LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
“EL TIO HERRERO, DEL RANCHO
‘TAMALES’...UN ARTESANO DE LEYENDA”
...El hombre, hundido en sus pensamientos, frente a la
piedra “la encampanada”, los ojos en el moreno rostro bajo el sombrero de palma
de ala ancha, que cubría su cabeza de cabellos salpicados por la brisa de la
serranía, no se le miraban...de su camisa de dril turco desabotonada al calor
de la forja, sobresalía el sudoroso torso, volándole el pantalón de mezclilla
el aire que soplaba la fragua sobre las brazas encendidas, pringando de cenizas
las teguas que calzaban sus pies...Rodolfo Avilés Cota, fue su
nombre...conocido como el Tío herrero, y por su maravilloso trabajo en la rama
de la herrería, por la mayoría de los habitantes del campo sudcaliforniano. En
el rancho Tamales, bajo el enorme y frondoso árbol de la india, sobre el
lomerío, a un lado de la cuenca del arroyo, donde fluye de un ojo de agua el
cristalino y vital líquido a borbollones, y de donde se abastece la pequeña
comunidad formada por diez familias del rancho Tamales, se encuentra el equipo
de trabajo del legendario “Tío Herrero”, que él mismo elaboró: el yunque, la
fragua, la forja, el marro, entre otras cosas útiles para la realización de
este noble trabajo de la herrería.
El Tío herrero fue un gran artista con una creatividad
nata. El nunca salió de Tamales, donde nació. Ni fue a la escuela, ni de su
familia heredó este arte de la herrería. De su propia creación, destacan la
elaboración de guitarras, violines, vitrolas, una pistola, una escopeta 210 y
un rifle 22; pero lo más interesante es que se hizo sus propias placas
dentales. Si, escuchó usted bien, el tío herrero se hizo sus propias placas
dentales las que usó durante toda su vida, hasta que falleció a una edad muy avanzada.
Su familia se lamenta, ahora, el por qué lo sepultaron con sus placas, ya que
existe todavía los rifles, pistola, vitrola, guitarra y un violín entre los
mismos familiares. El Tío herrero, para hacer su puente dental utilizó madera
especial de una planta del campo sudcaliforniano que se llama “pimientilla”.
Para las piezas dentales utilizó huesos de venado, los que perforó y colocó
mediante unos clavitos de plata muy finos. También a la placa le puso algunos
dientes de plata de aquella porfiriana, placa de la que él se sentía muy
orgulloso cuando los rancheros muy admirados hacían comentarios sobre su placa
y su arte, motivo por el cual era muy popular en toda la comarca.
El Tío herrero, era el herrero de los rancheros
sudcalifornianos de aquella época. Les hacía todo lo que se necesitaba para las
monturas: espuelas con plata porfiriana incrustada, armas, cuchillos, machetes,
dagas y todo lo que se les ocurriera, él lo hacía. Si fue capaz de hacer hasta
sus propias placas dentales, que cosa no haría. En el rancho Tamales, bajo el
frondoso y legendario árbol de la india, vivió el tío herrero, un hombre muy
industrioso, y viven todavía descendientes de él, que se distinguen también
toda su familia por las artes manuales. En la loma, cerca del yunque, la forja
y la fragua se encuentran dos piletas de piedra donde antiguamente hacían
jabón. También el tío herrero del rancho Tamales era carpintero, talabartero y
zapatero. Curtía las pieles para elaborar el calzado de la familia, y de
algunas de las rancherías aledañas. Hacían cueras, sombreros de vaqueta, sillas
de montar, chaparreras, frenos, el tapajo, cabrestos, riendas, etc.
El rancho Tamales fue fundado en el siglo pasado por los
padres del Tío herrero. Doroteo Avilés y Manuela Cota. El origen del nombre del
rancho es el siguiente. Cuentan los mayores que Doroteo y Manuela vivían muy
felices en el rancho La huerta; y recién casados se fueron caminando por las
brechas de pedregosos caminos, buscando el terreno adecuado donde asentar su
hogar y formar un rancho. Al llegar al arroyo frente a la hermosa piedra “La
encampanada”, estaba un ojo de agua y a su alrededor varias hojas de tamales
diseminadas a los lados. Al verlas doña Manuela expresó “seguramente algunos
vaqueros que parajearon aquí comieron tamales”. Entonces dijo Don Doroteo “aquí
vamos a levantar un rancho y se va a llamar tamales”. Y cuentan que diciendo y
haciendo, lo primero que hizo fue plantar un arbolito el que ahora es un
frondoso árbol de la india, y bajo su sombra está el yunque del tío herrero, y
aun lado la casa fundadora de adobe construida desde el siglo pasado.
El rancho tamales del Tío herrero está envuelto en la
historia y en la leyenda.
...Y al golpe del marro sobre el yunque...iban surgiendo
verdaderas obras de arte, placas dentales, espuelas, herraduras, guitarras...y
dejaba volar sus pensamientos creadores...
…Por el placer de
escribir…Recordar…Y compartir…
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