“EL SORDO CAMACHO Y SU
TROCA...FUE EL HERRERO DEL PUEBLO”.
Sordo Camacho!...!hace mucho ruido la troca!...gritaban
los niños en el ayer, al paso de la negra troca, que se tambaleaba toda, llena
de tiliches, del herrero del pueblo...y el sordo Camacho les contestaba “!No
hace ruido, no oigo nada!”...y es que, era cierto, él no escuchaba por que
estaba sordo.
De la alta copa de su peculiar sombrero de palma,
atascado hasta los ojos, sobresalía la larga nariz, contrastando sus grandes y
anchas orejas con su pequeña boca. Así era el sordo Camacho, refunfuñón y buena
gente especialmente con los niños...era todo un personaje en La Paz que se
perdió...alto, de complexión delgada enfundado siempre en un overól de mezclilla,
el que por su mismo oficio generalmente estaba sucio...y sus pies calzados con
botas tipo minero de las que fabricaba don Julio Beltrán, el zapatero del
pueblo...los dientes le blanqueaban en el rostro lleno de hollín...era un
hombre de piel blanca pero parecía de ébano, por el mismo tizne generado por su
trabajo en la forja y la fragua...apenas cabía en la larga y negra troca de
pedal de encendido de “cran” modelo t-28, de aquellas...la que siempre traía
llena de fierros y cosas propias de su quehacer...era el mejor herrero del
pueblo...fue el personaje popular de los niños del ayer, por su actuar, su
troca llena de ruidos y su manera de
vestir...quizás a los niños les llamaba la atención su rostro lleno de hollín
en el que contrastaba la blancura de sus dientes y la tierna mirada. Antes, don
Antonio Camacho tuvo un carretón tirado por mulas, en el que acarreaba barricas
de agua, y todo los utensilios de su trabajo.
Antonio Camacho fue su nombre...vivió en Aquiles Serdan y
Legaspi, allí tenia su taller de herrería...era originario de El Carrizal Baja
California...a la luz del fogón se vislumbraba entre las llamas y humos la
sonriente y tiznada faz...!Cuánto les gustaba a los niños ver cuando le daba
con un palo a la fragua o forja para encender el fogón para realizar su
labor!...enllantaba carretas y carretones, así como carruajes, hacia los
camones y rayos de madera para las carretas, era el único en su época, que
arreglaba las bombas de los molinos de papalote...hacia barras, cuñas, puntas
de arado, herraduras para los caballos y todo tipo de herrajes, cuando no había
soldadura ni luz eléctrica aquí en La Paz, era un hombre muy competente, un
maestro en la rama de la herrería, se las sabía de todas todas, era un mil
usos, le hacia ingeniosos aditamentos inventados por él a la fragua así como a
su troca, la que traía llena de tilichis que hacia mucho ruido el que se
escuchaba por todo el pueblo en aquellas callecitas empedradas de La Paz de
antaño.
¡Ahí viene el Sordo Camacho!, gritaban con alegría los
chamacos del ayer...y el Sordo Camacho se bajaba de la troca cual largo era, y
le decían los niños gritando “!Sordo Camacho cuanto ruido hace la
troca!”...”!No es verdad, no hace ruido, no oigo nada!”, decía él, pero a los
niños les gustaba gritarle a su paso, y el sordo camacho gozoso les seguía el
juego, haciendo un ademan con desenfado, diciendoles “yo no oigo nada”. Al
Sordo Camacho la gente le había hecho una leyenda...a la luz de los candiles
contaban los mayores que el herrero del pueblo tenia mucho dinero...que barras
de oro y doblones, perlas, también monedas de plata y quizás era cierto pues
fue muy trabajador y al parecer vivía solo. Era el único que arreglaba los
molinos de viento y había mas de 1250 molinos en La Paz, por lo que le decían
“La Ciudad de Los Molinos de Vientos”...en cada casa había hermosos jardines,
inundados de coloridas y perfumadas flores...árboles cargados de frutos,
verduras y hortalizas...y la casa que no tenia molino de viento, tenia su
propio pozo de agua a cielo abierto, y
se sacaba el vital liquido, a través de una rondanilla con un tambo o balde
amarrado con un mecate...también se sacaba el agua con una cigüeña.
En tiempos de lluvia las familias sudcalifornianas
“maneaban” los molinos de viento, y el que no lo hacia sufría serios problemas,
y es cuando el sordo Camacho tenían mucho trabajo en su herrería con su fragua.
Y la troca llena de tilichis y ruido circulaba por toda La Paz enmarcada con
los gritos de los niños “!Sordo Camacho hace mucho ruido la troca!”.
La brisa del mar, y las cenizas de su fragua, escarcharon
sus cabellos...y una aciaga tarde de invierno, la población de La Paz se
consterno con la terrible noticia...el Sordo Camacho, tan estimado por los
niños y demás gente del pueblo, fue asesinado...encontraron su cuerpo inerte al
pie de su fragua...la leyenda que lo rodeaba de que tenia mucho dinero, y un
tesoro enterrado, provocó la codicia de unos mozalbetes, y según se cuenta
nunca encontraron los malhechores su dinero...este crimen nunca se esclareció...cuenta
la leyenda que se cree que su familia encontró el tesoro enterrado al pie de la
forja.
El Sordo Camacho fue un personaje del folklor en La Paz
de antaño, muy querido por los niños...”!Sordo Camacho hace mucho ruido la
troca!”...”!No es verdad, no hace ruido, no oigo nada!”.
“…Por
el placer de Escribir… Recordar y Compartir…”
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