Este era un gran estero frente al hotel los arcos, que se metía por toda la rosales y seguía por la madero pa' dentro daba vuelta por el parque Cuauhtémoc hacia la bravo por donde estaba el restaurante Mazatlán de la estimada señora Doña Felicitas de Calderón, inolvidable por la exquisita caguama que preparaban, y el exquisito pan que vendía, cuantas veces el Pachuco, mi hermana
María y yo comimos de ese rico pan, después de pasar nadando el estero que el agua me llegaba al pecho a mis nueve añitos... había tantos cangrejos, jaibas y caracoles y los juegos en el parque tan grandes que los tumbo el ciclón del 59... bellos recuerdos...
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