lunes, 24 de marzo de 2014

“LA CASA TAPIADA...LA CASA DE LA AHORCADA...CASA DE MIS RECUERDOS”.



            ...Son muchos los espantados en esa mansión, por la calle Guillermo Prieto y Allende...la que hace algunos años luce tapiada...pues nunca nadie la ha podido habitar...y quienes han vivido en esa casa de la ahorcada no ha sido por mucho tiempo, ya que, espantados la han tenido que desalojar.

            Una hermosa tarde de lluvia, hace ya algún tiempo, llegué a visitar a mi cuñado, Don Vicente Dominguez, y a su apreciable familia, como es la costumbre; y un escándalo tenían entre sorbo y sorbo de café de grano acompañado de exquisitas galletas marineras...”fíjese mamá, que Angélica mi prima, (Estudiante normalista en ese tiempo), nos contó espantada lo que le sucedió en la casa de la ahorcada a cinco compañeras suyas...decía mi sobrina Magdalena, que hasta se ahogaba del susto y quienes la rodeábamos también, y añadió...resulta que estas muchachas radicaban en Ciudad Constitución y rentaron la casa de la ahorcada entre las cinco estudiantes...claro, que ellas no sabían nada de la leyenda que circula de boca en boca de la mencionada mansión...al llegar, dejaron sus maletas todavía en el porche, y tres de ellas se fueron a bailar al Rollo... se quedaron dos muchachas por que tenían que estudiar para el examen del día siguiente.

            La  pertinaz llovizna repiqueteaba en el techado, y entre truenos de rayos y centellas y aquellos aromas a café de granito, emocionados, con los ojos pelones, atentos, escuchábamos: “una de las muchachas tomó su libreta para estudiar y se metió al baño a hacer una necesidad biológica...y cuando mas adentrada estaba en la lectura, ¡que se le refleja en la libreta a la luz del foco la sombra de una persona ahorcada!, ella no comprendía de donde salía aquella sombra, pero al levantar la vista por poco se desmaya del susto ¡de la regadera pendía el cuerpo de una señora viejita ahorcada que ante su vista se desvaneció!. La joven salió espantada con las ropas menores hasta las rodillas gritando como una desquiciada...!hay una mujer ahorcada en el baño!, no quisieron saber más  y del porche recogieron las maletas y naturalmente que no habitaron la casa”.

            Al escuchar esta agradable y espeluznante conversación, tercié en la plática, y ratifiqué a mi sobrina que la muchacha no mentía, que es cierto que en la casa de la ahorcada se aparece la mujer colgada de una cuerda,  y se escuchan lamentos y arrastres de cadenas. Les voy a narrar mi propia experiencia cuando niña, y algunas de otras gentes que han vivido en la casa de la ahorcada. Corría el año de 1950 o 1951...felizmente vivíamos, además de mis padres y hermanos  con abuelita, mi perro viejo el pachuco y todo, en la casona de piedra gris de don Gelasio Aguilar y de Doña Margarita Vonborstel de Aguilar (q.e.p.d.) (bellos recuerdos), la casona en mención esta ubicada en Guillermo Prieto y Juarez, antaño era una hermosa huerta toda la manzana donde se cultivaban frutas, verduras y hortalizas y una diversidad de hermosas y perfumadas flores...también había ganado y grandes gallineros repletos de aves, así como porquerizas, pájaros cantores de todo tipo, gansos, patos y pavorreales y desde luego el molino de viento con su gran pila y sistema de riego que no podía faltar...el aroma a pan calientito de la panadería “la vencedora”, propiedad de don Gelasio, inundaba aquel ambiente familiar y vecinal...aquella tarde perfumada a tierra mojada pues había llovido bastante aquel día , después de la lluvia jugábamos todos los niños de la casona, y algunos amiguitos del barrio haciendo casitas y pasteles con la tierra mojada como antaño era la costumbre jugar a la tenue luz del foco del poste de la esquina donde estaba la casa amarilla de techo de cuatro aguas, de doña Nieves Prieto para ser exactos. De repente a mi hermanita mayor se le ocurrió que jugáramos a las escondidas y todos los chamacos corrimos a escondernos...mi hermana señaló para unos matorralitos que había en la banqueta donde es la casa de la ahorcada por la calle Guillermo Prieto poquito antes de llegar a la esquina de la calle Allende...muy calladitas nos agazapamos entre aquellos arbustos, pero de pronto, al levantar la vista vimos por una ventana de baño, que no tenia vidrio por cierto, a una viejecita colgada de la regadera, o seria viga quizás, pero ella estaba colgada. Quizás era una persona joven aun, pero a nosotros nos pareció viejita (antes las abuelitas de 40 años ya eran viejitas), se sentaban en una rechinadora poltrona, peinadas de molote y todo. Ahora, las abuelitas de esa edad son unas muchachas.

            ...! Fue una experiencia que jamás he podido olvidar!...tenia la señora los ojos volteados y la lengua de fuera...imagínese estimado lector la impresión al ver aquello para unas niñas de escasos 7 y 9 años. ¡que íbamos a saber de espantos!, ni por un momento pensamos que fuera eso u otra cosa aquella escena...!armamos un escándalo!, ¡se ahorcó la viejita...se ahorcó la viejita!... acudió el vecindario y claro que ellos no vieron nada...mi madre nos pegó una cintariza, y mi abuelita no se la acababa...recuerdo que decía mi mamá “diga que no es cierto” y ¡Pas carajo! un cintarazo en las piernas y parecía una danza la que teníamos, mi mamá tirando cintarazos, el perro ladrando tratando de quitarle el cinto de las manos a mi mamá y nosotras dando vueltas diciendo “si, es verdad, si es verdad” y el pachuco saltando y ladrando tratando de quitarle el cinto a mi madre. Crecimos con esa incertidumbre sin comprender por que nos pegaban si nos habían enseñado a no mentir. Sepultamos en el arcón del recuerdo aquello; lo recordábamos como una cómica anécdota por nuestro comportamiento que brincábamos al tiempo que nos llovían los cintarazos y decíamos “si es verdad si es verdad” y mi mama decía “diga que no es cierto”. Y el perro en lo suyo.

            Al paso del tiempo, todo ha sido como una leyenda. Investigando aquí y allá, me he enterado de muchas experiencias vividas en esa casa por muchas personas...pero ellas, me han pedido que no publique sus nombres, lo cual se los respeto. Dicen  que por la década de los años 30 una señora (no voy a publicar sus nombres por respeto a sus familiares si es que existen), según se cree que se suicido, ahorcándose de la regadera del baño. Unos dicen que estaba afectada de los nervios; otros dicen que por robarle la asesinaron y que hubo hasta una persona muy allegada a ella detenida en la cárcel por sospecha. Lo cierto es que esta persona se ahorco y se aparece en la casona. La casa la rentaban sus dueños, pero luego se escuchaban cosas raras que no podían habitarla. Una amiga muy querida de la señora Ahorcada, cuenta que Elena, así se llamaba, era muy feliz en su casa...tenía una hermosa huerta donde abundaban los árboles frutales y un hermoso jardín inundado de una diversidad de flores, pavorreales, y muchos pájaros cantores. Y dice, que ella le contaba que nunca se iba a ir de su casa, que siempre iba a estar en ella, porque era muy feliz y la quería tanto.

            Un vecino de la casa en mención dice que él no quiere voltear para adentro de la misma, que respeta lo que se dice y que no se quiere arriesgar; que por las noches se escucha detrás de la barda como si viviera gente en esta casa, y también cacareos de gallinas se escuchan como si anduvieran barriendo, como si lavaran los trastes, en fin que se siente que estuviera habitada. Añade este respetable señor, que hubo un tiempo en que los dueños de la casa la regalaban a quien pudiera habitarla y fueron muchos los que lo intentaron, pero salían espantados. Dice el mismo señor que hubo un caso muy curioso, que un día llego un señor, de esos valentones que no faltan, y dijo “hay que tenerle miedo a los vivos, no a los muertos, vera usted como yo si me voy a quedar con esta casa, que ahorcados ni que ocho cuartos” y si, el señor se cambió a la casa, muy contento se miraba que la arreglaba y todo parecía normal, pasaron varios días y hasta pensó, “este ya se quedó”. Pero como a la semana, de repente salió el señor en su pick up en reversa despavorido, que hasta el árbol de la banqueta de enfrente tumbó...él fue el último que vivió allí. Le pregunté pues que paso, “fíjese, me dijo aterrorizado, estaba parado en una silla clavando en la pared un cuadro, cuando de pronto me golpearon las corvas o me hicieron el “soldadito”, así como una zancadilla y caí al suelo de rodillas, pero al levantarme y a alzar la vista, ¡voy viendo la mujer colgada en el baño, yo no quiero esa casa!”. Desde entonces los dueños tuvieron que tapiar la casa. Dice este mismo señor que el acostumbra a pasear a su nieta por esa banqueta pero a temprana hora y sin voltear para adentro de la casa por aquello, pues no tengo ningún negocio en ella. Y una tarde venían tres jóvenes estudiantes por la banqueta de enfrente y me quedaban de frente, de pronto los muchachos corrieron espantados gritando, ¡señor!...!señor la mujer vestida de blanco que le acompañaba desapareció ante nuestros ojos! La cosa es que yo no traía ninguna mujer que me acompañara, solo los jóvenes la vieron y desde entonces, por si las dudas, le rodeo la banqueta. Por su parte Don Oscar Amaya del barrio “la pedrada”, dice que en esa casa de la ahorcada vivió un señor que se dedicaba a la costura, pero que se tuvo que salir espantado, porque fueron varias las veces que vio a la mujer caminando por la casa y el patio con el chicote arrastrado amarrado del cuello.

            ...Por la casa tapiada de la ahorcada mas vale que pases persignada...por que en cualquier momento puedes ver a la mujer colgada...

            Aquí en La Paz, existen muchas casonas antiguas que encierran bonitas leyenda de aparecidos y tesoros...pero, como yo escribo de noche, como que me da cus cus escribir sobre estos temas tan apasionantes, pero lo haré de vez en cuando.

“…Por el placer de Escribir… Recordar y Compartir…”





viernes, 21 de marzo de 2014

DOÑA RAMONA AMADOR DE CASTRO... “DOÑA CHINA”.... FUE UNA CURANDERA Y PARTERA DE MUCHO RENOMBRE



  • POR SUS CONOCIMIENTOS Y DON DE GENTE, FUE UNA PERSONA MUY ESTIMADA EN AQUELLA REGION.
  • NACIO DONDE EL RUGIR DE LOS DOS MARES SE JUNTAN.... EN EL HISTORICO Y LEJENDARIO SAN JOSE DEL CABO, B.C.S.
  • “DOÑA CHINA” FUE INDITA PERICU... DOMINABA EL CONOCIMIENTO DE LA MEDICINA HERBARIA.
  • FUE ESPECIALISTA EN CURAR EL TETANO EN EL OMBLIGO, O “MOCEZUELO”, Y PARTERA DE RENOMBRE.
  • PADECIA ARRITMIA CARDIACA DESDE LOS QUINCE AÑOS, Y SOLITA SE CURABA; COCIA PALO DE BRASIL, ASAR DE NARANJO Y UNA ARGOLLA DE ORO, Y LE PASABA EL MALESTAR... MURIO A LOS 117 AÑOS.

Al despuntar el alba, Doña China la curandera de San José del Cabo,  caminaba grandes distancias para cumplir su noble oficio... traer niños al mundo... una escudilla de oro o plata en pasta, o un guajolote, o un par de gallinas, o a veces un guacal de panocha, recibía por pago; y los que no tenían para pagarle, lo mismo le daba, no les cobraba, ella era feliz en ese oficio de la nacencia... Caminaba desde su lugar de origen desde San José del Cabo, hasta el histórico pueblo minero El Triunfo, según era el caso; y se quedaba hasta cuatro meses por esos lugares esperando el alumbramiento de las parturientas que había en ese tiempo, ya que parías hasta 14 y 20 hijos, y tomaban su te de Damiana, y la indita Pericu Doña China, la curandera del pueblo, tenía mucho trabajo. Fueron muchos los niños que trajo al mundo, así como muchas las personas que curó de agresivas enfermedades que había en aquella época.

En aquel tiempo, los niños morían del terrible mal, el Mocezuelo, eran pocos los que lograban sobrevivir y gracias a los conocimientos empíricos de la indita Pericu, heredado a través de generaciones y quien era especialista en curar esa enfermedad del tétano en el ombligo de los recién nacidos, entre otras enfermedades; a base de flor de Tuna, flor de piedra y otras plantas de la región solo por ella conocida. Doña China era especialista también para sacar el aceite del huevo con el que curaba el dolor de oídos. Ella padecía Arritmia Cardiaca desde que tenía quince años, y cuando le daba el telele o malestar, ella solita se curaba: En el jarro de los remedios ponía a cocer palo de Brasil, asar de naranjo, y le echaba a hervir una argolla de oro; se tomaba ese cocimiento y se le pasaba el malestar el que nunca se le quitó,  pero ella se aliviaba y murió a los 117 años. Los antiguos Californios dominaban todos los conocimientos para la sobrevivencia... habían sobrevivido sanamente por milenios apegados a sus costumbres, pero no estaban preparados para hacerle frente a las pestes, y demás epidemias que introdujeron los extranjeros, que según la historia fue la causa de su exterminio; y Dona China la indita Pericu había adquirido de su mayores todos estos conocimientos, quienes gracias a Dios se salvaron algunos, porque no todos estaban sometidos a las misiones, y huyeron para la sierra y las cuevas a vivir al estilo indio.

Doña China la curandera del pueblo, utilizaba también la gobernadora para múltiples enfermedades, porque decía ella, que se llamaba gobernadora esta planta, precisamente porque curaba más de 150 enfermedades; entre ellas, los riñones y destapar trompas ´para que concibieran la mujeres. Con buches de hierba del Pasmo curaba dolores de muela; el Estafiate, y el Epazote lo utilizaba para desparasitar y hasta para amenaza de gangrena; con Jamaica y pedacitos de Biznaga seca curaba el hígado... los dolores de huesos que ahora le dicen reumas los curaba con piquetes de abeja, y con baños de huatamote; el Poleo frito con infundia de gallina para la Sinusitis; Yerbabuena, Manzanilla, Albahaca y Estopa de Coco para el estómago. Para enfermedades de los pies como mal olor y pie de atleta, con cocimiento de cascara de palo planco, así como el Toloache con azufre. Para los crudos, te de hojas de Guayabo con hojas de naranjo amargo; el algodoncillo  y las hemorroides las curaban a base de agua de lonboy; para apretar los dientes cuando se aflojaban, Doña China utilizaba la cáscara de Ciruelo de monte, masticada;  para purificar la sangre y que se generen glóbulos rojos utilizaba el Micle y la Zarzaparrilla. Entre tantas enfermedades que curaba.

Como partera Doña China la curandera era especialista y muy profesional. Según la costumbre india, colgaba a la parturienta agarrándose de los horcones del techo, quedando esta en el suelo sobre u tapete o sábana, o manta en posición de cuclillas, al nacer la criatura, Doña China media una cuarta de la tripa de la madre, y una cuarta de la tripa del ombligo del niño y cortaba con la flama de una vela entre esas medidas cauterizando la tripa, y amarrando del niño con el cordón previamente preparado por ella con hilos de maguey o de cierta palma, luego bañaba al niño en agua de manzanilla calientita, y a la madre de dama un cocimiento que ella preparaba para que saliera toda la placenta después de 30 minutos, la que era enterrada en un lugar determinado del patio; luego fajaba a la medre con manta y le daba cocimientos de raíces de Chicura y Choya, y se quedaba al cuidarlos por unos días. Un día dice su tataranieto el reconocido Don Rubén Monroy Castro, que contaban los mayores que cuando su tatarabuela tenía la edad de 90 años un día llegó a San José del Cabo en un gran vapor de aquellos, el primer Doctor don Severo Garduño, quien tenía segundo lugar en medicina; y cuando le daba el mal cariaco a Doña China, el médico la atendía.

Cuentan, dijo, que ella tenía un cofre muy bonito el que apreciaba mucho, y el que tenía una apasionante historia. Este cofre le encanto al doctor y trató de comprárselo a su tatarabuela; y ella le dijo que cuando se muriera se lo iba a heredar. Y que después de 27 años de aquella promesa, Doña China la indita Pericu, la curandera del pueblo de San José del Cabo murió a los 117 años y desde luego el Doctor fue a reclamar su herencia, y la familia muy respetuosa de la voluntad de la abuela, le entregó el preciado cofre, y el Doctor lo abrió delante de todos los ahí presentes, y este estaba repleto de las medicinas que durante casi 30 años que el Doctor había recetado para su mal de arritmia, y que además contenía una carta en la que decía lo siguiente:

“Dr. También le heredo que me recetó durante treinta años, porque si me las hubiera tomado ya me hubiera muerto hace muchos años. Su amiga  Ramona Amador de Castro”.


...Y por aquellos pedregosos caminos al despuntar el alba las huellas de la indita Pericu Doña China la curandera del pueblo, iban quedando plasmadas en el polvo del camino.

“...SALUD SEÑOR PRESIDENTE...BENEMERITO DE LAS AMERICAS...LIC. PABLO BENITO JUAREZ GARCIA”.




            Don Benito Juarez, con su gobierno contribuyó a formar el espíritu de la nación mexicana. Es el símbolo de las leyes de reforma de 1857, y el alma de la resistencia durante la intervención francesa en México, logrando la victoria definitiva de los republicanos contra los imperialistas, conjurando todo peligro de amenaza europea. Don Benito Juarez García fue toda una institución de las leyes. El hombre de las luchas y las tempestades políticas, el hombre cumbre, que produjo el mundo después de nuestro señor Jesucristo, nació el 21 de marzo de 1806...exactamente durante el equinoccio de primavera, en el pueblo de Guelatao Oaxaca. Benito fue un humilde pastorcito que mientras cuidaba el rebaño hacía vibrar su flauta de carrizo inundando de notas musicales, montes y serranías de la Mixteca, templando su espíritu...debido a un incidente con las ovejas que estaban a su cuidado, se dirigió a Guanajuato y gracias y a la nobleza y apoyo de Don Antonio Zalanueva, a los doce años empezó a conocer el alfabeto. Su esfuerzo fructificó hasta recibirse como abogado...debido a su dedicación llegó a ser presidente del Tribunal Superior de Justicia de su Estado...posteriormente, fue gobernador, y luego presidente de la República. Su honestidad se comprobó, pues su fortuna consistía en 2,500 pesos. en una ocasión, durante una visita que hizo Benito Juarez al gobernador de Guanajuato, al otro día, muy temprano, solicitó a una sirvienta que le alcanzara un recipiente con agua para asearse la cara, y como ésta lo vio prietito de color firme y humilde, le contestó majaderamente voz tronante, ¡si quiere agua vaya y sáquela usted del pozo!...el presidente Benito Juarez se dirigió a donde se le mandó, sacó agua del pozo y se fue a su recamara y se aseó. Ya en la mesa, a la hora del desayuno, debido a su alta investidura le cedieron la cabecera de la mesa, y la sorpresa de la sirvienta fue mayúscula cuando el gobernador le ordenó que le sirviera primero al señor presidente. Ésta se soltó llorando pidiéndole disculpas y Juarez con la sencillez que le caracterizaba le dijo que no tuviera cuidado.

Don Benito Juarez falleció el 18 de julio de 1872. Ante la tumba que se acababa de abrir todas las pasiones enmudecieron. El Ayuntamiento decretó un luto de siete días, la prensa guardó silencio. Al fondo del salón de embajadores, en un catafalco con su frac inevitable y la banda tricolor en el pecho, colocaron el cadáver del indio incansable que luchó por dejarnos las leyes de reforma, y reconstruyó el país poco a poco. La personalidad política del señor Juarez pertenece a la historia cuyo buril severo le asignará el lugar que de derecho le corresponde, siendo incuestionable que su recuerdo vivirá siempre en todos los mexicanos, por hallarse ligado con los de las épocas más importantes de nuestra vida pública.

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LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR MANUELITA LIZARRAGA.

  • 1806 -  2014, AÑO DE JUAREZ… 208 AÑOS DE SU NATALICIO.

Poema escrito al festejar el bicentenario de su natalicio. Se respeta el texto original.

Por: Alfredo Cardona Peña.

Excelentísimo Señor Presidente,

Del carácter insobornable, de la fuerza en el día,
Prefecto del rigor, edecán de los limpios,
Gran caballero de la orden de los humildes;
Condecorado por el sol, que dio a tus facciones,
Una adusta grandeza de piedra resurgida.
Excelentísimo señor embajador,
Del espíritu de las leyes,
Que entregaste tus credenciales en las manos del pueblo
Y vigilaste el cumplimiento de lo que parecía intocable
Por los decretos que firmó la consciencia,
Por los mandatos que inspiró la mañana
SEÑOR MINISTRO DE LA RESTITUCION PÚBLICA,
Que pusiste en tu pecho la lágrima del pobre
Y no medallas fundidas en latín y amuletos marchitos.
Rector de la universidad de los dignos,
Que desconoces los nombramientos honoríficos
Cuando estos se fabrican de espaldas al decoro.
HONORABLE CUERPO DEMOCRATICO,
Señoras y señores en la fe de la historia:

Henos aquí celebrando el nacimiento
De quien no tiene muerte,
A los 200 años exactos
De su producción en la primavera,
Por que, señor presidente, según lo han confirmado
Horóscopos maduros y pájaros triunfales,
Naciste con la maduración de los frutos, y es simbólico
Tal advenimiento en la estación de las flores,
Cuando la tierra derrama su corazón a los humanos.

Haz que cierta poesía solitaria,
Maestra en la oscuridad,
Experta en el sutil enredo de la frase,
Abandone sus trajes de sombra,
Sus voces como gotas fríamente perfectas,
Y poniéndose el casco reservado a los himnos,
Cante llena de sol en el estadio
Donde la juventud eleva a tu memoria
Su competencia musical.

Naciste, como he dicho, en el día de primavera,
Más fue tu infancia un triste invierno sin vestido
En donde muchas veces, para subsistir en el cuerpo
Tuviste que llamar a las puertas más altas
Como los ciervos hacen con las últimas ramas.
De niño recibiste el beso de los crepúsculos
El orto fue tu ayo, tu madrina la tarde,
Pues como algunos reyes, que aparecen en el amarillo testamento,
Iniciados en las fuerzas Purísima de la soledad, fuiste pastor en los días risueños de la infancia,
Y es la primera imagen de tu historia una égloga
Que guarda entre la brisa su armonía inicial.
Como una comida que han enfriado las penas,
Fue tu primera juventud, a la sombra de la perseverancia.

Repetiste el drama del estudiante misérrimo,
Santificaste la voluntad cuando en la noche
Leías quemándote los ojos,
Leías buscando una luz que la vela te hurtaba,
Leías mientras otros compraban o reían.
Ah, señor presidente, nosotros no podemos olvidar
Aquellas horas de estudio sin fiesta,
En las que poco a poco fuiste viendo a tu patria
Como un dolor tendido extensamente,
O acaso como una doncella amenazada,
O un lindo cuento solo para algunos.

Te preocupaban los libros caros y la mesa,
La novia te dolía,
Por que eras una raíz envuelta en polvo
Y muchos años de desprecio subían como hiedras,
Por los duros reinados de tu sangre.
Eras el último de la calle,
Un indio, un gran silencio hecho de llama.
Pero,
Fuiste preparando con lentitud de alfarero una idea,
Fuiste profundizando en hombres y palabras
Y te casaste venciendo murallas,
Dejaste la provincia, madre caudal y sola
Y un día ciudadano, un día altivo,
Un día en un gran árbol transformado se abrió tu obra, al fin como una puerta,
De justicia labrada. Por ella entró la luz
Y la tiniebla huyó con su murciélago.
¿Cuál fue tu arma, padre desarmado?
Una más grande que la luz del día,
 Más poderosa que las acechanzas,
A cuyo nombre tiemblan los culpables,
Enmudecen puñales, torna el fiel a su punto:
LA LEY. Y EN ELLA EL PUEBLO.
El pueblo que fue escudo de tu brazo,
Rosa en tu fe sembrada.
Apretada en el puño, como un látigo de fulgores
La ley viajó contigo,
Ardió, fue construyendo su reforma,
Y a tal punto se hizo sustancial a tu alma
Que era tu ser, oh Juarez, LA LEY MISMA,
Vestida severísima y actuante.
En esa ley -o roca- en que vivías
Fue a estrellarse el imperio: sus espumas
Salpicaron las páginas de Europa.
Pero había pequeñas miserias,
Conspiraban hisopos y sortijas,
Y se lanzaron, Juarez incorrupto,
Sobre tu ideal innovador. No pudo
Aquella tempestad herir tu frente,
Por que eras un producto de muchos siglos,
Un fuego que apagado quemaba tu silencio.
El suelo estaba lleno de hojas podridas, de basuras crueles,
Y había que barrer el ancho piso
De tierra de tu patria,
Limpiar los miedos,  pintar las paredes,
Con un color que ya no fuera el negro;
Había que escribir constituciones,
Frases con sellos de águila, anti dogmas,
Y sobre todo, no cejar: herir el rayo y dominar la hora.
Entonces comenzó aquel largo viaje
De tu celo, y rodaste en un carruaje
Del que tiraba la jurisprudencia.
Atravesaste la noche de México,
Fuiste vigilia, gestión, esperanza
Y cuando el invasor se derrumbó, cuando tus normas
Fueron decoro público y las flores
Habitaron de nuevo las escuelas,
Surgió tu nombre como una alta cumbre,
Se hizo muchedumbre tu soledad
Y para siempre quedaste viviendo
En las festividades de tu pueblo.
Oh roca apasionada, estatua viva.
Oh impasibilidad sobre los montes.
Así te vemos hoy, y mientras pasa, la hora fugitiva, permaneces,
Y arde el silencio como un ángel puro,
En tu silla de bronce.
Desde esa silla, Juarez inmutable, vences, caminas, logras y construyes.
¡Salud excelentísimo señor!
Al pie de tu onomástico
Mares y lejanías te contemplan
Viendo como has crecido y cuanto has hecho. Te entregamos las llaves de América.
Te nombramos
Huésped de honor de las auroras libres.
Ven y preside el fallo de la historia
Como una encina un bosque de laureles.
Respetaremos como mexicanos,
La histórica y celebre  frase que nos legaste
“QUE EL PUEBLO Y EL GOBIERNO RESPETEN LOS DERECHOS DE TODOS. ENTRE LOS INDIVIDUOS, COMO ENTRE LAS NACIONES, EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ.”.
¡Salud señor presidente!...benemérito de las Américas.


jueves, 20 de marzo de 2014

“EN SU 46 ANIVERSARIO...LA RONDALLA AZUL...UN CONJUNTO SUDCALIFORNIANO...CREADO PARA SERVIR...POR SERVIR”.



            Las notas musicales arrancadas por cuatro inquietos jóvenes a las cuerdas de viejas y desafinadas guitarras, inundaban el jardín de la antigua casona de piedra de la estimada e inolvidable profesora Estela Pineda de Santa Ana, elevándose a la copa de los frondosos árboles confundiéndose con el alegre trino de los pájaros canores...y el viento las llevaba por la calle mas antigua de La Paz por allá por anque Chale Aramburo, por la Belizario Domínguez, antes calle segunda de gratos recuerdos, sorprendiendo y deleitando a las gentes que pasaban por allí; quienes estaban acostumbradas a escuchar todos los días el rascar de las guitarras por: Moisés Coronado, Paco Escopinichi, Raúl Cholet y Cesar Santa Ana; quienes se reunían bajo la sombra del árbol a convivir en sana camaradería, y hacer sus prácticas musicales...los jóvenes empezaban a acariciar las cuerdas de las guitarras, aunque unos les daban para ningún lado, cada quien con su onda.

            Eran los años del 67...estos jóvenes estaban forjados en aquella Paz del romance, de la música, de pianos, de orquestas famosas y de molinos de viento...latía en su alma el artista...La Paz en ese tiempo sufría un cambio importante con la reciente inauguración del primer transbordador “La Paz”, y el cierre de operaciones del muelle fiscal, el que había sido el puntal del desarrollo de Baja California Sur, desde la tercera década del siglo antepasado. Poco a poco poltronas y tenderetes fueron desapareciendo de las banquetas, perdiéndose esa bonita costumbre de la gran familia sudcaliforniana de salir a esperar el tradicional aire fresco del coromuel. Pero eso a los inquietos jóvenes no les afectaba, su espíritu romántico estaba hecho para la música y para servir a su pueblo.

            Y una noche en que los muchachos le hacían a la tocada y a la cantada con mucha pasión, la profesora Estela les dijo que “porqué no formaban una rondalla”...al cuarteto de jóvenes les gustó la idea, naciéndoles el entusiasmo; y debido a eso invitaron a acariciar las cuerdas de las guitarras a otra palomilla. Empezaron a estudiar en forma en la casa de piedra de la profesora Estela...!era una gran fiesta todos los días en la casona de la Belizario Domínguez al ritmo de las guitarras! Se conjuntaron 19 muchachos, entre los cuales figuran como fundadores: Rogelio Sánchez Peláez, Miguel Angel Norsagaray, Juan Ramos Cepeda, Cesar Santa Ana Pineda (alias el popular “semillon”), Oscar Martínez Nuñez, Alberto Islas Peláez, Eligio Moisés Coronado (ahora prestigiado cronista de nuestro estado), el Vicki Beltran, Gonzi Vonborstel, Francisco Romero Escopinichi, Salvador Yee (alias “el nuevo”), Humberto Cesar García (alias el “tamal”), Paco y Raúl Cholet, Joel Baca, (alias “el trovador del Bermejo”) y Benito Ramírez Soto (alias el “pechugas”), siendo su director y maestro Miguel Angel Norsagaray, quien se ha convertido en el eje central de este prestigiado grupo de artistas sudcalifornianos, dirigiéndolos hasta la fecha; ahora todos ellos profesionistas.



           

Desde su creación, de este selecto conjunto musical, la Rondalla Azul, su meta fue la bohemia y el servir a su tierra en actividades culturales y sociales. Su primera presentación en público fue una tarde de primavera, el 21 de marzo de 1968 en el histórico Teatro Cine Constitución, de tristes recuerdos; donde se llevó a cabo el segundo concurso de la canción sudcaliforniana, obteniendo este selecto grupo el primer y segundo lugar respectivamente con la sentida y hermosa canción “paceñita” de Francisco Arámburo Salas, y “la otra orilla” de Humberto Cesar García. Para fortuna de los sudcalifornianos, de aquí nace en forma oficial LA RONDALLA AZUL, quien fue bautizada por el profesor Román Pozo Méndez, ya que éste conjunto carecía de nombre y el atuendo que llevaban era pantalón y guayabera de color azul claro. Por tal motivo, al profesor Roman Pozo se le ocurrió ese nombre. Por lo tanto los “rondallos”, lo reconocen como su padrino. Desde entonces, la Rondalla Azul ha tenido reuniones para los ensayos en casa de cada uno de los miembros con el fin de unir más los lazos de amistad, los que se desparramaron hasta los hijos y nietos. Reuniéndose hasta 60 o más gentes en las reuniones familiares en cada ensayo. También desde ese tiempo, la Rondalla Azul ha tenido como meta y como fin primordial servir a su comunidad, a su tierra, con el único placer de “servir por servir”.

            La Rondalla Azul, en sus primeras inscurciones de servicio social ha participado en el pueblo de Todos Santos, que es la Cuernavaca Sudcaliforniana, en un evento para reunir fondos a beneficios de un barrio de escasos recursos llamado “san Ignacio”, cuyo anhelo era tener agua potable. En la segunda ocasión fue en el mismo lugar, para recaban fondos para el hospital Pedro J. Domínguez Cota para que este centro pudiera ofrecer un mejor servicio a la comunidad. Estos eventos se efectuaron en el majestuoso teatro Manuel Marquez de León que dirige dignamente el profesor Néstor Agúndez Martínez. Asimismo, la Rondalla Azul ha participado en ayuda en festivales con fines altruistas, como por ejemplo con la Unidad de cancerología de esta ciudad de La Paz, Doctor Rubén Cardoza Macias, así como en Los Planes, Guerrero Negro, Cabo San Lucas, San José, Ciudad Constitución, entre otros. También ha enmarcado importantes actividades de escuelas superiores como Normal Urbana, Normal Superior, UPN, Instituto Tecnológico, entre otras innumerables instituciones educativas, apoyando la cultura regional. En 1993, la Rondalla fue favorecida con una beca por el Fondo Nacional de las Culturas y las Artes (FONCA) para rescatar y difundir la música romántica mexicana, entre ellas la música romántica regional.

            El prestigio de la rondalla ha trascendido a nivel nacional, ya que ha tenido presentaciones en Puebla y Durango, entre otros lugares, concursando con otras rondallas, y en las que ha obtenido segundos lugares. En Junio de 1971, a invitación de la primera dama nacional, esposa del entonces presidente de la República Mexicana, Lic. Luis Echeverría Alvarez, la rondalla fue recibida en Los Pinos. A través del tiempo, la rondalla como todo grupo ha tenido sus altas y bajas. Algunos de sus miembros fundadores se retiraron en busca de nuevos horizontes, espacio que fueron llenados por nuevos elementos. Gerónimo Ahumada, gran bohemio y compositor y Domingo Agúndez acudieron al llamado del creador; pero el grupo ha ido siempre con verticalidad y como resultado de la bohemia y de la amistad, se fueron integrando las esposas, ahora SEÑORAS RONDALLAS estrechándose los lazos familiares de una manera muy sólida. Y de aquellos inquietos chamacos que rascaban la guitarra para ningún lado, hoy a la mitad del camino de la vida, se sienten satisfechos de todo lo que han logrado, pero inconformes de lo que han dado, ellos quieren entregar mas a su tierra llevando el romance a todos aquellos que gustan de la canción romántica.

            Los rondallos en su juventud llevaban serenatas a la dulce y tierna novia...ahora...después de 46 años siguen llevando serenatas a sus esposas, así como a las damitas de la sociedad porteña de aquel entonces. La Rondalla Azul ha grabado un disco de 45 revoluciones por minuto, otro long play, con canciones de Conchita Bulnes, así como un cassette y un disco compacto o CD, de reciente grabación. Proyectaron grabar material con puras canciones de autores sudcalifornianos, ya que esta hermosa y pródiga tierra de sudcalifornia, es cuna de compositores de magnifica calidad, que no le pide nada a cualquiera de los grandes de la época romántica. Entre algunos podemos mencionar en el género romántico a Humberto Cesar García, Gerónimo Ahumada, Francisco Arámburo Salas, Miguel Angel Norsagaray, Beatriz Cortez y Agustín Payen así como el popular Ricardo Ramírez, compositor de corridos entre otros también de igual valor. Por más de 3 décadas la rondalla azul ha llevado el mensaje de amistad de fraternidad a través de sus canciones deleitando el espíritu de quienes gustan de la música romántica. Ayer 21 de marzo del año 2000 cumplió 32 años lo que les ha dejado a los rondallos plenas satisfacciones de grato sabor, salpicado de cómicas bromas y anécdotas. Como en algunas ocasiones, por ejemplo, han olvidado en algún lugar después de una serenata su mas preciado tesoro de rondallo, “la guitarra”...o han llevado una serenata equivocada de ventana donde no estaba la novia...o llegan en la madrugada a llevar serenata silenciosamente y de repente algún cegatón se tropieza con una mesa y hace un quebradero de cosas  y con el escándalo sale el papa pistola en mano, creyendo que son ladrones, y la serenata dejó de ser sorpresa.

            La Rondalla Azul es un grupo muy heterogéneo, esta formada con elementos con distintas profesiones, como maestros, contadores, abogados, ingenieros, arquitectos, músicos, mecánicos, historiadores, etc. Siendo en la actualidad 19 rondallos, entre los que solamente existen la mitad de los fundadores. Los nombres de los actuales que nos deleitan con su música y su arte son: Genaro Higuera Cota, Abel Pérez Meza, Gilberto Salgado Ríos, Felipe Antonio Muñoz Jordán, Oscar Martínez Nuñez, Francisco Romero Escopinichi, Rogelio Sánchez Peláez, Roberto Salgado Ríos, Juan Ramos Cepeda, Juan Quiroga Avilés, Juan Calderón Villafan, Raúl Agruel Geraldo, Miguel Ángel Norsagaray, Alberto Islas Pelaez, Cesar Santa Ana Pineda, Jorge Ramírez Soto, Agustín Payen Pedrín, Eligio Moisés Coronado y León Cornejo Lucero. De aquellos inquietos jóvenes de antaño, hoy la mayoría peinan canas, ya que las edades fluctúan entre los 45 y 75 años, por lo tanto, piensan y están conscientes de que la edad cronológica no es impedimento para disfrutar y entregar lo que han hecho apasionadamente durante mas de un cuarto de siglo, que es entregarse por completo a los amantes del arte a través de sus canciones, con sus 19 voces compuestos de: solistas, duetos, tríos, quintetos y con un grupo grande ahora si de afinadas guitarras, además del requinto y bajo.

            Es un orgullo para los sudcalifornianos contar con un grupo de música romántica como la Rondalla Azul. La Casa de la Cultura le rindió un merecido homenaje el 18 de marzo del 2000, al rondallo Humberto Cesar García, el que fue enmarcado por la Rondalla Azul y otros grupos musicales. Asimismo participó en la reinauguración del histórico teatro cine Juarez a 90 años de su fundación, el 21 de marzo en el 194 aniversario del natalicio del benemérito de las Américas, Lic. Pablo Benito Juarez García. Los rondallos participaron en un festival de música romántica en el Teatro Juarez que tentativamente se titularía “La Rondalla Azul en concierto”, en cuyo programa habrá solistas, duetos, tríos, cuartetos y quintetos, etc., presentando una faceta mas de este versátil grupo, y en donde se escucharán canciones de compositores musicales.


¡MUCHAS FELICIDADES SEÑORES  RONDALLOS!

martes, 18 de marzo de 2014

“LA PIEDRA LARGA... MONUMENTO HISTORICO DE MISTERIOS Y LEYENDAS”



¡Ave María purísima, protégenos, de todo mal! ....Exclamaban en el pasado con el corazón en la mano, los rancheros sudcalifornianos al tiempo que se persignaban temerosos y con la piel enchinada, al paso obligado por la enigmática piedra larga el templo de satanás... ya que les contaban los mayores tantas leyendas tenebrosas sucedida a través de generaciones; y era “coco” para los habitantes de los pueblos aledaños. La historia de sud california se ha escrito después de la llegada de Hernán Costes y de los padres jesuitas pero poco o casi nada se han escrito antes de la llegada de ellos, ya que la habitaron seres maravillosos que supieron sobrevivir felizmente de acuerdo a sus costumbres y culturas por milenios. Entre letras de la crónicas del padre Guillermo, dicen que “existen rastros evidentes de prácticas extraterrestres” y el otro párrafo dice “que por Bahía Magdalena existen restos de templos de adoradores al sol” todo esto es un misterio por lo que puede creerse que la piedra larga fue en la antigüedad un monumento de adoración al culto de las tinieblas, o un punto estratégico de los extraterrestres o porque no al culto de su Dios de los californianos?... Guamongo o quizás el demonio Wac- Tuparan pero ellos de alguna manera tenían conocimiento de la santísima trinidad, así como sobre el bien y el mal, por lo que sospechaban, que dice el padre Guillermo “que se haya en las relaciones haber habido entre ellos tal serie de dogmas especulaciones que hacen parar el ánimo de quien lee, pues según ellos, no solo concedían la unidad y naturaleza de dios como un solo espíritu y hacían idea de otros seres espirituales, si no tan bien tenían grandes vislumbres de la trinidad y de la generación eterna del verbo. Es esto en tanto grado  que algunos misioneros han entrado en sospecha de que descienden de gente que en algún tiempo hayan sido cristianas”.

Lo cierto es que la piedra larga es un misterio rodeada de leyendas cuenta don Gregorio castro que le contaba los mayores en tiempos ya idos, que en la piedra larga se daban cita los más famosos brujos para celebrar sus ritos satánicos; como el soldado Bartolo Yepis “el manco” que fue toda una época de anécdota y de hechos reales que han dado paso a la leyenda, una vez un gobernador del territorio estaba harto de las cosas brujeriles de Bartolo “el manco”, y lo mando a las Bartolinas a las Islas Marías y que su madre lloraba desconsoladamente porque se lo llevaban en las cuerdas entonces él le dijo no llores madre a la noche estoy de vuelta, me guardas de cenar, voy a cenar contigo” y que así fue, la gente sorprendida lo vieron cenando tranquilamente en su casa esa misma noche. En otra ocasión a Bartolo “el manco” lo enviaron a las Bartolinas de San Juan Ulloa, y entre los sorprendidos ojos de los demás reos dibujo un barco en la pared, y le dijo “en este barco me voy a ir”... y diciendo y haciendo, y el barco se transfiguro en el mar y por la pared e’ manco se traspasó ante los atónitos ojos de sus compañeros y se fue en el barco, y también estuvo muy pronto de regresar por estas latitudes. Otra que cuentan del manco Bartolo es que cansado ya del jefe político de todas sus barbaridades, les ordeno a la gendarmería que lo aprehendieran y dijo “verán cómo se va a ir a la tiznada, este jijo del tal por cual ¡amárrenlo con cadenas, pónganle claraboyas de las más pesadas y arrójenlo a los más profundos mares y allá va la canoa a canalete y velas tendidas con el manco encadenado rumbo a la isla espíritu santo y lo arrojaron al mar según ordenes, pero cuando llegaron los remeros de regreso a La Paz estaba Bartolo sentado tranquilamente en las grandes claraboyas en la arena a la orilla del muelle fiscal burlándose con grandes carcajadas. Cuentan también que Bartolo era muy amante de cortar hojas de los árboles e ir a la casa Ruffo, y llenaba la carreta de mercancías, las que pagaba con las hojas y a la vista del empleado era dinero, era dinero, y hasta feria le daban y cuando este se retiraba de la caja aparecían puras hojas de árboles.

Decían también que el famoso Bartolo el manco se había tragado en uno de los aquelarres que se hacían en la piedra larga, la serpiente de satanás que la anidaba y según anida en la cumbre de la mesa de la piedra larga y que despedía fulgores malignos; siendo esta la prueba de fuego para los brujos y que les daba el poder de hacer todas estas cosas. De Bartolo el manco se cuentan muchas cosas decían que rezaba perfectamente la oración del arma de dos filos, la del justo juez, y se escondía de sus enemigos pasados entre ellos y nada podían hacerlo, y ni lo miraban siquiera.

Pero los más espeluznante que les han pasado a algunos rancheros que vivieron en estas amargas experiencias es la del jinete tenebroso o diabólico, cuentan que al pasar por la piedra larga con su recua de ganado, de pronto, eran alcanzados por un largo jinete montado en un negro y brioso corcel relinchando a gran  tropel, ataviado de negro con adornos plateados, el rostro cubierto con un pañuelo negro volando al viento un largo capote negro también pasando como ráfaga entre ellos dejando una pestilencia a azufre. Hubo algunos atrevidos que lo siguieron pero aparecieron otro día con la razón perdida deambulando en el monte como alma en pena, la piedra larga se yergue silenciosa como un vigilante milenario y a su alrededor se han tejido mil leyendas. Cuentan entre tantas personas que dominaban las artes del bien y del mal a doña Tencha “la Tuerta”, así como sabina la gaviota quienes también en uno de los ritos satánicos se tragaron la serpiente del demonio y por eso tenían el poder de transformarse en zorras, coyotes o cualquier animal y de lo mismo se les miraba en Los Cabos como por Loreto, Santa Rosalía o Guerrero Negro, lo raro era que en aquellos tiempos no había transporte ni vías de comunicación pero para ellas esto no era problema, pues fueron varios los espantados que las vieron volar en escoba en la noche de plenilunio...así como tampoco para ellas era problema subir la piedra larga, un monumento de granito lizo de más de seis metros de altura, acuñado enigmáticamente con pequeñas piedras que son un misterio.

¡Que satánicos, ni que cosas raras ni que ocho cuartos!, ¡esos brujos a mí me hacen los purititos mandados!... dijo que el joven Juvencio por aquella época de bonanza en el pujante poblado “Las Casitas” después “El Triunfo” cuando estaba en su auge la explotación del oro y plata que él iba a demostrar que no existían nada de todas esas patrañas que tenían tan asustados a los habitantes de las poblaciones aledañas “Mi noche de bodas la voy a pasar en la piedra larga con mi esposa Clementina” cuentase que Juvencio era un hombre muy bragado, honesto y formal que hasta se le enfrentaba a los leones, ya que en ese tiempo había muchos en la península y no eran pocos los que había matado, cuerpo a cuerpo. Lo cierto es que aquella fatídica tarde después de la boda montado en su caballo alazán él y su esposa se dirigieron a la piedra larga como la habían prometido. La gente los despidió asustada y a la vez admirada por el valor demostrado... nunca más volvieron a ver a Juvencio y Clementina... otro día el caballo merodeaba relinchando con los pelos parados y los ojos muy pelones por las praderas... solo él y Dios sabían cuál había sido el destino de los jóvenes enamorados... unos decían que se los había cargado el chamuco al mismo infierno.... otros que quizás se fueron para otra parte y después volverían, lo cierto es que nunca volvieron... todo quedo en el más absoluto misterio

Cuentan también que el judío errante merodeaba por la piedra larga y a él nada le sucedía, la gente se persignaba cuando lo miraba pasar... en la piedra larga sucedían cosas raras, dice don Tomas... contaban los mayores que cuando les tocaba pasar de noche por ahí de repente todo se transformaba.... aparecía una hermosa hacienda de grandes y muy adornados corredores con faroles encendidos y arropados de perfumadas enredaderas donde bailaban alegremente las parejas vestidas elegantemente de largo ropaje...música fúnebre se escuchaba y algunos valientes amarraban sus caballos en los apersogaderos y se ponían a ver fascinados todo aquello cuando daban la vuelta para retirarse todo desaparecía como un encanto, con un fuerte olor a azufre... nada más se miraba majestuosa la gran piedra pelada tan larga y misteriosa como ella misma reflejados en ella los rayos de luna y asomando la serpiente de fulgurantes destellos... fueron muchos los que desaparecieron por el rumbo de la misteriosa y enigmática piedra larga.


...La piedra larga... legendaria y misteriosa... se yergue silenciosa retando al tiempo, y a los historiadores como diciendo aquí estoy, a ver quién es el valiente que le entra al toro y se atreve a descubrir el misterio que me envuelve.

miércoles, 12 de marzo de 2014

“LA PAZ...PARAISO DE MIS RECUERDOS”.


(LA FRONTERA DEL PENSAMIENTO EN LO REGIONAL).
*PONENCIA RENDIDA EN LA JORNADA DE LITERATURA INTERNACIONAL “LA FRONTERA”.

            Como luciérnaga, la chispa del cigarro del “tigre” que fumaba mi abuela se perdía en aquella oscuridad, preludio de un bello amanecer...El balde de nixtamal pesaba, y el fiel perrito por delante guiaba nuestros pasos...Somnolienta aun y temerosa apretujaba mi muñeca de trapo envuelta en el morral de Ixtle para el mandado...Nos dirigíamos, como Todos los días al antiguo mercado Madero...Corría el año del 49...Estaba en proceso de empedrado o pavimentación la calle 5 de Mayo...vivíamos por el barrio el Choyal. – Ay Abuelita que oscuro esta el camino que ni el perro se ve... – ¡Pos como se va a ver el “pachuco” si es prieto como la noche!. – Tengo miedo y tengo frío. – Pues aprieta el paso para entrar en calor.

            El barrido de las calles con escobas de varejón de dátil por las mujeres de la época a esa hora de la madrugadita ahogaba nuestros presurosos pasos... El aroma a flores y a tierra mojada golpeaba agradablemente nuestra nariz...El chirriar de rondanillas y tambazos, jalando agua de los pozos, así como el tong tong de los molinos de viento se escuchaba...Pero no lograban apagar el canto de grillos y gallos que inundaba aquel ambiente de bello amanecer otoñal. – Nanita, por estas casas dicen que espantan. – Pues no voltees a verlas, no vaya a ser que te pegues un susto y tenga que darte té de palo de Brasil para el mal de espanto. La tiendita de Don Chemita aún estaba cerrada, pero dentro de ella se escuchaban voces y se percibía el aroma a café de grano a nuestro paso. –Por que huele tanto a barro abuelita. – Es que los Yaquis del rumbo del panteón han de tener una quemazón de ladrillo. – Y quienes son los Yaquis, nanita. – Gente grandota y prieta pero muy trabajadora que llegaron un día de por los rumbos de Sonora con sus costumbres y tradiciones y fundaron el Esterito, a veces bailan en la plaza muy chistoso, que la danza del Venado, los matachines y no se que cosas mas; y ya no le haga al preguntón por que no se mucho de los Yaquis, solo se que son pescadores, hacen ladrillos, artesanías de carey y concha de mar. A mi corta edad yo no entendía que era todo eso pero me parecía muy bonita la palabra Yaqui y Carey. ¡Que madrugadora era la gente de La Paz!, al igual que nosotros, sus pasos se empezaban a escuchar, pues el mercado Madero lo abrían a las cuatro de la mañana. Caminábamos por la calle Independencia y al cruzar la acera mi abuelita volteo sobre su izquierda rumbo a la calle Reforma, señalando a la distancia: “Allá va Don Miguel Miranda, seguramente va a la tenería a su trabajo, pues tiene un alto cargo allí”. La silueta de un alto señor con sombrero se miraba en aquella oscuridad alumbrando con una lampara de mano, ya no quise preguntar que era tenería por que empecé a sentir miedo.

            La  mañana seguía oscura, íbamos llegando por la casona de mis temores frente a la huerta de dona Elena Verdugo, aquella dulce viejecita que una vez nos reprendió a mi hermanita y a mi dándonos una buena lección cuando saltamos a su huerta y cortamos naranjas amargas. La blanca casona con escalinata en el portal sostenido con hermosas columnas, causaba miedo los huecos de las ventanas y de la puerta, y flameadas de tizne sus paredes parecían cuevas oscuras...Por muchos años la casona estuvo abandonada la gente decía que espantaban, y hasta la fecha  según espantan, que las almas andaban en pena por toda la casa...Y en esas condiciones la gente de aquel tiempo sacaba la vuelta el pasar por allí; fueron varios los asustados que los espantaron. Mi  abuela fue una de ellas. En una ocasión jugaba yo con mi muñeca de trapo y mi perro viejo tras el pretil de la encalada hornilla de lumbreantes tizones y escuche que mi abuelita le decía a mi madre: “Juanita, no quiero que oiga la niña lo que voy a decirte, por que se va a asustar y no me va acompañar al mercado. No vuelvas a pasar de noche por la casona, por que acabo de ver en el portal  una mujer grandota vestida con ropajes largos y negros, el pelo brillante ondulado cayéndole hasta los hombres, no le vi el rostro pero cosa buena no es por que vestía de negro.” Pero el perro  y yo ya habíamos escuchado aquello y al pasar por la casona a esa hora de la madrugadita y recordar la platica con mi madre, sentí miedo. – No voltees para allá, mejor voltea para la huerta de doña Elena que esta dando vueltas el molino y saca grandes chorros de agua...El aire helado de los dos tiempos que corría pegaba en nuestros rostros...Y deshojaba los arboles poco a poco. – Nanita y por que están tiznadas las paredes de la casona del portal y toda por dentro?. – Es que la quemaron por que murieron varias familias enfermas de tis. – Y que es tis?, abuelita. – Pues estaban tísicos o tuberculosos, una enfermedad muy mala que ha matado mucha gente en todo el mundo y aquí no se han escapado, por eso hay varias casas quemadas en La Paz, y luego las encalaban pintándolas de blanco. “La ciudad blanca” le decían a La Paz  antes, por los años de los 30’s y 40’s por que sus casas en su gran mayoría estaban pintadas de blanco, y la “pelona”, o “la muerte siriquisiaca” tenia mucho trabajo a causa de esa maligna enfermedad. – Es cierto que espantan aquí abuelita?. - ¡mjj!. El pachuco atento camelaba para la casona como presintiendo que algo iba a ver y yo miraba de reojo apresurando mas el paso recordando las grandes llamaradas que se hacían cuando quemaron las casas a los alrededores de la casa de piedra donde vivíamos y pensando que si mi madre se daba cuenta de que mi hermanita y yo sacamos de entre las cenizas y escombros con un palito unos juguetes y los enterramos entre los laureles, la pela que nos iba a poner y hasta al perro le iba a tocar la zurra, desde luego nos iban a dar un vaso de agua endulzada para el susto después de la cintariza.

            De pronto, al llegar al preventorio donde fue antes la casa de gobierno, y ahora es un jardín de niños y el centro de salud, una refusilata de chicotes se escuchaba y el presuroso trotar de caballos jalando un carretón negro que nos lleno de espanto al perro y a mí. – No te asustes, dijo mi abuelita, es la carroza que se lleva los difuntos al panteón, que raro que ande a esta hora de la mañana!. – Mire nanita allá se divisa la “perica” en el sobarzo!. Eran un carro rojo como ambulancia que le decían la “julia”, también, y en ella se llevaba a los borrachitos al “tanque”, “tambo” o “al bote”, le decían a la cárcel. Lo que mi abuelita no sabía que en el corral de la cárcel mi hermanita y yo camelábamos por un agujero del cerco por que nos encantaba ver a los toros cebús que allí había y encaramarnos a las matas de zarzamora a cortar las moras. Y en esa casa tan grande que es abuelita. – Es el preventorio donde asisten a los niños de los padres que están enfermos de tis, los alimentan, los curan y los enseñan a labrar la tierra, así como les dan educación y sobre todo cariño. Esa huerta que ves allí son verduras y hortalizas que siembran ellos mismos para su alimento, y están aquí hasta los doce años, y esta es la huerta de los Flores, y esa casa de cucurucho, de ladrillo allí viven el profesor Domingo Carballo y su familia, también tienen huerta. El molino daba vueltas y en la huerta de los Flores donde ahora esta la fabrica de hielo de la “monarca” había yo escuchado a mi Tío Lao que también espantaban así como en las huertas de los Isàis y en la casa de porche de piedra gris en la esquina de Guillermo Prieto e Independencia pero me quede callada con mis temores, porque además  había escuchado que por donde esta la librería y papelería Agruel todo eso había sido panteón y por eso espantaba por todo aquello. En realidad íbamos caminando por donde todo eso asustaba. Ya íbamos pasando por con Don Chavalito Ibarra, aquel tierno viejecito de sombrero y dulce mirar quien al ver pasar a las muchachas les tocaba bonitas canciones con su música de boca, que vendía santitos, también muñecas de trapo y muchas cositas mas que tanto gustan a los niños y al dar vuelta por la estrella  polar la que fue casa Cunningam y ahora es Importaciones Mary, mi abuelita dijo “ ya párele de preguntar por que de aquí hasta la lonchería de don Conrado de la Peña ya no quiero hablar, me voy a chupar otro cigarro.” Y Diciendo y haciendo encendió otro cigarro del “tigre” y continuamos caminando en silencio por la empedrada calle Revolución. ¡Cuántos molinos de viento había en el corazón de La Paz!. 1,250 molinos había, y le decían “LA CIUDAD DE LOS MOLINOS DE VIENTO”. Todas las casas tenían su molino y su huerta, y la que no tenía molino, tenía su pozo de agua con rondanilla o cigüeña.

            El canto de los gallos empezaba a morir rompiendo aquel silencio el trinar de los pájaros...columnas de humo arropaban los techados, y una tronazón de talones se escuchaba a nuestro paso acompañado del alegre pregón de los  palanqueros gritando y tocando puertas “!pescado fresco y barato a 75 la sarta!; ¡caguama a tostón  el cuarto y a pachuco el pecho!; ¡lisas tatemadas a dos por 25 centavos! Y ¡callo de hacha a 3 por 10!”. El pescador con su paliacate amarrado en la frente vestido pulcramente de blanco, el pantalón cortado debajo de la rodilla, con la camisa amarrada a nudo en la cintura, con sus partidos pies recorría las polvorientas y algunas empedradas callecitas de La Paz con su palanca de raíz de mezquite al hombro donde pendían las sartas de pescado fresco colgados en cogollos de palma y en su mano llevaba una canasta tejida de palma también atascada de enormes callos de hacha que inundaban la orilla de nuestra hermosa bahía de La Paz., donde abundaba el alimento diario. – Son los palanqueros del Esterito, dijo mi adorada y sabia abuelita, sacándose el cigarro de la boca, y continuo diciendo, señalando a la distancia y aquel señor que ves en la otra acera  con palanca al hombro y dos canastones llenos de verduras y frutas es el “marchante”. – Y que es el marchante, nanita? – Es el señor Santana que vende la fruta y la verdura de las huertas tocando de casa en casa, hay dos marchantes en La Paz, EL, y el señor José Briseño”. Mejor me quede calladita por que ya íbamos llegando a la lonchería de don Conrado de la Peña, la que nunca cerraba y siempre tocaba la música, donde nos tomamos una taza de café de grano con nata y pan calientito y mi perro se comió una empanadita como todos los días, entre aquellos olores a menudo, pozolada, empanadas, y tamales enmarcados con el toque de la guerrera por los soldados en el cuartel donde ahora es el nuevo mercado Madero.

            Mi abuela dejó el balde en el primer molino de nixtamal que hubo en La Paz fundado por don Ramón Briseño, para que fueran moliendo el nixtamal mientras hacia la compra en el antiguo mercado Madero fundado en 1932 por el General Ruperto García de Alba y el que estaba ubicado donde ahora es el pasaje Madero. El eterno pregón del baratero cumbre que se escuchaba de puerta a puerta del mercado, y que no lograban apagar el pitido de los barcos de cabotaje atracando en el muelle fiscal ni el zumbar de las licuadoras del puesto de chocomiles del español, así como ni el raspador de hielo del puesto de los raspados de don Trino Osuna, nos recibió a la entrada con el perrito por delante deleitando nuestros oídos todos aquellos ruidos propios del amanecer en el mercado. “¡Pásele marchantita tenemos hermosas telas a tostón el metro!, ¡cortes de casimir ingles, gabardinas y mezclilla a tres pesos!, ¡afelpados, cobijas y camisas para caballero!, ¡paliacates y medias de popotillo!, ¡tápalos, sombreros de ala ancha y pañueletas floreadas de seda, botones e hilos a precios de rajatablas!”...Gritaba durante todo el día el baratero cumbre acompañado de su mujer doña Auxilio. Afiladas de cuchillos de los carniceros...El golpe del machete sobre los huesos y las colas de gentes en las carnicerías... de Juan Osuna, José Amao, Santo Nuñez, Julio Albañez, Severo Gómez, Lorenzo Lizardi, Gilito Arreola y Felix Peralta Osuna...El arrastrar de cajones de la fruta y la verdura que traían de las huertas del japonés Juan Kakowi y del señor Tamaki...El estira y afloja de los precios por la gente del pueblo llenando sus canastos y morrales del alimento diario que pagaban en monedas de plata Ley 0720 de aquellas...Aromas que se percibían a café de grano y pan calientito de la panadería Lilia, así como a menudo, pozolada, machaca, cocido y arroz colorado de los puestos de comida de doña Cuca Tamayo, Victoria Villalejo y Tomasa Talamantes quienes palmeaban las tortillas de maíz y de harina hechas a mano. Un alboroto traían en el mercado aquella mañana por que Goyito Chávez, según decían, había sacado un tesoro en su casa.

            Aquel hermoso amanecer de otoño perfumado a brisa del mar en el mercado Madero, metida entre los largos ropajes de mi abuela quien escogía la verdura a placer  mis ojos se llenaron de alegría al contemplar a mi padre, don Bernardo Lizárraga Tiznado, un hombre a toda ley, muy honrado y trabajador en plena juventud de bondadoso rostro y franca sonrisa con sus rizados cabellos negros aun, con su cajón en el hombro surtía de frutas y verduras que se producían en la región los puestos, así como de pacas de pescado seco de pura calidad: garropa, cabrilla y mero, a los señores comerciantes que algunos recuerdo, y Todos ellos fueron pioneros fundadores del antiguo mercado Madero: Don Bebo Cota, Romualdo Hirales, Isaac Geraldo, José Castro “el guayabero”, Enrique Nava, Esperanza Cota, Arturo León, Miguel Romero “el miguelón” como le decían cariñosamente y quien vendía la leche de doña Talpa Olachea, Santiago Jiménez, Don Luis Hirales, Lucio Sánchez, Ramoncito Navarro, Doña Chepita, Doña María Wong, Don Benigno Meza, Carlos Cota, Manuel Esliman y Reyes Rodríguez Casillas, entre otros que escapan a la memoria y que con su empeño y esfuerzo apoyaban la economía familiar e impulsaron el comercio de los productos de la región en su época, contribuyendo al engrandecimiento de Nuestra Entidad.

            El perro, se puso muy contento al ver a mi padre, y como era su compañero de andanzas aquella mañana en el mercado Madero se quedó con él. Que feliz me puse por que mi padre me dio una peseta de .25 centavos una jolita de dos centavos así como un cinco del monito, los que mi abuelita me guardó metiéndolos en su seno en su pañuelo hecho nudito, “para que vayas al matiné el domingo al cine Juarez con tu hermana Concha”. Salimos del mercado con la canasta y el morral llenos de mandado, y una sarta de huesos amarrados con cogollos de palma. “Conseguí hueso de cuadril y de tuétano para el cocido” así como manteca de pella de res para las gorditas, ahora, dijo mi nanita hay que recoger la masa en el molino, y luego vamos a la botica de Castro a comprar Belladona y alcanfor  para untarle manteca alcanforada en la barriga a tu hermanita por que esta hinchada”. Mientras Carmelita la boticaria despachaba a mi abuela quien pedía también “hojasen” para lo estreñido y los cólicos, yo me senté en la banca verde con el mandado a mis pies a esperarla. – Nanita vámonos por la tienda de Don Salomón Díaz para que me compres salates de la sierra y bellotas para tatemarlas en las brazas, o sino, por con el gavilán o el chamaco. – Otro día te llevo por la “isla de Cuba” por que ya se hizo tarde, ya andan los panaderos ofreciendo el pan en las casas con sus canastones en las cabezas sobre el yagual, eso quiere decir que ya pasan de las seis de la mañana y no tardan en pitar en la industrial dando la hora. Me quede frustrada en realidad quería pasar por las tiendas de don Pepe Brooks y de don Placido Cota donde siempre tocaba el “barzón”, porque me encantaba ver las carretas tiradas por mulas, a los señores sombrerudos que venían de los ranchos a intercambiar productos, y las vacas en los corrales.

            Al regreso, con la claridad de la mañana se miraban muy hermosas las callecitas de  La Paz. Lucían barridas y regadas, perfumadas a flores, albahaca, yerbabuena y poleo. Al llegar a la casa, las barricas ya estaban llenas de agua jalada del pozo, ¡que cacareos de gallinas se escuchaba!, ¡y que aromas salían de la cocina!, a machaca, tortillas de harina y frijoles refritos. “El desayuno ya esta listo” dijo mi madre, vislumbrándose entre humos el bello rostro detrás de las lumbreantes llamas de los tizones mientras raspaba el queso para bañar el frijol, y molía en el molcajete los tomates y los chiles güeritos para la salsa los que había tatemado en las brazas. Pusimos el mandado sobre el pretil de la encalada hornilla a un lado del apaste de barro de la avena olorosa a hoja de naranjo y de pronto mi madre exclamo alarmada “!El pachuco no viene con ustedes!”. – Se quedo con Bernardo en el mercado, dijo la abuela tranquilizándola. Mi madre sabia que el perro regresaría con mi padre hasta en la tarde, y no llegarían con las manos vacías; un costillar, una cabeza de res, una sarta de chorizo, o un queso o quizá una tira de carne seca ya fuera de vaca, burro, venado, caguama o pescado pero algo traería seguramente. “Desayúnate y alístate para que te peine tu nanita y te vayas al párvulo”, ordenó mi madre. Me puse muy contenta por que después de aquel fin de semana vería a mi querida e inolvidable señorita, la profesora Estela Santana de Pineda en el kínder en la escuela Choyal.

            Mientras mi abuela tejía mis cabellos embarrados de brillantina de la que ella preparaba, de tuétanos fritos con flores aromáticas y le ponía la correa de gamuza y los moños a mis trenzas, un largo pitido se escuchó.

            ¡Nanita está pitando la industrial! – No, ese es el de la tenería Suela Viosca. – Y eso que es abuelita?.- Después te cuento, dijo, señalando a la distancia las fumarolas que salían de la larga chimenea de la tenería suela viosca y que inundaban el cielo.

            ...Antaño, En las madrugaditas...Por las empedradas callecitas de La Paz, paraíso de mis recuerdos...la niña temerosa caminaba de la mano de su sabia y comunicativa abuelita acompañada del perro y de su muñeca de trapo...