LA PAZ QUE SE PERDIO
POR
MANUELITA LIZARRAGA ALCARAZ
“DON
ANTONIO MARTINEZ COSIO...SUDCALIFORNIANO AUTENTICO”.
·
SUS PADRES FUERON EL ZAPATISTA REVOLUCIONARIO
CORONEL ANTONIO MARTINEZ SUAREZ Y CONCEPCION COSIO DE MARTINEZ.
·
48 AÑOS TRABAJÓ CON HONESTIDAD Y EFICIENCIA EN
LA FUNCION PUBLICA, HASTA SU JUBILACION COMO SECRETARIO DE LOS SECRETARIOS
GENERALES DEL GOBIERNO.
·
CON LA PLENA SATISFACCION DEL DEBER CUMPLIDO, SU
VIDA TRANSCURRE TRANQUILA EN LA PAZ DE SU HOGAR ENTRE SUS RECUERDOS, SUS
EXOTICAS Y HERMOSAS PLANTAS, ASI COMO RODEADO DE CARIÑO DE SU FAMILIA Y AMIGOS.
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SU PRIVILEGIADA MENTE ES LA DE UN CRONISTA, Y SU
CONVERSACION ES MUY AGRADABLE....NADA ESCAPA A SU MEMORIA....ES UNA FLUIDA
FUENTE DE INFORMACION DE LA VIDA DE PERSONAJES DE AQUELLA EPOCA ASI COMO DE
COSTUMBRES DE AYER COMO HOY.
“Estoy muy orgulloso de haber nacido en esta hermosa
ciudad de La Paz”, dijo, con su rostro sonreído, reflejo de bondad, Don Antonio
Martínez, añadiendo, “y me siendo como un jirón de su piel peninsular, así como
de mis padres sudcalifornianos de pura cepa, el Coronel Antonio Martínez
Suarez, quien perteneció al ejército Revolucionario Zapatista y a Doña
Concepción Cosío”, dijo además de sus queridos hermanos: Gilberto, Delio
(q.e.p.d.), Oscar, Concepción, Lidia y demás familia e innumerables amigos; y
es muy afortunado, dice, porque a lo largo de su fructífera vida ha cultivado
el cariño sincero de innumerables amigos a quienes a través de estas líneas les
envía un cordial saludo, así como a toda la familia sudcaliforniana de nacimiento
y por arraigo.
Eran los tiempos aquellos, de aquella Paz hermosa, de
molinos de vientos, huertos familiares, perfumados a azahares, y coloridas
flores....gobernaba el territorio de Baja California Sur, Don Agustín Arriola
Martínez, primer gobernador nativo de estas tierras, electo democráticamente
por el pueblo, un gobierno, emanado de la revolución mexicana, humanista y de
carácter social....en ese marco, entre mugir de ganado, cacareo de gallinas y
el alegre trino de pájaros, los que abundaban, Don Antonio Martínez Cosío nació
el 15 de diciembre de 1922....víspera de navidad, en la calle, antes la quinta
calle, número 305, ahora Guillermo prieto, entre Navarro y Encinas, donde ha
vivido felizmente toda su vida rodeado de su familia.
Mientras el Coronel zapatista, su padre, Don Antonio, a
golpe de pico y pala, abría brechas y caminos, y doña Conchita se ocupaba de
las labores del hogar....transcurría la feliz infancia de Antonio y demás
hermanos educados bajo la estricta y amorosa mirada de sus padres apegados a
las buenas costumbres de la época....!que bellos recuerdos guarda Antonio de su
niñez!....cursó parte de su primaria en
la histórica Escuela 48, la que se inició recién promulgada la Constitución de
1917....estaba latente el espíritu nacionalista de la revolución mexicana...la
Tenería Suela Viosca la construyó para los hijos de sus trabajadores,
respetando la nueva ley, y se llamó Escuela Federal Artículo 123.
La directora de la Escuela 48, era la profesora Jesús
Rolland, y su maestra de primer año, Porfiria Angulo, a quienes recuerda con
inmenso cariño así como a todos los demás maestros y compañeritos de aula.
¡Cuánto le gustaba al niño Antonio jugar alrededor de las hermosas columnas que
hasta la fecha sostiene y embellece parte del techo de la escuela 48, ahora
Gregorio Torres Quintero!....esas columnas para él tan bellas eran únicas en el
mundo en esa época, dice, así como las de la casa del señor Fernando Kuroda que
antes fue de la familia Bonboster, y las construyó el maestro de albañil Don
Jerónimo Castro.
Con evocación, Don Antonio cuenta otro de sus bonitos
recuerdos de su infancia...cuando llegó el primer avión a La Paz fue todo un
acontecimiento fue por los años 28 o 29
dice, de la escuela los llevaron al campo de aterrizaje, el que su padre trazó,
durante el gobierno de Don Agustín Arriola, y estaba cercado con alambres de púas, trabajo en el que su
padre no cobraba salario alguno y estaba ubicado donde es ahora el Palacio de
Gobierno....los tuvieron hasta las doce del día y el avión nunca llegó....que
de repente repiquetearon las campanas de la iglesia la que se oía por toda La
Paz, había vendedores de avioncitos de celuloide...era muy grande la emoción
para los niños y para todos los que estaban ahí porque iban a ver el primer
avión en La Paz, pero éste nunca llegó en ese día tan esperado.
Dice Antonio que lo que pasó fue que el avión cayó en La
Isla San José y de ahí lo trajeron en un pango, el que lo venía remolcando el
barco mercante “San Antonio”; que el avión parecía una caja de fósforos y lo
venía piloteando el Chonito Flores, así llegó el primer avión a La Paz, después
de una semana del día señalado.
¡Cuánto le gustaba a Toñito que lo llevaran sus padres a
jugar en la blanca arena en el recién inaugurado malecón!, y el que su padre,
el Coronel Zapatista había trazado a pico y pala, sin recibir pago alguno,
junto con Don Alejandro Abaroa Gil y muchos más y el que fue inaugurado por el
gobernador Carlos Esquerro en 1925 quien plantó con sus propias manos los
laureles de la India y palmeras que le dieron belleza y verdor, en su época y
varias décadas también. ¡Cómo no recordar!, dice, entre humos y olores el bello
rostro de su madre detrás de las encaladas hornillas con ardientes tizones, de
gran pretil llenas de cazuelas de barro repletas de sabrosos guisados, que
inundaban de exquisitos aromas la cocina....y que gozosos esperaban a su padre
para disfrutarlos alrededor de la mesa con toda la familia, como era la
costumbre....recordar también aquel antiguo armario lleno entre otras cosas, de
frascos de vidrio retacados de sabrosos dulces regionales, de conserva en almíbar,
que ella misma en cazuela de barro con sus manitas hacía, de mango, tomate,
guayaba, de higo, de limón, toronja, papaya, calabaza, jalea de camote, las que
guardaba en hojas de tamal, pinole de maíz tostado, jamoncillo, entre otros, de
los frutos cosechados en la huerta, y que de esa manera se aprovechaba la fruta
como postre....o recordar, cuando cultivaba sus lindas flores, o en sus
gallineros recogiendo en una canasta tejida de cogollo de palmas, huevos
cacareados....o....entre tantas cosas bellas que enmarcaron su niñez alrededor
de sus padres hermanos y demás familia, que siempre han estado con él.....y
como olvidar dice, cuando su padre compró el molino de viento y cuando lo
estaban instalando los trabajadores de Abaroa, Toñito se cayó al pozo, y con
mucho trabajo lograron sacarlo, y ver entre afligidos y felices los rostros de
sus padres y hermanos.
...Si, es muy grato cerrar los ojos, dice, y evocar aquel
bello pasado que no lo cambiaría un segundo de antes por una hora del
actual....cerrar los ojos y pensar en aquellas evocadoras costumbres de sacar
las rechinadoras poltronas a las banquetas y esperar el histórico aire del Coromuel,
y ver pasar la gente tan risueña y tan contenta, sin prisa, sin tensiones,
entre sorbo y sorbo de café de talega, a veces acompañados con virotes o
conchitas embarradas de mantequillas de rancho, o si no había más con gorditas
de res, retacadas de panocha con queso.
Luego, dice Antonio, cursó segundo, tercero y cuarto de
primaria, en la escuela 27, que felicidad recordar su paso por esa escuela de
cacaixtle, trabado, y enjarre de lodo y zacate con techo de palma, la directora
era la profesora Cruz Martínez, de gratos recuerdos; y por iniciativa de ella,
en esa escuela se dieron los primeros desayunos escolares, y se atreve a decir
que en todo el mundo....fue los años 30 o 31....¡que desayunos daban!, un tazón
de avena en leche de vaca, un birote retacado de frijol refrito con queso, con
huevo o machaca de carne o pescado; para esto, su padre le prestó a la
profesora Cruz tres vacas lecheras las que cuidaban en los patios en la misma
Escuela, donde sembraban alfalfa, la que era regada con agua del pozo extraída
con un molino de viento, el que había estado en la quinta y se lo regaló don
Antonio Ruffo, el pan lo regalaba Don
Bernardo Maldonado, el personal no cobraba nada, se hacían kermeses para sacar
fondos, para sembrar y regar las heras, eso sí, las vacas lecheras, estaban
gordas, contentas y muy bonitas y los niños con la barriga llena estudiaban y
jugaban felices viendo pastar las vacas, que alegría....los profesores que él
recuerda, y muy antiguo por cierto son, Leonor Lucero, Enedina Redes, María
Moreno, Luz Savín Favare, Emma Isabel Osuna, Ma. Luisa Ruibal y Lolita Ruffo,
entre otros que escapan a la memoria. El quinto y sexto año Antonio lo cursó en
la escuela 1 ahora Miguel Hidalgo.
Y la secundaria en la Federal No. 14. Era aquella Paz de
la música y el romance....mucho trabajo había, estaba en su auge la pesca del
tiburón y en decadencia la explotación de la madre perla....siendo un
adolescente y con la inquietud de superarse, con el corazón henchido de
esperanzas el joven Antonio se fue a la ciudad de México, al amparo de su tío,
quien trabajaba en agricultura, él tenía una máquina de escribir y Antonio
aprendió solito a escribir a máquina y
también taquigrafía...luego su tío lo metió a trabajar en agricultura y fomento
y fue así como empezó desde su juventud en la función pública. Luego se
abrieron oficinas de irrigación aquí en La Paz y Antonio se vino a trabajar a
ellas, al frente estaba el ingeniero Alberto Irigoyen.
Ya para el año 41 en plena juventud, Antonio ganaba un
peso diez centavos de aquellos de plata que le alcanzaba muy bien para vestirse
y disfrutar las tardeadas en el kiosco del malecón y la plazuela, entre otros,
amenizadas con las orquestas del momento y de músicos trovadores Luis González,
Rafael Castro y los canarios ente otros que hacían que todos los días La paz
estuviera de fiesta. En ese tiempo entre tantas otras que se construyeron fue la
presa del cajoncito la que el ciclón del 11 de septiembre del 41, se la llevó,
entre otras muchas otras cosas. Fueron muchas las obras que él como secretario
del secretario de gobierno testificó. Todo los gobernantes que ha tenido BCS,
han hecho su mejor esfuerzo con sus errores y aciertos, pero más los aciertos
dice, para el engrandecimiento de esta tierra.
En el 43 durante el gobierno del general Múgica lo mandan
a Pachuca; y después en el 45 lo mandan nuevamente a La Paz a la oficialía
mayor. Luego a la administración del hospital Salvatierra, luego fue ayudante
de tesorería, después secretario de los secretarios generales de gobierno hasta
el periodo del licenciado Víctor Manuel Liceaga Ruibal. 48 años en la función pública
hasta su jubilación.
...en el ocaso de su vida, al rítmico vaivén de su
poltrona y para no perder la costumbre don Antonio se sienta en la banqueta de
su casa, rodeado de sus hermanas y demás familias, a esperar el aire fresco del
Coromuel, un airecillo de leyenda, y a ver pasar la gente quien con cariño y
cordialidad le saluda o se queda a escuchar su amena e ilustrativa plática.
…por el placer de
escribir…recordar…y compartir…
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