“EL CANTO DEL PESCADOR...Y
DON GILBERTO LUCERO CABALGAN EN LAS
BRUMAS DEL TIEMPO”.
POR MANUELITA LIZÁRRAGA.
Rodeado
de gaviotas y pelicanos...descansaba sus brazos sobre las rodillas, la brisa
del mar le pegaba en el rostro, y sus pies los tenía enterrados en las níveas
arenas...era semejante a un ídolo viejo...era parte del paisaje
sudcaliforniano...bajo su inseparable sombrero blanqueaban sus cabellos, y su
faz siempre estaba sonreida como cuando alguien tiene la consciencia tranquila
y el deber cumplido, satisfecho de todo lo que le brindó la vida. Contemplaba
la inmensidad del mar, y su barca que se mecía al vaivén de las olas.
ERA UN VIEJO PESCADOR....ERA
PARTE DEL PAISAJE SUDCALIFORNIANO.
Que
mirando en el horizonte buscaba la barca imaginaria donde haría posiblemente el
último viaje. Sus labios emitían murmullos que se confundían con el rumor del
mar...quizás eran plegarias.
Brotaba de él un extraño rumor era como eco de caracol,
parecía zumbido seco, impresionante. Cerca de él podía identificarse el
sonido...era el eslabón de varias generaciones, de varias frases..vibraba como
un canto lúgubre decía “voy en mi barca caracola hacía ti océano, voy hacía
ti...mi amada me espera con un remanso de paz...llegaré con las olas en la
silente noche estrellada para mitigar mis penas”.
Aquel viejo pescador solía perderse...pero luego volvía a
su sitial escogido. Oteando la lejanía, ante las miradas de las gaviotas con su
alegre trinar decían, que se iba, en su barca de vela, hacía allá donde abundan los peces y las
perlas, a platicar con el marlin, a jugar con los delfines, a escuchar las
confidencias de los tiburones, los que según él no eran asesinos.
ERA UN VIEJO PESCADOR....ERA
PARTE DEL PAISAJE SUDCALIFORNIANO.
Aquel viejo pescador, cuando estaba en tierra, tenía su
refugio en una casita inundada de amor donde los tamarindos y los datileros
derramaban sus frutos...caminaba por las noches iluminados por los cocuyos...le
guiaban las estrellas...era un ser vinculado al mar...podría decirse que
parecía prolongación humana del océano.
¿Porque te detienes viajero?, sigue tu camino no te
interpongas. Dijo tacirturno el pescador. ¿Quien eres tú, que huyes de los
humanos?, dijo el viajero. Soy hombre libre que los eludo porque esclavizan,
contestó el ser del océano. ¿Tu eres esclavo marinero?, preguntó el caminante.
¡si, lo soy! ¿De quien lo eres?. De dos poderosos señores. Uno es como tú,
robusto, altivo, que todo lo arrasa que señorea en el mar. El otro, es
brillante, líquido que nos hace soñar que nos mata lentamente. Dijo el
pescador.
¿Como te encadenaron?. Nací a orilla del océano, donde
las perlas mas finas abundaban y el alimento no faltaba. Allí desde niño supe
de las arribasones. Conocí donde nacen y mueren los peces. Yo sé donde están
los paraísos marinos. Aprendí a leer y a escribir en las blancas arenas, la
brisa del mar, en la luna y las estrellas; así como a descifrar los murmullos
del mar, y el alegre susurrar del viento en noches tranquilas y serenas, así
como de tempestades, en el marco de bellos crepúsculos y alboradas.
Cuando llegué aquí, el magnificiente me contrató para
viajar en sus naves...en las silentes noches de invierno no nos calentaba con
fuego, nos daba ese Dios blanco y brillante que quema las entrañas, que llena
de euforia; así me pusieron las cadenas.
ERA UN VIEJO PESCADOR....ERA PARTE DEL
PAISAJE SUDCALIFORNIANO, ENTRE GAVIOTAS PELICANOS EMBARCACIONES Y APEOS DE
PESCA. Ahora, ya nada es igual. La amplia sonrisa en su noble faz bajo el
inseparable sombrero lo distinguía. El Quiqui Lucero, cariñosamente le decían
sus amigos y quienes le amaron. Un día como hoy, 16 de abril del año 2000 ante
la mirada de las gaviotas, aquel pescador no se vio más en su acostumbrado
sitial.
En las alboradas, y en las tardes crepusculares el viento
llevará para siempre en el rumor del mar algo que parece decir...voy hacía ti
océano...entre la bruma del tiempo navegaré...voy hacía ti amada mía en mi
barca caracola llegaré con las olas en las noches silentes de luna, a tu
remanso de paz a mitigar mis penas.
ERA UN VIEJO PESCADOR....ERA
PARTE DEL PAISAJE SUDCALIFORNIANO,
…Por el placer
de recordar, escribir y compartir…
Facebook: La
Paz que se perdió.
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