantener un contacto más profundo con Dios. En su investigación, se percataron del surgimiento de una estrella que por sus características parecía indicar un acontecimiento extraordinario, y se pusieron a seguirla.

         Del pasaje bíblico sabemos que como regalo trajeron incienso para el Dios, oro para el Rey y mirra como homenaje al que moriría por nosotros; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios, llamados Melchor, Gaspar y Baltasar. Se dice que hasa el año 474 sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante de Oriente; luegon fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia), y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.

         El hacer regalos a los niños el día 6 de Enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que “lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis” (Mt. 25, 40). La epifanía es la fiesta de la revelación de Nuestro Señor Jesucristo al mundo pagano. Los magos representan a todos los que, sin pertenecer al pueblo elegido, hemos aceptado por la fe que Jesús es Hijo de Dios y salvador del mundo. El seis de enero es una de las fiestas más entrañables, los santos reyes son maestros de la humanidad. La celebración de los magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltazar, es además el testimonio de unos sabios que vivieron los tiempos en que nació nuestro Señor jesucristo  y que supieron reconocer que era Dios gracias a sus concimietnos y a todas las cualidades que pusieron e juego para poderlo encontrar, para responder al llamado que recibieron en sus corazones a través del signo extraordinario que apareció en el cielo “La estrella”, la estrella de la esperanza, la estrella de los ideales y del amor, la que enseña que puede encontrarse lo que aún no se puede ver.

         Tan importantes son los santos reyes que gracias a ellos se dio la manifestación , la epifanía de Jesús, Dios y hombre a todos los pueblos de la tierra. Su generosidad, su apertura permitió que el mensaje cristiano fuera para todos los hombres de los los países, de todas las razas, de toda edad. Los magos son la unidad de todos, en la verdad  y en el amor. Los sabios que salieron de Oriente para buscar a Cristo que nacería, eran personas socialmente reconocidas dedicados al estudio , a desentrañar los conocimientos de entonces, y a darles un sentido; estudiaban astrología, historia, ciencias naturales, matemáticas y religión, por eso conocían las profecías que anunciaban el advenimiento de Dios.

         Eran sabios no solo por estudiosos, sino por la sencillez con que aceptaron lo sobrenatural y por la profundidad para darse cuenta de que buscar  a Dios y encontrarlo era lo más imporante, y que tenían que ponerse en camino sin pensar en lo que dejaban atrás. Los magos eran sabios, pues no se rindieron a la pereza ni a la comodidad que tenían en su casa, y porque además eran valientes, audaces, para no atermorizarse ante los riesgos de un viaje largo en aquellos tiempos en que difícilmente se e contraban posadas y alimentos. Su perseverancia es también asombrosa, no se desaniman cuando pierden de vista la estrella que los guiaba y matenía su esperanza de encontrar a Jesús, ni cuando Herodes los engaña, ni cuando encuentran a un pequeño niño al que su madre cuidaba en una casa sencilla, en condicione que dificilmente permiten descubrir nada divino, ni siquiera humanamente grande o poderoso.




         La sabiduria de los santos reyes les permite postrarse humildemente ante el pesebre, y poner sus riquezas al servicio de Dios, sus riquezas ya está dicho, en sabiduría y en humildad. Maestros de la humanidad, y por lo mismo, personas bienaventuradas, felices, porque hacen  suyo todos los bienes, primero el sumo bien, al todo poderoso y a su mensaje de amor y de vida. EL se les revela a los reyes y a sus ángeles, les habla en sueños. Maestros de sabiduría para las generaciones que las han seguido y se inspiran en ellos y tambien siguen recibiendo de ellos, no solo los regalos de los niños, sino el inmenso don de hacerse niños y mantener viva la esperanza de esa esperanza que no solo se sustenta en la bondad humana tan frágil y limitada sino en la luz del amor de Dios, inmensa, infinita, permanente, fiel y que está tan real como la estrella que iluminó a quienes buscaron y encontraron el amor, tan real como la que puede iluminarnos a cada uno de nosotros si nos dejaramos amar por Dios y elegimos como EL nos pidió el amor, la comprensión, la justicia, el perseverante anhelo de encontrarnos con la verdad y con el bien.