LA PAZ QUE SE PERDIÓ
POR MANUELITA LIZARRAGA
“CASCARONES, CONFETIS Y
SERPENTINAS”.
Era una costumbre en La Paz de ayer, que durante
todo el año la gran canasta tejida de cogollo de palma colgada en la enredadera
arropada de perfumada y coloridas flores, se llenaba de cascarones, de los
huevos aquellos cacareados por las gallinas que los ponían, y eran el alimento
diario, que desayuno tan sano, y la gran canasta se iba llenando de aquellos
cascarones los que serían arreglados para la fiesta de carnaval....con cuánta
ilusión esperábamos aquellos días de carnaval.
En los carnavales del ayer, era tradición que en
cada hogar se arreglaban los cascarones para llevarlos a esas fiestas pues cada
miembro de la familia llevaba una bolsa de coloridos cascarones para divertirse
sanamente en las fiestas carnestolendas que se celebraban en la plaza del
pueblo, en víspera de la cuaresma. En casa, con palo de Brasil, y cáscara de
granadas los mayores pintaban los cascarones y a los chamacos nos tocaban
llenarlos de confeti, cerrarlos con papel de china y cerrarlos con engrudo, era
una grata convivencia familia, pues en esa tarea participaban desde la abuela,
hasta el perro... ¡qué diferencia de hoy!, unos andan por un lado y otros por
otro.
En el añorado carnaval de ayer, era un sano disfrute
familiar todos los preparativos desde la elección de la reina que eran dos
candidatas, la del pueblo y la de la alta, la quema del mal humor, la carroza
muy arreglada con la reina y sus lindas princesas las que paseaban por las
principales calles de La Paz... ¡era toda una fiesta! En la plazuela se
realizaban los carnavales...todos aquí en La Paz nos conocíamos, éramos tan
felices que hasta nos andábamos riendo solos...éramos como una gran familia.
Los mismos tamarindos, jóvenes en el ayer, las palomas, el kiosco, el palacio
de gobierno con su balcón, las torres de la iglesia, el correo y los pocos
restaurantes que estaban en frente de la plaza eran el marco donde las familias
sudcalifornianas convivían y se reencontraban en las fiestas carnavaleras, una
de las fiestas más importantes en La Paz, mientras que los padres y abuelos
sentados en las antiguas bancas platicaban, las jovencitas y muchachos daban la
vuelta a la plaza, unos por la izquierda y otros por la derecha, y los niños
correteaban entre el jardín dándose cascaronazos a los compañeritos de la
escuela.
El carnaval iniciaba el sábado, paseaban el mal
humor por toda La Paz, luego el delegado o gobernador en su caso, en el balcón
del palacio de gobierno, daba lectura al cómico testamento culminando con la
quema del mal humor, y la gente divertida corría por toda la plaza seguida por
los toritos y los buscapiés que hacían más alegre aquel ambiente de carnaval.
No había fritanga ni borrachera....la perica, o sea la julia, lo que viene a ser
ahora las patrullas, tenía poco trabajo. No había temor porque le robaran el
bolso ni se conocía la palabra “droga”, bueno la droga era cuando uno debía
algo, no había resistol, ni tanta cosa que pierde a la juventud...pero si se
bailaba frente a palacio, había mariachi, tríos, traían la banda de Sinaloa,
además de las bandas de Don Rafael Castro y Don Luis González, la música se
escuchaba en toda La Paz y alegraba aquellos carnavales y a las familias
sudcalifornianas.
Otras de las costumbres en el carnaval era que las
familias estrenaba ropa, una prenda para cada día de carnaval...las mamás y las
muchachas se hacían el permanente, y las niñas con sus lindas y largas trenzas,
eso sí, con moños nuevos, y los jovencitos con pantalones de mezclilla nueva, gabardina,
rayón o casimir inglés, los sastres y las costureras tenían mucho trabajo, para
elegir la reina era todo un reto que los padres de la misma concediera el
permiso y ya logrado se buscan el patrocinador....!cuanta alegría había!...se
hacían gallos y la fiesta se desbordaba, paseaban a las candidatas por todas
aquellas callecitas del ayer....cada sábado hacían concurso de baile frente al
palacio de gobierno, las muchachas le ponían un clavel a los jóvenes en la
camisa, desde luego que era vendidos para sacar fondos...realizaban el conteo de votos, y la que acumulaba más
dinero era la ganadora. Para estos eventos acudía toda la gente de La Paz y de
otras partes también...
Mascaritas, chiflos, confetis, cascarones y
serpentinas, además de la música y la alegría de la gente era el marco de
aquella fiestas carnavaleras...no había tanta fritanga ni borrachera, ni tanto
comercio de fuera, que nomás vienen a llevarse el poco dinero que debe circular
aquí.
Por la tarde, a partir del domingo, paseaban a la reina
con sus princesas artísticamente arreglada seguida por la estruendosa música
carnavalera de antaño, así como por la gente que se unía aventándoles confetis
y serpentinas....la venta de máscaras, cucuruchos y antifaces, así como de
cascarones era lo que más se destacaban....abundaban las mascaritas y era
costumbre ver por los barrios grupos de mascaritas que algunas correteaban a
los niños a modo de juego, y decían, no me conoces mascarita!.
Sábado, domingo, lunes y martes eran de carnaval; y
el martes, nada más se quedaba uno hasta las once de la noche, porque el
miércoles era miércoles de ceniza, iniciaba así la cuaresma y el domingo, era
domingo chiquito, así terminaban las fiestas del carnaval de La Paz que se
perdió, pero el domingo chiquito no acostumbrábamos asistir, porque ya
estábamos en cuaresma y según era pecado.
…Por el placer de escribir…Recordar…Y
compartir…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario