jueves, 21 de junio de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA ÁLACARAZ
“LA ANIMITA DEL DIFUNTITO DE SAN JOSE DEL CABO”.
• EL DIFUNTITO DE LA SALINA, TAMBIEN LE DICEN
• ES UNA PEQUEÑA TUMBA LLENA DE OFRENDAS, MUY VENERADA EN ESPECIAL POR LOS PESCADORES
• LA ANIMITA DEL DIFUNTITO ESTA UBICADA EN DONDE FUE EL RANCHO LA CACHORA, ENTRE SAN JOSE DEL CABO Y LA PLAYA
• ERA UN BEBE SIN NOMBRE TODAVIA...Y LA GENTE LE ATRIBUYE MILAGROS...EN EL CICLON DEL 18 FALLECIERON SUS PADRES Y EL TAMBIEN.
Cuentan los mayores que el devastador ciclón del 15 de septiembre de 1918 el que duró tres días y azotó en la mayor parte del territorio de BCS...y en San José del Cabo además de que derribo la antigua misión, entre otros importantes edificios, hubo muchos estragos y pérdidas de vida, entre ellas El Niño sin nombre y sus padres, a quienes los arrastró las turbulentas aguas del arroyo...aquel 15 de septiembre de 1918, el crepúsculo era demasiado rojo y bello, preludio de un huracán, decían los que muchos saben y el ocaso fue tan negro como el ala de un cuervo, y los vientos arreciaban poco a poco...nadie se imaginaba lo que vendría poco después...las familias josefinas se vestían con sus mejores galas para acudir a la gran fiesta que se celebraba en un uno de los ranchos aledaños; hermosas fiestas del pueblo tan alegres y tan sanas y desde luego que los padres del niño sin nombre quienes habitaban en el rancho las cachoras también asistieron con sus bebé en brazos apenas de 9 meses de nacido, y cuentan que su hermanita mayor se quedó en casa con sus abuelitos, fue por eso que se salvó de morir arrastrada por la corriente del arroyo.
...Eran como las siete cuarenta de la noche...la fiesta estaba en todo su apogeo y la alegría se desbordaba...la gente bailaba al compás de bellas notas musicales arrancadas a las cuerdas y guitarras de violines, vientos huracanados con fuertes lluvias se empezaron a sentir, en los brazos de su madre, el niño sin nombre lloraba como presintiendo la tragedia que se avecinaba...a las ocho y minutos de la noche, el viento era ya incontenibles y el aguacero torrencial...los llantos del niño se perdían en aquel ruido infernal. Los señores alarmados, gritaban, “Esto es un huracán”, las mujeres se santiguaban...y algunas familias salían despavoridas tratando de llegar a sus hogares para guarecerse del terrible meteoro, entre ellas, los jóvenes padres del niño sin nombre, que con él en brazos, trataban de llegar a su rancho Las cachoras, antes de que arremetiera toda la furia del huracán del 18, pero nunca llegaron, los alcanzó el arroyo y las embravecidas aguas le arrebataron al niño de sus brazos llevándolos lejos de ellos
...los árboles caían levantados de cuajo y las caudalosas aguas arrastraban todo lo que encontraban a su paso... ¡la furia de la naturaleza estaba desatada! Y en la casona iluminada por la luz de San Thelmo donde momentos antes todo era alegría, ahora era incertidumbre, temor y negros presentimientos....era el caos, estaban atrapados...tres días duró el huracán del 18; 15,16 y 17 y el 17 como a las ocho de la noche, empezó a amainar, ya para la mañana del 18 todo era silencio, destrucción y muerte.
Los josefinos empezaron a buscar sobrevivientes y muertos los que fueron varios, entre ellos los padres del bebé sin nombre, pero al niño no lo encontraban, lo buscaron por varios días, ¡y nada!...y cuentan que un grupo de pescadores ya estaban exhaustos de tanto buscar, y que se hincaron e imploraron a Dios y al mismo niño sin nombre, que apareciera su cadáver para darle cristiana sepultura y que al parecer sus oraciones fueron escuchadas, porque a unos pasos de donde ellos oraban, entre unos matorrales retorcidos por las fuerzas de la naturaleza, estaba el cadáver desnudo del pequeño sin nombre, pero lo sorprendente era que a pesar de los días de muerto, no estaba en estado de descomposición; los pescadores tomaron el pequeño cuerpecito, lo envolvieron en una manta y ahí mismo lo sepultaron...y cuentan los que saben de esto, que a partir de entonces se fue tejiendo la leyenda de la animita del difuntito de San José, los pescadores al salir a pescar tenían que pasar por la animita del difuntito para encomendarse a Dios y al niño, con gran devoción para que les fuera bien en la pesca, y le hacen peticiones y en enfermedades que les aquejan, los que según les concede como lo demuestran las ofrendas que tiene la tumbita.
Cuenta Doña Rosita Castro que la animita del difuntito es un punto de fe y referencia para los lugareños, en especial para los hombres del mar, quienes en su mayoría no salen a pescar si no pasan por la animita y se encomiendan al difuntito como también le dicen para que les vaya bien en sus actividades para lograr buena pesca, que desde el ciclón del 18 los pescadores y los josefinos lo adoptaron como su ángel de devoción y por generaciones hasta la fecha lo veneran terminó diciendo la dulce viejecita.
…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…

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