martes, 10 de enero de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“EL APOSTOL DE DIOS EN LA TIERRA...MONSEÑOR JUAN LUIS GEORDANI NANA...EL SANTO DE SUDCALIFORNIA...GOZA DE LA GLORIA ETERNA.”… DIECISEIS AÑOS DE SU PARTIDA…

...Era un dulce viejecito de tierno mirar, que penetraba hasta el fondo del alma...quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y tratarlo, difícilmente le vamos a olvidar...monseñor Juan Luis Geordani Nana, quién vivirá eternamente en la mente de todo ser viviente que estuvo cerca de él, y conmoverá las fibras más sensibles del corazón encaminadas positivamente para hacer un alto en nuestras vidas, y reflexionar tratando de seguir el ejemplo de la vida pura y luminosa que nos dejó este santo varón que Dios nos dio la oportunidad de tenerlo entre nosotros.

Monseñor Geordani, fue la imagen misma de la humildad, la sencillez y la bondad...ataviado con su humilde hábito, su crucifijo, un morralito conteniendo una botellita de agua y algún mendrugo de pan...al canto del gallo, salía por valles y serranías inspirado por la gloria de Dios a predicar el sermón de la montaña...en el marco del alegre trino de los pájaros canores, el azul de su mirada contemplativa se gozaba maravillado de la naturaleza donde el creador se manifestaba...en la tierra húmeda por el rocío mañanero, iban quedando plasmadas las huellas de sus sandalias, de quien paso a paso, dejando a jirones quizás el hábito entre las zarzas, musitando una oración, acortaba distancias, tocando de puerta en puerta para llevar la palabra de Dios, alientos y el fortalecimiento espiritual a las almas más necesitadas que habitan los lugares más alejados de la sierra; las rancherías de la Delegación de Los dolores, principalmente en su amada tierra que él adoptó, LAS POCITAS... “Ustedes no me eligieron a mi...fui yo quien los eligió a ustedes”, como dijera San Juan en el salmo 1516.

Monseñor Geordani, provenía de una familia santa, profundamente cristiana. Nació en vísperas de primavera el 20 de marzo de 1903 en el pueblo de Lanzada, Sondrio, Italia. Sus padres fueron Geovani Geordani y María Teresa Nana, cariñosamente llamada “Teresín”, a quienes Dios los premio con 8 hijos más. 3 hermanas del padre Geordani fueron religiosas como resultado de una educación de una familia que tuvo siempre como primera figura al señor del Universo. Un hermano de Teresín, Ermanno, fue misionero en la India. Como la mayoría de las mujeres de los pueblecitos de Los Alpes, la afortunada madre del padre Geordani, Teresín, empezó siendo pastora, para después además de amorosa madre, saber hacer mil cosas; cocinera, costurera, peinadora, enfermera, pero sobre todo, educadora. Toda su vida estuvo ayudando a las misiones. Teresín, una gran mujer con alma de misionera, murió el Día de su santo, el Día de Santa Teresa, el 15 de Octubre de 1979 a la edad de 101 años.

El joven Geordani ingresó a formar parte de la congregación comboniana el 1 de Noviembre de 1926, a los 20 años de edad. Se consagró como sacerdote hace 74 años, el 22 de Marzo de 1931, a los 25 años de edad, quedándose en Italia encargado de varios seminarios hasta 1936. Los terribles años de la Segunda Guerra Mundial se aproximaban. Benito Mousseline y su movimiento fascista se apoderaban de Italia. Todo se militarizaba y se buscaba la gloria del antiguo imperio romano. El misionero Geordani permaneció en Etiopía hasta 1941. Cuando pasó a Kenya como capellán militar, allí fue hecho prisionero de guerra. En 1947, pudo regresar a Italia para trabajar en promoción misionera, y en los seminarios hasta 1955, en que se trasladó a España. En 1957, a los 51 años de edad, llega por primera vez a México, desde entonces permanece en el antiguo territorio y ahora Estado de Baja California Sur.

En ese año de 1958, la santa sede separa a Baja California Sur de la diócesis de Tijuana y la convierte en prefectura apostólica nombrando a Monseñor Geordani como primer titular en funciones de Obispo. Los misioneros son eternos jóvenes y constructores de la fe, y monseñor Geordani empieza desde 1959 el proyecto para la construcción de un seminario en La Paz, lo cual logró hasta 1962 cuando se inicia la construcción del Seminario del Corazón de Jesús, en cuya construcción fue muy importante la presencia del hermano Arsenio Ferrari. El seminario empezó a dar sus frutos, y el 15 de agosto de 1975 se ordena el primer sacerdote, un joven del Valle de Santo Domingo, Arturo García Hernández. El 11 de marzo de 1976, la prefectura de La Paz se convierte en vicariato apostólico y es nombrado por el Papa Pablo VI el excelentísimo señor Obispo Doctor Gilberto Balbuena Sánchez.

Monseñor Geordani, campeón de la oración, la modestia, la sencillez, la obediencia, y la entrega, se retira a su amada tierra LAS POCITAS para atender a los últimos californios, los serranos, a esos hermanos nuestros que se aferran a una tierra árida y difícil, y quienes han sostenido siempre la mexicanidad de esta región peninsular. Con un profundo amor y dedicación a sus ovejas, el ya anciano pastor siguió su labor de catequesis formando comunidades, construyendo capillas, publicando pequeños periódicos que llegaban a los lugares más aislados y necesitados con un lenguaje sencillo evangelizando con la palabra hablada y escrita. Primero fundó el periódico EL GUERIVO, nombre de un pájaro de hermoso canto; “EL SERRANO” en homenaje a esos esforzados hombres de las montañas peninsulares a quien amo tanto. En 1996, monseñor Geordani fue a Roma la ceremonia de beatificación de monseñor Comboni, fundador de los misioneros combonianos, el 17 de Marzo de ese año y en una pequeña y modesta iglesia de Verona, Italia, celebró con una misa sus 90 años, para luego regresar rápidamente a su amada tierra peninsular.

Las bellezas de su provincia de Como, con su hermoso lago allá en la lejana Italia, las montañas cubiertas de nieve en el invierno y de bonitos bosques alpinos, su familia, todo dejó monseñor Geordani para dedicarse al servicio de Cristo derramando amor a raudales con su incansable generosidad por la tierra sudcaliforniana; su tierra, LAS POCITAS, capital de su imperio espiritual, que tanto amó y dejó todo lo que tenía: su vida misma.

Monseñor Geordani es un santo, decían las gentes de Las pocitas y sus alrededores. Una vez que anduve por allí tuve la dicha de platicar con él y sentí esa paz que tenía la virtud de transmitir, desde entonces me robó el corazón admiración y respeto. A través del tiempo, he preguntado a distintas personas sobre él y su salud y he tenido algunos testimonios. En el rancho Santa clara, lo aman y veneran tanto. Dicen que cuando el santo padre los ha visitado, y en otros ranchos también, le brindan algún alimento y que él, discretamente, por debajo de la mesa entre el mantel y el hábito, les da a los niños los taquitos que el debería de comerse. La señora Reyes Espinosa, dijo que una vez le llevaron a bautizar una niña de familia sordomudos, y que él sin saber de donde procedía la niña, la tomó en sus brazos, con su dedo se sacó saliva de su boca y le puso la señal de la cruz en los oídos y en la boca, diciendo: “PARA QUE OIGA Y PARA QUE HABLE”, y ante el asombro de la familia, la niña no salió sordomuda como los demás.

Su vida, dicen, fue de una austeridad que admiraban. Se desprendió de todo lo material porque no le hacía falta para vivir, estaba con la bendición de Dios. En otra ocasión, dicen, que la gente de Las pocitas, desesperada porque no tenían agua, fue con el padre Geordani a quejarse y él les dijo señalando con su santa mano “escarben allí” y así lo hicieron y salió agua. Otro testimonio que dice la vox populi es que una religiosa padecía ataques epilépticos y el padre, orando, le dijo “Ya no sufrirás más este mal” y la madre no volvió a sufrir más este mal. Son incontables los testimonios sobre este santo varón monseñor Geordani Nana, quien ante la pena de todos los habitantes de esta tierra, duerme el sueño eterno desde el anterior 8 de Enero del año 2001. Sus restos mortales fueron sepultados al pie de la Eucaristía en el altar de la Parroquia de Nuestra Señora de La Paz en medio de una multitud de llantos, rezos y aplausos, a las doce del día del 10 de Enero en el marco de la misa oficiada por sacerdotes católicos encabezados por los Obispos Gilberto Balbuena Sánchez y Braulio Rafael León Villegas quienes viajaron para asistir a los funerales de monseñor Geordani Obispo emérito de los sudcalifornianos y quien quedó sepultado junto al primer Obispo de La Paz, el excelentísimo señor Juan Francisco Escalante y Moreno, quien puso la primera piedra para la construcción de esta parroquia el 06 de Octubre de 1861.

…El 8 de enero de 2001 expiró en la ciudad de La Paz B.C.S… Participó como padre conciliar en el concilio vaticano II.
…La república Italiana le otorgó el reconocimiento al mérito “CABALIERE DE ITALIA”…
…Su cuerpo descansa a los pies del Santísimo Sacramento, su gran amor… en la Catedral de nuestra Señora de La Paz, B.C.S. rodeado del pueblo al que ofrendó su vida…

…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…

...Apóstol de Dios en la tierra... y nuestro ángel guardián en el cielo....




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