viernes, 22 de diciembre de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
CUENTO
POLITA LA BURRITA
- El alegre tintineo de la campana colgada en el aquel frondoso palo verde, en el patio de la escuelita rural, alegraba el ambiente campirano, llamando a clases a todos los niños de las rancherías cercanas.
-Pollita la burrita siempre llegaba tarde… Pues se entretenía cortando flores en el campo, y atrapando mariposas y chapulines en el camino… Era la niña más flojita del salón, la más traviesa, y distraída… No le gustaba hacer la tarea, ni trabajar en el salón… Los niños no querían jugar con ella, pues siempre les estaba haciendo muecas, travesuras y daños durante la clase… Mascaba chicle ruidosamente, reventando la pompa sobre su carita, y cuando la profesora la sorprendía, se estiraba cual larga era y se acostaba sobre el banco.
-¡Polita!- Le decía desesperada, su maestra pomposa… ¡Ponte a trabajar niña!.....
La niña hacia ¡mg!- hacia un gesto Polita como diciendo no hago nada.
-Una mañana de primavera llego la profesora muy contenta saludando a todos los niños… “Ahora les traigo una sorpresa, les dijo- Vamos a coronar a la reina de las burritas”, al tiempo que sacaba de su bolsa una corona de orejas de burro.
-¡Politaaaaaa! ¡Polita! ¡Politaaaa! Gritaban los niños en coro.
-Y la hermosa Polita, se sintió muy molesta y triste… Ella no esperaba que le hicieran eso, calladita y haciendo gestos, se dejó coronar... ¡Dos largas orejas de burro le pusieron! Pero la señorita no conforme con eso, la llevo a un rincón, echo al suelo granos de maíz y ahí la hinco… y todavía le puso un ladrillo en cada mano.
-La pobre Polita, tenía que aguantar las muecas, burlas y risas de sus compañeros. Las rodillas ya le dolían y los bracitos estaban cansa dos... A pesar de todo, se miraba muy bonita con la orejotas de burro.
La mañana transcurría lentamente… De repente, se escuchó el trote de un caballo que levantaba, una polvareda por el camino real. Era el inspector de escuelas, el maestro Gervasio muy conocido, respetado y apreciado por su calidad humana. Bajo de su caballo y lo amarro en el palo verde, junto a la campana, y con paso firme entro al salón, dejando escuchar su fuerte voz.
¡Buenos días niños!
¡Buenos días maestra pomposa!
Todos los niños se levantaron saludando como estaban enseñados. Pero de pronto, el profe Gervasio volteo al rincón y se sorprendió al ver a Polita castigada... La profesora Pomposa se puso colorada, y se sobaba las manos nerviosamente
¡Pero qué es esto!- Dijo el inspector enojado, pues a él no le gustaban ese tipo de castigo para los niños, así fueran los más desentendidos, porque decía el maestro, que no había niños malos ni burros, así se lo había enseñado su vasta experiencia, y Polita no iba a ser la excepción.
“Es que esta niña no quiere trabajar, es muy floja y se porta mal”…- Dijo asustada la profesora Pomposa
El maestro Gervasio se acercó a la niña mirándola con ternura, le acaricio la barbilla y le dijo a Polita muy seguro
- “¿Verdad mija que Ud. si sabe trabajar?
- La niña apunto de lágrimas, le decía que si bajando los verdes ojitos
“Estos ojos como dos luceros encendidos me dicen que Ud. Polita, es muy inteligente y esos lindos hoyuelos en las mejillas me dicen que es muy trabajadora”… Decía el maestro Gervasio muy emocionado, De repente, ante la sorpresa de todos, le arranco a Polita las orejas de burro de un tirón y las hizo trisas tirándoselas en los pies a la profesora Pomposa- la que del susto pego un salto hacia atrás.
Luego el profe Gervasio, ante la mirada de todos, metió la mano a su pantalón y saco un rico chocolate, dándoselo a Polita- Diciéndole “Ándele mija demuestre que Ud. No es floja, y que si todos estos niños pueden, también usted puede”. Y la niña de un tarascón agarro el chocolate y lo metió en la bolsa de su vestido, Y con ese valor que el profesor Gervasio le daba ante los ojos atónitos de sus compañeros, con coraje y con toda dignidad, como retando a todos, tomo sus cuadernos y lápices y se puso a trabajar… De pronto el maestro saco de su otra bolsa del pantalón una ranita que hacía ¡Croac, Croac! y les dijo” Esta ranita es para el mejor trabajo.
A Polita le Volaba la mano sobre su cuaderno, ya no hacia muecas, muy seriecita hacia su trabajo, y en aquel salón de aquella escuelita rural no se escuchaba ni el zumbido de una mosca… Y ¡SORPRESA! El trabajo de Polita fue el mejor, y el maestro Gervasio muy orgulloso le dio la Ranita- Diciendo “Se los dije, esta niña no es floja, es la más inteligente de toda la comarca.
Desde entonces, todos los niños la respetan, todos querían jugar con ella y ya no le decían Polita la burrita, si no POLITA MI AMIGUITA.
En el bosque detrás de aquella escuelita, había un pequeño lago que lo cubría la vegetación, Polita hecho la ranita en ese lago… cuando la campanita sonaba para el recreo Polita se perdía y se metía entre los arbustos y se tiraba de panza a hacer su tarea y a jugar con su ranita la que le hacía ¡ Croac, Croac!... Y POLITA NUNCA MAS FUE BURRITA.
..Por el placer de Escribir. Recordar...Y...Compartir...
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