martes, 2 de octubre de 2018

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA ALCARAZ
“98 ANIVERSARIO DE LA CASA DEL ESTUDIANTE...EN LA CIUDAD DE MEXICO...DON AGUSTIN ARRIOLA SU FUNDADOR”
UNA RAZON MAS, PARA QUE LOS RESTOS MORTALES DE DON AGUSTIN ARRIOLA DESCANSEN EN LA ROTONDA DE LOS HOMBRES ILUSTRES...Y LA CASA DEL ESTUDIANTE EN LA CIUDAD DE MEXICO LLEVE SU NOMBRE.
En el histórico muelle fiscal, en el marco del alegre trinar de gaviotas, pitidos de barcos de cabotaje, y de susurrantes palmeras...el primer gobernador del Territorio de Distrito Sur de Baja California, recién electo por plebiscito, Don Agustín Arriola Martínez, abrazaba y estrechaba en señal de despedida efusivamente a los doce primeros estudiantes sudcalifornianos que gozosos y llenos de ilusiones marchaban a la Ciudad de México, hacia lo ignoto...hacia lo desconocido, para estudiar una carrera profesional, ya que en esa época, las oportunidades de trabajo para los jóvenes era de albañil, pescador, minero, ganadero, agricultor o dependientes en alguno de los comercios establecidos; trabajos muy dignos también pero que no llenaban las aspiraciones de superación de los estudiantes. Así, Don Agustín Arriola Martínez daba cumplimiento a su promesa de campaña con este acto sin precedentes en la historia de Sudcalifornia, enviando a los primeros estudiantes y fundando la primera Casa del Estudiante, ubicada en la Ciudad de México, el 18 de Noviembre de 1920; desde donde unió un puente cultural hasta esta bendita tierra de Dios, surgiendo desde esa histórica fecha, un semillero de profesionistas que han contribuido al desarrollo y engrandecimiento de esta península.
Fue el 18 de Noviembre de 1920...en las tranquilas aguas de la hermosa bahía de La Paz, majestuoso cortaba el oleaje el legendario barco de la Marinería mercante “El San Antonio”, quien hinchaba su velamen llevando entre su preciada carga y demás pasajeros al grupo de jovencitos sudcalifornianos encabezados por el maestro Arturo Oropeza, de San José del Cabo, Alejandro Pedrín, Jesús Castro Agúndez, Manuel Galván; de El Triunfo. Francisco Cota y Pablo Nolasco; de La Paz, Francisco Borbón, Luis Peláez, Raúl Estrada, Gustavo Moreno, José María Meza, Felix Sánchez Garzón y Federico Romero Yenki, quienes con un nudo en la garganta, y a través de una cortina de lágrimas miraban cómo iban quedando atrás, perdiéndose en la lejanía los pañuelos blancos que cual gaviotas se agitaban al aire, despidiéndolos; entre los que se contaba al señor Gobernador Don Agustín Arriola Martínez y sus acompañantes, Don Antonio Delgado, Don Manuel Quiroz, Don Carlos Cornejo, Don Isidro Isais, así como sus padres, demás familiares y amigos perdiéndose sus siluetas sobre el muelle fiscal, en el horizonte.
El San Antonio, conducido por su diestro capitán guiado por la brújula y las estrellas Don Edrulfo Peña, surcaba las aguas cortando la cresta de los oleajes y los jóvenes tenían fresco aun en su mente los gratos momentos que pasaron la noche antes de su partida; les habían hecho la despedida oficial en la Escuela Comercial ante una compacta multitud compuesta de autoridades, familiares, amigos, niños de la escuela y simples curiosos que se habían congregado para verlos partir. Don Bonifacio Díaz, viejo mentor de la juventud, había pronunciado un sentido y alentador discurso, el excelso poeta Don Filemón C. Piñeda en versos les había dicho: “¿QUEREIS CONOCER LA OMEGA, CONOCIENDO EL ALFA YA?”...y luego en el clímax de la emoción les dijo adiós con trémula voz:
Hace explosión la palabra
Como temiendo que se abra
Y se parta el alma en dos.
Los muchachos iban llenos de zozobra hacia lo desconocido...hasta entonces cada uno de ellos había tenido su ambiente familiar, su pueblo; pero a partir de aquel momento, roto los lazos que los ataba al inmediato pasado, todos comprendieron que algo los unía ya como una gran familia; y que juntos iban a afrontar el porvenir, sellando un pacto “en la adversidad, como en el triunfo, todos para uno y uno para todos”. Desde entonces a la fecha, han transcurrido 98 años, que el recuerdo se empeña en revivir como si fueran hechos que apenas ayer hubieran tenido realidad. Hasta el 18 de Noviembre de 1920, en el panorama cultural Sudcaliforniano, sólo 4 profesionistas habían surgido: El Doctor Federico Cota, El Ingeniero, Manuel Balarezo, El Licenciado Carlos Meza León y el Ingeniero Modesto C. Rollan. El 18 de Noviembre de 1920 significó la destrucción de una serie de prejuicios, la iniciación de una nueva y fecunda etapa en la vida cultural de Sudcalifornia y el acercamiento definitivo a la patria remota y lejana. La corriente desde entonces establecida con los Centros Nacionales de Cultura, se ha fortalecido a través del tiempo. Los profesionistas sudcalifornianos que se han formado teniendo el gran apoyo de la Casa del Estudiante en México suman un buen número de generaciones en las variadas ramas: el derecho, la medicina, el magisterio, la ingeniería, la música, la agronomía, la farmacéutica, el comercio, la odontología, la química y bacteriología así como la milicia y aviación.
La primera casa del Estudiante en México promovida por Don Agustín Arriola Martínez y ejecutada su fundación por el profesor Arturo Oropeza estaba ubicada en el pueblo de Mixcoactl a 16 kilómetros del centro de la ciudad en Zaragoza No. 47. Era muy hermosa y amplia en forma de herradura con un jardín al centro y una fuente de la que emanaba continuamente un fresco chorro de agua. A espaldas de la casa había un huerto que producía tunas, chabacanos, peras y tejocotes. Fue grato para los muchachos encontrarse en esta casa como en su pueblo. Su propietario era un bondadoso señor que se llamaba Miguel Salcedo. En el mes de Enero se abrieron las inscripciones en los planteles capitalinos, quedando los estudiantes sudcalifornianos como sigue: Manuel Galván y Felix Sánchez Garzón en la Escuela Nacional Preparatoria; Alejandro Pedrín, Francisco Cota, Pablo Nolasco y Raúl Estrada en la Escuela Superior de Comercio y Administración; Luis Pélaez en el Conservatorio Nacional de Música; Francisco Borbón, en la Escuela de Ingenieros Mecánicos y Electricistas; José María Meza, Fidencio Romero y Jesús Castro Agúndez en la Escuela Normal para Maestros; y Gustavo Moreno que aun no terminaba el sexto año se inscribió en la Escuela Primaria Valentín Gómez Farías del pueblo de Mixcoactl. Abierto el puente para la educación entre el resto del país y esta hermosa bahía de La Paz, meses más tarde llegaron en forma sucesiva atraídos por el deseo de superarse Rafael Osuna y Braulio Maldonado que se inscribieron en la Escuela Preparatoria; Pedro Peláez en el Conservatorio Nacional de Música, Roberto Piñeda en la Escuela Superior de Administración y Arturo Delgado en la Escuela de Ingenieros Mecánicos y Electricistas. En la casa del Estudiante se alejaba además el profesor Arturo Oropeza, su esposa la profesora Jovita Meza y su hija América de escasos 2 años.
Estos estudiantes, con veneración infinita dedicaron un recuerdo de agradecimiento a Don Agustín Arriola Martínez, gobernador visionario que supo señalar el camino por el que habrían de transitar, uno a uno, primero y el tropel después los jóvenes sudcaliforniano. Es significativo el hecho, que después de varias décadas, otro gobernador electo también por el pueblo, Licenciado Angel Cesar Mendoza Arámburo, pero ya siendo estado Baja California Sur, le dio al pueblo una Universidad, la UABCS.
“Como un sentido homenaje al señor Agustín Arriola que en el año de 1920 acordó pensionar en la Ciudad de México a un grupo de estudiantes sudcalifornianos para que continuaran sus estudios en las aulas capitalinas, y la creación de la primera casa del estudiante sudcaliforniano, se presentan tres trabajos que en diversas ocasiones ha dado a la publicidad el profesor Jesús Castro Agúndez sobre este hecho trascendental en la historia peninsular y de señalada importancia en nuestra vida cultural. Esta decisión del gobernante, sin precedentes hasta entonces, es de las que marcan huellas profundas en el devenir de los pueblos. El 18 de Noviembre de este año, se cumplirá media centuria de que partió de la ciudad de La Paz el primer grupo de estudiantes hacía la capital de la República hecho que ha sido determinante en la vida posterior del territorio ya que como es del dominio público y forma parte de nuestra historia en el año de 1920 adolecíamos de una pobreza cultural de la que muy pocos valores estaban a salvo.
Los que aun vivimos de ese primer grupo de jóvenes estudiantes de hace 50 años somos ya todos viejos, lo que nos ha permitido tener a la vista el panorama sucesivo a que ha dado lugar la existencia de la brecha que se abrió entonces y apreciar con toda amplitud las ventajas de la existencia de la casa del estudiante sudcaliforniano. El más alto sentimiento de gratitud acrisolado por la experiencia y la más profunda convicción de que pocas obras han sido tan benéficas como el establecimiento del puente cultural que se tendió desde nuestro territorio hasta el centro mismo del país el que dicta estas líneas. Y nunca podremos dejar de decir lo que nuestro corazón y conciencia han musitado siempre”.
¡MUCHAS GRACIAS DON AGUSTIN!
Los supervivientes del primer grupo de estudiantes.
…por el placer de escribir…recordar…y compartir…
Esta crónica fue publicada hace más de 20 años en los principales medios de comunicación masivos en La Paz.

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