LA PAZ QUE
SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
“MADRES...SEAN TODAS
BENDITAS...HOY Y TODOS LOS DIAS DE LA VIDA”.
“DIOS NO PODIA ESTAR EN
TODAS PARTES, POR ESO CREO A LA MADRE”: PROBERBIO JUDIO.
El
día de las madres según dicen los entendidos se festejó por primera vez en el
mundo, en una iglesia evangélica de los Estados Unidos de Norteamérica....en
México, según dice el ameritado profesor Néstor Agúndez la idea de festejar a
las madres fue del prestigiado periodista don Rafael Alducín, importante hombre
de letras, quien tomando en cuenta las elevadas virtudes de las madres
mexicanas, instituyó el Día de la Madre, el 10 de mayo de 1922, y dijo en esa
ocasión que lo hacía porque la madre mexicana merecía para siempre tan grande
honor tomando en cuenta las altas virtudes que adornan a la mujer mexicana.
Desde entonces se les rinde homenaje en todo el país a todas las madrecitas
mexicanas.
QUE EL HOMBRE ES PODEROSO,
DICEN,
QUE GOBIERNA TIERRA Y MAR,
QUE CON PODEROSO CETRO EN LA
MANO,
A LOS DE MENOR PODER DOMINA,
MAS UN PODER MAS GRANDE Y
FUERTE,
EL HOMBRE MISMO EN SU TRONO
CREO,
PORQUE LA MANO QUE MECE LA
CUNA
ES LA MANO QUE AL MUNDO
MUEVE.
William Ross.
Estas palabras son como un hermoso ramo de perfumada
flores que pongo a sus plantas como un sentido homenaje a todas las madrecitas
del universo, en especial la mexicana, la sudcaliforniana...la madre niña, la
madre joven, la madre anciana, de cabecitas plateadas y de boquitas de perlas
desgranadas, y todas las madrecitas que ya rindieron cuentas al creador. La
madre lo es todo a la vez...sagrada y terrena, piedra y estrella, cielo, mar,
aurora y ocaso, campana y silencio, milicia y ternura...es una rosa salpicada
de rocío que da su fragancia a todos los hijos por igual, buenos y menos
buenos...es como una flama ardiente en las tinieblas; es como un gran árbol
protector...madre, es como una poesía...es como la estrella de la mañana...es
contemplar el nuevo día y perder la mirada cuando la tarde muere...es sentir el
regocijo en el alma, en una tarde de lluvia...es contemplar las noches serenas,
bajo la lápida celeste tachonada de estrellas...es percibir el rasgar del
viento al vuelo de la gaviota...ser madre es la mas noble y pura expresión de
amor que nunca muere.
Antes de que el hijo rompa su entraña, para nacer a la
vida, entre una cortina de sonrisas y lágrimas el amor de la madre ya existe.
En ella, que es un crisol de infinito amor, la esperanza nunca muere. Abriga en
su seno la certeza de que el hijo acabará por superar todos los obstáculos de
la vida, porque cada hijo que nace en el mundo lleva implícito en su ser el
rostro de Dios. La madre, es el mas puro sentimiento humano...es una flor de
mayo que nunca muere...es la arcilla que moldea y plasma en el alma del niño lo
que será mañana… la madre es el ser creador de la vida en la tierra...sólo hay
un niño bonito en el mundo, y todas las madres lo tienen...madre es el nombre
de Dios en los labios, y de los corazones de los niños pequeños...los hijos son
las anclas que aferran a la madre a la vida...el corazón de una madre, es un
cofre donde guarda todos los anhelos, dudas, esperanzas y amores de cada
hijos...una madre es para cien hijos...y cien hijos no son para una madre...
El mejor regalo que reciben los hijos de una madre,
además de las buenas costumbres, entre tantas cosas, es una niñez feliz y los buenos
recuerdos...la mejor academia en la vida, es el regazo de una madre donde se
forjan los hombres y mujeres del mañana...”no tengas miedo, yo estoy contigo”,
son palabras de consuelo que administra hábilmente una madre a su hijo, son la
terapia mas antigua de la civilización. El educar, en responsabilidad y respeto
hacía todos los seres y hacía todas las cosas, es trabajo fino...el formar
hijos para la sociedad es una labor silenciosa y callada de valor incalculable
que no se valora en pesos y centavos, y que sólo una madre puede darla. Ser
madre, es la sonrisa de Dios en la tierra...es la que planta la semilla en
tierra buena, que después fructifica en dulzura y amor, y en las buenas
costumbres, haciendo el ambiente en todos los pueblos para producir grandes
hombres útiles a la patria. Sólo el amor del telar eterno puede dividirse una y
otra vez sin diluirse y sin desgastarse.
El amor de madre es amor eterno, que no pide nada a
cambio, solo una corona de lágrimas.
Cuando niña, con cuanta ilusión ahorraba en la primaria,
durante todo el año, para el regalo del día de las madres. Por las noches
emocionada revisaba la carterita, llevando cuenta de lo que daba cada día;
cinco centavos, un diez, un veinte y cuando mucho una jolita de 25 centavos. Y
para el 8 de mayo ya tenía doce o 14 pesos. Lo que me alcanzaba para comprar
dos pernos de taza y platillo, o una jarra de cristal con sus vasos, la que
amorosa envolvía en papel de china con un moño colorado. Y que dichosa se
sentía mi madre, al recibir mi regalo, y yo al entregarlo. Con cuánta
nostalgia, madre mía, recuerdo aquella mesa en aquella enramada, cubierta de
hule floreado y en su centro un hermoso arreglo floral cultivado en la región,
su inmenso amor, y su hermoso canto, que a mí me parecía el de un ruiseñor.
…Por el placer de escribir...Recordar…Y compartir…
*Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en
el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto
directo XENT radio La Paz*
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