POR MANUELITA LIZARRAGA
“DON JESUS MICHEL
SALAS….DE LOS FUNDADORES DEL PUERTO ADOLFO LOPEZ MATEOS Y LA PLANTA EMPACADORA ”.
“Los que piden de un
pensador a toda costa un libro compaginado, no reflexionan en que los
fundadores de una época nueva, los grandes apóstoles de una idea, no escriben
jamás libros, se ven obligados a mezclar la acción a la palabra”. Ignacio Manuel
Altamirano.
·
Como
un homenaje en su tercer aniversario que nació a la vida eterna el 21 de Marzo
en la primavera del 2014.
El Ingeniero Don Jesús Michel Salas, visionario y
emprendedor hombre de nuestro México y de nuestro tiempo, llegó a Matancitas,
B.C.S., por la década de los sesenta acompañado de un grupo de profesionistas
con los mismos atributos que él, con la encomienda de fundar un pueblo y una
congeladora y empacadora más, de productos del mar….luego se llamaría “PUERTO
ADOLFO LOPEZ MATEOS”.
Su mirada se perdía contemplativa admirando la
belleza que les rodeaba……su primera impresión era de asombro
deslumbrante…presentábase ante su vista una naturaleza extraña……el viento
fresco perfumado a brisa marina les golpeaba el rostro, poniendo pinceladas
melancólicas se extendían sobre la inmensidad del cielo y del mar……serpientes y
otros animales huyendo de los ardientes rayos del sol, se amparaban a las
débiles sombras que proyectaban los implorantes cardones y las ralas pestañas
del escaso follaje…todo aquello era una maravillosa soledad, roto el silencio
solo por el graznar de gaviotas y otras aves del cielo, así como por el
murmurante mar.
Y en ese marco suspirando los ingenieros Don
Jesús Michel y Pagán, escogieron aquel
lugar para proyectar un pueblo, y construir una congeladora y empacadora de
productos del mar, y como muy conocedor en la materia así como por su amplia
experiencia y trayectoria en la construcción de congeladoras y empacadoras, el lugar le
pareció perfecto para este proyecto, por su amplia y hermosa bahía, muy
protegida con entradas para barco de gran calado, por la abundancia de especies
marinas, especialmente la sardina y las ballenas; así como por la abundante
agua dulce.
Fue así como nació el que se llamó después de
terminada la obra, Puerto Adolfo López Mateos, donde antes se llamó Matancitas,
y por haber sido inaugurada por el presidente de México del mismo nombre, en el
último año de su gobierno en 1963. después de casi cinco décadas, al contemplar
el muellecito, la planta empacadora, y aquel pueblo de risueños pescadores y de
gente trabajadora que aun prevalece, y que fue diseñada por el ingeniero Pagán
y él, y llevada a cabo con el invaluable apoyo del biólogo marino Julio Verdegueé
Aznar, y los ingenieros Morel, Mariano Ruíz Junes y Rafael Lacambra Rollo, Don
Jesús con profunda satisfacción y merecido orgullo dice que fue toda una odisea
el logro de esta empresa; ya que el diseño y las piezas de la planta las
hicieron en Culiacán, Sinaloa y fueron trasladadas por vía marítima a La Paz en barcos pesqueros de
aquella época, y luego por polvorientos y pedregosos caminos hasta Matancitas,
entre grandes extensiones de sembradíos que se perdían a la distancia ante la
asombrada mirada.
Era el auge en el Valle de Santo Domingo, con la
producción agrícola, de la espiga dorada y de los copos de nieve del algodón y
el trigo, tiempos de juaja para todos, grandes extensiones de tierras baratas
se vendían a montón…después de terminada la obra, en la que se empacaría y
congelaría camarón, langosta, abulón, así como fábrica de 50 ton. Diarias de
hielo, se inició la proyección del pueblo alrededor del pozo de abundante agua
dulce proveniente de la sierra, que se encontró con el invaluable apoyo de
Petróleos Mexicanos a 500
metros de la costa, y 150 metros de
profundidad.
La brisa marina le pegaba en el rostro y Don
Jesús Michel, perdía la mirada contemplativa dejando vagar su pensamiento y los
recuerdos…primero dice, programaron la iglesia, luego la plaza y el kiosco… ¡tenían
tantas esperanzas y mucho entusiasmo!, le ponían el corazón a cada acción que
realizaban……y las primeras familias del pueblo fueron, el contador de la
planta, Rico Castell, los hermanos Eduardo y Room hampp, entre otros que
escapan a la memoria. Y así fue creciendo el pueblo con esa fuente de trabajo
más, financiada por el gran economista y dueño de más de 80 empacadoras y
congeladoras que fundó en toda la costa del pacífico, el doctor Sacristán, a
través de la Financiera Mexicana
y Crédito Industrial, que él mismo formó en México, y en la que nombró a Don
Jesús Michel Ingeniero en Mantenimiento de las 80 empacadoras en toda la República y a quien Don
Jesús con las pestañas húmedas, profunda admiración, respeto y agradecimiento
lo recuerda con inmenso cariño, así como de manera muy especial al biólogo
marino Julio Verdegueé Aznar, ahora un prominente empresario en la rama
hotelera, que con su amplia experiencia y trayectoria contribuyen de gran
manera al desarrollo de nuestro país; así como demás compañeros pioneros que le
acompañaron en esta titánica empresa de fundar un pueblo, Puerto Adolfo López
Mateos, con su fuente de trabajo; la empacadora y congeladora Matancitas.
El ingeniero Jesús Michel Salas nació en
Guadalajara, Jalisco el 24 de Octubre de 1924, siendo sus padres, el
revolucionario y patriota y quien murió defendiendo la causa, el capitán Odilón
Michel Méndez, originario de Autlán Jalisco y Doña Isabel Salas Romero, nativa
de Escuinapa. Su única hermana, Estela, falleció a temprana edad, quedando hijo
único.
Tres añitos tenía Jesús, cuando la familia se
trasladó a Hermosillo Sonora, donde cursó la escuela primaria y las vacaciones
las pasaba felizmente en Bahía de Kino y Puerto Libertad, lugares, dice, donde
se pescaba la totoaba y la enviaban a mercados americanos. Él recuerda que era
un pescado que medía un metro y medio de largo y llegaba a pesar 120 kilos. Don
Jesús descabezaba y descolaba totoabas a
cambio de los hígados y buches y los vendía a peso el kilo, y sacaba en esas
vacaciones hasta ¡102 pesos!, de aquellos de plata 0720.
Su señora madre, una mujer, ejemplar, de lucha,
acostumbrada a vencer retos. Jesús estudió la primaria y primero de secundaria
en Guaymas Sonora, y luego se trasladaron a Topolobampo en el barco de Don
Héctor Ferreira quien pescaba camarón y lo enviaban por ferrocarril enhielado
en furgones a Estados Unidos. La pesca del camarón la inició dice, una compañía
llamada Pan américa y fue desplazada por compañías japonesas quienes lo
capturaban con redes de arrastres y usaban barcos de 20 a 40 ton, y contrataban a
pescadores mexicanos solamente para seleccionar y lavar el camarón y lo
entregaban a un barco planta congelador llamado Mirato Maru. Después el General
Abelardo Rodríguez desplazó a los barcos japoneses con permiso del gobierno, y
montó plantas congeladoras: en Guaymas, Yavaros, Mazatlán, Escuinapa y
Topolobampo, donde Jesús trabajó cuando tenía 15 años.
Doña Isabel puso su tienda y comedor donde
abastecía a los pescadores y demás gentes del pueblo, y Jesús la ayudaba, al
mismo tiempo que trabajaba y estudiaba por correspondencia en la escuela
Nacional de Los Ángeles la carrera de ingeniero en fuerza motriz donde se tituló
con altas calificaciones.
El joven Michel fue de los iniciadores de la
pesquera de Topolobampo gracias a sus estudios y la experiencia que adquiría en
el mismo trabajo, de patrón motorista; venían ingenieros navales de otras
partes a enseñar a las gentes de los puertos de la costa del pacifico, y Don
Jesús a los 18 años, ya tenia su titulo de motorista de tercera de la marina
mercante nacional.
Señala, el que vendría a regalarnos un puerto y
un pueblo así como una fuente de trabajo, López Mateos, que para recibir este
título de la marina mercante, tuvo que decir que tenía 20 años, porque sólo a
esa edad podía obtenerse, pero debido a su amplia capacidad y su experiencia en
la materia, pudo obtenerla. ¡Había tanto pescado en ese tiempo!...dice con
nostalgia Don Jesús Michel Salas, recordando que entre otros barco en los que
navegó por tres años como jefe de máquinas es el San Genaro y el Guaymas I, y
que cuando terminó el auge de la totoaba, continuó la pesca del camarón, y él
era ayudante de soldador en la construcción de la congeladora Topolobampo.
Durante el gobierno de Abelardo L. Rodríguez se
hicieron congeladoras en la que fue pionero, y después el general Lázaro
Cárdenas ex presidente de México le dio refugio a los españoles y entre ellos
venia niño el empresario de gran prestigio Don Julio Verdegueé Aznar y el
doctor Sacristán, un gran visionario y economista que le dio fuerte impulso a
la industria en el país, y compró todas las compañías congeladoras que había en
ese entonces y fusionó en la Mexicana
Crédito Industrial, llegando a fundar 80 en toda la costa
pacífico, y al ingeniero Michel lo nombró Ingeniero Supervisor. Puede afirmar
sin error a equivocarse que durante el gobierno de Lázaro Cárdenas fue la era
del desarrollo en la industria en México, en la que contribuyó en gran manera
la llegada de los españoles, a quien con gran acierto, el presidente Lázaro
Cárdenas les dio refugio.
Don Jesús Michel Salas, surcaba los cielos y
mares de un lugar a otro, fundando y supervisando congeladoras, y en Topolobampo,
llegó el amor a su vida, conoció a la señorita Beatriz Jacobo Mendoza con quien
después de un breve noviazgo, apegado a las costumbres de la época, contrajo
matrimonio, 17 años tenía él y ella 14 y Dios bendijo esa unión con once hijos:
Jesús (q.e.p.d.), Olivia, Octavio (q.e.p.d.), Josefina, Estela, Carlos, Isabel,
Lidia, José, Carmen y Patricia Beatriz, a quienes con el esfuerzo mutuo e
inmenso amor educaron y formaron profesionistas, y quienes han coronado sus
plateadas sienes con 34 nietos y 16 bisnietos además de sus hijos políticos
nueras y yernos, formando todos una familia muy unida.
Después de un largo periodo de vida, en Topolobampo,
se fueron a radicar a Guasave, donde trabajaba en equipo de bombeo para
agricultura, y el doctor Sacristán lo mandó a fundar la congeladora a Guaymas
Sonora, y la primera que fundó fue en Topolobampo, así como también le dio la
encomienda, de fundar un pueblo y su congeladora en Matancitas, la que como ya
se dijo, se llamó cuando fue inaugurada, Puerto Adolfo López Mateos, y la
planta empacadora se llama en la actualidad “Productos Pesqueros Matancitas,
S.A de C.V.”
Por su honestidad y buen desempeño en su trabajo, por tantos años de entrega y lealtad, sus
jefes le prestaron capital para que iniciara su propio negocio y fue así como
el ingeniero Michel Salas formó su propia empresa, es fabricante de maquinaria
agrícola y acuacultura la que inicio como constructora de equipo y maquinaria,
y después se llamo Implementos Agrícolas Culiacán, y ahora es Industrias
Terramar del Noroeste, S.A. de C.V. de gran prestigio en Culiacán Sinaloa….
………y el ingeniero Jesús Michel Salas, perdía su
mirada contemplativa en Matancitas, proyectando lo que luego nos regalaría, la
fundación de una planta empacadora y un pueblo, Puerto Adolfo López Mateos.
…Por el placer de
escribir…Recordar…Y compartir…
Este Señor es mi padre, estoy muy orgulloso de el, de ese hombre emprendedor y visionario, todavía me sorprendo de su alcance y su capacidad, gracias Manuelita Lizarraga por la forma en que escribiste en este blog, doy fe de ello de cada linea, creeme, me hiciste llorar de la emocion, exactamente, este era mi padre en vida, que en paz descanse.
ResponderBorrarEste Señor es mi abuelo, y así como mi tío Jose Michel, estoy muy orgulloso de él, tus palabras describen lo que verdaderamente fue este gran hombre visionario y emprendedor, solo la muerte detuvo ese ímpetu de dejar un México mejor de como lo encontró y así como en esta nota mi abuelo deja su huella impresa en el corazón de los pueblos en lo que dejo su obra, un abrazo Manuela Lizarraga Alcaraz, Descanse en Paz el Ing. Jesús Michel salas pero que su recuerdo perdura por décadas, Así sea.
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