LA
PAZ QUE SE PERDIO
POR
MANUELITA LIZARRAGA
“LA PIEDRA LARGA... MONUMENTO
HISTORICO DE MISTERIOS
Y LEYENDAS”
¡Ave María purísima,
protégenos, de todo mal! ....Exclamaban en el pasado con el corazón en la mano,
los rancheros sudcalifornianos al tiempo que se persignaban temerosos y con la
piel enchinada, al paso obligado por la enigmática piedra larga el templo de
satanás... ya que les contaban los mayores tantas leyendas tenebrosas sucedida
a través de generaciones; y era el “coco” para los habitantes de los pueblos
aledaños. La historia de sudcalifornia se ha escrito después de la llegada de
Hernán Cortés y de los padres jesuitas pero poco o casi nada se ha escrito
antes de la llegada de ellos, ya que la habitaron seres maravillosos que
supieron sobrevivir felizmente de acuerdo a sus costumbres y culturas por
milenios. Entre letras de la crónicas del padre Guillén, dicen que “existen
rastros evidentes de prácticas extraterrestres” y el otro párrafo dice “que por
Bahía Magdalena existen restos de templos de adoradores al sol” todo esto es un
misterio por lo que puede creerse que la piedra larga fue en la antigüedad un
monumento de adoración al culto de las tinieblas, o un punto estratégico de los
extraterrestres o porque no al culto de su Dios de ¿los californianos?...
Guamongo o quizás el demonio Wac- Tuparán pero ellos de alguna manera tenían
conocimiento de la santísima trinidad, así como sobre el bien y el mal, por lo
que sospechaban, que dice el padre Guillén “que se haya en las relaciones haber
habido entre ellos tal serie de dogmas especulaciones que hacen parar el ánimo
de quien lee, pues según ellos, no solo concedían la unidad y naturaleza de
dios como un solo espíritu y hacían idea de otros seres espirituales, si no
también tenían grandes vislumbres de la trinidad y de la generación eterna del
verbo. Es esto en tanto grado que
algunos misioneros han entrado en sospecha de que descienden de gente que en algún
tiempo hayan sido cristiana”.
Lo cierto es que la piedra larga es un misterio rodeada de
leyendas cuenta don Gregorio Castro que le contaban los mayores en tiempos ya
idos, que en la piedra larga se daban cita los más famosos brujos para celebrar
sus ritos satánicos; como el soldado Bartolo Yépiz “el manco” que fue toda una
época de anécdota y de hechos reales que han dado paso a la leyenda. Una vez un
gobernador del territorio estaba harto de las cosas brujeriles de Bartolo “el
manco”, y lo mando a las Bartolinas a las Islas Marías y que su madre lloraba
desconsoladamente porque se lo llevaban en las cuerdas entonces él le dijo no
llores madre a la noche estoy de vuelta, me guardas de cenar, voy a cenar
contigo” y que así fue, la gente sorprendida lo vieron cenando tranquilamente
en su casa esa misma noche. En otra ocasión a Bartolo “el manco” lo enviaron a
las Bartolinas de San Juan Ulúa, y ante los sorprendidos ojos de los demás reos
dibujó un barco en la pared, y le dijo “en este barco me voy a ir”... y
diciendo y haciendo, y el barco se transfiguro en el mar y por la pared el manco
se traspasó ante los atónitos ojos de sus compañeros y se fue en el barco, y
también estuvo muy pronto de regresar por estas latitudes. Otra que cuentan del
manco Bartolo es que cansado ya del jefe político de todas sus barbaridades,
les ordeno a la gendarmería que lo aprehendieran y dijo “verán cómo se va a ir
a la tiznada, este jijo del mal por cual ¡amárrenlo con cadenas, pónganle
claraboyas de las más pesadas y arrójenlo a lo más profundo del mar; y allá va
la canoa a canalete y velas tendidas con el manco encadenado rumbo a la isla
espíritu santo y lo arrojaron al mar según ordenes, pero cuando llegaron los
remeros de regreso a La Paz estaba Bartolo sentado tranquilamente en las
grandes claraboyas en la arena a la orilla del muelle fiscal burlándose con
grandes carcajadas. Cuentan también que Bartolo era muy amante de cortar hojas
de los árboles e ir a la casa Ruffo, y llenaba la carreta de mercancías, las
que pagaba con las hojas y a la vista del empleado era dinero, era dinero, y
hasta feria le daban y cuando este se retiraba de la caja aparecían puras hojas
de árboles.
Decían también que el famoso
Bartolo el manco se había tragado en uno de los aquelarres que se hacían en la
piedra larga, la serpiente de satanás que la anidaba y según anida en la cumbre
de la mesa de la piedra larga y que despedía fulgores malignos; siendo esta la
prueba de fuego para los brujos y que les daba el poder de hacer todas estas
cosas. De Bartolo el manco se cuentan muchas cosas decían que rezaba
perfectamente la oración del arma de dos filos, la del justo juez, y se
escondía de sus enemigos pasados entre ellos y nada podían hacerle, y ni lo
miraban siquiera.
Pero lo más espeluznante que
les ha pasado a algunos rancheros que vivieron en estas amargas experiencias es
la del jinete tenebroso o diabólico, cuentan que al pasar por la piedra larga
con su recua de ganado, de pronto, eran alcanzados por un largo jinete montado
en un negro y brioso corcel relinchando a gran
tropel, ataviado de negro con adornos plateados, el rostro cubierto con
un pañuelo negro volando al viento un largo capote negro también pasando como
ráfaga entre ellos dejando una pestilencia a azufre. Hubo algunos atrevidos que
lo siguieron pero aparecieron otro día con la razón perdida deambulando en el
monte como alma en pena, la piedra larga se yergue silenciosa como un vigilante
milenario y a su alrededor se han tejido mil leyendas. Cuentan entre tantas
personas que dominaban las artes del bien y del mal a doña Tencha “la Tuerta”,
así como sabina la gaviota quienes también en uno de los ritos satánicos se
tragaron la serpiente del demonio y por eso tenían el poder de transformarse en
zorras, coyotes o cualquier animal y de lo mismo se les miraba en Los Cabos
como por Loreto, Santa Rosalía o Guerrero Negro, lo raro era que en aquellos
tiempos no había transporte ni vías de comunicación pero para ellas esto no era
problema, pues fueron varios los espantados que las vieron volar en escoba en
la noche de plenilunio...así como tampoco para ellas era problema subir la piedra
larga, un monumento de granito liso de más de seis metros de altura, acuñado
enigmáticamente con pequeñas piedras que son un misterio.
¡Qué
satánicos, ni que cosas raras ni que ocho cuartos!, ¡esos brujos a mí me hacen
los purititos mandados!... dijo aquél joven Juvencio por aquella época de
bonanza en el pujante poblado “Las Casitas” después “El Triunfo” cuando estaba
en su auge la explotación del oro y plata que él iba a demostrar que no
existían nada de todas esas patrañas que tenían tan asustados a los habitantes
de las poblaciones aledañas “Mi noche de bodas la voy a pasar en la piedra larga
con mi esposa Clementina” dijo, cuéntese que Juvencio era un hombre muy
bragado, honesto y formal que hasta se le enfrentaba a los leones, ya que en
ese tiempo había muchos en la península y no eran pocos los que había matado,
cuerpo a cuerpo. Lo cierto es que aquella fatídica tarde después de la boda
montado en su caballo alazán él y su esposa se dirigieron a la piedra larga
como la habían prometido. La gente los despidió asustada y a la vez admirada
por el valor demostrado... nunca más volvieron a ver a Juvencio y Clementina...
otro día el caballo merodeaba relinchando con los pelos parados y los ojos muy
pelones por las praderas... solo él y Dios sabían cuál había sido el destino de
los jóvenes enamorados... unos decían que se los había cargado el chamuco al
mismo infierno.... otros que quizás se fueron para otra parte y después
volverían, lo cierto es que nunca volvieron... todo quedo en el más absoluto
misterio
Cuentan también que el judío
errante merodeaba por la piedra larga y a él nada le sucedía, la gente se persignaba
cuando lo miraba pasar, pues era jorobado y tenía un ojo tuerto... en la piedra
larga sucedían cosas raras, dice don Tomas... contaban los mayores que cuando
les tocaba pasar de noche por ahí de repente todo se transformaba.... aparecía
una hermosa hacienda de grandes y muy adornados corredores con faroles
encendidos y arropados de perfumadas enrredaderas donde bailaban alegremente
las parejas vestidas elegantemente de largo ropaje...música fúnebre se escuchaba
y algunos valientes amarraban sus caballos en los apersogaderos y se ponían a
ver fascinados todo aquello cuando daban la vuelta para retirarse todo
desaparecía como un encanto, con un fuerte olor a azufre... nada más se miraba majestuosa
la gran piedra pelada tan larga y misteriosa como ella misma reflejados en ella
los rayos de luna y asomando la serpiente de fulgurantes destellos... fueron
muchos los que desaparecieron por el rumbo de la misteriosa y enigmática piedra
larga.
...La piedra larga...
legendaria y misteriosa... se yergue silenciosa retando al tiempo, y a los
historiadores como diciendo aquí estoy, a ver quién es el valiente que le entra
al toro y se atreve a descubrir el misterio que me envuelve…
…Por el
placer de escribir…Recordar…Y compartir…
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