LA PAZ QUE SE PERDIO
POR
MANUELITA LIZARRAGA
“EL
PRIMER MONUMENTO A LA MADRE EN TODA AMERICA Y EL MUNDO ENTERO....SE EDIFICO EN
MIRAFLORES, BCS.”
·
El monumento a todas las madrecitas del universo
fue construido en 1929 a iniciativa del profesor Pedro Quiroz.
·
Los niños y niñas así como los jóvenes de
aquella época, con sus propias manos acarrearon los ladrillos desde los hornos,
los que estaban a más de un kilómetro de distancia, para la edificación de este
bonito e histórico monumento a la madre.
¡Oh, que niño tan rico!,
¡Y que madre tan bella y feliz!
¡Como en él se recrea!
¡Como en ella él se goza!
Goethe.
Destaca el hecho que siendo
Miraflores un pintoresco pueblito olvidado en el último rincón de la península
de Baja California Sur, en aquellos años de recesión mundial de 1929, provocado
por la crisis económica de Estados Unidos, y que repercutió en nuestro país, se
mantuviera firme el sublime sentimiento de amor a la madre, siendo que estaba
tan reciente la aprobación oficial de este festejo el 10 de mayo de 1922,
aunque dicen los que más saben que se festejó a la madre por primera vez en el
mundo en una iglesia evangélica de los Estados Unidos.
Eran los tiempos aquellos en
que nuestras abuelitas aun eran jóvenes y les tocó las tareas cotidianas más
difíciles para la sobrevivencia de moler el nixtamal en el metate, como
ejemplo, amén de tantas cosas, y que fueron la base sustentadora de nuevas
generaciones y en que la misión primordial de la mujer era y es el velar por la
educación de los hijos, fomentando un hogar apacible, lleno de amor y armonía
desarrollando sus más relevantes cualidades en el santuario de la familia. Fue
quizás lo que inspiró al profesor Pedro Quiroz a tomar la iniciativa de
construir un bello monumento a la madre en la población de Miraflores.
Recuerdo que mi madre decía que
la mujer, la madre por excelencia en todas sus modalidades constituye una
expresión de belleza; la que no tiene en las líneas la perfección de las estatuas
clásicas, en los ojos el fulgor de los astros, en los labios la suavidad de los
pétalos o en la tez la albura de los lirios, lleva siempre en sus sentimientos
la hermosura inigualable de la bondad y de la ternura. No existen, decía ella,
mujeres bellas o pocos agraciadas, solo existe la mujer como síntesis de lo más
noble y lo más perfecto que encierra la especie humana.
La mujer, la madre, tiene
pedestales indestructibles en el sufrimiento, en la sonrisa, ante el dolor, en
la resignación ante la muerte, en la fortaleza ante la adversidad; no necesita
de esas deslumbrantes aureolas que al hombre ofrecen transitoriamente la gloria
o el poder. El amor maternal es llama inextinguible que perpetua la vida a
través de los siglos, y las lágrimas de las madres, fecundadora lluvia que en
el dolor hace surgir las más elevadas acciones.
Y continuaba diciendo ella ¿qué
tan plenamente vivimos las mujeres esa realidad inmerecida de ser madres? ¿El
regalo que cada hijo es?, no hay fiesta real, ni homenaje verdadero que no
empiece por la alegría interior, el mejor regalo que podemos darnos, no es el
que nos dan los hijos, sino el que nos damos nosotras mismas, reconociendo la
maravilla de ser madres, las inmensas posibilidades de realizar personal,
humana, organizacional, amorosa, etc., que nos han abierto los hijos.
....el monumento a la madre lo
puede usted admirar al finalizar el boulevard en el histórico pueblito de
leyenda, Miraflores....
…Por
el placer de escribir…Recordar…Y compartir…
*Esta crónica fue
publicada hace más de 15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás,
en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*
No hay comentarios.:
Publicar un comentario