LA PAZ QUE
SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA
ALCARAZ.
“DON FRANCISCO INDALECIO
MADERO GONZALEZ...A 145 ANIVERSARIO DE SU NATALICIO...Y LA REVOLUCION EN
MEXICO”.
- APOSTOL DE
LA DEMOCRACIA.
- NACIO EL 30
DE OCTUBRE DE 1873, EN PARRAS DE LA FUENTE, COAHUILA.
- FALLECIO
ASESINADO EN EL CUARTELAZO EL 22 DE FEBRERO DE 1913.
- LA VIDA DE
MADERO SE PUEDE DIVIDIR EN CUATRO DECADAS DE ESTRA MANERA.
- LOS PRIMEROS
DIEZ AÑOS PARA VIVIR EN EL HOGAR PATERNO;
- OTROS DIEZ
AÑOS PARA ESTUDIAR Y VIAJAR;
- LOS
SIGUIENTES DIEZ AÑOS PARA TRANAJAR Y HACER EL BIEN A SUS COTERRANEOS;
- Y SU ULTIMA
DECADA LA ENTREGO HASTA SU MUERTE AL SERVICIO DE SU PATRIA. HE AQUÍ UNA
VIDA PERFECTA HASTA EN LA DISTRIBUCION DE SU TIEMPO.
Los espíritus más fuertes y eminentes se han asombrado
hasta el éxtasis de la ideal perfección de Don Francisco I. Madero. Es el
hombre que se atrevió a romper las férreas ataduras del “porfirismo”. Tanto más
fuerte cuánto que por su apariencia eran los lazos de felicidad de paz y de
concordia que unían al pueblo mexicano. ¡Hay del que intentara tocarlos
siquiera! Su vida fue breve pero fecunda en beneficio del pueblo de México. Don
Francisco I. Madero vivió escasamente 40 años. Nació el 30 de octubre de 1873
en Parras de La Fuente, Coahuila. Sus padres fueron el opulento capitalista Don
Francisco Madero y Doña Mercedes Gonzalez. Realizó su educación primaria y
algunos más en el lugar de su nacimiento con los jesuitas de Saltillo;
permaneció otro tiempo en Valtimore, Estados Unidos; y luego, cinco años en el
Liceo de Versalles, Francia, continuando después en la misma nación para
asistir a la escuela de altos estudios comerciales hasta terminarla. En su
especialidad de médico homeópata. Recorrió las principales naciones de Europa y
regresó a Norteamérica donde estudió en la Ciudad de Carolina el idioma Inglés.
Tenía entonces apenas 20 años. Volvió al lado de su familia empezando a
desarrollar trabajos agrícolas en San Pedro de las colonias. Trabajos
inteligentes para los que introdujo semillas y maquinaria, que hicieron
prosperar las regiones de la laguna, del nazos y tlahualilo. Hasta ahí su vida
no es sino la de cualquier burgués acomodado más o menos instruido y diligente.
Hay que agregar para diferenciar ya profundamente la vida
de Madero, de la de muchos ricos ignorantes, holgazanes y egoístas, que él tuvo
empeño en establecer instituciones de beneficencia que sostuvo con su propio
peculio. Centros de educación primaria para niños campesinos, que costeó la
carrera en colegio de la región o extranjeros a jóvenes que tenían notorias
aptitudes para el estudio. Que en su propio hogar encontraban albergue niños
desamparados, y que los enfermos tenían atención médica y medicinas gratuitas
proporcionadas por él mismo. Don Francisco logró el progreso económico de esa
región y el bienestar general de sus habitantes. La vida de Madero se puede dividir
en cuatro décadas de esta manera: los primeros 10 años para vivir en el hogar
paterno, otros 10 años para estudiar y viajar; los siguientes para trabajar y
hacer el bien a sus coterráneos y su última década la entregó hasta la muerte
al servicio de su patria, he aquí una vida perfecta, hasta en la distribución
de su tiempo. Poco antes de cumplir 30 años el señor Madero, el dos de abril de
1902, presenció en Monterrey aquel zafarrancho sangriento, con que el General
Reyes disolvió un movimiento democrático, este suceso excitó su sensibilidad y
definió su vocación; inclinándose desde entonces a trabajar activamente por la
causa de la democracia en México.
El señor Madero, el hombre culto, trabajador, generoso,
no pudo ver ni con serenidad ni mucho menos con indiferencia que una función
cívica fuera objeto de una horrible carnicería. Y desde ese momento se propuso
poner su inteligencia y su corazón al servicio de la nueva causa. En el año de
1905, aprovechando las elecciones municipales de San pedro de Las colonias, y
de gobernador en Coahuila, congregó a sus amigos y formó con ellos el “PARTIDO
DEMOCRATICO INDEPENDIENTE” y fundó también el semanario “EL demócrata” en donde
empezó a escribir artículos de enérgica censura contra las autoridades
dictatoriales de Porfirio Díaz. Ensanchando el radio de sus actividades
políticas y para hacer triunfar una candidatura
independiente al gobierno de Coahuila, buscó la colaboración de ciudadanos
entusiastas que después se harían famosos en su lucha por derrocar a Porfirio
Díaz: Don Venustiano Carranza, Don Serapio Aguirre, Doctor Rafael Cepeda,
Doctor José María Rodríguez y el licenciado Aguirre Benavides, pero no era la
lucha democrática la que haría triunfar la causa del pueblo; se impuso la
dictadura, y todos los que se habían congregado en la justa pacífica fueron
perseguidos por las autoridades no escapando el propio Madero, quien se
convenció de que no eran las elecciones las que vendrían a cambiar la faz de
las cosas.
Sin desalentarse por estos primeros fracasos, Madero
siguió estudiando el problema político de México, y producto de estos estudios
fue el libro que escribió y publicó al empezar el año de 1909, con el título de
“LA SUCESION PRESIDENCIAL DE 1910”, libro que fue como una clarinada, en la que
su autor habría de tomar parte activísima, su libro fue escogido con
beneplácito por los hombres independientes preparando el terreno que pretendía,
cual era la formación de un gran partido nacional que pudiera hacer frente y
arrollar por su fuerza moral y numérica
a los imposicionistas oficiales del gobierno de Porfirio Díaz desde luego formó
el primer Club Antirreelecionista en San Pedro de las colonias, ayudado por su
hermano Alfonso y los señores Alejandro Martínez Ugarte, Catarino Benavides y
Gabriel Calzada, poniéndose en contacto con otras muchas personas de la capital
y de los diversos estados de la República. Considerando Don Francisco I. Madero
que no era San pedro de las colonias el punto más adecuado para dirigir desde
allí las actividades que tendrían que abarcar a toda la nación arregló sus
negocios particulares y se trasladó a la Ciudad de México, en donde fundó el
Partido Antirrelecionista. No pretendía el señor Madero que dicha agrupación
llevara la vida que más o menos activa que el entusiasmo de sus afiliados
quisieran y pudieran darle.
A parte de ramificar aquella institución por donde
quiera, de crearle un órgano periodístico de celebrar mítines y
manifestaciones, se dispuso a hacer él en persona una gira por las principales
ciudades del país para hablar al pueblo y sacudir la consciencia de la gente,
adormecida con el sopor del decantado progreso porfirista.
El 18 de Junio de 1909 inició su
primera gira acompañado de su esposa y del ingeniero Félix. F. Palabisini,
tocando primeramente la ciudad y puerto de Veracruz, en donde fundó un club y
habló al pueblo. Siguió a Yucatán y desembarcando en Progreso y continuó para
Mérida, lugar en donde encontró la franca ayuda de dos ilustres ciudadanos: el
licenciado José María Pino Suarez, y el señor Alfredo Cámara Vale; el
licenciado Pino Suárez era periodista, hombre de honradez acrisolada de
espíritu de lucha que por la constate defensa que hizo de la justicia y de las
clases humildes era muy estimado en toda la península y sumamente popular. De
Mérida siguió Madero a Campeche, luego a Progreso, Tampico y de allí a
Monterrey y finalmente a San Pedro de las colonias, en la que terminó su
primera gira fundando clubes y agitó fuertemente el espíritu popular con su
verbo sencillo y convincente desprovisto de las galas oratorias. El gobierno
porfiriano no se alarmó con esta primera gira del señor Madero; no le dio
ninguna importancia, jamás creyó que su fuerza adquirida en 30 años de
dictadura fuera destruida con las peroraciones de un hombre oscuro sin reputación
militar o política. Más o menos lo dejó obrar, sin desatar sobre él la consigna
de hostilizarlo fuertemente. Pero en Diciembre decidió el señor Madero realizar
la segunda gira, esta vez por los Estados de la región del pacífico y salió de
México acompañado de su esposa, del licenciado Roque Estrada y de su
taquígrafo, toco Guadalajara en donde fue aclamado por sus partidarios de
manera entusiasta y se siguió a Colima. En esta segunda Gira ya el gobierno porfirista
empezaba a preocuparle la popularidad que Madero adquiría y dispuso que se le
molestara en todos los lugares de su tránsito, amedrentando también para que no
fueran a escucharlo. Se le tildaba de loco en los periódicos gobiernistas a
aquel hombre decidido y patriota a quien la posteridad ha llamado con toda
justicia EL APOSTOL DE LA DEMOCRACIA. En Colima se le empezó a hostilizar
abiertamente impidiéndole imprimir volantes para anunciar al pueblo sus
mítines. Se le negaba además localidad para verificarlo y finalmente se le
impedía con ayuda de la policía que fuera escuchado por sus simpatizantes así
el señor Madero emprendió su tercera gira por el resto del país, lo que vino a
desencadenar en elecciones fraudulentas de Don Porfirio Díaz, y por
consiguiente los inicios de la Revolución Mexicana de 1910.
Esta crónica fue
publicada hace más de quince años en los principales medios de comunicación masiva
en La Paz.
Fuente:
constituyente Licenciado Jesús Romero Flores.
…Por el placer de
escribir…Recordar…Y compartir…
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