“LA TENERIA SUELA VIOSCA, UNA DE LAS
PRIMERAS INDUSTRIAS EN LA PAZ... Y DON MIGUEL MIRANDA CASTRO DE 104 AÑOS DE
EDAD RETABA AL TIEMPO.”
Un acontecimiento insólito sucedió
en La Paz, fue un sábado de gloria de 1959 con el primer gran incendio de la
tenería suela Viosca que rompió el silencio de aquella noche de
verano...maderas y laminas crujían...volaban los tibores con químicos y
combustibles al cielo...las llamas alcanzaban mas de 30 metros de altura...la
gente de los únicos barrios que en ese entonces había, el Esterito, el Choyal,
el Centro, Chula Vista, el de la Pedrada, el Panal, el Manglito y Pueblo Nuevo
aterrorizados gritaban...!se quema la tenería!...!se va acabar La Paz! Y NO
HABIA BOMBEROS EN LA PAZ...estabamos acostumbrados a contemplar de lejos en las
noches oscuras y bajo la lapida celeste tachonada de estrellas, los reflejos
que causaban cuando se incendiaba la sierra de la Laguna...pasaban los días y
de entre los rescoldos de cenizas las llamas surgían nuevamente provocadas por
el viento. Hasta una semana duró quemándose aquello...la tenería Suela Viosca
fue una importante industria donde se procesaban y exportaban mas de 300
vaquetas diarias y donde laboraban mas de 200 trabajadores, empresa que nació
como una pequeña curtiduría de pieles a finales del siglo antepasado, y que fue
fundada como empresa familiar por los señores Don Julio y Esteban Beltran...al
igual que nació en el mineral de El
Triunfo Don Miguel Miranda Castro el 08 de mayo de 1896...y quien a la edad de
12 años empezó a trabajar de peón de albañil en la construcción de la alta
chimenea de 30 metros de altura y quien llegó a ser su administrador hasta la
década de los 60, en que terminó operaciones para siempre en el ramo de la
vaqueta, quedando en silencio la majestuosa chimenea impregnada de historia.
Don miguelito estaba predestinado a
transcurrir su vida entre altas chimeneas y molinos de viento...aquel 08 de
mayo de 1896, época del régimen Porfirista, en el histórico e importante
poblado de El Triunfo, antes llamado “Las Casitas” perfumado a barro y flores del campo en el
hogar de Don Bartolo Miranda Real y Amparo Castro Ajuque, se les inundaba el
corazón de alegría al escuchar el fuerte llanto del robusto niño que nacía a la
vida entre el silbar de la chimenea y trotar de mulas arrastrando carretas
cargadas del valioso mineral extraído a las entrañas de la tierra... ante el
regocijo de los abuelos maternos y paternos quienes después de terminar la dura
jornada diaria de arrancar el oro y la plata de las minas a una profundidad de
25 y 30 millas, esperaban ansiosos la llegada del niño a quien por nombre
pusieron Miguel. En La Paz, sus habitantes estaban de plácemes por que
disfrutaban del moderno hospital Salvatierra inaugurado en 1890, así como la
casa de Gobierno y otros edificios coloniales cuando La Paz era un paraíso en
aquel ambiente tropical ya que abundaba entre otras cosas las aves canoras mas
hermosas y finas... la curtiduría de don Santiago Viosca, surtía de vaquetas de
la mejor calidad las fabricas de calzado de Don Quan Ley Yuen, y Hong-Chong-Tai
de nacionalidad china, las que estaban ubicadas en el callejón 21 de agosto y
quienes ocupaban 40 trabajadores para la fabricación de calzado para toda la
familia. Estaba en su auge el buceo de la perla que le dio renombre a la
península de Baja California a nivel Internacional... y en la que se empleaban
más de 1000 hombres... buzos de todas partes del mundo llegaban a la bahía de
La Paz en busca de las perlas... don Gastón Vivés, los señores Ruffo, Miguel
Cornejo, entre otros, eran los principales armadores... la gente vivía en aquel
paraíso, de la pesca, agricultura, comercio y ganadería. Y allá en el Triunfo,
Miguelito crecía ayudando en las labores propias del rancho, de acuerdo a su
edad... y entre aquellas empedradas callecitas de El Triunfo, Miguelito con sus
amiguitos de la infancia, jugaba a las
catotas, a bailar el trompo, a volar el papalote y a tocar la flauta entre otros
juegos propios de la época.
Los padres de Miguelito se
trasladaron a esta ciudad de La Paz, cuando el niño contaba con escasos 8 años
La tenería, para ese entonces, dejo
de ser una pequeña curtiduría de pieles,
cuyo propietario y fundador era don Esteban Beltran, fundándose en 1902
con chimenea de fierro como una de las industrias mas importantes de La Paz con
la sociedad formada por don Santiago Viosca, los señores Rocholl y Ruffo quienes inyectaron capital extranjero
naciendo “Tenería Suela Viosca, S.A.”...donde se procesaban mas de 300 cueros
de res diarios, resultando la misma cantidad de la mejor vaqueta que eran
exportadas al extranjero, así como empleaban 200 trabajadores que eran el
sustento del mismo numero de familias. El trotar de mulas tirando la carreta
por aquellas callecitas de La Paz se confundían con el chirriar de rondallas y
tambazos jalando agua de los pozos, el tong tong de los molinos de viento y los
hachazos partiendo leña...al paso de la carreta, Miguelito miraba con asombro
las huertas, los molinos de viento, la hermosa bahía de La Paz inundada de
embarcaciones de vela de los pescadores, de las armadas perleras y de vapores
europeos que venían en busca de las perlas y de las aves exóticas, entre otros
productos propios de la región...hermosos carruajes y carreteles tirados por
briosos corceles circulaban por las callecitas de La Paz....aquellos hermosos
edificios coloniales...como la Torre Eiffel de Don Miguel Gonzalez y la casa
Ruffo importantes comercios edificados desde 1860...así como el palacio
municipal y el teatro Juarez que estaba en sus inicios y la parroquia de
Nuestra Señora de La Paz lucia una sola Torre en construcción. La familia de
don Miguelito se estableció en el barrio el choyal su abuelito don Cornelio
tenia una calera, y acostumbraba que de la primera horneada de cal era donar
una carreta llena de ese material para la construcción de la parroquia, la que
miguelito ayudaba con mucho gusto a transportar a la iglesia al trote de las
mulas...su abuelo le contaba que en las casas construidas de piedra que estaban
y aun están en la calle Reforma, y en la calle Independencia, botaban las balas
de los revolucionarios Orteguistas y Federales que con una polvareda bajaban de
la colina de la Cruz y el Cerro de San Juan. Revolución iniciada en 1913
motivada por el asesinato de don Francisco I. Madero y Pino Suárez en Febrero
de ese mismo año.
Miguelito estudio su primaria en la
escuela que estaba anexa a la parroquia de Nuestra señora de La Paz...cuando
tenia doce años entro a trabajar a la teneria suela Viosca de peón de albañil
en la construcción de la chimenea en 1908...el maestro albañil encargado de la
obra fue don Librado Gama...Miguelito recuerda claramente las enseñanzas de don
Librado, de las técnicas que usaban para la edificación de obras...”mira miguelito”,
le decía don Librado cuando estaba construyendo la chimenea, “para que se
acuerden de mí, le voy a poner a la chimenea
una hilada de ladrillo negro”. Así mismo le enseñó a cortar y labrar la
piedra, a preparar la mezcla; lavaba la arena y la secaba al sol, luego la
mezclaba con la cal viva...y en andamios de madera iban dándole altura y forma
a la chimenea que durante casi 7 décadas con su alegre pitido era el reloj de
los habitantes de La Paz...las calderas tenían que estar encendidas día y
noche, así como las carretas cargadas de panocha y cascalote para las tintas
del curtido de pieles, y la leña para las calderas tiradas hasta por doce mulas
diariamente, surtían de este material la tenería...y Polito Nuñez el fogonero,
atizaba las calderas con leña y residuos de cascalote quebrados a mazos para
que estuvieran a todo vapor para que pitara muy fuerte y se escuchara en toda
La Paz...y los trabajadores con su sombrero de
palma y sus paliacates anudado al cuello salían presurosos de sus
hogares, con el rostro lleno de esperanzas rumbo a sus trabajos.
El joven Miguelito, en su afán de
prepararse, estudiaba la escuela nocturna en la 48, trabajaba a la vez que
aprendía todos los oficios en la tenería...sus maestros fueron don Domingo
Carballo Felix, Ignacio Ramírez, Arturo Oropeza
quienes fueron además sus amigos, así como Don Manuel Gómez Jiménez, de
quienes guarda gratos recuerdos. La gente que trabajaba en la tenería suela
Viosca, se sentían “DONES”; escupían por un colmillo...ganaban un peso
cincuenta diarios, de aquellos pesotes de plata ley 0720 y los administradores hasta 3 cincuenta, lo
que les alcanzaba hasta para ayudar a sus padres como era la costumbre, para
comprar un corte de tela a su mujer, y pagar la música cada semana que se
comían una caguama la que costaba 70 centavos y lo que era motivo de convivencia familiar y reunión de vecinos.
La tenería para su época, no pagaba impuestos pero protegía mucho al
trabajador...los patrones daban un trato humanitario a sus empleados...estaban
bien organizados, tenían sindicato, su local era donde fue la escuela 48 y
ahora se llama Gregorio Torres Quintero, fue construida en la década de los 30,
luego fue donado este edificio por don Enrique Ruffo para escuela de los hijos
de los trabajadores; asimismo los empleados gozaban de servicio médico en la
misma tenería, los que se recuerdan fueron Federico Cota, Olguín, Corres
Calderón, quienes recetaban medicamento herbolario y cucharadas ; y por la
década de los 40s, también fue medico de la tenería Francisco Cardoza Carballo,
enfermeras y parteras. Les daban asimismo, casa a los trabajadores, y buenas
casas, construidas de ladrillo y piedra con techo de tejamanil la que pagaban
poco a poco de su sueldo, les daban uniforme y en la tenería había tienda de
abarrotes a bajo costo para los trabajadores. Recibían su buen aguinaldo y el
día del trabajo los patrones, el primero de mayo, lo festejaban en grande con
sus trabajadores bajo los frondosos guamúchiles con música y barbacoa...don
Arturo C. Nahl, hombre muy apreciado quien fue de los principales en la
tenería, impulsó el deporte costeando de su propia bolsa, formando el equipo de
béisbol La Novena Suela Viosca que dio fama al territorio de Baja California
Sur a nivel nacional. El que trabajaba en la Tenería, tenía las uñas cafeces
y vivía con mucha dignidad nunca pedía
prestado ni fiado...la carne costaba 0.25 centavos el kilo, leche 10 centavos
litro, la pieza de pan a 3 centavos y ¡y que piecezonas de pan!, azúcar de terrón
a cinco centavos el kilo, los huesos de res 3 kilos por diez centavos, el café
de grano para tostar, 40 centavos kilo, ese valía caro por que tardaba tiempo
en llegar de fuera en los barcos de vela; el pollo, huevo, gallina, verduras y
frutas se producían en casa y en las huertas vecinales; el pescado los sacaban
en la bahía y hasta lo regalaban y la ropa se producía también en casa, así es
que el dinero alcanzaba hasta para ahorrar. Era época de bonanza para todos los
habitantes de La Paz...el ranchero y Ganadero eran ricos, ya que por la década
de los 30 había mas de 200 mil cabezas de ganado en la península. La tenería en
su época, se surtían de cueros de la región,
y de otras partes de la república allí se ve la magnitud de la cantidad
de ganado que había que hasta lo exportaban y que llovía bastante, la región de
La Paz a decir de los mayores era tropical...la tala indiscriminada de árboles
especialmente del palo blanco para el cascalote que producían las tintas para
el curtido de pieles, y que eran transportado vía marítima en los barcos los
Korrigans, en el Sonorita y el Viosca así como en pangones y desembarcados en
el muellecito de madera que estaba ubicado en Bravo y Alvaro Obregón además de
la leña para las calderas de las chimeneas de los pueblos mineros, el Triunfo,
el boleo, San Antonio, La Paz, El Valle Perdido, entre otras, y el consumo
casero ya que no había otro combustible, motivó en gran parte el que este
territorio sea desértico y poco a poco se han escaseado las lluvias al ir
desapareciendo los árboles. El almacén de acopio de cueros y vaquetas de suela Viosca
fue en el antiguo edifico de dos plantas que todavía se enseñorea por el
malecón frente al muelle fiscal.
Entre fumarolas de la chimenea,
tintas y cueros, la vida de Don Miguelito transcurrió en aquella Paz de antaño,
que a pesar de los movimientos políticos y revolucionarios que se vivían, el
espíritu valiente de los sudcalifornianos surgían enfrentando todos los retos
que se presentaban, prevaleciendo el romance, la música y el amor por las cosas
bellas...y Miguelito como buen jinete que era después de cortarse el cabello
con el peluquero José Ramírez que estaba en el callejón 21 de agosto,
acicalarse y ponerse su brillantina de fabricación casera, muy perfumado en su
caballo “El Rocío” le llevaba serenata a
la luz de la luna a las muchachas acompañado de los trovadores de la
época...Ricardo Flores tocaba el violín, los hermanos Toledo con el conjunto
musical compuesto de guitarra, del tololoche y del violonchelo...asimismo, en
su caballo le encantaba asistir a los bailes que se hacían en el rancho las vinoramas donde había hermosas mujeres y les cantaba
“La del moño colorado”. En esa época, conoció a su esposa, doña Carmen Romero
Contreras, triunfeña, quienes después de un tradicional noviazgo se casaron en
la parroquia de Nuestra señora de La Paz un 24 de diciembre de 1920. Su hogar
fue bendecido con 14 hijos: José Francisco, María del Carmen (Q.E.P.D.), la que
falleció y luego nació otra niña y le pusieron María del Carmen, Felipe Neri, Bartolomé,
Gilberto, Miguel Angel (Q.E.P.D.), Juan Manuel (Q.E.P.D.), Raúl Octavio,
Ricardo, Daniel Alfredo, Gregorio Guadalupe, José Antonio y Marta Elena. Una
gran y honorable familia a quienes don Miguelito y su esposa bajo las normas
mas estrictas los educaron y con su ejemplar vida hicieron de ellos
profesionistas honrados que con su desempeño han contribuido a la educación y
desarrollo de Nuestra entidad. Don Miguel Miranda fué socio fundador de la
Sociedad Mutualista Unión junto con Miguel Cornejo, José C. Mercado y José
Ramírez entre otros... durante toda su vida trabajó únicamente en la tenería
suela Viosca. Fue escalando puestos en los diferentes departamentos desde peón
de albañil en la construcción de la histórica chimenea cuando solo era un niño
de doce años; de machetero y moledor de cascalote para las tintas, en las
calderas, de curtidor, fue el químico
por excelencia que preparaba las
tintas de todo el combinado; así como en el proceso de curtido de pieles...dice
don Miguelito que los cueros crudos los metían en la cal para tumbarles el
pelo, luego los descarnaban quitándoles garra, panza y cachetes; después los
pasaban a lavado en las piletas de agua, y luego los metían en las tintas durante quince días por
diferentes etapas según la densidad de las tintas; luego los pasaban a los
tambores de quebracho, el que se componía de piloncillo y aceite de motores y
de allí pasaban las pieles impregnadas de tintas colgándolas en los secadores
donde había sistema de calefacción con lámpara de petróleo, para evitar la
humedad ya que la lluvia era el peor enemigo por que se batallaba para el
secado de las vaquetas. En las instalaciones había sistema de drenaje que
desembocaba los desechos en el arroyo del palo. Al término de la guerra de
Estados Unidos a Japón en el año del 45, el negocio decayó; escaseó la materia
prima que eran las pieles y el cascalote ya que se exportaban mas de 300
vaquetas diarias y el gerente de esa época Don Isidro Isaís viajaba por toda la
República Mexicana y hasta Argentina consiguiendo cueros, los que eran
transportados en los barcos el Viosca y el Sonorita.
Varias veces don Miguelito cayó por
accidente en las pilas llenas de tinta y quebracho...don Miguel Miranda llegó a
ser el administrador de la teneria Suela Viosca, era un maestro por excelencia
dice don Francisco García de la Garza y añade que venían personas de Europa,
Estados Unidos y del interior de la República a que les enseñara el arte y las
técnicas de curtido en pieles. Don Miguel fue un magnifico empleado, que se
distinguió siempre por su honradez, lealtad, eficiencia y don de gente. Don
Miguel Miranda fue el primer forjador homenajeado por el grupo Madrugadores de
La Paz en la década de los 80 rindiéndole así un merecido homenaje por su
esfuerzo. Después del histórico incendio de la tenería en 1958, ésta la compro
el señor Francisco García Quintanilla, la que estuvo operando con producción en
menor escala hasta la década de los 60, quedando en silencio para siempre la
alta e histórica chimenea, que de ninguna manera el INAH debe permitir que sea derrumbada sino que,
por el contrario procurar su restauración y protegerla, ya que en el ultimo
temblor de 1995 se levantaron algunos ladrillos de su extremo superior. A causa
de que se quemo la tenería, hubo bomberos en La Paz y su precursor fue don Norbert
Hannell pero eso ya es otra historia.
...La chimenea, impregnada del
pasado...se yergue silenciosa al igual que don Miguelito Miranda quien en la
tranquilidad de su hogar al amparo de hijos, nietos, bisnietos, tataranietos,
nueras y yernos, a sus 104 años de edad, viudo desde 1987, continua retando al
tiempo, ante el regocijo de sus hijos que le festejaron sus 103 años el
anterior 08 de mayo con una piñata y que don Miguelito se sintió como un
travieso niño dándole de palos, diciendo
muy contento “YO CUMPLO 90 AÑOS, LOS DEMAS SE LOS REGALO”.
La Tenería Suela Viosca fue una
importante industria y principal fuente de trabajo que dio impulso al
desarrollo de Sudcalifornia…Don Miguelito acudió al llamado del Señor a la edad
de 106 años…y la chimenea de la tenería Suela Viosca continúa silenciosa
retando al tiempo.
Bonita historia, pero me gustaría saber mas acerca de la vida de Santiago Viosca que dio nombre a esta industria.
ResponderBorrarBonita historia, pero me gustaría saber mas acerca de la vida de Santiago Viosca que dio nombre a esta industria.
ResponderBorrarBuenos días. Me interesa tener una charla con usted e intercambiar información sobre esta tenería...¿sería posible?
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