Raquél de Castanier, en el Rancho "Los horconcitos", pizca exquisitas y jugosas pitahayas dulces aquella cálida mañana de verano, y en el casco del rancho dónde su gente con la calidéz y sinceridad que le caracteriza nos dio la bienvenida, , en el huerto, dónde se enseñoreaban los ciruelares y otros frutos, el suelo , cual colorida alfombra, estaba tapizado de ciruelas coloradas y amarillas, y el ganado se daba un banquete bajo la fronda de los árboles..
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