jueves, 5 de julio de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
“LA SUDCALIFORNIANA, DOÑA BLANCA DIAZ MEZA...UNA ABUELA MUY ESPECIAL…EN SAN BARTOLO...TIERRA DE LA IGUANA Y DEL MANGO…”.
• El cariño de una abuela, es algo muy especial, es un refugio seguro para el niño. Es la raíz de la familia.
Originaria de la tierra del mango, el tradicional dulce y la iguana...San Bartolo, Baja California Sur, Doña Blanca Díaz Meza, con su adorada nietecita Katya entre sus brazos, entre aquellos aromas a mango y ciruelas maduras, con justo orgullo dijo: “Lo más maravilloso que Dios me dio además de la vida y mis hijos, es haber nacido en San Bartolo, entre exuberantes árboles frutales, y haber crecido al tierno amparo de su amada e inolvidable abuelita, Doña Feliciana Meza Obedo, quien fue especialista en el arte de elaborar toda clase de dulces con frutas de la región, y que ha dado fama por sus sabrosura a San Bartolo”; así como vivió también con su abuelo Don Abel Meza Trasviña, prominente ganadero y comerciante muy conocido en toda la península. Sus padres fueron Micaela Cota, dulcera por tradición y Manuel Díaz Encinas, quien fue funcionario público y por dos periodos consecutivos fue jefe de tránsito en esta ciudad de La Paz.
Acariciando tiernamente a su inquieta nietecita, continuó diciendo Doña Blanca que su abuelita, así como sus tatarabuelos y bisabuelos nacieron en San Bartolo, y le heredó estas hermosas y paradisiacas tierras del Iguana, sembradas de abundantes árboles frutales, pero lo más valioso que a ella le dio, además de su inmenso amor, fueron sus sabias enseñanzas. Doña Feliciana unía la acción a la palabra y siempre estaba muy activa predicando con el ejemplo en cosas productivas y positivas de beneficio común. Gracias a ella, aprendió a cuidar, a sembrar y a cosechar el fruto de los árboles, para aprovecharlos en la elaboración del dulce de mango, guayaba y una diversidad de frutas que con el producto de su venta pudo crecer a sus hijos, así como les enseño el arte de este noble trabajo, heredado por tradición a través de generaciones. Todos sus hijos así como sus nietos, trabajan en la elaboración del dulce en su propia empresa familiar, en el noble quehacer de este arte del dulce de mango que es toda una tradición en San Bartolo.
¡Que bonito es recordar las enseñanzas de mi abuelita!. Fue una gran mujer de pelo en pecho, a nada le tenía miedo; Doña Feliciana fue célebre en San Bartolo, porque entre tantas anécdotas de ella, contaban los mayores, a la luz de los candiles y todavía la gente grande recuerda esta hazaña de Doña Feliciana: dicen que cuando la Revolución de 1914, aquí en la península, se agarraron a balazos las tropas de los Orteguistas y Federales, y en el cerro del Fortín y la Bolsa, allí en San Bartolo, nomás ladraban las 30 30 y una tropa comandada por el señor Escandón, se metieron a las huertas de su abuela y traían un desastre entre la fruta y el ganado, y el comandante le preguntó: “Que hay por aquí Doña Feliciana?” y luego, luego su abuelita con mucha seguridad le dijo: “Andamos muy alarmado porque en Los Barriles desembarcó un gran contingente y con ustedes aquí, que va a pasar con tanta gente?”...cuentan los que saben mucho que quedó tan asustado Escandón, que luego, luego tocó la corneta ordenando la retirada, y se fueron toda la tropa como alma que lleva el diablo.
Ni Doña Feliciana podía creer que su mentira causara tanto efecto, pues estaba también ella muy asustada, temerosa que se regresaran los pelones y la colgaran por embustera; pero por fortuna se lo creyeron y una polvareda llevaban entre las escarpadas brechas de San Bartolo. Recuerda Doña Blanca que su abuelita tenía amplios conocimientos en la medicina herbolaria, así como en otras cosas; era una mujer muy limpia y cuidadosa de su persona y de todo lo que la rodeaba; la enseñaba a cuidar y amar la naturaleza, y a recoger cuidadosamente sobre una manta muy limpia los azahares de los árboles cuando éstos caían, los que limpiaba pacientemente, mientras la nutría de sabias enseñanzas y de la vida de grandes personajes que gobernaron esta tierra, que su recuerdo quedó para la historia, como por ejemplo, Don Agustín Arriola Martínez, primer gobernador nativo electo por el pueblo y decía mi abuelita, que fue un gobernante, así como el que tenemos ahora gobernando el Estado de Baja California Sur, el Licenciado Leonel Cota Montaño.
De su abuelita, dice Doña Blanca, hay mucho que contar y de esta histórica tierra de San Bartolomé de las Casas, donde el General Francisco J. Mugica, realizó bastantes obras de beneficio común dejando gratos recuerdos en los habitantes de sudcalifornia. Continua diciendo Doña Blanca que cursó su educación primaria en esta tierra de San Bartolo y desde temprana edad tuvo que trabajar en la elaboración del dulce para sostener sus hijos: Verónica, Lourdes, Lorena, Enrique, Guillermo, Aldo y Maricarmen, quienes la han colmado de más de una docena de nietos y muchas satisfacciones mientras ella continua trabajando en la venta del dulce que sus hijos elabora así como de algunas manualidades. En San Bartolo, la vida es muy tranquila y hermosa, dijo Doña Blanca añadiendo que la gente se levanta al alegre trino de los pájaros canores y se acuestan arrullados por ellos mismos, termino diciendo, la encantadora flor de aquella tierra del mango y del iguano.
…San Bartolo, tierra de andar de milenios, perfumada a mango maduro, y de ejemplares eh industriosas sudcalifornianas, que contribuyen desde su trinchera para el desarrollo y progreso de esta bendita tierra de Dios… Orgullo sudcaliforniano…
…Por el placer de escribir…Recordar…Y…Compartir…
Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*

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