viernes, 16 de junio de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR: MANUELITA LIZARRAGA ALCARAZ.

“SANTIAGO...TIERRA DE AMAZONAS...TIERRA DE MARTIRES...TIERRA DE LOS  PERICÚES… Y DE LA REINA CALAFIA”


            El 21 de Julio de 1721, salió por mar del presidio de Loreto el padre Ignacio María Napoli...nativo de Palermo, Italia, en compañía del padre Jaime Bravo como guía, el capitán Esteban Lorenzo y 4 soldados más, con el fin de fundar en la nación de los pericues  una misión dedicada a Santiago apóstol; llegando sin novedad a La Paz el 02 de agosto de ese mismo año...también llevaban unas canoas cargadas de vituallas e implementos para la pretendida fundación...el padre Napoli y su comitiva quedaron gratamente sorprendidos al mirar las maravillas que llenaban su mirada contemplativa y recreaban el alma...eran épocas de lluvias...serranías y campo estaban revestidos por verde y florida alfombra.

            La jurisdicción pericú ocupaba toda la zona costera de lo que hoy son delegaciones municipales de San Antonio y Santiago; con anchura limitada por la Sierra de la Victoria que corre paralela a parte de tales litorales y abarcando internamente la sierra de la Trinidad y cerro Colorado. El cerro Colorado, llamado por los pericues Cumniici, fue considerado recinto sagrado del Dios omnipotente NYPARAYA, y su mujer ANICOYMNI y su hijo QAAYAP a quien en pago de su bondad hacía los hombres fue sacrificado por estos, coronado por una toquilla de espinas y muerto. De alguna manera, ellos, los pericues, creía en Dios, la Virgen y Jesucristo.

            Santiago, tierra de amazonas y del antiguo pericú, fue gobernada por mujeres...y el padre Jaime Bravo da cuenta del encuentro que tuvo en 1708, durante su visita accidental debido a que la embarcación en que navegaba se estrelló en este lugar en la Ensenada de palmas, ellos ya tenían conocimiento de este hermoso lugar, por conducto del fraile Carmelita Antonio de la Asunción en 1602. Según crónicas, el apasionado informe del padre Napoli rendido el 20 de Septiembre de 1721 al provincial de la compañía de Jesús en la nueva España, padre Alejandro Romano, desglosando algunos párrafos dice: “ No puedo hallar fórmulas bastantes para describir a nuestras reverencias la gran hermosura que Dios ha puesto en esta tierra nuevamente descubierta. No encuentro tierra en la yo haya estado, para compararla. Igual acontece al padre Bravo y a toda la comitiva que ha quedado muy admirada y da gracias al señor que al remate de esta tierra haya puesto lo que tiene. Llegamos finalmente después de los ocho días de camino rodeando por ellos a la deseada Ensenada de palmas, que es muy grande, teniendo de punta a punta cerca de doce leguas.

            Es muy amena, así por el espacioso mar como por las muchas lagunas que tiene de agua muy buena, y los muchísimos palmares que parecen tantos bosques. Ocho días gastaron en llegar a la Ensenada a que dieron vista el 24 de Agosto, más no hallaron indio alguno por haberse retirado todos los que poblaban como también se retiraban las rancherías tropezadas en el camino. Tampoco hallaron en ellas las canoas, y en cuatro días no se dejaron ver ni ellos ni ellas ni los indios, acogiéndose en extremo por uno y por otro el padre Napoli que además se encontraba muy aquejado de dolores, habiéndole arrojado impetuosamente la bestia en que viajaba, quedando sin sentido por algún tiempo y aún muerto, al primer juicio de sus compañeros que tuvieron por milagro verle con vida. Habiéndose alejado éstos, y de la tienda a reconocer la playa la última tarde, cuando repentinamente vio venir corriendo hacía si una tropa de indios desnudos, y delante de todos uno más alto y corpulento que los demás, pintado a trechos todo el cuerpo de negro y encarnado, mal cubierto de una capa de cabellos, con pezuñas de venado en la cintura, abanico de plumas en una mano y el arco con flechas en la otra, dando horrorosos gritos que según la vocería de los demás con ademanes de espanto y amenazas. Creyó el padre Napoli que era ya llegada su ultima hora y levantando el corazón a Dios le hizo con fervor sacrificio de su vida por él le perdonara sus culpas.

...hecho esto, y armado con al señal de la cruz se adelantó con bríos a los indios disimulando su temor natural y susto guardando las instrucciones dadas de no demostrar miedo jamás. Al principio, como nunca había visto un traje de los hechiceros californios, estremecido de la fealdad de aquel hombre, dudó de que si era el demonio que en figura visible conducía a los hombres a darles muerte. Sin embargo, recobrado del primer espanto, afrontó con él, como quién le despreciaba; después dio a todos por señas quejas de que quisieran hacerle mal y echando mano a cuanto llevaba consigo empezó a repartirlo a todos con la mayor demostración de amor, convidándolos a ir al Real a donde les daría más”. El padre Napoli continúa un amplio informe sobre algunas costumbres y las vigorosas características de los pericues así como de la alimentación y vestuario; me pareció interesante este párrafo, referente al sistema gubernamental femenino que imperaba en esa zona de Santiago, como curioso antecedente a las luchas modernas de igualdad de derechos para la mujer.

            Continua el informe del padre, según crónicas, “...se fue juntando de mano en mano cada día mayor número de gente nueva de dichos indios a los cuales distribuía todo lo que había venido por mar. En este tiempo (cosa que nos dio gran risa) apareció una india vestida de cueros de venado, muy buenos y pintados de muchos colores acompañada de otras varias indias que le hacían cortejos como de damiselas; ellas venías con gritos impresionantes haciendo varias coplas, y con un imperio y mando admirable tal, que luego le cedió el mando al indio hechicero, y él con todo el número de gentes la obedecían como una reina; y no explicaron después que esta señora es la gobernadora general o reina de todo ese pueblo; y no es cosa nueva, porque lo mismo fue que oyó el padre Jaime Bravo cuando fue a dicha ensenada trece años pasados, que otra mujer era la que mandaba. Esta reina, fue especialmente regalada por nosotros como reina, y ella también correspondió con otro regalo de pieles de venado y de león y otro mazos de collares, bateas y muchas frutas, de las cuales venían cargadas sus criadas, mando luego la dicha reina que todas fueran por más comida y luego vino cantidad de ella que no teníamos donde ponerla”.

            Estos sucesos acontecieron donde se estableció por primera vez la misión de Santiago de Los pericues, en lo que hoy se llama Los Mártires en Ensenada de palmas, donde según Don Alejandro de Martínez quien fue cronista del Estado en 1980 se encuentra el único manantial de la región costera...además de haber una superficie de tierra para cultivo. También coincide, dicen, las descripciones históricas con la distancia que existe de la desembocadura del arroyo de Santiago a este sitio. Otra razón que encontró don Alejandro es que allí está ubicado el cementerio más antiguo de la zona de la costa. Por otra parte, las crónicas también indican que, los mártires fueron dejados como visita al efectuarse el cambio de dicha misión en 1723, debido a un gran huracán que la derribó y sepultó a varios californios...continuará.


…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…


*Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*



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