lunes, 22 de octubre de 2018


LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“EL TIO HERRERO, DEL RANCHO ‘TAMALES’...UN ARTESANO DE LEYENDA”



            ...El hombre, hundido en sus pensamientos, frente a la piedra “la encampanada”, los ojos en el moreno rostro bajo el sombrero de palma de ala ancha, que cubría su cabeza de cabellos salpicados por la brisa de la serranía, no se le miraban...de su camisa de dril turco desabotonada al calor de la forja, sobresalía el sudoroso torso, volándole el pantalón de mezclilla el aire que soplaba la fragua sobre las brazas encendidas, pringando de cenizas las teguas que calzaban sus pies...Rodolfo Avilés Cota, fue su nombre...conocido como el Tío herrero, y por su maravilloso trabajo en la rama de la herrería, por la mayoría de los habitantes del campo sudcaliforniano. En el rancho Tamales, bajo el enorme y frondoso árbol de la india, sobre el lomerío, a un lado de la cuenca del arroyo, donde fluye de un ojo de agua el cristalino y vital líquido a borbollones, y de donde se abastece la pequeña comunidad formada por diez familias del rancho Tamales, se encuentra el equipo de trabajo del legendario “Tío Herrero”, que él mismo elaboró: el yunque, la fragua, la forja, el marro, entre otras cosas útiles para la realización de este noble trabajo de la herrería.

            El Tío herrero fue un gran artista con una creatividad nata. El nunca salió de Tamales, donde nació. Ni fue a la escuela, ni de su familia heredó este arte de la herrería. De su propia creación, destacan la elaboración de guitarras, violines, vitrolas, una pistola, una escopeta 210 y un rifle 22; pero lo más interesante es que se hizo sus propias placas dentales. Si, escuchó usted bien, el tío herrero se hizo sus propias placas dentales las que usó durante toda su vida, hasta que falleció a una edad muy avanzada. Su familia se lamenta, ahora, el por qué lo sepultaron con sus placas, ya que existe todavía los rifles, pistola, vitrola, guitarra y un violín entre los mismos familiares. El Tío herrero, para hacer su puente dental utilizó madera especial de una planta del campo sudcaliforniano que se llama “pimientilla”. Para las piezas dentales utilizó huesos de venado, los que perforó y colocó mediante unos clavitos de plata muy finos. También a la placa le puso algunos dientes de plata de aquella porfiriana, placa de la que él se sentía muy orgulloso cuando los rancheros muy admirados hacían comentarios sobre su placa y su arte, motivo por el cual era muy popular en toda la comarca.

            El Tío herrero, era el herrero de los rancheros sudcalifornianos de aquella época. Les hacía todo lo que se necesitaba para las monturas: espuelas con plata porfiriana incrustada, armas, cuchillos, machetes, dagas y todo lo que se les ocurriera, él lo hacía. Si fue capaz de hacer hasta sus propias placas dentales, que cosa no haría. En el rancho Tamales, bajo el frondoso y legendario árbol de la india, vivió el tío herrero, un hombre muy industrioso, y viven todavía descendientes de él, que se distinguen también toda su familia por las artes manuales. En la loma, cerca del yunque, la forja y la fragua se encuentran dos piletas de piedra donde antiguamente hacían jabón. También el tío herrero del rancho Tamales era carpintero, talabartero y zapatero. Curtía las pieles para elaborar el calzado de la familia, y de algunas de las rancherías aledañas. Hacían cueras, sombreros de vaqueta, sillas de montar, chaparreras, frenos, el tapajo, cabrestos, riendas, etc.

            El rancho Tamales fue fundado en el siglo pasado por los padres del Tío herrero. Doroteo Avilés y Manuela Cota. El origen del nombre del rancho es el siguiente. Cuentan los mayores que Doroteo y Manuela vivían muy felices en el rancho La huerta; y recién casados se fueron caminando por las brechas de pedregosos caminos, buscando el terreno adecuado donde asentar su hogar y formar un rancho. Al llegar al arroyo frente a la hermosa piedra “La encampanada”, estaba un ojo de agua y a su alrededor varias hojas de tamales diseminadas a los lados. Al verlas doña Manuela expresó “seguramente algunos vaqueros que parajearon aquí comieron tamales”. Entonces dijo Don Doroteo “aquí vamos a levantar un rancho y se va a llamar tamales”. Y cuentan que diciendo y haciendo, lo primero que hizo fue plantar un arbolito el que ahora es un frondoso árbol de la india, y bajo su sombra está el yunque del tío herrero, y aun lado la casa fundadora de adobe construida desde el siglo pasado.

            El rancho tamales del Tío herrero está envuelto en la historia y en la leyenda.

            ...Y al golpe del marro sobre el yunque...iban surgiendo verdaderas obras de arte, placas dentales, espuelas, herraduras, guitarras...y dejaba volar sus pensamientos creadores...

…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…


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