LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR MANUELITA LIZARRAGA.
“DON
NACHO SCHCOLINK...UN PERSONAJE DE LEYENDA... EL TICHO ARMENTA Y VICENTE
BELTRAN, SUS AMIGOS INSEPARABLES”.
·
SU
NOMBRE FUE ISIDORO SCHOLINK...POR CARIÑO Y COSTUMBRE LA GENTE LO BAUTIZO...”DON
NACHITO”.
...Aquel visitante de ultramar, el joven
Isidoro...Con un tercio de colchas en los hombros, y un veliz repleto de cosas,
acompañado de su amigo inseparable el “Ticho Armenta”, montado en ancas de la
mula recorría las callecitas y rancherías de La Paz de antaño, al grito del
pregonero vendiendo sus mercancías de primerísima calidad a los mejores precios
a crédito y de contado.
Una noche plateada del mes de Octubre de
1926, las tranquilas y misteriosas aguas pletóricas de promesas y leyendas de
nuestra bella península, transportaron en la barcaza de vela a don Isidoro
Scholink, quien después de dejar su tierra natal, llegó a La Paz en busca de
una mejor vida...y al contemplar la belleza de este puerto de ilusión, a sus
gentes, sus exuberantes y hermosas palmeras mecidas por el viento, las que él
no conocía, sus mares inundados de pelicanos y gaviotas dándole la bienvenida, quedó
prendado de esta tierra que lo recibió con los brazos abiertos invitándolo a
unir sus esfuerzos para impulsar su desarrollo...y don Isidoro hundió en esta
tierra sus raíces y puso en ella su amor, sus esperanzas y sus conocimientos,
iniciándose en la rama comercial a pie y a caballo, por aquellas callecitas de
La Paz de antaño, y por las rancherías aledañas, realizando venta de mercancías
desde el trueque y la fayuca, hasta consolidar una de las empresas de más
prestigio de nuestra entidad. “LA PALMA”...a la que le puso así, por el hecho
de quedar cautivado al conocer las palmeras a su llegada a esta tierra. Desde
entonces, La Palma fue y ha sido fuente de trabajo por generaciones para varias
decenas de familias contribuyendo al desarrollo de nuestro Estado y la que ha
prevalecido hasta nuestros días a pesar de los embates económicos que se
enfrenta.
“MI
EXITO MAS GRANDE EN LA VIDA ES HABER SIDO ACEPTADO EN ESTA COMUNIDAD”, decía
muy contento y agradecido Don Nachito Scholink.
En
aquella época de bonanza, de perlas y ensueño de La Paz romántica...por las
empedradas y polvorientas callecitas transitaba a pie, un joven con el rostro
lleno de fe e ilusiones...con una docena de colchas y cobijas en los hombros
pregonando en abonos su mercancía...y a señas se hacía entender por qué no
hablaba el español...la gente lo miraba con alegría, respeto y asombro, pues
era el primer vendedor que ofrecía sus mercancías personalmente tocando de
puerta en puerta en los hogares sudcalifornianos...espejos y peines también
vendía...encajes, hilos y agujas, así como estampas religiosas en la puerta de
la parroquia de nuestra señora de La Paz....la suerte le sonreía y todo
vendía...poco a poco se fue ganando el afecto sincero de los habitantes de este
pintoresco pueblo, y su negocio fue creciendo hasta llegar a comprar un gran veliz
de lámina el que traía repleto de ropa fina y cositas que tanto gustaba a las
familias del ayer...y quienes ya lo extrañaban cuando no lo miraban pasar con
sus colchas sobre los hombros y su gran veliz, con su alegre pregón.
“SE
PUEDE ESCOGER DONDE VIVIR, PERO NO DONDE NACER, DECIA DON NACHITO LLENO DE
REGOCIJO”...sabias palabras de Don Isidoro.
...Por
las calles de La Paz se escuchaba el pregonero...!colchas y cobijas baratas,
Tápalos y Medias de Popotillo!, ¡espejos!, ¡peines!, ¡estampas religiosas!,
etc., el Ticho Armenta, el bolerito del pueblo fue su ayudante e inseparable
amigo de toda la vida...Don Nacho Scholink con la ayuda del Ticho, fue doblando
sus ganancias y compró una mula y con el Ticho en ancas de la mula, y Vicente
Beltrán cargando el beliz se aventuraban a vender en las rancherías aledañas,
intercambiando mercancías, noticias de aquel acontecer, y afectos.
A
Don Nachito le encantaba visitar el antiguo mercado Madero; así como convivir
con la gente del pueblo porque allí, decía él , saludaban a Don Nacho...y en el
banco saludaban a la chequera...el encanto, sencillez y belleza de la virtuosa
mujer sudcaliforniana, la señorita Anita Romero, lo cautivó; y después de un bello romance de acuerdo a las tradiciones
y costumbres de la época, contrajeron nupcias, procreando 8 hijos: David (qpd),
Dora, Eva, Rubén, Clara, Jorge, Anita y Silvia, quienes les dieron la dicha de
varias decenas de nietos y bisnietos en sus 50 años y un mes en esta tierra
bendita por la mano de Dios...tierra que le reclamó a Don Nachito su tributo en noviembre de
1976...dos meses después del deceso de su adorada esposa, quedando ambos
fundidos en su piel peninsular.
Después
de muchos afanes, la primer tienda que inicio don Isidoro Scholink fue por la
calle Zaragoza, ese local lo tenía anteriormente un señor que le decían Don
nacho...la gente así conocía esa tienda y decían “vamos panque Don Nacho”, y
cuando don Isidoro la compró, la gente le siguió diciendo Don Nacho, ese nombre
le puso la gente del pueblo que lo estimaba...gente de la más humilde hasta de
los más altos niveles sociales...y a don Isidoro le gustó ese nombre de don
nacho que le puso su gente del pueblo y que llevo hasta sus últimos días.
Así
se le recuerda con cariño a quien amó tanto a esta tierra y sus gentes...y
quien decía “que él era más mexicano que los propios mexicanos” así como
recuerdan también a Doña Anita, su fiel esposa que elaboraba con sus propias
manos ropa diversa y tejía artísticamente zapatitos y chambritas de estambres
para su venta en la popular tienda...ella unió sus esfuerzos al de Don Nacho
para cimentar “...LA PALMA” una tienda de gran tradición en La Paz la que
siempre lucia bien surtida de todo lo que la gente necesitaba para la comodidad
de su hogar, desde hermosas y finas telas, calzado, muebles y detalles.
“A
DONQUE QUIERAS QUE FUERES HAZ LO QUE VIERES DECIA DON ISIDORO, A QUIEN LE
ENCANTABA HACER EL BIEN AL QUE MAS LO NECESITARA...fue el ejemplo que Don
Nachito dejo a sus hijos.
El
Ticho Armenta, su inseparable amigo que no sabía leer ni escribir pero era buenísimo
para sacar las cuentas, cobraba las notas de memoria del 1 al 30, mientras que
Don Vicente empujaba el beliz repleto de lindas telas y prendas de vestir...y
cuando Don Nacho se hacía bolas. El ticho lo sacaba de apuros. El ticho Armenta
creció y se formó bajo el amparo de Don Nacho Scholink... Cuentan entre otras
muchas anécdotas de Don Nachito, “Que una vez se realizó en La Paz un gran
evento social al que por alguna causa Don Isidoro no fue invitado, y dicen que
para incomodarlo le dijeron... Fíjate nacho que todo estuvo tan bonito, fue
fulano y zutano, y se sirvieron ricos manjares... a lo que Don Nachito
contestó... en ese momento de la fiesta de manteles largos yo estaba feliz de
la vida en un rancho con gente tan sencilla puro corazón, en una cocina llena
de humo y de ricos olores con grandes hornillas y rebosantes cazuelas de
exquisitos guisados comiendo machaca con frijoles refritos, quesito de apoyo
acompañado de tortillas de harina con café de talega con nata, pero sobre todo
rodeado de gente tan noble y sincera con una sonrisa de oreja a oreja... al
paso del tiempo la brisa del tiempo cubrió de nieve sus cabellos, hasta que don
nacho y el ticho acudieron al llamado del señor.
“…Por el placer de
Escribir… Recordar y Compartir…”
Este trabajo fue publicado,
hace más de 10 años en el periódico “El sudcaliforniano” revista “Compás” y
programa de radio “Contacto directo”
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