LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR MANUELITA
LIZARRAGA ALCARAZ.
“LA
TACONUDA...LEYENDA DEL BARRIO EL MANGLITO”.
A la tenue luz de los faroles, alrededor de las lumbreantes
hornillas...contaban los antiguos que por el popular barrio el Manglito, en el
solar de los Abaroa se aparece “LA TACONUDA”. A través de los años, fueron
muchas las personas que se han espantado en el barrio. Cuenta la leyenda, que
desde la época de la Colonia, en las noches plateadas por la orilla del mar,
donde ahora es el astillero y donde siempre se ha llamado el Palmar de los
Abaroa, de entre los palmares salía una mujer altísima de larga cabellera negra
que le volaba con el viento, vestida de largos ropajes blancos y zapatos de
altos tacones, quejándose lastimeramente recostándose en el cerco del solar,
escuchándose el fuerte taconeo de sus zapatos.
La taconuda decían los
que la vieron, que subía por la calle Encinas partiendo casi desde la orilla
del mar, daba vuelta por la calle Abasolo, sobre el cerco de la misma manzana y
se metía precisamente por el zaguán de la casa de doña Quico Abaroa (Q.E.P.D.).
La taconuda era el tema en las tertulias familiares, y era el “coco” para niños
y adultos a quienes toda la vida en diferentes épocas del año la vieron,
principalmente en las noches de plenilunio, y tenían que tomarse un te de palo
de Brasil para el mal de espanto.
La taconuda por el barrio del Manglito a través de los
tiempos ha sido la leyenda que ha circulado entre las familias del manglito. En
aquellos años cuando los jóvenes salían a los bailes, a las tardeadas del quiosco
del malecón y de la plazuela, amenizados con las orquestas de don Rafael Castro
y Don Luis González, entre otros músicos de la época, tenían que regresar
temprano y venían con el Jesús en la boca, no fueran a encontrarse con la
taconuda como a muchos les había pasado. Cuentan los antiguos que...no hace
mucho tiempo la taconuda volvió a las andadas...varias personas la vieron, sino
que le pregunten al “güilo”.
En las noches de luna, en el barrio del manglito, puede
aparecer en cualquier momento, con su triste lamento y el ruidoso taconeo de
sus zapatos...la taconuda con sus largos ropajes blancos y cabelleras al
viento.
…Por el Placer de Escribir…Recordar…Y…Compartir...
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