LA PAZ QUE
SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA ALCARÁZ
“DON ENRIQUE CUNNINGHAM
GASTELUM...Y...EL BOOM DEL COMERCIO EN LA PAZ DE AYER “
- UNA
REMEMBRANZA DE GRATOS RECUERDOS DE UN GRAN Y VISIONERO COMERCIANTRE EN LA
PAZ, QUE CONTRIBUYO AL DESARROLLO DE SUDCALIFORNIA.
Don Enrique Cunningham
Gastelum...el anterior ocho de septiembre del año que corre, día de la
natividad de María Santísima...nació a la vida eterna...sus ojos se cerraron
para siempre...cabalga en las brumas del tiempo, en el viaje sin retorno. Entre
crespones y hermosos arreglos florales, el inerte cuerpo de aquel próspero
comerciante descansaba en el tétrico ataúd...los labios de su amada esposa,
Doña María, su inseparable compañera de toda la vida, en silencio musitaba
plegarias rogando por el eterno descanso del alma de Don
Enrique...plegarias a las que se unieron
su hijo Jorge, su nuera Blanca y sus nietos Roberto Enrique, Oliver Estuardo y
Blanca María; así como sus hermanos, demás familiares y amigos, quienes le acompañaron
en el cortejo fúnebre al Panteón Municipal de Los San Juanes, donde fue
sepultado el anterior sábado 9 por la tarde.
Los recuerdos danzaban en mi mente en medio de oraciones
y de rostros condolidos por la irreparable pérdida de persona tan apreciada y
valiosa. Don Enrique Cunningham Gastelum proveniente de honorable y reconocida
familia, nació en la histórica población de Loreto, la primera capital de las
Californias el 2 de noviembre de 1918; siendo el mayor de once hermanos. Con una
preclara inteligencia, a pesar de sus escasos estudios, fue un hombre muy
trabajador y emprendedor de exitosos negocios que dieron trabajo y sustento a
innumerables familias, siempre con el invaluable apoyo de su esposa la todo
santeña María Salgado de Cunningham y quienes estaban próximos a cumplir 55
años de matrimonio. Una cálida tarde de verano, Don Enrique y Doña Mary
llegaron con un bagaje de esperanzas e ilusiones a cuestas para sepultar sus
raíces y su corazón, cuando era aquella Paz tranquila, de romance, de perlas y
de molinos de viento.
En el evocador kiosco cuando estaba construido sobre el
malecón y sin escalera, el que era el punto de reunión de la gran familia
sudcaliforniana, Don Enrique y Doña Mary, fueron los primero en La Paz en
iniciar el negocio de los raspados de frutas naturales y de sabores de color.
También fundaron la funeraria La Paz, “La estrella polar”, la que luego fue
Casa Cunningham así como El bebé de Cunningham, El bebé del valle, la
colchonera la bonita y Tienda la bola; negocios que fueron el auge comercial de
su época.
Por
la década de los 50 la gran tienda popular “Él bebe Cunningham”, en 16 de
septiembre y revolución, estaba siempre abarrotada de gente...el comercio en
todo su apogeo en La Paz de Antaño...aquel aglutinamiento de personas se
empujaban a codazos unas a otras, gritando con apremio, amenazando con echar
abajo las puertas de cristal de la gran tienda del pueblo la que era una
novedad, y la que vendía una diversidad de mercancías nacionales e importadas
de diferentes partes del mundo, ya que su dueño el señor don Enrique Cunningham viajaba constantemente a Japón, España y
Estados Unidos así como al interior de la república para realizar las compras
personalmente y ofrecer al pueblo sudcaliforniano, los artículos mas novedosos de
la mejor calidad a precios increíbles.
¡Diez
pares de chanclas de hule orca pollo!, gritaba la gente, cuatro chamarras, dos
crinolinas, diez cortes de tela, cuatro cobijas, etc. Entre atropellones y
empujones logre meterme entre aquella multitud, porque yo a mis 15 años y recién
terminada mi carrera de taquimecanógrafa, con conocimientos contables andaba
buscando trabajo, no se sabía quién compraba y quien despachaba...enmarcada con
el ruido que hacían el abrir y cerrar de las cajas registradoras y las
sumadoras mecánicas. Asombrada entre aquel griterío de gentes donde todos querían
ser atendidos y los empleados corrían para todos lados despachando, un señor
cargado de cosas, me confundió con una empleada, también yo me puse a despachar
sin ton ni son, mi primer cliente fue don Daniel Arce, compraba por mayoreo y
me asuste cuando empezó a pedirme los artículos por docenas y centenas...le iba
despachando haciendo montón en el mostrador y en el piso, sin saber precios. De
pronto, me encuentro a un señor muy atento que desde hacia rato sorprendido me
miraba, y le pregunte los precios de las
mercancías para elaborar la nota y hacer las cuentas, y me dio precio por
precio sumando la venta, $22.400 pesos de aquellos. No lo podía yo creer y el
dueño de la tienda menos; y de pronto me pregunta el señor Cunningham,
¿señorita, quien es usted? Hay perdone usted, le conteste, ando buscando al
dueño de este negocio, para que me de trabajo; pero como vi tanta gente pues me
puse a atender a este señor; y me contesta don Enrique muy sonriente. “anda
buscando trabajo y ya vendió todo eso, esta usted contratada!”. Don Daniel Arce
se dedicaba a la fayuca vendía en las rancherías, el era de La Purísima por el Norte
del Estado.
Antaño,
todo los productos del macizo continental eran traídos en barcos japoneses de
gran calado que algunos entraban por San Carlos, luego trasladaban las mercancías
a La Paz por los caminos de tercería (no había carretera todavía), en camiones
de líneas internacionales Tijuana. Así como por vía aérea, Aeroméxico, Transmar
de Cortes y barcos de cabotaje que atracaban en el muelle fiscal. Preciosas
telas de seda traían, así como porcelana, cristalería fina y un sinfín de
productos que eran una novedad y que abastecían las necesidades de las gentes
del ayer. Las costureras tenían mucho trabajo eran unas verdaderas artistas que
así contribuían al gasto familiar y de esa manera estaban mas vigilantes de sus
hijos. Don Enrique Cunningham y su esposa doña María Salgado de Cunningham, mis
padrinos de graduación, magnificas personas que se distinguieron por su calidad
humana y como jefes fueron muy queridos y respetados por su personal. Unos
cuantos meses labore como empleada de piso en el Bebe, y luego para impulsar las ventas de casa
Cunningham me mandaron con doña Mari. ¡Que preciosidades se vendían en esa
tienda, “Casa Cunningham! Ubicada en Independencia Y Revolución, contra esquina
de la plazuela, a un lado de la
parroquia y frente al antiguo correo. ¡Es inolvidable! Cristalería cortada,
como juegos de licoreras y perfumeros, juegos de te japoneses, vajillas, mantelería,
así como mantillas españolas bordadas a mano, perfumería de marcas exclusivas así
como ropa fina y corsetería, además de equipo para novias y ropa en general. Joyería
de oro de catorce y 18 quilates con monturas de perlas naturales
sudcalifornianas. Llegaban los pescadores y le vendían a doña mari los frascos de perlas a granel en
30 y 50 pesos el frasquito, y me encantaba poner las perlas en una concha de abulón
a 10 y 20 pesos cada perla. ¡Es para no creerse!, cuanto se vendía en esa época,
abundaba el dinero, el turismo se iba derechito al bebe de Cunninghan y a casa Cunningham
la que recuerdo desde mi infancia se llamaba la “estrella polar”.
En la década de los 50, el valle de santo
domingo estaba en su auge...el trigo, el algodón...los agricultores venían a
hacer sus compras a La Paz y vaciaban las tiendas, especialmente casa Cunningham
y el bebé., tenían preferencia por la chamarra y el pantalón levis que ya vendían
el numero 501, así como el pantalón mexicano de la marca EL venado. Camisas
vaqueras, de marca la medalla, cintos y sombreros, así como botas. La bota
minera era muy solicitada por los rancheros así como los sombreros, entre
tantas cosas propias para sus necesidades. El bebe de Cunningham era la tienda
mas popular por su calidad, surtidos y precios. El dólar en ese entonces estaba
a 12.50 de aquellos pesos y el salario mínimo a catorce 40. Yo trabajaba por
comisión sobre venta al dos por ciento y sacaba hasta 35 pesos diarios. En el
bebe de Cunningham todo se vendía barato. Calcetines para caballero 3 por doce
cincuenta. Medias canon 3 por 12.50 fondos dos por 12.50 chancla de hule a dos por
1 dólar...etc. don Enrique y doña mari, siempre les dieron muy buen trato a sus
empleados, así como estímulos, quienes trabajaban muy contentos para ellos. Don
Felipito murillo querido e inolvidable amigo, y compañero de trabajo, siempre
estaba a mi lado así como su hijo Germán un magnifico administrador y que decir
de las compañera de trabajo del ayer.
La fecha mas importante en el bebé
de Cunningham y que era esperada por la población por la barata que ponían, era
el cinco de mayo, su aniversario... ( el apoteosis) y la afortunada madre que
daba a luz a su hijo ese día, don Enrique y doña mari les obsequiaban su
canastilla bien surtida de ropa de la mejor calidad para el bebe, además le
llevaba el mariachi y eran los padrinos del niño que bautizaban. Así fue como
es que tiene varios ahijados por aniversarios el bebe, entre ellos, a la educadora,
María Enriqueta Lucero Alvarez, quien lleva el nombre de sus padrinos, María y
Enrique. El boom del comercio en La Paz que se perdió...las modas...las
crinolinas... las serenata con mariachi a la luz de la luna, la cola de
caballo, serenatas en el kiosco y la plazuela, las citas románticas, en la
romancera legendaria e histórica flor de la paz, al son de la música de la rocola y con las orquestas del momento de Don
Rafael Castro y de Don Luis Gonzalez...y en la bahía apenas se empezaba a ver
una que otra lancha con motor entre los veleros... y los pescadores felices
hasta se reían solos...había unos cuantos presos en el sobarzo o tanque tiempos
que ya se fueron...pero, entraron los ferris, se abrieron carreteras, el
progreso trajo aparejada la crisis en que estamos....incontables presos en la cárcel,
la juventud perdida en las drogas, desintegración familiar, perdida de valores,
entre otras cosas. Creo que algunos comerciantes del ayer, y los antiguos sudcalifornianos
suspiran por ese boom comercial que se perdió en aquella paz de antaño.
…Y aquel visionario
hombre de negocios, acompañado de su inseparable esposa Doña Mari,
impulsaron el desarrollo y el progreso en sudcalifornia…
…POR
EL PLACER DE ESCRIBIR…RECORDAR…Y…COMPARTIR…
*ESTA
CRÓNICA FUE PUBLICADA HACE MAS DE 16 AÑOS EN LOS PRINCIPALES MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA Y CON MAYOR PRESTIGIO EN LA CIUDAD DE LA PAZ*
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