LA
PAZ QUE SE PERDIO.
POR
MANUELITA LIZARRAGA.
“AQUELLOS
MARINOS...INTREPIDOS HOMBRES DEL MAR. DE AYER Y DE HOY”.
- EN HONOR DEL LEGENDARIO E HISTORICO ESCRITOR Y PERIODISTA FERNANDO
JORDAN…QUIEN EN SU BARCA EL URANO PALMO A PALMO LEVANTO CRONICA DE TODA LA
PENINSULA…LEGANDONOS UN LIBRO MAS…”EL MAR ROXO”.
El ejemplar trabajo diario de
nuestros hombres del mar del ayer y de hoy, su valor y sacrificio, son los
mejores ejemplos en los que la juventud deben abrevar diariamente para
fortalecer sus acciones y su espíritu y son también el mejor ejemplo para los
marinos de hoy, que portan con dignidad y gallardía los uniformes y las
insignias en defensa de Nuestra Soberanía Nacional. Vaya pues, como un sencillo
homenaje esta modesta crónica del recuerdo,
con la figura de afamados barcos y hombres temerarios que se enfrentaron
a diversos sucesos, y fraguosos embates ciclónicos, iluminados quizás con la
luz de San Thelmo, a través de la historia náutica en nuestros mares
peninsulares. También un recuerdo para aquellos hombres que encontraron en el
fondo de los mares su eterna mortaja.
Ellos...los hombres intrépidos...los
Guaycuras, Coras y Pericues, eran libres como el viento...en su rústica balsa
construida por ellos mismos, con tres, cinco o siete troncos de corcho
amarrados fuertemente con cordeles de pita, retaban las embravecidas olas en
busca del alimento diario, así como de las perlas que para ellos no tenían
valor alguno y las utilizaban solo para adornarse...perlas que fueron
descubiertas por Fortun Jiménez y su tripulación compuestas por 38 marineros
cuando después de dar muerte al capitán Becerra, por accidente, en el barco “La
Concepción”, en el año de 1534, ante el
estupor de los naturales llegaron a esta
hermosa bahía de La Paz, la Isla de las Perlas para ellos, despertando
su codicia y bajos instintos, violando a las mujeres californianas lo que
motivo el enojo de los guaycuras matando a los primeros 20 europeos, logrando
salvarse 18, entre ellos el joven marino Francisco Preciado quien llevo algunas
perlas, y las noticias a los europeos, despertando el interés y la codicia de
Hernán Cortes.
Para los californios legítimos
dueños de estas tierras, fue fatídico aquel 03 de mayo de 1535 que arribaron a
La Paz tres navíos: El Santa Ageda, El Santo Tomas y el San Lázaro, comandados
por el ambicioso y cruel conquistador Hernán Cortes, quien después de abordar
una barca de seis remeros, piso tierra californiana en un asoleado mediodía
tomando posesión de la Santa Cruz dando como señal con su espada en la tierra y
en los arboles que allí se encontraban, levantando el acta el escribano de su
majestad, Don José de Castro. En 1565 fue inaugurada la línea marítima Manila
Acapulco bajo la dirección del fraile Agustín Andrés de Undaneta quien
estableció la ruta mas apropiada para los galeones de Filipinas, inaugurando el
primero de los galeones llamado El San Pablo. Desde esa fecha mil barcos
surcaron los mares el mismo camino durante más de 250 años. La ruta recorría de
Manila a las costas de América hasta los 40 grados y de allí descendía hasta
los litorales de la Nueva España para terminar en Acapulco.
Después, atraídos por sus perlas y
sus riquezas se lanzo a la conquista de esta perla tan bella, la tierra
California, una muchedumbre de alucinados, muchos de ellos, marinos de
renombre, como Fernando de Alarcon, Francisco de Ulloa, quien naufragó en
Malarrimo perdiéndose para siempre; Juan Rodríguez Cabrillo, Juan de Iturbe
Vázquez de Coronado, Sebastián Vizcaino y Otondo de Antillon y Francisco de
Ortega entre otros. También inundaron nuestros mares piratas holandeses, los
pichilingues que tenían como base la bahía que lleva su nombre Pichilingue, con
sus leyendas de piratas, tesoros y aparecidos el legendario pirata que asolaba
nuestros mares y que ocultaba sus tesoros en paredones y en las blancas arenas
de la bahía transportando su galeón con el aire fresco de la tarde, que dio
origen al tradicional nombre del aire del Coromuel...los corsarios ingleses Francisco
Drake y Tomas de Covendish, quien un 14 de noviembre de 1587, después de una
paciente asechanza, abordó, saqueó e incendió en aguas de Cabo San Lucas el
galeón mas poderoso de la Flota Española “El Santa Ana”, que navegaba cargado
de riquezas procedente de las islas Filipinas en su ruta hacia Acapulco,
matando 190 españoles y salvándose otros 190 pasajeros, entre ellos el
almirante Sebastián Vizcaino quien con la ayuda de los sobrevivientes y algunos
pericues lograron apagar lo que quedaban del barco incendiado, lo repararon y
después de 3 meses pudieron regresar a su tierra llevando las malas nuevas.
Este incidente motivó que el rey
Felipe ll, ordenara que se artillara en algunos puntos estratégicos de la
península, comisionando para efecto al almirante Sebastián Vizcaino quien al
llegar a este puerto de La Santa Cruz, quedo extasiado con la belleza y
tranquilidad de sus aguas, sus peces, sus perlas y las muestras de júbilo con
que lo recibieron los naturales, motivo por el cual le dio por nombre a esta
tierra LA PAZ. Transcurrió mas de siglo y medio para que se iniciara la
colonización formal de la california, y en tal acontecimiento figuran los 3
navíos, La Capitana, limpia Concepción; La almiranta Señor San José y San
Francisco Javier conducidos por el almirante Otondo y Antillon quien
transportaba al precursor de la conquista californiana, al padre Eusebio Kino
con el estandarte de la virgen de Guadalupe, dos religiosos mas y 24 marineros,
de quienes al pasar por la Isla San José se quedaron sorprendidos, ya que le
salieron al paso a nado, unos indígenas y abordaron la embarcación y le
hicieron reverencia persignándose a la imagen de la Virgen de Guadalupe y la
Cruz.
En octubre de 1697, llega a Loreto
en el navío El Santa Elvira el padre Juan María de Salvatierra, el conquistador
espiritual. Entre la tripulación que venían con el, además de don Esteban
Rodríguez Lorenzo seis de ellos eran connotados marinos. Muchos años navegó el
Santa Elvira en nuestros mares, y aunque ni de su casco ni su velamen quedan
señales, si en la memoria de todos los peninsulares debe estar presente el
espíritu del venerable buque insigne del soldado misionero, así como en todas
las islas, en todas las bahías, en todos los puertos, en todas las radas de
nuestra media península. Suceso imborrable en las paginas de nuestra historia,
según el profesor Jesús Castro Agúndez en su libro “Historia de Baja
California”, lo es también la
construcción del primer barco en La Paz, por don Francisco de Ortega; quien
después de bautizar algunas islas, naufragó en la bahía desvaratándose la
embarcación, y construyó aquí en La Paz otras con maderas de la región para
continuar navegando; en 1709 los piratas ingleses con una flotilla capitaneada
por Wooders Rogers, asaltaron los galeones de Manila en Cabo San Lucas y se
apoderaron del barco español Nuestra Señora de la Encarnación, y se quedaron
acechando al otro galeón, El Begonia, de 900 toneladas quien con sus poderosos
cañones hicieron huir a los piratas, llevándose el bergantín Encarnación, y el
que luego fue rebautizado por los piratas como “Batchellor” y fue su primer
piloto Alejandro Selkir, Robinson Krusoe, el que llegó a La Paz en ese mismo
año después de que fue abandonado por los corsarios frente a las costas de
Chile, en la isla de Don Juan Fernández, donde vivió años en contacto con la
naturaleza y en compañía de un negro; el segundo barco construido de forma cálao
en el heroico Mulegé, con maderas de la región “El Güéribo” y mezquite por el atlante
e industrioso maestro y apóstol jesuita Juan de Ugarte resultando una magnifica
embarcación mejor que todas las otras que habían navegado en el Golfo de Cortés
y a la que bautizo con el nombre de “TRIUNFO DE LA CRUZ”, por que la botó al
agua el 14 de Septiembre de 1720 día de la exaltación de la santa cruz, y en la
que navegó el padre Ugarte en Varios viajes de exploración hasta el río
Colorado con la finalidad de constatar si la California era isla o península. Y
navego así mismo a La Paz junto con el padre Jaime Bravo y por tierra desde
ligui el Padre Guillen para fundar la misión de Nuestra señora del Pilar de La
Paz en Noviembre de 1720. En otro tiempo, hubo en Loreto un departamento de
Marina con una balandra servida por 22 marineros, dicha embarcación conducía
los periódicos y correspondencia de la época. Hasta la expulsión de los
jesuitas en 1768, se construyeron 4 barcos en la península. Vaya pues para
estos misioneros un rendido homenaje que nos trajeron a estas tierras
californianas además del evangelio, la cultura, entre otras cosas, las vías de comunicación
marítima y terrestre. De 1750 a 1760 ocurrió el primer levantamiento agrario en
la península. Los indígenas de la misión de Santiago exigían que se les
entregaran las tierras alegando que ellos las habían abierto al cultivo y les
correspondía su usufructo. Se apoderaron de un barco, cruzaron el golfo y una
vez en tierra los aprehendieron.
A raíz de la expulsión de los misioneros de los dominios
españoles en el barco La Concepción, se establece en California el sistema
político gubernamental y se abren comercialmente al mundo las rutas marítimas
de la entidad. Testigos fueron los barcos holandeses que regresaron ya no en
plan de bucaneros, sino armados para el buceo de la concha madre perla. También
los buques moscovitas que cargaban sal para sus establecimientos de Alaska;
veleros escandinavos a la captura de las ballenas que casi las exterminan; traficantes
de pieles de morsa y lobos marinos; navíos europeos que transportaba el cobre
de las minas del Boleo en Santa Rosalia...grandes embarcaciones horchilleras,
procedentes del viejo continente que arribaban a las costas de Bahía Magdalena
al acaparamiento de miles de toneladas de la planta parásita, la orchilla, de
la cual extraían la pintura para teñir de púrpura, las vestiduras reales y
eclesiásticas. ¡Sudcalifornia mía, cuanto te saquearon! Con las vergonzosas
concesiones extranjeras y entreguistas sin dejar contribución alguna para
nuestra nación! Cuidado con las concesiones extranjeras, antes de concederlas
conozcan nuestra historia, y las fallas que tuvieron los contratos que hicieron
en el pasado y que tal parece se están repitiendo, al pasar de dueño en dueño
tierras y mares.
Cabe destacar, que en 1769, llegó a
La Paz desde París, en el galeón de Manila una expedición de científicos con el
objeto de observar el paso de Venus por el disco del sol, tal acontecimiento
ocurrió el 03 de junio del año mencionado, y uno de los científicos el Abate
Jean Chappe, enfermó contagiado de las enfermedades que azotaban en la región y
falleció siendo sepultado en San José del Cabo. Los barcos “El Auracano” y “El
Independencia” en 1822, atacaron San José del Cabo y Loreto quienes sufrieron
la matanza y saqueo de estos feroces piratas ingleses, encarnizados enemigos de
los españoles, una tentativa más de apoderarse de Baja California. Huyeron el
gobernador, los misioneros y los principales vecinos hacia Comondú después de
encargar el mando militar al alférez José María Mata quien al frente de 15
hombres con gran valentía rechazo a los piratas y rescato parte del botín que
habían hecho los asaltantes y después de tenaz lucha los extranjeros huyeron en
el Auracano. Aprovechando el valiente José María Mata para ese 7 de marzo de
1822 proclamar la Independencia en Loreto acompañado del Alcalde Juan Higuera y
de los vecinos. Por esos álgidos años,
se empezó a poblar La Paz, y Don Antonio Ruffo Battaglia de oficio panadero, ya
surcaba estos mares peninsulares en su barco El San Antonio...en 1830 se abrió
el puerto de La Paz con la aduana marítima, y su fondeadero, que fue el repunte
comercial y económico del territorio.
Otra tentativa de apoderarse de Baja
California en Septiembre de 1846 cuando se presentaron barcos enemigos en La
Paz enarbolando la bandera norteamericana ante la cobardía del jefe político
Francisco Palacio Miranda lo que sorprendió a los habitantes de la época, pero
luego luego surgiendo el espíritu de defender el suelo patrio, se reúnen en
Febrero de 1847 en el real de Santa Anita nombrando jefe político a don
Mauricio Castro, hombre del mar, destacado en la política y por su patriotismo
en la defensa del suelo peninsular y la soberanía de México.
El 29 de marzo de 1847 arribo en San
José del Cabo la Corberta Ports Mouh sometiendo a las autoridades, impuso la
rendición del pueblo y sus bienes para los Estados Unidos haciéndoles jurar
neutralidad hizando la bandera de su país y lanzando un manifiesto esclavista.
El trece de abril el mismo barco atraco en La Paz y fueron apresados unos
cuantos barcos pequeños. Enterados el gobierno de México de la traición de
Miranda designo comandante principal en Baja California al capitán Manuel
Pineda quien con unos cuantos oficiales y rancheros muleginos defendieron la
península de los americanos que llegaron en las fragatas Dale y Libertad el 02
de octubre de 1847 haciéndoles correr vergonzosamente. Durante la guerra de
1847 con ayuda de mexicanos traidores y que termino hasta el siguiente año
inundaron los mares del golfo de California diversos barcos europeos, entre
ellos ‘El Ohio’ que transportó a la alta California a mas de 300 personas vende
patrias, a la cabeza iba el coronel Palacio Miranda el Juez de primera
instancia y el vicepresidente de las misiones.
Otro ataque filibustero sufrió La
Paz en 1853 por el pirata William Walker en el Barco La Carolina quien al
desembarcar procedió a aprehender al jefe político Espinosa quien también de
una manera cobarde y entreguista reaccionó, y se posesionaron de las oficinas
públicas llevándose los archivos y nuevamente el capitán Pineda y los
habitantes de La Paz atacaron a Walker hasta con palos, arpones y piedras,
causándole seis bajas al enemigo, y retirándose Pineda y su gente por falta de
parque. El seis de noviembre de 1853, entro a La Paz un buque filibustero que
llevaba a bordo al coronel Juan Climaco rebolledo ignorando este lo que pasaba
cayo en poder de los filibusteros. Después de arduas batallas los sudcalifornianos
lograron sacar huyendo nuevamente a los extranjeros que intentaban una vez mas
apoderarse de esta península. En 1855 hubo otro intento de apoderase de La Paz ...dos
barcos norteamericanos el “archibal Grace” y “rebeca Adams” así como una balandra
mexicana al mando de Juan Napoleón Zerman los barcos iban tripulados por 85
hombres, todos extranjeros excepto uno que era mexicano, venían armados hasta
los dientes y traían dos cañones. Con engaños querían desembarcar en tierra,
pero el capital Cristóbal Llanuza y el gobernador Blancarte no se lo
permitieron. El recuerdo del pirata Walker estaba fresco en la memoria de los
habitantes de La Paz y fueron rechazados a cañonazos, rendirlos, encarcelarlos
y regresarlos a juicio a Mazatlán. Los barcos y demás bienes fueron confiscados
y puestos a la venta lo que alivio de alguna manera la pobreza que había en
Baja California Sur después de las guerras de 1847 y de tantos ataques. En 1865
La Paz fue invadida por los franceses, interviniendo en su defensa de nuestra
soberanía, el General Manuel Marquez de León y Don Clodomiro Cota, entre otros
héroes sudcalifornianos.
Ahora, es diferente, aquellos
hombres idealistas, bragados, defensores de nuestra soberanía duermen el sueño
de los justos...ahora estamos invadidos silenciosamente a través del billete
verde que compra conciencias. Sino, un vistazo a los Cabos y a la mayor parte
de la península en las playas más bellas y donde los mexicanos no tienen
accesos y hasta con perros y a punta de balazos son sacados, y lo que es peor,
los edificios antiguos están cayendo en manos de los extranjeros... ¡que
tristeza ya se murió don Idelfonso Green y tantos héroes sudcalifornianos! Los
primeros barcos de vapor construidos en la época del porfiriato, en las costas
del océano pacifico y del golfo de California, lo fueron el Mavari y el
precursor fabricado por los señores Don Alejandro Abaroa, aguerridos capitanes
de los siete mares, y carpintero de rivera, así como sus hijos Juan y José,
perdurando hasta la fecha por mas de cinco generaciones el astillero Abaroa. El
Mavari, así como la bonita formaron parte de la escuadra revolucionaria que
rescató a La Paz y al entonces territorio del régimen huertista, y que fue
sustituido por un gobierno de perfil Maderista. En la época revolucionaria,
navieros paceños como don Eduardo Labastida y Fernando Moreno tomaron parte
activa en dicho movimiento popular con su barco el Culiacán que fuera cañoneado
en desigual combate por un ataque huertista, pero los citados armadores, fieles
siempre a la causa del pueblo, lejos de abandonar la empresa adquirieron otro
navío para continuar en la lucha, llamándolo el Francisco I. Madero.
A partir del triunfo de la
revolución se intensifica el enlace peninsular al macizo continental con la
presencia de aquellos históricos barcos mercantes que surcaron los siete mares
guiados por las estrellas y por la brújula, que apoyados por naves de la armada
de México, y teniendo su base en este puerto fueron durante años la única vía
de la cual recibíamos víveres y productos diversos para nuestra supervivencia
así como informaciones y noticias de allende del mar de cortes. Además de que
se fue poblando la península de lindas gentes de Sonora, Nayarit, Sinaloa y
hasta del extranjero uniendo sus costumbres a las nuestras contribuyendo al
engrandecimiento y desarrollo cultural, político social y económico de esta
entidad. Aquellos barcos inolvidables que con sus inconfundibles pitidos
anunciaban su llegada inundando de alegría a los habitantes de La Paz, el
Sonorita, el Progreso, El Raúl, el churruca, el Don Lorenzo, el tornado, el
santa teresa, el Blanco, El san Antonio,
el don Lorenzo, El Araguan, el san Luciano, el Progreso, el Edna Rosa, el
Viosca, el Arturo, Los corrigans, el Estrella Costera, El Anita, El Spruce, El Providencia, El Magallanes, El Salvatierra
quien transporto a mas de 300 familias procedentes de acambaro Michoacán en
1942 para fundar el valle de Santo Domingo, María Auxiliadora concretamente. Un
homenaje también a todos los pescadores de los tradicionales barrios El
Manglito y El Esterito y de toda la península...así como a Don Pilar Carballo
“Don Pilarillo” que navegaba en todos los puntos intermedios de la península en
su barcaza el “Kino” con la fayuca de intercambio de mercancías como panocha,
tequila, azúcar de terrón, petróleo, granos y semillas, hilos, botones,
hilazas, veladoras, elaboradas en la fabrica de don Ramón Briseño, por la vía
marítima en las comunidades de Los Dolores, la Soledad, Angel de la Guarda, San
Evaristo, El burro, San Juan de La costa, etc., así como incursiono también en
las armadas perleras y la pesca del tiburón.
Recordar con gratitud también a aquellos aguerridos capitanes
que dirigieron los mencionados buques, y que hicieron historia en el Golfo de
California: José María Rivera, Florentino Angulo Amador, Guadalupe Gómez
Llanos, Luis Hernández Sandoval, Manuel Meza, Carlos Murillo Corral, Eduardo
García López, Felipe Armas, Don José Petit, Gumercindo Robinson, Raúl Tapiz,
Ramón Ganelón, Miguel García, Rosendo Robles, Adolfo Romero El yofo, Macario y
Teodoro Agruel, Santiago y Lorenzo Romero, Salomé Flores, Amado Castillo,
Alberto Higuera, Extrulfo Peña, Lázaro Acuña, Pablo Romero, Juan Martínez, las
familias Meza y Murillo de Santa Rosalía que tripularon los Corrigans II, III,
y IV y Don Francisco rivera entre muchos mas que escapan a la memoria. Justo es
recordar también a Don Lencho Sánchez con su puesto de chocomiles, raspados y
campesinas, que fue muy importante para los trabajadores en el movimiento de
cabotaje de la época así como el Güero Gilberto de la Torre del Vigía, y a los
carretoneros que movían las mercancías de carga y descarga. Inolvidable es
también que forman parte del folklor sudcaliforniano, la popular doña
Marianita, el popocha, el chunique, etc.
El 14 de noviembre de 1964 fue un cambio trascendente en La Paz inicia el
supuesto progreso y se acabo para siempre el movimiento en el muelle fiscal
quedando la Torre del vigía con su campana y gallardetes en silencio...toda una
época de la marina mercante, y el cabotaje que fue el puntal del progreso en
Baja California Sur a través del muelle fiscal desde la segunda década del
siglo XVIII hasta 1964, en que llegó el primer transbordador a La Paz “La Paz”
inicio de la decadencia en cuanto a valores, el arribo gente de todas partes
con sus costumbres y conocimientos, el negocio de la fayuca, el boom comercial,
se empezó a sentir la delincuencia y a llenarse las cárceles y poco a poco se
acabo aquella tranquilidad...la gente ya no dormía en las banquetas con las
puertas abiertas. Al transbordador La Paz le siguieron el Díaz Ordaz, El Benito
Juarez, El Puerto Vallarta, El Mazatlán, El Coromuel, El Loreto, El Azteca y El
Guaycura, barcos que según la federación eran para el pueblo sudcaliforniano y
que ya se vendieron como se han vendido tantas otras cosas. En 1990 por un tiempo funcionaron los
catamarán en el muelle fiscal, pro dejaron de funcionar por inoperantes, inversión
hecha por don Isidro Rodríguez Ruiz. En 1991 llego el transbordador Kass Kristina,
pero en igual forma ya no funciono. El 19 de septiembre de 1991 llego el barco
de carga para contenedores al muelle de altura de Pichilingue, después de un
año se retiro por falta de carga.
En 1997 nace la Administración
Portuaria Integral de BCS, SA de CV, empresa concesionaria del Gobierno Federal
para administrar y operar los puertos del Estado. Los resultados están a la
vista. Se abre el cabotaje en el Puerto de Pichilingue con los puertos de
Lázaro Cárdenas y Manzanillo. Se consolidan las rutas entre La Paz con
Mazatlán, Topolobampo y Guaymas. Llegan nuevas navieras como Baja Ferris con
sus buques tipo roro; navieras turísticas arriban en el invierno en sus buques
desde Alaska, navegando en aguas nacionales desde el puerto de San Carlos hasta
el de Santa Rosalía; al puerto de San Carlos arriban grandes buques mercantes a
la carga de productos agrícolas a granel, carga general y contenerizada, ya que
este puerto es el segundo en importancia en la costa occidental de la
península. Es puerto alterno a la flota pesquera de altura más importante del
país, la atunera y la de pez espada, de donde zarpan a la mar vía la pesca,
después de descargar y avituallarse. El puerto de Cabo San Lucas acantona a la
flota de pesca deportiva más grande del pacífico (americano y asiático). A los
puertos de San Juan de la Costa, Isla San Marcos y Santa María arriban buques
del porte de las 50.000 toneladas o más, a la carga de granel, mineral,
fosfórica y yeso principalmente.
Muchas felicidades a todos aquellos hombres del mar de ayer y
de hoy.
…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…
*Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en el
periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto
directo XENT radio La Paz*
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