LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR: MANUELITA LIZARRAGA
ALCARAZ.
SANTIAGO...TIERRA DE
AMAZONAS....TIERRA DEL PRADRE MARTIR....TIERRA DEL ANTIGUO PERICU.
*TRES FUNDACIONES TUVO LA
MISION DE SANTIAGO...PRIMERA 1721, SEGUNDA 1723 Y TERCERA 1724; ASI COMO VARIAS
REMODELACIONES.
Testimonio del padre Napoli al tiempo de su
entrada en la tierra del rebelde pericú, en Santiago, en l721…No he visto gente
más alta que esta, de cuerpo bien proporcionado, gordos, y muy blancos y
bermejos, particularmente los muchachos parecen ingleses o flamencos por la
blancura y colorados. Juzgo que algunos notablemente diferentes de los otros
sean hijos de ingleses, porque en este cabo de San Lucas, han pasado y se han
detenido varias embarcaciones inglesas por aguardar la nao de china, que es
donde vienen a reconocer, y como estos
desdichados tienen por estilo de cortesía ofrecer sus mujeres, no me parece
sospecho sin fundamento en gente herética…
Santiago...tierra del
rebelde pericú, fue gobernada por mujeres, según crónicas del padre Napoli,
fundador de la misión de ese lugar y con el propósito de ponerla a salvo de
posibles ataques de los isleños de espíritu Santo y Serralvo, cambio la misión
tierra adentro en virtud de que se contaría con mayores ventajas tanto en
situación como amplitud de tierras de cultivo y abundancia de agua, siendo su
localización frente a un espeso palmar entre el rancho La Misión Vieja y el
predio el “Cantil”. A este respecto el padre Venegas nos dice: “en el año de
1723 levanto en otro sitio algo más distante del mar, la iglesia para mudar la
cabecera; pero todo se malogro por una fatalidad imposible de prever....estaba
ya cargado el nuevo edificio de madera para techarle y ausente el padre con un
enfermo, cuando sobrevino un furioso huracán y aguacero de los muchos que
azotan aquella infeliz lengua de tierra. Acogieronse a la iglesia los indios
cercanos para guarecerse, y la fuerza del huracán no solo derribo la mal
techada techumbre, sino también las paredes no bien secas y poco fuertes.
...desplomado el edificio cogió debajo a
los pobres indios, mato a algunos, estropeo y lleno de horror a todos; al ruido
ocurrió el padre Napoli que socorrió a muchos oprimidos; dio el bautizo a los
mal heridos por ser todos catecúmenos, y atendió a los demás cuidadosamente.
Levantándose luego una conjura entre los parientes de los muertos de las muchas
que luego solían hacerse y deshacerse por menores motivos, enojándose con el
padre, como si él hubiera sido el causante de la muerte de todos. Sosegose
presto la inquietud por que los vivos hicieron saber que nadie los mando
meterse allí, y que ellos por su voluntad se metieron pero de cualquier manera
se eligió la iglesia en un nuevo y mejor paraje. En el segundo cambio de la
misión de Santiago Apóstol fue en ese lugar actual en 1724. El joven misionero
Napoli eligió un nuevo sitio para levantar la misión y este fue en un lugar
cercano al interior y en una de las lomas que rodean un hermoso valle, en cuyo
extremo se encontraba un hermoso y tupido palmar y una gran laguna donde
habitaban muchas aves acuáticas, así como tortugas y peces de agua dulce. Así
mismo se establecieron como “visitas”, San José de Caduaño, San Jorge, Santa
María del Surgidero posteriormente llamada los mártires y el surgidero. Fueron
muchas las penalidades que enfrento el padre Napoli para evangelizar a los
rebeldes pericú, y someterlos al cambio de costumbres y cultura; luego de un
tiempo, lo cambiaron a Sonora y vino a sustituirlo el padre Jesuita Lorenzo
Carranco, Mexicano, hijo de padres españoles y natural de Cholula Puebla.
Santiago, tierra del padre
mártir, tierra del rebelde pericú, tierra que fue gobernada por mujeres...tres
fundaciones tuvo la misión de Santiago....1721,1723 y1724, así como varias
remodelaciones a través de los años. Tomando en cuenta el carácter rebelde de
los pericues no fue fácil para el padre Lorenzo Carranco cumplir con su noble
misión evangelizadora ya que los californios se oponían a la nueva cultura y
ellos querían volver sus costumbre s de libertad a la que habían sobrevivido
por milenio; Por eso, fraguaron la gran rebelión general, y muerte de los
misioneros, y el primero de octubre de 1734, empezaron el Santiago con el padre
Lorenzo Carranco. En su crónica, el padre Venegas dice sobre este lamentable
suceso.
“.....Llegaron ala cabecera
de la misión viernes primero de octubre de 1734 entre 6 y 7 horas de la mañana,
tiempo en que el venerable padre Lorenzo Carranco acababa de decir devotamente
misa y se había retirado a dar las gracias y rezar el oficio divino a su
aposento. Informarose si estaban en el pueblo dos mestizos que escoltaban al
padre y supieron que poco antes, oída la misa, habían salido al monte a traer
dos reses para el gasto ordinario de la misión, catecumenos, niños, viejos,
etc., quedando fuera de la pequeña casa los conjurados forasteros, medrosos aun
contra el solo padre, mientras entraron en ella algunos de los mensajeros
vecinos de la misión con pretexto de darle cuenta de su jornada. Levantose del
suelo el padre a quien encontraron de rodillas, recibiéndolos con gran cariño,
extrañado que no viniera con ellos el padre Tamaral, pregunto si traían carta:
dieronsela, abriola, y empezó a leerla atentamente. Pero cuando más embebecido
esta en su lectura calentándose a lo que es de creer el fuego del amor divino y
espíritu apostólico en que ella venia, entro de repente en la casa y cuarto el
tropel de los conjurados, asieron de él y en brazos lo sacaron fuera entre la
puerta de la casa y la iglesia, donde teniéndole dos asidos de la ropa le
cargaron los demás de flechas.
Clamaba el venerable padre
enfervorosas jaculatorias al cielo, ofreciendo a Dios por sus culpas y las de
los indios el sacrificio inocente de su vida hasta que cayo a tierra invocando
sin cesar los dulcisismos nombres de Jesús María y José. Entonces le procuraron
acabar de matar agolpes de palos y piedras, encarnizándose aquellos cobardes
bárbaros contra el moribundo padre, cuando ya vieron que no tenían que temer.
Entre tanto uno de ellos volvió los ojos hacia la casa y vio al indio chicuelo
que asistía en ella llorando amargamente por lo que veía hacer con su amado
padre. Díjole por que lloras? Anda ahora
y cuéntale al padre lo que hacemos en las rancherías!...y otro mas atrevido
añadió... pues tanto lo quiere mejor que vaya a acompañarlo, asieron al
muchacho por los pies y mataronle a golpes contra la pared de la casa, piedras
y suelo; le arrojaron muerto al lugar donde aun estaba los demás golpeando el
cuerpo frío del venerable mártir de Cristo...después de consumado este acto,
enardecidos los aborígenes echaron a la
hoguera alhajas y vestiduras sagradas, así como libros imágenes y todo lo
concerniente al culto.
Al poco tiempo regresaban del campo los dos guardias del
padre, quienes fueron obligados a desollar las reses que traían para dar de
comer a la turba, ya destasadas éstas, con una lluvia de flechas fueron muertos
e incinerados también. Acto continuo acordaron los cabecillas trasladarse a San
José del Cabo para dar muerte al padre Nicolás Tamaral, como aconteció el 02 de
Octubre de 1734. También fue destruida la Iglesia de Santiago por segunda vez
después de su instalación en la costa, y ahora por insurrectos a los que se
sumaron los que ya estaban catequizados azuzados por los cabecillas de la
rebelión; Cristóbal e Ignacio Garananga, Chicori y el mismo gobernador nativo
cruzado de mulato, llamado Botón, que junto
con otros atizaban la rebelión. Después de dos años de encontrarse la
Iglesia sin misionero y en estado de franca insurrección en marzo de 1736,
llegó a Santiago el Gobernador de Sinaloa General Manuel Bernardo Hirdorbro,
quien fue comisionado para apaciguar la rebelión, lo que logró con muchos
esfuerzos con el apoyo de una gran número de indios y Yaquis que trajo de la
otra costa.
También el padre Napoli vino nuevamente a la península
acompañando al gobernador de Sinaloa para ayudar en la pacificación de los
Pericues, y organizó una intensa búsqueda de los restos de los padres mártires
Carranco y Tamaral, encontrando en Santiago un pequeño libro y un zapato que
pertenecieron al padre Carranco. También rescató de la laguna que estaba allí
cerca una de las campanas pertenecientes a la misión, ya que la otra fue
destrozada por los naturales. Luego el padre Napoli se trasladó a San José del
Cabo y encontró los huesos calcinados del padre Tamaral, los que condujo a
Santiago donde se ofició una misa de réquiem por las almas de los dos mártires.
Los restos fueron sepultados en el lugar denominado “Los mártires” que desde
entonces lleva ese nombre. Luego el padre Napoli fue comisionado a Guaymas,
Sonora, donde murió en el año de 1745.
En 1762, la misión de Santiago estaba a cargo del padre
Tirsch, cuando azotó la península una terrible plaga de langosta, o chapulines
gigantes, lo que produjo mayores daños en esa comunidad de Santiago. El padre
Tirsch, fue el primero en enterarse de la expulsión de los jesuitas la que se
llevó a cabo en Febrero de 1768, ya que en San José del Cabo arribó,
debido a un mal tiempo el nuevo
Gobernador de California, Don Gaspar de Portolá, quien traía la misión de
llevar a cabo la expulsión de los misioneros jesuitas, quienes por un periodo
de 70 años estuvieron en la península de Baja California Sur, lográndose
durante su estancia la extinción de la mayoría de los californios ya que según
crónicas había alrededor de 50,000 indios, y a su salida quedaban alrededor de
4,000 en toda la región, según se dice a causa de las epidemias. Después de la
expulsión de los jesuitas, la misión de Santiago quedó en el abandono. En 1795
el gobierno español otorgó para su usufructo los terrenos y bienes que
pertenecieron a la misión al señor Salvador Castro, nativo de Loreto, e hijo
del militar María Joseph de Castro, quien fue padre de José María Castro y a su
vez, lo fue del héroe sudcaliforniano Don Mauricio Castro. Cercana a la iglesia
está la casona con antigüedad de más de doscientos años que fue de la familia
Castro, luego fueron oficinas públicas.
Por aquella época en la misión de Santiago se producían
abundante alimento, frutas, verduras, granos reses de todas las clases, y se
abastecía el galeón de Manila en su tiempo y por la escasez que reinaba en las
otras regiones, aunado a las enfermedades, ésta fue refugio de una considerable
cantidad de indios traídos aquí de los diferentes puntos de California: Dolores
del Sur, Todos Santos, San José del Cabo y otros. En la misión de Santiago
sucedieron muchos hechos históricos. Además de que fue refugio de los
navegantes y náufragos, se levantó el primer reclamo agrario por los inquietos
pericues, así como la primer fuga de indios a la otra costa, en una canoa
robada en el surgidero; lugar de resguardo de la misma. En septiembre de 1870
azotó un fuerte huracán en la región de Santiago, y derribó el techo; el que
estaba construido de gruesas vigas de palma colorada y una mezcla de cal y
arena. Los vecinos lo reconstruyeron con muros de adobe y techos de teja maníl. En Septiembre de 1887 falleció en
la misión el padre Guadalupe Díaz, quedando sepultado en ella junto al padre
Tempis. Durante la Revolución de 1913 y 1914, la iglesia fue ocupada por fuerzas
huertistas sirviendo de cuartel y
parapeto en las encarnizada escaramuzas que en este lugar y sus
alrededores se libraba; y las huestes criminales del usurpador Huerta
incendiaron el pueblo de Santiago así como los archivos eclesiásticos y civil
con la historia del mismo. En septiembre de 1918 con motivo del azote de uno de
los más fuertes ciclones en la península, voló el techo de la iglesia y se
derrumbaron parte de las paredes; por lo que los vecinos optaron por arrasar lo
que quedaba e iniciaron nueva obra de dimensiones más reducidas que la
anterior, de ladrillo y techo de teja maníl, la que fue terminada por los años
de 1924 y 1925 .
Durante el gobierno del General Francisco J. Mújica, en 1942
ordenó que demolieran la misión por el mal estado en que se encontraba.
Abrieron un corte en la loma donde esta asentada, de más de dos metros por
abajo del piso rebajando la loma donde estaba cimentada. Con ello desapareció
también el viejo cementerio anexo, por lo que los restos humanos que
aparecieron se desintegraron, mezclados con los escombros de las paredes,
sirvieron para arreglo de las calles de la población. Fue así como se
esparcieron los polvos de aquel santo varón el padre Antonio Tempis,
desapareciendo así la antigua misión de Santiago Apóstol.
Durante la etapa
que no hubo iglesia en Santiago, los padres que acudían ocasionalmente,
oficiaban misa en casas particulares, o bajo la fronda de los árboles. El santo
patrono Santiago Apóstol traído aquí por el padre Tempis en 1737, permaneció en
su altar hasta el último momento, nadie se atrevía a tocarlo, y menos los
vecinos creyentes, hasta que el representante de bienes nacionales para
depositarlo en el corral de su domicilio; así como cerca del lugar donde había
estado la iglesia quedaron un par de campanas agrietadas por el tiempo, donde
se leía en la falda de una de ellas: “Fecha 1723”, y algunos ilegibles. Esta
campana es la que padre Napoli rescató de
la laguna después de la insurrección de los pericues. Los demás
utensilios del culto se acostumbraba a guardarlos en domicilios particulares.
En 1947, se
inicia la actual iglesia por los padres Combonianos, distinguiéndose por su
tenacidad los padres Luis Riguera y Mario Menghini Pecci. Debido al ciclón Lisa en 1976 la iglesia sufrió graves
daños, a tal grado que hubo necesidad de remodelar la nave, reconstruyéndose la
misión de Santiago en 1979.
Santiago, tierra
del rebelde pericú, fue gobernada por mujeres, según crónicas.
…Por el placer de
escribir…Recordar…Y compartir…
*Esta crónica fue
publicada hace más de 15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás,
en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*
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