lunes, 23 de julio de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA ÁLCARAZ
LA ALBERCA DEL TERROR
“El tango” el enorme perro negro dormía en el pasto cerca de la alberca, con un ojo al gato y el otro al garabato, brillándole aún más su negro pelaje, bajo los reflejos de la luna llena, y de pronto el agua empezó a burbujear de repente, como si estuviera hirviendo a altas temperaturas en aquella alberca del terror, de la lóbrega mansión…. De pronto el fiel guardián empezó a gemir lastimeramente, y con cola entre las patas se perdió en el tupido follaje del jardín, como presagio de lo que iba a suceder así lo dijo Don Arturo que leía un libro en la sala de segundo piso de dicha mansión, llamándole la atención todo aquello, el burbujear del agua que iba en aumento, el sonido que emitía esta, y el comportamiento tan dócil del tango, como si tuviera miedo….
Y continuo diciendo el asustado señor, que eran como las 11 de la noche, cerró el libro y cogió su toalla para meterse a bañar y luego irse a dormir, y le pego una última mirada a aquella alberca y buscaba a su perro como era su costumbre…..
¡¡Pero que sorpresa se llevó!! En la alberca estaban dos niños de cabellos rubios a punto de ahogarse, eran niño y niña como de 6 y 8 años en la alberca de burbujeantes aguas, que se hundían y luego resurgían, primero uno y luego el otro, alzando sus manitas y echando buches de agua al cielo como pidiendo auxilio; él no lo pensó dos veces, tiro la toalla y como rayo bajo las escaleras y se lanzó a aquella alberca de terror de burbujeantes aguas, y ya que estaba adentro de ella, ¡¡¡¡¡¡¡ LOS NIÑOS DESAPARECIERO!!!!!....... No había ningún niño y las aguas quedaron en calma, el sintió que lo jalaban de los pies, al fondo de la alberca, ¡¡Estaba aterrado!! No se podía mover para nadar, y para colmo el perro empezó a aullar lastimeramente, y al unísono los perros de alrededor.
Por fortuna, su esposa se dio cuenta que se aventó con premura al agua, y que esta no sabía que algo andaba mal, la señora se lanzó al agua y pudo sacarlo, estaba con las quijadas trabadas y un nudo en la garganta, pero ella no sentía miedo porque no sabía que pasaba, porque no vio a los niños, y para colmo el perro comenzó a gemir y aullar nuevamente, la luna se ocultó entre negros nubarrones; y en aquel silencio sepulcral, subieron a la recamara y entonces el, al fin pudo hablar y le conto lo que había visto y vivido… Esa noche en aquella alberca del terror que hasta el perro tuvo miedo, y lo peor de todo dijo es que ellos no tenían niños, y ni había niños en la casa.
Continúo diciendo Don Arturo que al momento de ver a los niños en la alberca a punto de ahogarse, ni si quiera pasó por su mente, de que no tenía niños…. Hasta entonces la señora tuvo miedo, y se abrazaron aterrados, no querían ni voltear a la alberca, y desde luego ya no pudieron dormir, se amanecieron sentados en la cama, con los ojos pelones y los pelos de punta.
Cuando al fin amaneció, agarraron al perro, y los más indispensable, y sin voltear atrás se fueron a la casa de los padres su esposa.
De allí rentaron otra casa y mandaron antes traer al padre para bendecirla, luego enviaron a la casa de la alberca del terror donde los niños saltaban a personas de su confianza por las cosas y demás pertenencias, y de la casa ya no quisieron saber nada nunca más, ni por la feria volvieron, tanto a si, que ni si quiera volvieron a pasar por la casa de la Encinas, y mucho menos quisieron saber el porqué de su historia, porque además dijo que tampoco lo querían contar, porque lo iban a tildar de loco y no se lo creerían, menos en esta época en que vivimos tan moderna de pura tecnología.
…. Y hasta el perro tuvo miedo… Y los niños se hundían y resurgían aterrados, alzando sus manitas al cielo en las burbujeantes aguas del terror….
…Por el placer de escribir…Recordar…. Y… Compartir….

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