LA
PAZ QUE SE PERDIO
Por Manuelita Lizárraga Alcaráz
...DEL JARRO DE LOS REMEDIOS DE LA
ABUELA... LA HIERBA DEL MANSO... UNA PLANTA MEDICINAL MARAVILLOSA... LO CURA
TODO.
En aquel añorado hogar... los tizones
crepitaban en las encaladas hornillas aquella cálida mañana de los años 50... El
humeante jarro de los remedios de mi adorada abuela inundaba la cocina con
aquellos aromas tan peculiares de la medicina herbaria; y nomás chispeaban como
ascuas encendidas tras los humos el verde jade de los rasgados ojos de mi
nanita en el óvalo perfecto de su rostro, que a mí me parecía tan bello
adornado bajo el sombrero de palma de
alta copa de sus rubios cabello trenzados y recogidos artísticamente engarzados
con una peineta de carey.... Bella época de La Paz de antaño... de molinos de
viento, de perfumados y floridos jardines, huertos familiares y tantas otras
cosas bellas de evocadores recuerdos.
¡Abuelita pero que bonito huele la
cocina, y cuanto humo sale del jarro de los remedios! Le dije jubilosa al
tiempo que entraba a la cocina seguida de mi perro viejo “El Pachuco”, y añadí;
¿Y qué es eso que está tostando en el comal abuelita?: son raíces de hierba del
manso, una planta prodigiosa que cura muchas enfermedades, y estas raíces las
voy a moler en el molcajete hasta hacerlas polvo, para curarles las llagas que
tiene en la cabeza el niño Felipillo. El perro nomás parpadeó y me quedé
paradita observando el proceso de aquel remedio... mi abuela después de tostar
las raíces de la planta de hierba del manso, procedió a molerlas en el
molcajetes hasta que estas quedaron como un polvito muy finito, y luego lo coló
en una manta finita y limpiecita, y después los vació a un frasquito de vidrio
y me dijo:
Estas raíces se lavan muy bien, y se
ponen a secar al sol y luego se tuestan como ya viste, se hacen polvo y se
guarda en frasco de vidrio para curar las llagas, granos purulentos, nacidos o
heridas infecciosas, pero antes estas se lavan con agua y jabón neutro, se
secan con un trapo muy limpiecito, así como toquecitos, luego se enjuaga con
agua de hierba del manso, y que se seque sola en la herida; luego se le pone de
este polvo, y se toman tres tazas de té de la misma hierba por tres días y
quedan curados; hay quienes dicen que hasta el tétano cura. Verdaderamente que estábamos
asombrados el perro y yo al ver lo que ella hacía y le dije, bueno abuelita y que
otras enfermedades cura la hierba del manso; son muchas dijo ella, entre otras:
Para el paludismo fiebre y catarro se
cose en un litro de agua por cinco minutos corteza de Quina, Cacachila, Huachichila,
Semillas de choya, hierbas de manso y Borraja un puñito de cada cosa, se toman
tres tazas al día hasta que sane.
Para el dolor de riñones, heridas o moretones:
el camote y hojas de la hierba del manso se cosen en un litro de agua se pone a
hervir por cinco minutos, y se toma una taza tres veces al día hasta que sane.
Para curar la Diabetes, se pone a coser
un puño de hierba del manso, hoja o raíces, y un puño de raíz de choya
machacada que hierba por cinco minutos; luego se deja reposar tapadita por diez
minutos para que suelte las propiedades curativas; se toman tres tazas en el
día por 15 días; luego se hacen unos análisis, y al bajar la azúcar, se toman
una taza al día en ayunas hasta que sane el enfermo; se continua con su dieta
para diabético. Yo recuerdo, que los mayores para saber si tenían alta la azúcar
probaban los orines, y si estos estaban dulces, era mala señal, entonces
tomaban la hierba del manso. Otra manera que tenían de hacerse análisis, para
ese fin, era orinando en el suelo, y si se arrimaban las hormigas azucareras
era otra mala señal.
Luego, continuó diciendo mi abuelita
sobre las bondades curativas de la hierba del manso, que también es buena esta
planta para las várices, piernas inflamadas, mala circulación, mal de orín
infeccioso, dolor de estómago de gastritis, gripa bronquial infecciosa, y
colesterol; que se pone a hervir por cinco minutos en un litro de agua un puño
de hierba del manso, un puño de cilantro de bola, y unas rajas de canela; que
se toman tres tazas en el día hasta que se alivia.
La hierba del manso para las alergias de
la piel, y la lepra; se cosen dos puños de yerba del manso en dos litros de
agua que hierva por diez minutos, se deja reposar, después del baño, se lava el
cuerpo con esa agua y que se seque sola en la piel; luego, se aplican las hojas
trituradas y calentadas en las heridas y también se toman tres tazas de té de
hierba del manso al día hasta que sane.
Para las enfermedades de las mujeres,
vaginales e inflamaciones del vientre se cosen en un litro de agua medio hueso
de aguacate y una docena de hojas y raíces de hierba del manso, tibiecito se
aplican los lavados dos veces por semana hasta que sanen, y desde luego tomarse
tres tazas del mismo te.
Para las hemorroides, se cose en tres
litros de agua por diez minutos tres puños de hojas de hierba del manso; se
toman tres tazas tres veces al día, y se hacen asientos calientitos, procurando
con un algodón introducir en si parte de ese cocimiento, y se tolera, se
introduce una hoja machacada calientita y tendrán pronto alivio. Contaban los
mayores dijo la abuela que en siglo pasado las pestes y epidemias contagiosas azotaron
esta península, y la gente tomaba hierba del manso para protegerse, como especie
de vacuna, también esta hierba era parte del tratamiento para curar la
tuberculosis, y se daba en abundancia en los arroyos. Continuó diciendo la
sabia e inolvidable abuelita que los antiguos tenían amplios conocimiento de
las propiedades curativas de las plantas, pero que desde luego, la vida era más
sana y sin tantas tensiones como ahora, y
la alimentación era muy natural, por eso es que la medicina herbaria
hacia su efecto. Terminó diciendo mi nanita mientras el perro se quedaba bostezando
en medio de la puerta con las patas para arriba y muy contenta brincando de
gusto le dije ¡Mire abuelita el perro está con las patas para arriba, está
anunciando visita!... Si. Dijo ella; seguramente vendrá Felipillo por su
remedio para las llagas contestó la encantadora muchacha antigua, mientras le
pegaba el golpe a su cigarro de El Tigre.
...La hierba del manso es una planta prodigiosa...
Usándola adecuadamente, cura muchas enfermedades.
…Por
el placer de escribir…Recordar…Y compartir…
*Esta crónica fue publicada hace más de
15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de
radio contacto directo XENT radio La Paz*
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